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"Gran Bretaña no eligió solamente un nuevo gobierno sino una nueva forma de gobernar"

Francisco Panizza, profesor en la Escuela de Gobierno de la London School of Economics


(emitido a las 8.31 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El Reino Unido tiene nuevo primer ministro. Se trata de David Cameron, líder del Partido Conservador, que sustituye a Gordon Brown, del Partido Laborista.

Ayer en la tarde, minutos después de que Brown anunciara su renuncia, la reina Isabel II llamó a Cameron y le ofreció hacerse cargo de la conformación del nuevo gobierno. Cameron aceptó y se trasladó de inmediato al número 10 de Downing Street, donde se ubica la residencia oficial.

(Audio en inglés)

"En lo que se refiere al futuro, nuestro país tiene un Parlamento en el que ningún partido tiene una mayoría absoluta y tenemos algunos problemas profundos y punzantes: un déficit enorme, profundos problemas sociales, un sistema político que necesita ser reformado. Por estas razones, mi intención es formar una sólida coalición entre los conservadores y los liberal demócratas. Creo que es la manera correcta de dar a este país el gobierno sólido, estable, bueno y decente que creo que necesitamos con urgencia", decía Cameron, este hombre que a los 44 años se convierte en el primer ministro más joven en los últimos dos siglos.

El anuncio llega cinco días después de las elecciones parlamentarias. Las primeras en 36 años que no arrojaron una mayoría, por lo que tanto los laboristas –el partido de Brown– como los conservadores –liderados por Cameron– debieron negociar con los liberal demócratas. Brown fracasó, por eso renunció; Cameron es el que tuvo la posibilidad de acercarse.

Para profundizar en esta situación es que vamos a conversar en los próximos minutos con el politólogo Francisco Panizza, profesor en la Escuela de Gobierno de la London School of Economics.


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EC – ¿Cómo te resulta la forma en que terminó resolviéndose este impasse, este período de incertidumbre? Porque había ya un cierto nerviosismo, pasaban los días y no se sabía para qué lado venía el vuelco. No parecía probable el acuerdo entre los laboristas y los liberal demócratas, ¿no?

FRANCISCO PANIZZA:
No parecía probable por una simple razón: los números parlamentarios no daban, no cerraban. El laborismo más los liberal demócratas, juntos, no lograban la mayoría parlamentaria, iban a depender de los pequeños partidos nacionalistas regionales, lo cual hacía esa coalición muy inestable.

Por otro lado, hubiera sido una coalición de perdedores en la que el partido que ganó la mayoría absoluta en el Parlamento no estaría representado. Lo cual le daría una legitimidad muy débil.

Entonces, a pesar de todas las idas y venidas y la incertidumbre creo que el resultado es el anticipado, el que era más probable, el que todo el mundo se esperaba.

EC – Hay analistas que sostienen que de todos modos existió la negociación de Nick Clegg con Gordon Brown como forma de tener un mejor posicionamiento en la otra negociación, la que realmente importaba, la negociación con el Partido Conservador.

FP – Efectivamente. Nick Clegg se comportó un poco como la proverbial novia –o novio– que coqueteaba con dos pretendientes distintos, para sacar la mayor ventaja posible con sus negociaciones con el Partido Conservador. Y de alguna manera creo que consiguió bastante, si no todo lo que quería. Principalmente el compromiso de tener un referendo para el cambio del sistema de votación.

EC – Justamente, vamos a eso, vamos a las concesiones que el Partido Conservador le hace a un partido que en las urnas tuvo una escasa votación pero que terminó convirtiéndose en clave porque es el que permite que el Partido Conservador tenga la mayoría parlamentaria. El Partido Conservador tuvo 307 escaños y con el Partido Liberal Demócrata llega a 354 en su coalición de gobierno, por lo tanto supera el mínimo de 326 exigido.

FP – Efectivamente. El Partido Liberal Demócrata tenía la llave de la mayoría parlamentaria, y me permitiría hacerte una pequeña corrección: más que una escasa votación tuvo una escasa representación; como decíamos la semana pasada, la representación que tiene el Partido Liberal Demócrata es menor que la votación, que fue 23%.

EC – Es una buena precisión que tiene que ver a su vez con lo que es una de las demandas que en los últimos tiempos ha venido haciendo el Partido Liberal Demócrata, la reforma electoral.

FP – Efectivamente, y ese es el nudo de la agenda del Partido Liberal Demócrata: conseguir el cambio del sistema de votación actual mayoritario a un sistema que dé algún tipo de proporcionalidad, que refleje más el peso real que tiene en la ciudadanía. Y esa creo que ha sido la gran concesión que ha dado el Partido Conservador.

Pero mucho cuidado, la concesión es solamente a llamar a un referéndum para el cambio del sistema electoral. En ese referéndum se va a dar la particularidad de que los conservadores casi seguramente van a hacer campaña en contra del cambio del sistema electoral, y sus socios en el gobierno, los liberales, van a hacer campaña a favor. Lo cual puede dar lugar a todo tipo de tensiones.

EC – Sí, el compromiso es a convocar a un referéndum porque lo que está en juego en definitiva es una reforma constitucional.

FP – Efectivamente. Como tal vez los oyentes sepan, Gran Bretaña no tiene una Constitución escrita, entonces no existen mayorías especiales para reformar la Constitución. Sería perfectamente posible hacer una reforma del sistema electoral simplemente por ley, con una mayoría simple en el Parlamento. Pero justamente, el llamar a la consulta popular es una forma que han encontrado los dos partidos para lograr un compromiso en el cual sea el pueblo el que decida la situación de dos partidos que en eso tienen posiciones muy diferentes.

EC – Vamos a ubicar un poco mejor cómo funciona hoy el sistema electoral y qué es lo que le molesta al Partido Liberal Demócrata.

FP – El sistema electoral llamado sistema mayoritario significa que efectivamente en cada una de las 650 circunscripciones electorales, que eligen un miembro del Parlamento cada una, el candidato que obtiene la mayoría relativa de los votos se lleva la banca, y los otros candidatos, los otros partidos, no tienen absolutamente ninguna representación. Es decir, un candidato puede ganar la banca con 30-33% de los votos contra otro candidato que tenga 32%, y los 32% de los votos no cuentan para nada. Eso sobre representa a los partidos que tienen mayorías relativas –en este caso el Partido Conservador, en otros casos ha sido el Partido Laborista– y sistemáticamente castiga a los partidos más pequeños, como el Partido Liberal Demócrata.

EC – El Partido Liberal Demócrata reclamaba ir a un sistema de representación proporcional, estamos hablando entonces de algo similar al sistema que rige en Uruguay, ¿ese era el reclamo?

FP – Efectivamente, ese es el reclamo. Probablemente lo que se va a poner a plebiscito no va a ser un sistema igual al de Uruguay, hay muchas variantes en sistemas de votación pero cualquiera de esas variantes reflejaría un poco más la relación entre votantes y bancas en el Parlamento.

EC – Seguimos hablando de las concesiones, de por dónde se pudo articular el acuerdo entre el Partido Conservador y el Partido Liberal Demócrata. Los liberal demócratas van a tener cinco Ministerios, uno de ellos a cargo del propio Clegg, que será viceprimer ministro, ¿hay antecedentes de esto último?

FP – Es la primera vez en 70 años, desde la Segunda Guerra Mundial no había gobiernos de coalición en Gran Bretaña. Y creo que no hay precedentes de que un representante de otro partido sea viceprimer ministro. Eso entonces le da a Nick Clegg un puesto sumamente importante, le da por supuesto un asiento en el gabinete ministerial, en el Ejecutivo, y lo hace el segundo político más importante de Gran Bretaña en este momento.

EC – Hay otras concesiones, por ejemplo el aplazamiento de la reducción del impuesto a las sucesiones, la elevación del mínimo exento de tributación del IRPF. ¿Qué son estos puntos?

FP – Yo diría que son puntos relativamente menores. Lo que se ha concedido ahí no son cuestiones fundamentales, lo fundamental para el Partido Conservador era empezar el ajuste fiscal ya este año, a lo cual los liberal demócratas se oponían, y en eso ganaron los conservadores. Este año va a empezar el ajuste fiscal que la oposición, incluidos los liberal demócratas y el Partido Laborista que está en el gobierno, decía que era muy prematuro porque la recuperación económica en Gran Bretaña, como en el resto de Europa, se haría muy frágil, y si se empieza a hacer un ajuste fiscal muy prematuro el peligro es que esa recuperación se detenga, se enlentezca o haga una marcha atrás. O sea que en eso más o menos los conservadores han sacado la mayor tajada de la negociación.

EC – Yo te estaba haciendo algunas preguntas pero quizás tú tengas otros elementos para agregar en el final, sobre todo a propósito de los desafíos que enfrenta este gobierno recién instalado.

FP – Yo diría que el gran desafío es saber si van a poder gobernar juntos, cómo se van a llevar. Yo decía que la razón por las cual se unieron es la matemática parlamentaria. Si miramos lo que son los dos partidos, sus ideas, sus valores, sus posiciones políticas, tienen diferencias relativamente importantes. El Partido Conservador es un partido de centro derecha, el Partido Liberal Demócrata es un partido de centro izquierda. Por valores y por políticas, la alianza natural hubiera sido entre el laborismo y los liberal demócratas, lo que aquí se llama una mayoría progresista. Pero por razones de matemáticas parlamentarias, y tal vez porque todo el mundo está muy consciente de la necesidad de tener un gobierno estable en momentos de gran fragilidad económica en Gran Bretaña y en Europa, el Partido Liberal Demócrata decidió asociarse con los conservadores.

¿Cuán firme va a ser esa asociación? No sabemos todavía, es un experimento nuevo. Gran Bretaña no eligió solamente un nuevo gobierno sino una nueva forma de gobernar. En otros países de Europa, e incluso en nuestro país en los años 90, los gobiernos de coalición son la norma, no la excepción. Aquí es algo nuevo, excepcional y que todavía no sabemos cómo va a funcionar.


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