México: una sociedad ávida de paz que intenta sobrevivir entre la corrupción y el narcotráfico
La violencia generada por los cárteles de la droga se ha convertido en un mal endémico para el pueblo mexicano. Desde su primer momento de auge, en la década de los noventa, el poder del narcotráfico ha ido creciendo, dejando un rastro de sangre a su paso. Entrevistado por En Perspectiva, el periodista uruguayo Homero Fernández, radicado en el país azteca desde hace 25 años, comentó cómo vive la sociedad esta dura realidad. Los planes del gobierno mexicano para pacificar el país, así como la corrupción de la autoridades y de la propia población también fueron parte del análisis. "La sociedad está ávida de un momento de paz, pero también necesita comprometerse", manifestó.
(emitido a las 9.07 Hs.)
EMILIANO COTELO:
A fines del año 2006, cuando asumió su cargo como presidente de México, Felipe Calderón le declaró la guerra al narcotráfico y puso en la calle 100.000 soldados, marinos y policías para combatir a los cárteles de la droga. Desde entonces, han muerto al menos 23.000 personas entre civiles, policías, militares y delincuentes.
El reguero de sangre se ha convertido en algo permanente. Esta semana, por ejemplo, comenzó con una marca récord: el lunes, en un solo día, hubo 80 muertos como consecuencia de la violencia relacionada con el narcotráfico.
En los próximos minutos les propongo trasladarnos a México para analizar qué es lo que está ocurriendo en ese país, por qué la violencia alcanza estos niveles, en qué medida está afectada la continuidad del Estado, cómo se sale de esa situación.
Vamos a conversarlo con el periodista uruguayo Homero Fernández, radicado en México desde hace 25 años.
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EC - Comencemos por lo más nuevo: ¿qué novedades aparecen de este tema en la prensa mexicana esta mañana?
HOMERO FERNÁNDEZ:
Lamentablemente, aquí en México la "nota roja" ya es permanente en las portadas de los periódicos. Hoy el periódico Reforma, en el cual trabajo, titula "Clausura el crimen las escuelas". Pues ni más ni menos que el gobernador del estado de Nayarit, un estado que en extensión sería como si juntáramos Paysandú y Salto, y con una población de un millón de habitantes, decidió adelantar el cierre de las clases tres semanas, tenían que terminar a mediados de julio pero terminan este viernes debido a la violencia que se ha registrado en ese estado. Un estado que en algún momento puede haber sido una especie de paraíso en este marco de violencia, pero donde sin embargo en lo que va del año ya se han registrado más de 100 muertes vinculadas al crimen organizado, mientras que el año pasado había habido 22, a ese extremo.
El gobernador del estado, Ney González, dijo que tomaba esta decisión porque ya había una especie de psicosis entre las familias porque pasaba el rumor de unos a otros de que los narcos iban a llegar a las escuelas a matar a los niños. Una psicosis extraordinaria que ha herido a muchas ciudades y estados.
EC - Se han producido hechos de violencia inéditos, inesperados, tú recién manejabas esa especulación a propósito de posibles ataques a niños en escuelas, pero el viernes de la semana pasada un grupo armado atacó un centro de rehabilitación para adictos a las drogas en Chihuahua, en el norte de México, con un saldo de 19 jóvenes muertos y dos heridos. "Al parecer los formaron contra una pared y les dispararon, es la primera vez que ocurre un hecho así en esta ciudad", explicaba el portavoz de la fiscalía. Es tremendo.
HF - Así es. Una segunda lectura de ese incidente, más allá de la violencia que determina este hecho, es que no es simplemente, fríamente, el asesinato de gente que quiere rehabilitarse del consumo de drogas, es básicamente la lucha de dos bandas específicas en Ciudad Juárez, una que está al servicio del llamado cártel de Juárez y otra que está al servicio del famoso Chapo Guzmán, uno de los hombres que aparecen en la revista Forbes como de los más ricos del mundo, al menos en el lugar 40. Los Aztecas, que es la pandilla al servicio del cártel de Juárez, y los Mexicles, que es la del Chapo Guzmán, se han peleado, se han venido matando. El asunto está ahí, en que estos que se arrepienten en algún momento fueron vendedores o sicarios de uno de los grupos, por eso llevan la venganza a estos centros de rehabilitación.
EC - ¿Qué dice el gobierno, en la medida en que la embestida que puso en marcha cuando asumió Felipe Calderón no parece estar produciendo resultados, o parece tener como consecuencia este baño de sangre?
HF - Hay muchas teorías, hay quienes dicen que no está dando resultado esto de llevar el ejército a las calles, porque lo lleva básicamente por el poder de armamento que tiene el narcotráfico y por la falta de credibilidad que tienen los cuerpos policiales. Y ese enfrentamiento hace que los analistas digan que se están violando derechos humanos, que no es el camino para restituir la seguridad.
Sin embargo el gobierno tiene su opinión, que también es válida, dice que toda la violencia que se está generando ahora es consecuencia de que le ha puesto el dedo en la llaga al crimen organizado. El presidente Calderón y los voceros del ejército afirman que la mayoría de los muertos registrados en estas masacres, en este contínuum, es consecuencia de que están apretándole el cinturón al crimen organizado. Un documento del gobierno dice que prácticamente el 90% de los muertos registrados durante el sexenio, que algunos registran en 18.000 y otros en 22.000, corresponde a personas que han pertenecido o pertenecen al crimen organizado.
EC - ¿Cuál sería la interpretación? ¿Que al perder la influencia que el narcotráfico ha tenido en el funcionamiento del Estado, al perder la capacidad de corrupción, que es un factor delicadísimo en todo esto, al encontrarse con un gobierno que lo enfrenta más duramente, se produce una reacción desesperada? ¿Tendríamos que leerlo de esa forma?
HF - Sí, porque no se termina esa corrupción, que parece que es endémica, lamentablemente, en un país tan rico y tan brillante culturalmente como México. Dicen que en el momento en que entra la fuerza del orden, la fuerza pública, comienzan a atomizarse las bandas, lo que hace que los territorios que en algún momento pertenecían a una u otra banda comiencen a perderse. Entonces capturan a gavilleros o a jefes de células o a jefes de departamento. De esa manera unos van perdiendo fuerza, aparece el otro bando a tratar de recuperar esa plaza para sí, y comienzan las luchas internas entre pandillas, entre sectores del crimen organizado, no solamente entre bandas grandes, que hay muchas. Yo mencionaba el cártel de Juárez y lo del Chapo Guzmán, pero están también el cártel del Pacífico, la Familia, los conocidos y reconocidos Zetas, que también tienen influencia internacional, por ejemplo en el área de América Central. En este rompecabezas de familias o de grupos del narcotráfico se disputan todos los territorios, los pequeños y los grandes.
EC - Paralelamente, está ocurriendo una diversificación del crimen organizado, que ya no se dedica primordialmente al narcotráfico. ¿Cómo es esto?
HF - No, se ha diversificado bastante la actividad del crimen organizado, les han entrado también a otros asuntos, como la trata de personas, el negocio de pasar gente de América Central a Estados Unidos, que es muy productivo para estas bandas, el robo de autos, la extorsión a comerciantes, los secuestros. Hay de todo.
EC - ¿Cómo hay que leer eso? ¿Es consecuencia de la ofensiva del gobierno, o es un fenómeno que ocurre por otros motivos?
HF - De las dos maneras, el propio gobierno comenta que en la medida en que ha ido cercando a estas mafias, han tenido que diversificar su actividad. No está claro, aquí se aplica el viejo dicho de qué fue primero, si el huevo o la gallina. Este fenómeno no arranca ahora durante el sexenio de Calderón, es un fenómeno que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Los cárteles mexicanos al principio solo se encargaban de pasar la droga a Estados Unidos cuando el auge de los cárteles colombianos, pero cuando ocurrió lo que ocurrió en Colombia con los cárteles colombianos, las bandas mexicanas comenzaron a tomar más protagonismo, y eso las hace más poderosas.
Desde el punto de vista económico esto es parte también de la afirmación de los territorios, porque en la medida en que ellos van tomando posesión económica de los lugares, también van tomando posesión militar y de fuerza en las sociedades, ya no solo cuidan las rutas que van hacia Estados Unidos, ahora se establecen en los poblados e incluso llegan a aplicar la vieja leva, llevan a los hombres del pueblo para integrarlos a sus filas. Esto se debe a que el gobierno ha capturado a muchos de sus pandilleros, por lo tanto necesitan soldados y aplican esas medidas en esos pueblos donde tienen mayor influencia.
EC - Es espeluznante lo que estás contando, y da pie a una pregunta que yo formulaba en la introducción: ¿cuán cuestionado está el Estado, la autoridad del Estado en México? Pero antes, ¿cómo ubicas en este cuadro lo que ocurrió hace un mes y algo, el secuestro del ex candidato presidencial y hombre fuerte del partido de gobierno, Diego Fernández de Cevallos? Estamos hablando de una personalidad de gran peso político que desapareció, ya va un mes sin novedades.
HF - Cuando desapareció todo apuntaba a la posibilidad de una venganza de los cárteles del narcotráfico debido a que el gobierno había dado unos golpes bastante fuertes. Pero poco a poco esa teoría, esa hipótesis se fue diluyendo, y ahora se ha manejado que lo tiene "un grupo muy poderoso con características que no tienen que ver con el narcotráfico"; con ese eufemismo lo han definido algunos allegados a este hombre que lleva un mes secuestrado.
Fernández de Cevallos fue candidato a la presidencia y apareció en su momento como uno de los principales candidatos para ganar la presidencia, luego del primer debate político que hubo en la televisión este hombre salió como uno de los favoritos, pero luego se diluyó en la carrera y no pudo ser el primer panista que llegara al poder como lo hizo Fox. Ha circulado una foto, primero por internet, de este hombre con la cara vendada, con el torso desnudo, con una postura que llevó a algunos a decir que estaba muerto y a otros a dudar de que estuviera vivo, porque le habían tapado los ojos, que comúnmente en una fotografía pueden dar pistas de si uno está vivo o no.
De Diego Fernández no se sabe absolutamente nada, los allegados a la familia dicen que están negociando, que ya han tomado contacto, hay rumores de que piden muchos millones de dólares, pero no ha habido mayor información. Sin embargo aquí en México tienen una capacidad bastante difícil de entender por un lado, pero también comprensible: a medida que van pasando los momentos, nuevas cosas raras, nuevas cosas impactantes aparecen y se van desvaneciendo las anteriores. Podríamos decir que hoy ya nadie tiene en su memoria el impacto que ese secuestro tuvo a los cuatro o cinco días de haberse efectuado.
EC - Eso también es algo muy chocante.
HF - Absolutamente.
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EC - A partir de hechos como los que has citado, la pregunta de qué pasa con el Estado mexicano se impone. ¿En qué medida la autoridad está cuestionada, en qué medida funciona y ejerce sus funciones el Estado mexicano?
HF - En algún momento del gobierno de Calderón alguien en Estados Unidos comentó que México era un Estado fallido, lo cual provocó la reacción política de todos los sectores mexicanos. El presidente se ha encargado muchas veces de comentar que eso no es cierto, que la autoridad se ejerce en todos los rincones del país, sin embargo en un desplegado, en un documento publicado en la prensa este fin de semana, en alguna parte establece que el poder del narcotráfico ha sido tal en algunas comunidades que ha tenido el gobierno de esos lugares, el gobierno operativo.
EC - Lo admite el propio presidente.
HF - Sí, cuando él hace la exposición de los motivos por los cuales ha tenido que salir a combatir el narcotráfico, en un párrafo señala que las comunidades, incluso algunas ciudades, han quedado en manos del crimen organizado, y que por eso han tenido que salir al rescate de esos lugares. Ahora se está desarrollando en México el censo de población, y se ha comentado que en algunas regiones muchos funcionarios se niegan a realizar el censo porque son lugares que de una u otra forma están en poder de la delincuencia.
EC - Se podrían agregar otros puntos, por ejemplo que las elecciones se desarrollan en distintos estados de México se ven seriamente afectadas por episodios vinculados con el crimen organizado, o por debilidades de la justicia mexicana que termina con liberaciones inexplicables. La lista es larga.
HF - Sí, no nos daría el tiempo, hay muchos de esos factores. Días pasados leíamos que la cuestión ha llegado a tal punto que en Tamaulipas, un estado en el norte de México fronterizo con Estados Unidos, muy rico en la explotación petrolera, en la cuenca de Burgos, donde se explotan petróleo y gas, desde el 23 de mayo un pozo que produce petróleo y gas está en poder de un comando armado del crimen organizado.
EC - Cuesta decir eso, cuesta entender y asumir que hay un pozo petrolero secuestrado.
HF - Exactamente, y para México el petróleo es un bien tan sagrado que está en la Constitución como riqueza de todos los mexicanos. De hecho, una de las discusiones políticas y económicas más importantes es que hay quienes quieren darle cabida a la iniciativa privada, a la empresa privada para la explotación de cuestiones relativas al petróleo, y hay quienes dicen que eso es un pecado mortal. Pero, mientras ellos discuten, el crimen organizado ya tiene un pozo que se llama Gigante 1, y tiene de rehenes a los trabajadores de la estatal PEMEX, y el ejército no ha podido entrar al lugar.
Lamentablemente yo ahora estoy ocupando este espacio para hablar de cosas negativas de este país tan rico y tan ejemplar. Ese es otro de los asuntos, muchas cosas buenas que existen y que tiene este país se van nublando con esto. Incluso el presidente Calderón anunció ayer que va a imprimir una campaña muy agresiva en buenos términos a nivel internacional para tratar de mejorar la imagen del país.
EC - Sí, para que la imagen del país no quede dominada por todo esto negativo y preocupante.
HF - Absolutamente. Uno como periodista no está conforme con que esto ocurra todos los días y que solo las noticias malas aparezcan en las primeras planas; la situación es demasiado compleja, no se debe leer como nota roja, pero el país también necesita otras cosas, y más ahora que está entrando en la etapa de festejos del bicentenario de la independencia y del centenario de la revolución. Si me permites, leo un párrafo que una escritora y opinóloga interesante y muy reconocida acá en México escribió ayer:
"Verdad que ya no queremos escuchar más malas noticias, verdad que ya estamos hartos de oír hablar de muertos, asesinatos, desaparecidos, corrupciones e impunidades, y verdad que nos urge reconciliarnos con nuestro país, especialmente en este año en que cumple 200 años. Pobrecita de nuestra patria, qué maltrecha llega a este aniversario".
(Audio Felipe Calderón.)
"La nuestra no es una lucha ni única ni principalmente contra el narcotráfico. Es una lucha contra toda expresión del crimen organizado que afecta a los ciudadanos. Es una lucha contra quienes se apoderan por las armas de pueblos o comunidades, y agreden a quienes ahí viven. Por eso es una lucha que vale la pena luchar, que hay que librar. Y no es ni debe ser la lucha solo del presidente, sino de todos los mexicanos, y en particular de aquellos que tenemos la responsabilidad pública en el gobierno, ya sea a nivel federal, estatal o municipal..."
(Fin.)
EC - Así hablaba ayer el presidente mexicano, Felipe Calderón, en un mensaje que dirigió a la población, en el que convocó a sus compatriotas a sumarse con sus denuncias a la lucha contra el crimen organizado.
"Tu participación es vital, porque esta lucha es de todos, y por eso tu denuncia, por ejemplo, o la información que nos puedas hacer llegar es clave para avanzar en ella", añadió.
Los reportes de prensa destacan que esta alocución de Calderón se da en medio de la intensificación de la violencia y que es el segundo mensaje que dirige al país en apenas dos días.
Homero, para el final un comentario tuyo sobre estas salidas de Calderón, sobre todo sobre la de ayer.
HF - Creo que el presidente está empezando a armar esa estrategia de buscar un mayor apoyo a nivel popular, siempre lo está haciendo, siempre lo está reiterando, a mí me llama mucho la atención que utilice la cadena para pedirle a la gente que siga denunciando. Eso ha sido una campaña casi permanente en los últimos tres años en radio y televisión, se dan números telefónicos para que la gente denuncie las cosas irregulares que ve. No es ninguna novedad. Pero en 72 horas el presidente ha salido a la palestra directamente a hablar de la necesidad de una ayuda, explicando cómo están las cosas en México. Por ahí tú comentabas, y no sé si lo puntualicé bastante, el tema del riesgo de las instituciones. Lamentablemente comentamos siempre con nuestros colegas y con los analistas que ese es el problema mayor que tiene en este momento México, la credibilidad de las instituciones.
EC - Ayer Calderón habló de eso en su alocución, dijo: "Los delincuentes necesitaban intimidar no solo a otros criminales, sino también a las autoridades y a la sociedad".
HF - Exactamente, eso están haciendo, y la sociedad está ávida de un momento de paz, pero también necesita comprometerse, y a veces permanece renuente a hacerlo porque ha habido marchas populares intensas contra la inseguridad personal, más allá del crimen organizado, y las respuestas de la autoridad han sido muy pocas.
EC - Además es peligroso participar, es peligroso denunciar.
HF - Por supuesto, tienen que ser denuncias anónimas. Pero con respecto a los crímenes, a los delitos comunes, al que pasa al robo de la casa, al secuestro cuando no es industrial, como en este caso del crimen organizado, la gente ha salido en Ciudad de México, ha llenado las plazas para protestar y pedirle a la autoridad que la ayude a recuperar los espacios públicos. Es una madeja sin fin, porque por ahí pasan la corrupción, la falta de autoridad de las autoridades, porque se conocen todos los días casos de corrupción política, de corrupción policial, de corrupción de la justicia, y lamentablemente eso va empañando cada vez más la imagen que la ciudadanía puede tener. Y por otra parte a veces la ciudadanía no colabora porque es tan corrupta como la autoridad.
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Transcripción: María Lila Ltaif