Haití: el largo camino de la reconstrucción
Tras el terremoto que destruyó Puerto Príncipe capital de Haití a principios de 2010, diversos países y organizaciones internacionales ofrecieron su ayuda para paliar la tragedia. Médicos sin Fronteras (MSF) es una de las instituciones que más ha colaborado con la población, desplegando una red de 3.000 profesionales que brindan apoyo en áreas como salud, higiene y abrigo. Gabriel Sánchez Ibarra, coordinador general de la sección española de MSF en Haití, conversó con En Perspectiva sobre la situación del país caribeño, a seis meses del sismo y tras innumerables promesas de ayuda que parecen tardar más de la cuenta. "La sensación de los haitianos es que la reconstrucción todavía no se ha iniciado y que queda todo por hacer", señaló.
(emitido a las 9.01 Hs.)
EMILIANO COTELO:
El 12 de enero de este año un terremoto grado 7 destruyó Puerto Príncipe, la capital de Haití, y dejó más de 250.000 muertos, 300.000 heridos y más de un millón de desplazados de sus hogares.
Durante varias semanas, Haití fue el centro de la atención mundial, todos pudimos ver las imágenes desgarradoras que llegaban desde ahí: edificios destruidos, cadáveres apilados, saqueos de la gente desesperada.
La situación era tan crítica que países y organizaciones anunciaron ayudas económicas y materiales para colaborar con la castigada población haitiana, que ya antes de esta catástrofe atravesaba una realidad muy compleja y que quedó colocada al borde del abismo.
Pero con el correr del tiempo el tema de Haití fue quedando relegado en la agenda informativa internacional. Y en estos días acaban de cumplirse seis meses de la catástrofe.
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EC - ¿Cómo están hoy las cosas en Haití? ¿Cuánto se ha podido avanzar en los trabajos de reconstrucción? ¿Se marcha efectivamente hacia una refundación del país, con la idea de superar también el Estado fallido que, de hecho, era Haití antes de la catástrofe?
Vamos a conversarlo con Gabriel Sánchez Ibarra, coordinador general de la sección española de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Haití. Tiene 39 años, nació en la República Argentina pero es hijo de españoles.
¿En qué lugar de Puerto Príncipe te encontramos?
GABRIEL SÁNCHEZ IBARRA:
En este momento estoy en la oficina de MSF de España, en Petion-Ville, uno de los barrios de Puerto Príncipe. Tenemos también bases en bastantes otros lugares, MSF está bastante bien implantada en Puerto Príncipe, tenemos hospitales, centros de salud, oficinas en prácticamente toda la ciudad.
EC - ¿Desde cuándo te encuentras tú en Haití?
GSI - Yo formo parte de los equipos que participamos en la segunda oleada de actividad de MSF, justamente posterior a la parte de emergencia. Yo llegué a principios del mes de abril para reemplazar a los compañeros y las compañeras que habían participado en los primeros días y las primeras semanas de socorro después del terremoto.
EC - MSF se define a sí misma como una organización humanitaria internacional de acción médica que asiste a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes y de conflictos armados, sin discriminación por raza, religión o ideología política. MSF aclara que es independiente de todo poder político, económico o religioso. Está presente en 65 países. En Haití, en particular, MSF trabaja desde hace 19 años. ¿Cuáles son las tareas concretas en las que se desempeñan ustedes ahora?
GSI - Efectivamente, MSF trabaja acá desde hace ya un buen número de años. Ese es uno de los factores principales que nos han permitido una rápida revisión de nuestras estrategias y una rápida puesta en marcha de nuevos proyectos después o en el momento exacto en que la catástrofe del 14 de enero se produjo. Es un factor que explica mucho el enorme nivel de actividad y de socorro que hemos podido dar después.
En este momento MSF está fundamentalmente concentrada en el trabajo hospitalario. Dada la importante cantidad de actores humanitarios y de otro tipo que han llegado a Haití después del terremoto, y dado también que sobre todo la parte de asistencia primaria, las consultas individuales normales que cualquier persona recibe cuando está no muy enferma, ese nivel estaba cubierto ya por otros actores, hemos preferido que el valor añadido de MSF se concentrase en aquellos aspectos de la medicina que requieren de muchos más recursos, no solamente financieros, sino también humanos, recursos de presencia en el país, que es normalmente en los hospitales, allá donde los enfermos más graves, los que requieren cirugía o una atención especializada se dirigen habitualmente.
MSF ha hecho crecer mucho su capacidad operativa. En este momento mantenemos 19 estructuras de salud en Puerto Príncipe, Léogâne y Jacmel, que son las tres zonas más afectadas por el terremoto; mantenemos más de 1.100 camas hospitalarias disponibles, que representan más o menos un tercio de toda la capacidad hospitalaria que en este momento existe en el país, y en definitiva hemos pensado que nuestra obligación era complementarnos con las actividades de los demás para no caer en la duplicación y concentrarnos en aquello que podemos hacer mejor. Eso es lo que hacemos.
De todas maneras, también fuera de los hospitales hemos observado una enorme cantidad de necesidades que no estaban siendo bien asistidas, y eso nos ha llevado a asumir responsabilidades que no son propias de nuestra organización. Somos una organización médica, sin embargo hemos tenido que dedicarnos a trabajar en los campos de desplazados para asistir a la población en abrigo, donar carpas para que las personas tuvieran un abrigo básico en el que refugiarse, dar elementos básicos de higiene, bienes básicos para que las personas pudieran reconstruir un poco su vida, y al final hemos tenido que asistir a más de 100.000 personas, a más de 25.000 familias en esas condiciones, precisamente porque no estaban siendo asistidas.
Y finalmente hay un tercer componente también muy importante en una situación como la de Haití, que es el componente de salud mental. MSF considera la salud desde un punto de vista integral, por lo que el nivel de estrés, de angustia, de ansiedad, de fatiga que la población estaba sufriendo, y además el fortísimo trauma que sufrían las víctimas del terremoto, nos han llevado a poner en marcha un componente de salud mental que recoge tanto consultas individuales a las personas en situación más grave, con programas terapéuticos para estas personas, pero también programas de apoyo psicosocial en los campos para acompañar a las personas en este momento terriblemente difícil tanto por el terremoto como por las condiciones de vida que sufren. En ese componente hemos llegado a asistir a más de 80.000 personas, también un número muy importante.
Por lo tanto esas tres patas son las que conforman en este momento la estrategia operacional de MSF, evolucionando hacia un cierto nivel de normalidad. Al principio la mayor parte de nuestra actividad se concentraba en las personas que habían sido directamente heridas y afectadas por el terremoto, hemos tenido que hacer una enorme cantidad de intervenciones quirúrgicas, más de 11.500, pero hemos observado también cómo estas intervenciones iban evolucionando desde la víctima típica del terremoto, con problemas sobre todo ortopédicos, traumatológicos, hacia otro tipo de patologías más normales dentro de la situación actual de Haití, que es una situación fundamentalmente definida por unos terribles problemas en cuanto a las condiciones de vida que la gente sigue padeciendo.
EC - ¿Cuántas personas integran el equipo de MSF en Haití, si tomamos en cuenta a los médicos y todo el personal de apoyo?
GSI - En este momento son prácticamente 3.000 personas, somos un enorme equipo sobre el país. Es evidente que cuando hablamos de cifras como estas, de más de 170.000 pacientes tratados, los equipos para hacerlo tienen que ser muy importantes. Y a pesar de que yo hablo desde el punto de vista de una persona expatriada, de una persona extranjera que ha venido acá a trabajar y a acompañar este proceso, la inmensa mayoría de las personas de MSF que trabajan en Haití son haitianos y haitianas, los expatriados de MSF somos apenas uno de cada 10 en los equipos de la organización, hay que reconocerlo y decirlo.
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EC - Tú decías que MSF tiene desplegado un equipo de unas 3.000 personas que incluye extranjeros y médicos, técnicos y colaboradores locales haitianos. ¿Cómo se financia, cómo se les paga a estas personas? ¿Todos ellos son profesionales, o hay también voluntarios? Cuéntanos cómo se desarrolla este tipo de servicios.
GSI - MSF es una organización que hace prácticamente 40 años empezó a actuar, y una de las apuestas más claras que hizo ya desde sus orígenes y que se ha ido consolidando a lo largo del tiempo es la necesidad de profesionalizar y de intentar llegar a los más altos niveles de calidad y de estándar de atención posibles cuando hacemos operaciones humanitarias inéditas como las que desarrollamos en Haití. Por lo tanto todas las personas que trabajamos con MSF en cualquiera de sus sesenta y pico de misiones son profesionales, mayoritariamente sanitarios y de salud, que realizan su trabajo a tiempo completo, están totalmente comprometidos con el trabajo médico que la organización realiza. Esa es la clave.
Para poder poner en marcha este tipo de actividades necesitamos una importante capacidad financiera y una importante capacidad de generar recursos, porque normalmente la elección de MSF es una elección de calidad, como acá, que está concentrada fundamentalmente en hospitales, y gestionar hospitales, si lo hacemos con calidad y buen estándar para los pacientes, es algo caro.
Afortunadamente para MSF, contamos con un número importantísimo de socios en todo el mundo que nos permiten financiar estas actividades. Hemos recaudado 91 millones de euros de nuestros socios para llevar a cabo las tareas de urgencia en Haití, suma que no solamente nos permite financiarnos sino que además nos da una enorme capacidad de independencia económica. MSF se financia prácticamente en exclusiva de fondos de socios de la organización, lo que nos permite, primero, ser muy reactivos, contar con un nivel de fidelidad muy importante y unos fondos que nos permiten reaccionar rápidamente cuando es necesario, y segundo y fundamental para nuestra organización, nos da una enorme capacidad de independencia económica.
EC - ¿Cuánto ha costado la operación de MSF en Haití en estos seis meses desde el terremoto?
GSI - Hasta este momento hemos recaudado 91 millones, y vamos a gastar 89 millones en el transcurso del año 2010. Prácticamente la totalidad de ese dinero se va a dedicar este año a la emergencia. En encuentros como este con usted damos cuenta de nuestro trabajo, intentamos hacer un ejercicio de transparencia para que las personas que han apostado a MSF estén al corriente de lo que se está haciendo con su dinero. Es una responsabilidad de cualquier organización como la nuestra.
EC - Tú decías que han puesto el énfasis en la atención hospitalaria, contabas que han montado 19 estructuras de salud, que están operando 1.100 camas hospitalarias, que equivalen a la tercera parte de las que están disponibles en Haití. Me interesaría saber cómo hacen con la infraestructura edilicia, la infraestructura material, porque una de las consecuencias del terremoto en Haití fue la destrucción de hospitales. ¿Entonces?
GSI - Efectivamente, es una pregunta muy acertada teniendo en cuenta la situación que se dio acá. Hemos tenido dos fases, una primera en la que la mayoría de nuestros hospitales, un porcentaje muy importante, estaban debajo de carpas, de estructuras absolutamente frágiles donde tuvimos que poner todos los medios necesarios para atender a la gente que llegaba masivamente; incluso hemos tenido hospitales inflables. Después de seis meses la situación ha cambiado, la mayoría de nuestros hospitales está sobre estructuras que llamamos semipermanentes. Semipermanentes significa bien en contenedores que han ido llegando y han sido instalados para dar servicios médicos, bien en estructuras de madera que hemos ido poniendo en marcha. MSF no ha intervenido en la reconstrucción de hospitales, no es nuestra labor, no es nuestro trabajo, eso es una intervención que van a hacer otros actores en el futuro. Pero hemos tenido que realizar obras menores e instalaciones de estructuras semipermanentes, sobre todo si se tiene en cuenta que las tiendas, las carpas, ya no van a ser útiles en el período del año en el que estamos, un período terriblemente complicado en el Caribe por los huracanes, ciclones, tormentas tropicales. Hemos tenido que reforzar esas estructuras para que sean de fácil montaje pero a la vez resistentes a fenómenos meteorológicos como esos.
EC - Si salimos de la esfera estrictamente médico-sanitaria y vamos a tu experiencia de estos meses en Haití, ¿qué percibes que ha cambiado desde que llegaste? Por ejemplo, ¿se mantiene aquel paisaje desolador en las calles que se veía luego del terremoto, con escombros y casas caídas? ¿En qué medida ha mejorado la situación?
GSI - Los cambios son observables, no podemos decir que la situación sea exactamente la misma. Nosotros hacemos una diferencia clara entre el paisaje urbano con el que nos encontramos, que ha cambiado y ha ido evolucionando a lo largo de estos seis meses, y por otro lado las condiciones de vida de las personas, que no han cambiado tanto. Es verdad que ya no se observan en la calle esas montañas de escombros del principio, esas enormes cantidades de casas derruidas que estaban sin retirar, esas personas agolpadas en las aceras en medio de la calle, eso ha ido evolucionando hacia unas condiciones de distribución urbana o de planeamiento urbano mejores que las que existían poco después del terremoto. Sin embargo no observamos que las condiciones de vida de la gente hayan cambiado tanto. Me refiero fundamentalmente a ese millón, millón y medio es difícil dar cifras exactas de personas que siguen viviendo en ampos de desplazados en unas condiciones muy parecidas a las que tenían pocas semanas después del seísmo. Para esas personas se ha producido una asistencia de urgencia, esas personas han recibido un kit básico, han recibido ayuda básica que les ha permitido instalarse en los campos en condiciones más o menos de supervivencia. Sin embargo muy pocas de esas personas han recibido soluciones durables a largo plazo.
La reconstrucción prácticamente no ha comenzado, está todo por hacer todavía, y los únicos desplazados que han sido realojados han sido aquellos que vivían en lugares de muy, muy alto riesgo meteorológico o natural. Esas personas han sido obligadas a irse a otro lugar, pero la inmensa mayoría de la gente sigue en los mismos campos en los que estaba y en unas condiciones que son igual de precarias o muy parecidas a las que tenían antes.
EC - Una parte del problema son las dificultades que tiene el gobierno de Haití para enfrentar la coyuntura crítica y tomar decisiones estratégicas para el futuro. Ya antes del terremoto muchos calificaban a Haití como un "Estado fallido", pero el sismo derrumbó también las pobres estructuras del gobierno, hubo destrucción de locales y equipamiento estatal, e incluso muerte de miles de funcionarios públicos. A mediados de febrero el presidente René Preval decía que el país "no estaba listo para acoger tanta ayuda y tanta buena voluntad".
¿Qué ha pasado con esta parte del problema, la capacidad de respuesta del Estado haitiano?
GSI - Usted tiene razón, efectivamente el Estado haitiano se ha visto colapsado, ha sido víctima directa del terremoto, no podemos olvidar eso. Una enorme cantidad de edificios administrativos, de funcionarios se han visto directamente afectados, y eso ha reducido todavía más la capacidad de un Estado que ya antes no era eficiente.
De todas maneras, con los pocos medios que tenía, el Estado ha puesto en marcha políticas y ha intentado sobre todo hacer un trabajo de coordinación de la ayuda humanitaria ingente que ha llegado en estos seis meses, con más o menos éxito. Sin embargo, el retraso que todo el mundo, incluso MSF, observa en las labores de reconstrucción no se debe a un único factor ni a un único actor, es importante no simplificar en una enorme emergencia como esta. Yo siempre repito que una emergencia de estas características y de esta amplitud y magnitud supera las capacidades de cualquier gobierno y de cualquier agencia u organización internacional, incluida MSF. Las supera en mucho, por lo tanto se requiere tiempo y se requieren enormes compromisos y capacidades de coordinación para poner en marcha la reconstrucción.
Reconozco lo que usted dice, es real, el gobierno y el Estado haitiano han tenido problemas para reconstituir su capacidad de gestión y de decisión, y la van a seguir teniendo, pero hace falta reconocer también que el Estado haitiano ha puesto todos los pocos recursos que tenía al servicio de la emergencia durante los primeros meses. Después va a requerir negociar, MSF está intentando hacer un trabajo de coordinación con las autoridades sanitarias que no siempre es fácil pero que hay que hacer, y evidentemente hay que pedirle al Estado que cumpla sus responsabilidades. Pero aparte de al Estado, hay que pedírselo a la comunidad internacional y a las enormes cantidades de gobiernos que prometieron ayuda, que prometieron presencia.
EC - A eso iba, en las primeras semanas posteriores al terremoto la respuesta solidaria de la comunidad internacional fue muy buena, la gente en todos los países del mundo hizo donaciones muy importantes con destino a la ayuda y la reconstrucción de Haití, y después una conferencia en Nueva York el 31 de marzo los países donantes prometieron 5.300 millones de dólares para los siguientes 18 meses y 10.000 millones para los próximos cinco años. ¿Qué está pasando con la ayuda internacional?, ¿se está concretando?
GSI - Está tardando mucho. Usted ha hecho muy bien la diferenciación, hay una primera parte que podemos centrar en el dinero que llegó y se invirtió en la fase de urgencia, podemos hablar de los primeros seis meses, y luego hay efectivamente una serie de compromisos internacionales, fundamentalmente de los gobiernos, que buscaban preparar la reconstrucción a partir de esa fase de emergencia. Las cifras que usted ha dado son correctas, fueron decididas en diversas conferencias de donadores en Nueva York, en Punta Cana, en diferentes lugares. La llegada de ese dinero hasta este momento ha sido muy pequeña y no ha dado lugar todavía a poder poner en marcha los proyectos de reconstrucción anunciados o los planes de reconstrucción elaborados por el gobierno. Hay diferentes versiones, se habla de cifras que van del 1,5%, 2%, y las previsiones más optimistas hablan de que podría haber llegado aproximadamente un 10% de lo prometido, sobre todo de lo prometido para la primera parte, pero la sensación general, y sobre todo la sensación de los haitianos, que es lo que hay que poner sobre la mesa, es que la reconstrucción todavía no se ha iniciado y que queda todo por hacer.
Nuestra obligación como MSF, como una organización que trabaja al lado de las personas y de los más vulnerables, es repetir esto, repetir lo que oímos, y lo que oímos cada vez que trabajamos en los campos de desplazados, cada vez que recibimos pacientes en nuestros hospitales, es que esas personas cada vez están más fatigadas, más cansadas, más estresadas y con un nivel de esperanza menor con respecto a las perspectivas de futuro. Nuestra obligación es decirlo y pedirles a todos los actores que se comprometieron a ayudar a Haití en la fase de reconstrucción, que va a ser larga pero es absolutamente necesaria, exigirles que cumplan sus promesas y que lo hagan en la magnitud y en la medida que las habían asumido. Por lo tanto hay una enorme responsabilidad de la comunidad internacional para con Haití en los próximos años.
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EC - Desde la audiencia preguntan cómo se hace para contribuir con MSF. Supongo que lo más sencillo es recurrir al sitio web: www.msf.org.
GSI - Sí, es lo más fácil para cualquier persona.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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