"El encuentro entre Abbas y Netanyahu es un paso adelante"
Contacto con Ana Jerozolimski, corresponsal de En Perspectiva en Israel.
(emitido a las 08.49 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Después de un período de menos de dos años sin contactos directos entre las partes, ayer Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se dieron cita en Washington, por invitación del presidente Barack Obama, y relanzaron las negociaciones directas de paz.
La foto aparece destacada en buena parte de los diarios, revistas y portales de internet del mundo. En el centro de la mesa la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, que en su asiento se corre hacia atrás para permitir que quienes están a sus lados, el premier israelí Benjamin Netanyahu y el líder palestino Mahmud Abbas, se den la mano.
¿Qué está en juego? ¿Cuáles son las dificultades? ¿Cuáles son los temores y las esperanzas? Estamos en comunicación con nuestra corresponsal en Jerusalén Ana Jerozolimski.
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ANA JEROZOLIMSKI:
A pesar de los numerosos problemas con los que habrá que lidiar y las dificultades, quisiera comenzar con un comentario optimista: el hecho de que ayer se hayan reunido el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, es un paso adelante. No es la paz ni tampoco la antesala inmediata del acuerdo. Sí es un paso ineludible para que se puedan ir acortando distancias. Sin reunirse nunca llegarían a nada.
Aunque ambos estén presionados por el presidente Obama, aunque sigan desconfiando uno del otro y ayer hayan estado pensando en los problemas domésticos de cada uno, las palabras que se dijeron ayer en Washington tienen su importancia aunque sea simbólica.
"Shalom, salam, peace. Nuestra meta es shalom, la paz", dijo el primer ministro de Israel. El presidente palestino reiteró un mensaje ya conocido e importante: "Estamos comprometidos a cumplir con todos los compromisos que hemos contraído".
Quizás uno de los elementos más originales de la cita haya sido esta declaración explícita de Netanyahu que formuló dirigiéndose directamente al presidente palestino:
"Presidente Abbas: usted es mi interlocutor en la paz".
Además, dio a entender que no sólo exigirá concesiones a los palestinos sino que tendrá que hacerlas en términos territoriales: "la paz será duradera únicamente si las dos partes realizan concesiones mutuas y dolorosas", aseguró el jefe del Ejecutivo israelí.
Aquí comienzan las dificultades. Mucho se habla de los asentamientos como espada de Damocles que amenaza el proceso de paz. Sin duda es uno de los temas más complejos, clave para los palestinos. Recordemos que el 26 de este mes expira la moratoria a la construcción en los asentamientos declarada por Netanyahu hace diez meses, con la intención de convencer a los palestinos de volver a negociar.
Mahmud Abbas aclaró que si Israel vuelve a construir él se va de las negociaciones. Netanyahu no querrá que se lo culpe de la primera crisis, pero tendrá que hallar una fórmula en el plano interno que le permita maniobrar sin chocar con su propia coalición y con la población judía de Cisjordania en los asentamientos.
Sería un error concentrar todos los problemas en este tema. Probablemente, más inmediato sea la falta de seguridad cuando el terrorismo vuelve a golpear.
En un evidente intento de sabotear las conversaciones que estaban por comenzar y de colocar en una situación incómoda a la ANP, el grupo integrista islámico Hamás perpetró dos cruentos atentados en Cisjordania. En el primero, mató en una balacera a cuatro civiles israelíes, entre ellos una mujer embarazada que dejó a seis huérfanos en casa. En el segundo, hubo dos heridos, uno de gravedad. Las voces en el sepelio al día siguiente en el asentamiento Beit Jagai, aledaño a Hebrón, en el que vivían todas las víctimas se oían también en Washington.
Hamás no dejó lugar a dudas, el vocero de su brazo armado Izzadin Al Qassam fue categórico:
"Anunciamos que tomamos plenamente la responsabilidad por esta acción heroica".
Lo central es lo que dijo luego Sami Abusuri, miembro de Hamás en Gaza: "Esto es solo el comienzo".
A pesar de eso, Netanyahu se quedó en Washington para las conversaciones. También estos días se dijo repetidamente aquella frase conocida "hay que combatir el terrorismo como si no hubiera proceso de paz y negociar en el proceso de paz como si no hubiera terrorismo".
Es un mensaje clave porque no se puede dejar que ganen los terroristas.
La pregunta es si realmente se lo puede implementar cuando el interlocutor de Israel es un grupo que busca hacer la vida imposible, controlando Gaza y parte de Cisjordania.
Sin perder la esperanza recordando que son los pueblos, israelíes y palestinos, los que necesitan que se logre la paz, dijo el presidente Obama al comienzo de la cumbre con Netanyahu, Abbas, el presidente egipcio Anwar El-Sadat y el rey Abdalá de Jordania.
(Audio Barack Obama)
"El encuentro esta tarde será de un pequeño grupo entorno a una sola mesa, pero al reunirnos no estaremos solos".
Nos recordó a los tiempos de Rabin, cuando los discursos al inicio del proceso de paz los gobernantes decían que querían lograr la paz por el bien de sus hijos y los hijos de sus hijos: "Esperemos que los hijos de todos que hoy necesitan esa paz no tengan que aguardar otros 17 años como los transcurridos desde entonces porque no hay mal que dure cien años ni quien lo pueda aguantar".