Entrevistas

Vicecanciller de Ecuador afirma que hubo "intento de golpe de Estado" provocado por oposición

Vicecanciller de Ecuador afirma que hubo "intento de golpe de Estado" provocado por oposición

"En las próximas semanas vamos a ver que realmente hubo una vinculación de Lucio Gutiérrez (dirigente opositor) con el intento de golpe de Estado", aseguró Kintto Lucas, vicecanciller de Ecuador, al comentar los hechos del pasado jueves, cuando una rebelión policial tuvo al país y a la región en vilo. Lucas –quien es uruguayo– subrayó que los disturbios registrados fueron más que una simple protesta de reivindicación salarial por parte de la Policía y que "hubo un intento de asesinar al presidente" Rafael Correa. "La Policía tomó la Asamblea Nacional, la desalojó y sólo dejaba entrar a los legisladores de oposición", agregó. Entrevistado por En Perspectiva, señaló que "en este momento hay una tranquilidad total" y que los uniformados "regresaron a sus actividades diarias y se dan cuenta de que no hay ninguna disminución salarial". Sin embargo, fue tajante con los instigadores de la revuelta: "No vamos a permitir que exista impunidad", manifestó.


(emitido a las 8.53 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El jueves pasado el mundo entero miró hacia Ecuador, donde las noticias daban cuenta de un hecho gravísimo: el presidente Rafael Correa se encontraba retenido por policías sublevados en un hospital en Quito.

Once horas después, en la noche del mismo jueves, Correa fue liberado en un operativo a sangre y fuego en el que participaron efectivos militares. Luego, hablando a sus simpatizantes desde el palacio de Gobierno, aseguró que los policías rebeldes habían intentado un golpe de Estado.

Desde entonces, tanto Correa como sus colaboradores reiteraron que detrás del levantamiento de un grupo de policías y la protesta por una ley que les recorta beneficios, estaba el líder opositor, Lucio Gutiérrez. Pero Gutiérrez negó haber tenido ninguna vinculación con lo sucedido y agregó que su hija, Karina Gutiérrez, integrante de las fuerzas especiales, participó en el operativo de rescate del presidente.

El viernes hicimos aquí En Perspectiva un par de abordajes de estos sucesos, primero en un análisis internacional y luego en La Tertulia. De todos modos, resultó imposible pasar en limpio qué había ocurrido realmente en Ecuador.

Hoy, con cuatro días de distancia, les proponemos volver al tema, y hacerlo con un punto de vista muy particular: el de un periodista y escritor uruguayo que ocupa un puesto importante en el Gobierno del presidente Correa.

***

EC - El diálogo es con Kintto Lucas, vicecanciller de Ecuador.

En Quito son las 5.55. Gracias por levantarse a esta hora. ¿O es la hora habitual?

KINTTO LUCAS:
Casi habitual, acostumbro a levantarme a las 6.30.

EC - Kintto Lucas ha participado más de una vez en nuestro programa. Es uruguayo, nacido en Salto, tiene 47 años, y suele ser presentado como periodista y escritor. Fue miembro del primer cuerpo de profesionales de la Udelar de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, cuando se estaba formando, a principios de los años 90. Además, fue asesor de distintas organizaciones en temas sociales y vinculados a la comunicación; ha recibido varios premios por sus trabajos periodísticos en Montevideo y en el exterior, autor de una serie de libros, entre ellos "Rafael Correa, un extraño en Carondelet", publicado en 2007.

Tú vives en Ecuador desde 1992. ¿Por qué hiciste esa opción?

KL - Vine a Ecuador por un año contratado por la revista Chasqui, del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina, y además soy casado con una ecuatoriana; me casé en Uruguay antes de venir a vivir aquí.

EC - Desde entonces Kintto Lucas ha trabajado en distintos medios ecuatorianos: ha sido editor cultural y editorialista del diario Hoy y editor de la revista Chasqui, además de columnista de los diarios El Comercio de Quito y Expreso de Guayaquil. También se ha desempeñado como corresponsal en Ecuador de la agencia IPS y ha sido colaborador de medios uruguayos, por ejemplo Brecha, y en varias ocasiones radio El Espectador.

Hoy, pese a las tareas de Gobierno, ¿sigues vinculado a tareas periodísticas?

KL - Prácticamente nada, estoy escribiendo muy poco, solo en mi blog. A nivel profesional nada, porque prácticamente todos los días estoy dedicado intensamente a la cancillería.

EC - Tú obtuviste la nacionalidad ecuatoriana en 2008, hace muy poco.

KL - En 2008 me la otorgó el Gobierno por servicios relevantes al país.

EC - ¿Cuáles eran esos servicios? ¿Cómo se fundamentó una decisión de ese tipo?

KL - La Constitución le da la posibilidad al presidente, como en otros países, de otorgar la nacionalidad cuando la persona ha trabajado a nivel académico o incluso periodístico, a nivel cultural. Como yo también soy profesor de algunas universidades, y además he sido promotor cultural, he escrito en los diarios, una serie de actividades que dieron esa posibilidad de otorgarme la nacionalidad de esa forma. Igual podría haber obtenido la nacionalidad por tener una hija ecuatoriana, por vivir desde hace 20 años en Ecuador.

EC - El nombramiento como vicecanciller se produjo en mayo de este año.

KL - En el año 2008 fui asesor de la Comisión de Relaciones Internacionales y Soberanía de la Asamblea Constituyente; después fui asesor del Ministerio de Coordinación Política, que es el ministerio que maneja las relaciones políticas a nivel estatal, y después pasé a la cancillería.

EC - ¿Cómo se explica ese nombramiento? Es un cargo relevante dentro del esquema del Gobierno del presidente Correa.

KL - Yo siempre trabajé a nivel internacional y de alguna forma he trabajado siempre con el Gobierno, incluso desde antes de ser Gobierno trabajé con el presidente Correa, y particularmente con el actual canciller, Ricardo Patiño. Tienen mucho que ver la confianza, mis actividades anteriores, incluso algunos libros que he escrito sobre el tema de las relaciones internacionales y particularmente las relaciones de Ecuador con América Latina. Por lo tanto cuando llegué a la cancillería fue más para trabajar el tema de las relaciones con América Latina.

EC - Ese nombramiento dio lugar a toda una polémica política en Ecuador, según lo que he leído, porque la tradición allí es que el cargo de vicecanciller lo ocupe un profesional de la diplomacia, y este no es el caso tuyo.

KL - Claro, la tradición era que el de ministro era un cargo político y el de viceministro era un cargo para diplomáticos de carrera. A partir del año 2009 se modificó la ley y se permite no solo al viceministro ser un funcionario no necesariamente diplomático, sino que en las distintas subsecretarías haya cargos políticos.

La realidad es que el Gobierno de Rafael Correa está marcando una visión distinta en las relaciones internacionales. Y para eso era necesario en algunos puestos colocar cargos políticos mucho más vinculados a la visión de la política internacional que tiene el Gobierno.

EC - ¿Tú te sientes hoy más ecuatoriano que uruguayo?

KL - Yo me siento ecuatoriano y uruguayo. No dejo de ser uruguayo, pero realmente estoy más vinculado con la realidad de Ecuador, es el país que ha creído en mí, que me ha dado muchas posibilidades de trabajar, y por lo tanto en este momento podría ser más ecuatoriano que uruguayo en ese sentido. Pero me siento tan ecuatoriano como uruguayo.

***

EC - Vamos a concentrarnos en los hechos del jueves pasado, hechos sin duda graves. El presidente Rafael Correa ha insistido en que no se trató solo de una protesta desmedida de algunos funcionarios policiales, que en realidad se estaba ante un intento de golpe de Estado. Pero hay académicos, dirigentes políticos y periodistas que entienden que esa es una interpretación exagerada porque no ocurrieron ciertos factores típicos de esta clase de levantamientos, no ocurrieron circunstancias que identificarían un intento de golpe de Estado; por ejemplo, subrayan que en este caso los amotinados fueron policías, no militares, que el presidente nunca dejó de gobernar, aun rodeado por sublevados en el hospital policial, que no se produjo una movilización civil exigiendo su salida.

Por ejemplo, el abogado y columnista del diario El Comercio de Quito Fabián Corral dijo a la BBC: "Hubo una insubordinación policial por un reclamo laboral, no hubo afán de derrocar al presidente. Quienes tienen la fuerza en el Ecuador son los militares y el ejército no quiere tomar el poder político".

¿Qué dices tú al respecto?

KL - Creo que sí hubo un intento de golpe de Estado si tenemos en cuenta la serie de acontecimientos que se dieron, no solo la insubordinación policial. Se dio en principio un levantamiento policial con toma de distintos cuarteles. Se dio la toma por parte de un grupo de la Fuerza Aérea del aeropuerto de Quito, hubo algunos aeropuertos que no podían operar justamente porque estaban tomados o porque había la posibilidad de que los tomaran en las horas siguientes. Se cortaron las comunicaciones en casi todas las oficinas públicas y particularmente en la cancillería, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Seguridad Interna. Por otro lado, se intentaron hacer algunas movilizaciones a favor del levantamiento o de la supuesta sublevación policial en distintas partes del país, que no tuvieron mucho eco en la población. Por lo tanto estaba configurándose todo un caldo de cultivo para darse un golpe de Estado. Quienes hemos participado o hemos estado en caídas de presidentes anteriormente en el Ecuador tenemos claro que los golpes de Estado se van configurando con distintas acciones. Por otro lado, se estaba azuzando a distintos sectores de las Fuerzas Armadas para que se levantaran. También había reuniones de ex comandantes de la policía, generales de la policía, ex militares, ex policías en distintos lados, estábamos con toda la información.

EC - ¿Ustedes conocían estos datos antes del jueves? ¿Estaban preparados para esto que por lo visto iba a ser un intento de golpe?

KL - Creíamos que podía darse un cierto descontento por la aprobación de la ley que ahora voy a marcar qué significa. Pero no que podría configurarse finalmente un intento de golpe de Estado, que con la retención del presidente por determinado grupo de policías terminaría por configurarse ese intento de golpe de Estado.

EC - Pero yo preguntaba si ustedes estaban en antecedentes, si tenían la impresión de que esto podía pasar, de que se podía llegar al extremo de un intento de golpe. Porque si eso era así no se entiende muy bien que el presidente Rafael Correa se haya expuesto yendo él directamente con una custodia mínima a intentar dialogar con los policías sublevados en ese cuartel de Quito.

KL - Teníamos determinados indicios de que en determinado momento se podía intentar un golpe de Estado, pero no necesariamente que iba a ocurrir ese jueves. El jueves pensamos que eran las reivindicaciones por la ley por parte de los policías. Y de alguna forma, lo que dicen algunos que fue una imprudencia sí puso en peligro la vida del presidente, pero fue una acción que cortó determinadas acciones. Si el presidente no hubiera hablado con los policías, podría haberse quedado en el palacio de Gobierno y se hubiera configurado otro tipo de levantamiento en otras ciudades que estaban prontas para levantarse, y podría haberse configurado sí un golpe de Estado como los que se dieron en otras oportunidades o algo parecido a lo que se dio en Honduras. Por lo tanto, la "imprudencia" del presidente cambió el escenario del conflicto y paró la posibilidad de que los acontecimientos se fueran desarrollando mucho más fuerte en otras ciudades del país, porque todo se concentró en el presidente de la República.

EC - Entre quienes critican el accionar del presidente ese día algunos dicen que fue imprudente, que puso en riesgo su vida de una manera innecesaria, pero otros sostienen que directamente alimentó el enfrentamiento. Hay analistas que entienden que el presidente Correa crispó los ánimos y agravó la situación cuando decidió concurrir personalmente a ese cuartel, y sobre todo cuando hizo el discurso desde la ventana en que desafió a los manifestantes a que lo mataran si eso era lo que buscaban, en vez de esconderse en la multitud.

¿Qué análisis se han hecho en el Gobierno, o qué dices tú a propósito de esa forma de comportarse del presidente?

KL - Primero que el presidente lo que buscó fue conversar. En todos las manifestaciones o los descontentos que se pueden haber producido con el Gobierno que está produciendo determinados cambios en el Ecuador el presidente siempre trata de conversar. Además es una persona que enfrenta las situaciones, vengan como vengan. Claro, en ese momento y cómo se dio la situación, con los ataques que recibió, con la gente que estaba ahí –había bastante gente vinculada a Lucio Gutiérrez que estaba arengando y azuzando a los levantados a atacar al presidente–, en ese sentido es que hace las declaraciones, en ese panorama es que el presidente hace las declaraciones. Pero cuando va saliendo y lo llevan al hospital, ya es directamente retenido.

EC - El tono del discurso, que algunos analistas han calificado como una provocación, ¿no fue exagerado?

KL - En una situación de esas es difícil no reaccionar de determinada manera. Podría haber reaccionado tal vez callándose y escondiéndose, pero ese no es el carácter del presidente. El problema es que se está poniendo énfasis en eso como una provocación para lo que vino después, y en realidad había cosas mucho más montadas. Lo que decía yo hoy de todas las reuniones que se estaban produciendo y que nosotros detectamos o que detectó la inteligencia durante ese día, mostraba que había gente que se estaba reuniendo para provocar un golpe de Estado.

Hay otro elemento importante: el intento de reunir a la Asamblea Nacional, o sea al Congreso, para legitimar el golpe de Estado, cosa que ocurrió en otros momentos y que ocurrió en Honduras. Generalmente los nuevos golpes de Estado se legitiman en las asambleas nacionales que dan un viso de institucionalidad a la supuesta sucesión presidencial.

EC - ¿Qué intento se hizo con la Asamblea Nacional?

KL - La policía tomó la Asamblea Nacional, la desalojó y solo dejaba entrar a los legisladores de oposición, prohibió la entrada de los legisladores del Gobierno, con la intención de que pudieran autoconvocarse. Finalmente eso no se dio por distintas acciones, porque la población estaba movilizada a favor del Gobierno, pero hubo el intento y ya estaba la propuesta del primer decreto, que era declarar la amnistía a todos los que se habían levantado contra el gobierno.

EC - Otra duda que forma parte de la lista que acá conocemos con respecto a los hechos del jueves es cómo se entiende lo que tú mencionaste al pasar recién, que después del intento por dialogar con los sublevados, que no tuvo éxito, y después del discurso desde la ventana, cuando las cosas se complicaron tanto, Correa haya terminado internado en un hospital policial, nada menos.

KL - En ese momento, cuando él va saliendo después del discurso, le tiran una bomba lacrimógena a la cabeza, y uno de los que están al lado logra desviarla. Ahí ya hay un intento nada amistoso contra el presidente, y el presidente además había sido operado hacía algunos días de una rodilla y estaba en recuperación, por lo tanto todo ese movimiento le produjo falta de oxígeno, falta de aire, por lo que tuvo que ser llevado a un hospital. Y el hospital que estaba más cerca del regimiento, al lado, era el hospital policial.

EC - ¿Entrar ahí no era meterse en la boca del león?

KL - Eran las circunstancias que estaban en ese momento, porque estaba lejos del carro, le faltaba el aire, necesitaba ser atendido enseguida por un médico. Si no querían dar un golpe de Estado o no querían provocar al Gobierno de la forma que finalmente se estaba dando, podrían haberlo atendido y podrían haber querido conversar. Mientras él estaba en el hospital policial sí hubo grupos de policías que intentaron conversar, pero había otros, que eran los que dirigían la revuelta, que decían que no había que conversar nada y que más bien provocaban al presidente, fueron los que dijeron "de aquí no sale".

***

EC – Te he planteado una serie de preguntas a propósito de los hechos del jueves, varias de ellas vinculadas con la interpretación que el presidente Correa y otros integrantes del Gobierno han hecho de una sublevación con fines golpistas, que lo que ocurrió el jueves no fue solamente un movimiento de descontento por razones económicas vinculadas a la retribución de los policías. ¿Qué era entonces eso? ¿Quiénes estaban detrás?, ¿cuál era la jugada?

KL - Hay otro hecho importante que me faltó destacar, que es que se ubicó una veintena de francotiradores en los distintos edificios cercanos al hospital policial, arriba del hospital policial, que fueron los que atentaron contra los policías que ayudaron al rescate del presidente y contra el ejército. Y hay un hecho importante que no se difundió mucho, que llegan tres carros blindados a rescatar al presidente, y el presidente, en una movida de ese momento, en lugar de salir en uno de esos carros que fueron a rescatarlo, salió en otro que no era un carro blindado, era un carro normal. Salió protegido por policías y por militares mientras se daba el cruce de balas, pero nadie atentó contra ese carro porque no ubicaron que en él salía el presidente, porque era un carro normal de una persona que estaba en el hospital. Cuando salen los tres carros, el del medio, en el que supuestamente iba el presidente, recibió una balacera por parte de los francotiradores, tiene huecos de fusiles de alto poder, lo que muestra que había un intento de asesinar al presidente. Pero además han aparecido videos filmados cerca de un puente y de algunos lugares donde había francotiradores, y entre otras cosas gritaban: "¡Mátenlo, mátenlo! ¡Ahí va, es ese, es ese, el carro del medio!". Había una intención de asesinar al presidente.

EC - ¿Quiénes eran y por qué estaban en ese intento?

KL - Hay varios antecedentes. Por un lado, gente vinculada a Lucio Gutiérrez, ex militares y ex policías que estuvieron en distintos lugares, en el propio regimiento Quito cuando fue tomado. Después gente de civil también vinculada a Lucio Gutiérrez, que trató de tomar el canal estatal cuando dirigía la cadena nacional. Hay varias investigaciones sobre militares y policías en servicio pasivo vinculados a Gutiérrez que mantuvieron reuniones para provocar el golpe de Estado. Y después están las vinculaciones de Lucio Gutiérrez, las declaraciones de Lucio Gutiérrez; hay un antecedente interesante de una reunión de Lucio Gutiérrez el 23 de setiembre en Miami con Carlos Alberto Montaner y otros grupos de disidentes cubanos contrarios al gobierno cubano y gente vinculada a la derecha norteamericana, y particularmente a Bush, o que estuvo vinculada con el Gobierno de Bush, en la que el propio Lucio Gutiérrez habló de las dificultades que podrían existir en Ecuador para ganar las elecciones, porque si bien él tiene toda la popularidad –es lo que cree– para ganar las elecciones, es muy difícil porque el Gobierno controla todos los poderes y que habría que ver otro tipo de forma.

Hay un montón de elementos como para vincular a Lucio Gutiérrez con el intento de golpe de Estado.

EC - Él ha hecho un desmentido muy terminante, incluso ha invocado la participación de su hija Karina en el operativo de rescate del presidente en la noche del jueves.

KL - Tiene que hacer eso Lucio Gutiérrez, tiene que defenderse, pero nosotros tenemos los elementos que se están investigando. Y otras informaciones que obviamente son todavía confidenciales que indican que hay una participación importante de él y de gente vinculada a él. Su propio hermano fue el que preparó el decreto de amnistía, porque es asambleísta, para los sublevados. En las próximas semanas vamos a ver que realmente hubo una vinculación de Lucio Gutiérrez con el intento de golpe de Estado.

EC - ¿Cómo siguen las cosas ahora en Ecuador? ¿La situación se ha normalizado?

KL - En este momento hay una tranquilidad total, los policías han regresado a sus actividades diarias. Todavía está el estado de excepción, pero como se está volviendo a la normalidad seguramente hoy a la medianoche termine.

EC - ¿Qué pasa con las reivindicaciones de los policías que encabezaron la sublevación? ¿Qué pasa con el descontento a propósito de la quita de beneficios que formaba parte de esta ley que acaba de pasar por el Congreso?

KL - Cuando se conversó con los policías entendieron lo que ha ocurrido. Aquí no hay ninguna disminución salarial, lo que ocurría era que los salarios eran muy bajos, estaban entre los 200 dólares hace tres años y ahora ya están pasando los 800 dólares. Lo que ocurría era que para ascender se les entregaban determinados bonos o determinadas condecoraciones. Eso hacía que los mandos chantajearan muchas veces a la tropa y le dijesen: "Si tú no te portas así, no te damos la condecoración" o "no te damos tal reconocimiento que implica un bono". La condecoración también implicaba un bono que iba de 1.000 a 20.000 dólares. Todo eso se eliminó y se lo incorporó al salario general, y además se subieron los salarios. Entonces cuando hacen todo un análisis, la mayoría de los policías y de los militares –porque eso no solo les tocaba a los policías, también a los militares– se dan cuenta de que no hay ninguna disminución salarial. Lo que hay es una racionalización salarial y sobre todo un aumento del salario que se ha venido dando en los últimos tres años. Ahí es que se nota que eran determinados grupos los que incitaban sobre este tema. Dijimos claramente que hay posibilidades de diálogo, que podemos buscar mejorar la ley, pero que los principios de la ley no van a ser modificados. Y dijimos claramente que una cosa es conversar y tratar de mejorar y otra cosa es aceptar presiones. Eso no lo vamos a aceptar.

EC - ¿Qué ocurre con los sublevados? Esta pregunta viene de la audiencia, Fernando del Prado pregunta qué destino han tenido los policías que participaron en la sublevación.

KL - Hay una investigación en curso en la fiscalía. En el Gobierno –incluso los distintos organismos multilaterales internacionales lo han pedido– no vamos a permitir que exista impunidad. Todos los juicios y los seguimientos los va a hacer la fiscalía, queremos que todos los juicios sean dentro de la ley, con el debido proceso, muy claramente identificados, bien transparentes, pero que no se permita la impunidad. Ya se iniciaron los juicios, ha habido algunas detenciones, se están haciendo investigaciones y creemos que en los próximos días van a existir algunas novedades sobre la gente que participó y sobre todo el grupo fuerte que comandó las operaciones de la policía. También tenemos que no fueron solo el secuestro del presidente y las tomas de cuarteles, también hubo una represión a la población, hay muchos heridos y hay imágenes de televisión en las que se determina participación de policías en un ataque a la población como no había existido en otras oportunidades en Ecuador.

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EC - ¿Y qué pasa con la gobernabilidad? ¿Qué pasos dará el presidente Rafael Correa? En estos días, después de la crisis del jueves, el Poder Ejecutivo anunció que no se va a recurrir a la llamada "muerte cruzada", un mecanismo constitucional que faculta al presidente a disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones generales anticipadas. El presidente Correa había considerado esta posibilidad a principios de la semana pasada a raíz de diferencias que se estaban dando entre el Ejecutivo y el Congreso, incluso con parlamentarios pertenecientes al oficialismo. ¿Entonces?

KL - El presidente había considerado esa posibilidad, que está enmarcada en la Constitución, y también por la desestabilización del jueves. Sin embargo, analizando, viendo cómo está la situación política actual del país, creemos que no es necesario ir a una muerte cruzada, creemos que existe la posibilidad de trabajar tanto el Ejecutivo con el Legislativo, más allá de las diferencias que puedan existir, que no es necesario recurrir a una medida extrema en este momento. Por eso fue descartada.

EC - Una de las críticas que se le hacen al presidente Correa es que trabaja de manera autoritaria el trámite de las leyes, que no hay espacio para la negociación con la oposición y que incluso tiene diferencias por ejemplo sobre esta misma ley de incentivos policiales con sectores de su propio partido. ¿Va a haber un cambio de actitud en ese sentido? ¿Va a haber una mayor propensión a la negociación y al diálogo?

KL - Si vemos el proceso ecuatoriano, en los últimos 20 años no ha existido ningún Gobierno que haya socializado tanto las leyes y haya conversado con la propia población previo al tratamiento de las leyes en el Congreso. En cuanto a las diferencias del propio partido, no eran sobre los artículos que tenían que ver con la policía o con la fuerza pública; había diferencia con otros artículos de la ley, que es una ley que engloba a todo el sector público, es una ley de servicio público que engloba a todos los servidores públicos. Había algunas diferencias en algunos artículos, pero no específicamente en lo que tiene que ver con el tema de la policía o de las Fuerzas Armadas.

EC - ¿De qué manera se manejará el Poder Ejecutivo de ahora en adelante en la relación con el Parlamento especialmente?

KL - El Poder Ejecutivo y el presidente han marcado claramente que están abiertos a conversar y que existe la necesidad de un mayor diálogo entre el Ejecutivo y el Legislativo. El problema es que en este momento cada vez que se debaten las leyes la propia oposición no quiere participar o quiere imponer también. Por lo tanto, el Ejecutivo no acepta imposiciones de la oposición, más allá de la socialización con la sociedad no puede aceptar imposiciones de la oposición que tampoco quiere debatir. Pero nosotros estamos totalmente abiertos al debate, queremos conversar, sin imposiciones.

EC - ¿Cuándo son las próximas elecciones?

KL - Las próximas elecciones son en el 2013, todavía falta bastante. Y en este momento el presidente sigue manteniendo una popularidad que bordea el 70%. Además la gestión de Gobierno, más allá de la popularidad del presidente, entre quienes determinan que ha sido buena o muy buena está entre el 60 y el 65%.

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Transcripción: María Lila Ltaif



 
 El presidente de Uruguay, José Mujica,conversa con el vicecanciller de Ecuador, Kintto Lucas.
 

 
 Luis Almagro, ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, junto a Kintto Lucas, vicecanciller de Ecuador.