"La campaña en Brasil cobró otro vigor y los candidatos comparan sus propuestas"
Contacto con Mauricio Rabuffetti, jefe de redacción de la Agencia France-Presse en Brasil.
(emitido a las 8.37 Hs.)
EMILIANO COTELO:
En Brasil, pasada la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y con los dos candidatos para el balotaje definidos, esta semana se retomó la campaña electoral.
La oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra volvieron a las calles con nuevas estrategias. Sin embargo, la protagonista de estos primeros días fue Marina Silva, la candidata ecologista que el domingo quedó tercera, y fuera de competencia, pero que podría definir quién será el próximo presidente de Brasil.
EC: Les proponemos una puesta a punto del escenario electoral en Brasil, y para ello el contacto esta mañana es con Mauricio Rabuffetti, jefe de redacción de la Agencia France Presse en ese país. Mauricio, buenos días.
MAURICIO RABUFFETTI:
Buen día Emiliano, buenos días a la audiencia.
EC: Mauricio, hablamos contigo el lunes después de la votación, y tú señalabas el papel fundamental que Marina Silva, la ex ministra de Medio Ambiente de Lula, tendría en la campaña por la segunda vuelta. ¿Cómo evolucionó ese punto en particular esta semana?
MR: Vamos primero a recordar un número que ya manejamos el lunes. Marina Silva obtuvo 20 millones de votos, esto es un 20% de los sufragios emitidos el domingo. Es un enorme capital político que ella está dispuesta a hacer valer en el balotaje y que tanto la candidata del partido de los Trabajadores de Lula, Dilma Rousseff, como el socialdemócrata José Serra, codician. Porque, obviamente a cualquiera de los dos, un apoyo de Marina Silva los acercaría a la Presidencia. En el caso de Serra es mucho más importante que en el caso de la candidata de Lula porque él logro apenas 32% de los votos en primera vuelta, mientras que Rousseff obtuvo 46% y está mucho más cerca del triunfo. Eso convirtió a Marina Silva en la estrella de esta campaña, a pesar de que no se trata aquí de un análisis matemático, por cierto. No hubo aún ahora sí respondiendo a tu pregunta una toma de posición de Marina Silva y recién el 17 de octubre en una convención de su Partido Verde, se va a determinar si apoyan, ella y su partido, a algún candidato.
EC: Siendo entonces tan determinante la definición de Marina Silva, ¿es posible señalar alguna tendencia? ¿Está más cerca de alguno de los dos candidatos que van a disputar la segunda vuelta?
MR: Por el momento no. Hay análisis cotidianos sobre esto en la prensa brasileña, basados en el pasado de Marina Silva, que formó parte del Partido de los Trabajadores de Lula, que tiene además gran admiración por Lula aunque ella se fue muy peleada con el Gobierno actual porque cuando era ministra de Medio Ambiente no podía imponer la conducción que quería de la política ambiental, principalmente por diferencias muy fuertes con el sector agropecuario y agroindustrial. También obviamente hay quien calcula que, siendo Serra el más alejado en las encuestas de un triunfo, el Partido Verde podría negociar más cargos en un futuro Gobierno con él. Marina Silva se ha mantenido en una posición de neutralidad hasta el momento. Sí queda claro, con las informaciones que tenemos, que el Partido Verde quiere negociar cargos, y que Silva quiere que su visión acerca de dos de sus viejas causas, que son educación y medioambiente, dos temas muy importantes en Brasil, sea incorporada al programa del candidato al que le dé su respaldo, si resuelve hacerlo.
EC: ¿Cuál ha sido la respuesta de los candidatos a esta postura?
MR: Creo que nunca los escuchamos, ni a Rousseff, ni a Serra, hablar tanto del medio ambiente como esta semana.
EC: Algo bastante previsible visto el peso que ha ganado Marina Silva...
MR: Nadie dudaba que eso ocurriría, por supuesto. Pero lo más interesante es que, a partir de esta necesidad de captar los votos de esos millones de brasileños que se inclinaron por una opción que no es ninguna de las dos que ahora están en carrera, los dos aspirantes están comparando sus ideas con la de Silva y exponiéndolas, por primera vez de forma sistemática, a los electores. No sólo los periodistas tenemos mucho más de qué escribir... También la campaña cobró otro vigor y los votantes tienen capacidad de saber más sobre las ideas de los candidatos, luego de que en los meses pasados la campaña fue más bien una búsqueda constante por mostrar de qué forma continuarían el actual Gobierno.
EC: Esta semana se dieron otros hechos que me gustaría abordar contigo. Hubo un análisis de las dos campañas finalistas sobre los errores cometidos y las estrategias de cara al balotaje. ¿Cuáles fueron las conclusiones que sacaron, y cómo inciden en esta segunda etapa de campaña en Brasil?
MR: Hubo varias reuniones. El presidente Lula se reunió con gobernadores y legisladores electos de su coalición de apoyo. Rousseff se reunió obviamente con sus principales colaboradores y con el presidente Lula, que es quien la respalda y quien le asegura la mayoría de los votos. Serra tuvo una reunión con los gobernadores de su partido. Luego de esos encuentros quedó claro que los dos bandos coinciden en que deben explicar más, presentar propuestas concretas en materia de salud, de saneamiento, en temas importantes aquí como la reforma tributaria o la explotación del petróleo. También hubo evaluaciones, principalmente en la coalición oficialista, sobre qué fue lo que impidió a Rousseff, que era clara favorita, ganar en primera vuelta.
EC: Brevemente, ¿cuáles fueron las conclusiones principales en ese punto?
MR: Primero hubo un reconocimiento de que hubo de parte del partido gobernante un exceso de confianza sobre los resultados. Ese exceso de confianza, en mi opinión, fue lo que llevó a que Rousseff se limitara a hablar de logros del actual Gobierno y no planteara ideas propias; que se dedicara a repetir sin cesar que ella formó parte del actual Gobierno sin decir qué tipo de Gobierno querría conducir de llegar al poder. La segunda conclusión que surgió fue que tuvo un impacto muy fuerte entre los votantes más conservadores, y sobre todo entre los votantes conservadores que practican alguna religión, la postura más moderada de Rousseff sobre la despenalización del aborto.
EC: Me interesa que profundices en ese punto. Por lo que hemos leído estos días, incluso podría haber una modificación del programa de Gobierno del Partido de los Trabajadores por esta causa.
MR: Algunos medios mencionaron eso pero no es la información que yo tengo. Sí habrá probablemente una definición más clara de Dilma Rousseff, de ella personalmente, sobre este tema. En Brasil el aborto es legal solo en casos de violación o cuando la vida de la madre corre peligro. Rousseff en el pasado se manifestó personalmente contraria al aborto, pero también dijo que sería favorable a una modificación de la ley actual por razones de salud pública, debido a la gran cantidad de muertes por abortos clandestinos. Pero el peso, la influencia, tanto de la Iglesia católica como de las iglesias evangélicas opuestas a despenalizar el aborto es muy grande aquí. Y tanto analistas como figuras importantes dentro del partido de Gobierno señalaron que este punto restó votos a Rousseff. Sobre todo considerando que Serra fue claro en decir que quiere mantener la ley sobre el aborto como está, y, más importante aún, que Marina Silva, que es miembro de una de las iglesias evangélicas con más fieles en Brasil, se opone rotundamente a cambiar la ley.
EC: Un detalle nada menor...
MR: Nada menor, porque muchos evangélicos se inclinaron por ella justamente porque criticó a Dilma Rousseff sobre el tema del aborto. Serra está insistiendo bastante desde ayer sobre esta cuestión, quiere imponerla como tema de campaña porque, obviamente, dejaría a su rival en la obligación de tener que explicarse con mucho más detalle, cosa que Rousseff ha evitado hasta el momento en estos primeros días tras las elecciones.
EC: Mauricio, para terminar, me gustaría un apunte sobre la postura del presidente Lula ante los resultados del domingo, y alguna perspectiva sobre su papel en la campaña en los próximos días.
MR: Va a ser bien breve el apunte porque Lula no dijo una palabra en público del resultado de las elecciones. Sí se supo de personas que se reunieron con él y funcionarios de su entorno, que pidió a los gobernadores electos, los que arrastran votos en los estados, tienen aparato político y tienen movilizados a sus seguidores ahora, que pongan a sus equipos a trabajar a favor de la candidatura de Rousseff. Lula, como hemos venido diciendo, va a seguir muy involucrado en la campaña porque una derrota de Rousseff, improbable por ahora, sería una derrota para él también.
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