(emitido a las 09.34 Hs.)

EMILIANO COTELO:
La mayoría de los 33 rescatados de la mina San José, en Chile, se encuentran en buen estado de salud, internados en el hospital de Copiapó.

Ayer, el ministro Jaime Mañalich indicó que casi todos los hombres protagonistas de este rescate inédito se encontraban en un estado más que satisfactorio. Salvo uno, que presenta una neumonía aguda y otros dos que deberán ser sometidos a cirugías dentales invasivas, los demás están bien, dijo el ministro.

¿Cómo está el ambiente? ¿Cómo está la actividad? ¿Cuál es el tipo de tareas que se desarrollan en el hospital de Copiapó?

El diálogo es con la médica uruguaya Cristina Menafra, jefa de Medicina del Trabajo de la Asociación Chilena de Seguridad en la ciudad de Copiapó.

No sé si la encuentro descansada o dormida, ¿cómo es su régimen de trabajo estos días?

CRISTINA MENAFRA:
Ha sido más intenso, pero es tal la adrenalina que estamos todavía muy despiertos.

EC - ¿Qué es la Asociación Chilena de Seguridad, que usted integra?

CM - En Chile existe una ley n.º 16744  que da atención médica a los trabajadores que tienen accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. Esa ley se financia con un aporte que hacen obligatoriamente los empresarios, y la atención la administran diferentes mutualidades. Una de las mutualidades, la que administra la mayor parte del seguro, es la Asociación Chilena de Seguridad.

Soy la jefa de Medicina del Trabajo en Copiapó de la Asociación Chilena de Seguridad, y estos trabajadores estaban en una empresa afiliada a la asociación, por lo tanto, como esto fue un accidente de trabajo, son pacientes nuestros desde el momento en que ocurrió el accidente, y toda la atención médica, toda la preparación previa de ellos para la salida fue dada por la asociación. Después de la extracción, mientras están hospitalizados en el hospital regional de Copiapó, la atención médica se la brindan los médicos de salud pública del hospital.

EC - Ahora que ya están todos internados, porque anoche salió el último de ellos, el jefe de turno, ¿qué puede contarnos como panorama? ¿Cómo han pasado estas horas?

CM - Han pasado bien. Salieron en muy buen estado, un poco se sabía y se esperaba eso, aunque había que estar atentos a posibles complicaciones. Pero no surgió ninguna complicación en la extracción, las enfermedades que tienen son patologías que ya se sabía que tenían, que ya se conocían, ninguna demasiado severa, excepto la patología respiratoria de uno de ellos, que ya venía siendo tratada mientras estaba abajo, se había hecho tratamiento antibiótico, incluso en las últimas 24 horas había estado mejor, y el ascenso fue sin ninguna dificultad. Ahora va a seguir el tratamiento acá, quizás eso implique que esté un poquito más hospitalizado. Ellos están muy bien, cansados, pero con un ánimo admirable, así que todo esto va a evolucionar muy bien, por suerte.

EC - ¿Efectivamente a las 48 horas van a ser dados de alta?

CM - Probablemente algunos se vayan antes, los que están sanos, aquellos cuyos exámenes paraclínicos sean normales y no presenten ninguna alteración probablemente se vayan antes de las 48 horas. Van a ser dados de alta del hospital, pero el alta laboral va a depender de la evolución, van a seguir con la atención médica de la asociación, vamos a hacer un seguimiento, sobre todo de la parte de salud mental. Tenemos todo protocolizado para su seguimiento, para que la evolución sea controlada muy de cerca, viendo si surge alguna consecuencia de este accidente. El alta definitiva va a depender de eso.

EC - Estamos con los integrantes de La Tertulia de los jueves, y alguno quiere formularle preguntas.

ANTONIO MERCADER:
Aquí nos impresionó mucho la capacidad de organización, cómo se movió todo este rescate y cómo cada uno iba haciendo las tareas pertinentes. Funcionaron como un reloj, con eficacia y capacidad técnica. Quería tener algunos comentarios suyos respecto a la organización de la parte sanitaria, cómo se hizo y cómo la vio usted.

CM - La parte sanitaria se organizó desde el primer día, cuando ocurrió el accidente. Al principio no se sabía mucho, se empezó a organizar la parte del rescate y la parte sanitaria, y una vez que se los encontró ya se tenía organizado cómo iba a ser la realimentación dentro de la mina –porque se sabía que se iba a demorar en sacarlos–, cómo los íbamos a mantener en buen estado de salud hasta que salieran. Hubo un equipo médico continuamente en la mina que hacía un seguimiento telefónico y por videoconferencia a diario, se sabía qué patologías tenían, ellos sacaban fotos por ejemplo de las lesiones de piel, entonces se pudo hacer un tratamiento, limitado por la forma de llegada, que era aquella paloma, pero se pudieron tratar algunas patologías, y se hizo una preparación psicológica. Fue así como se armó todo.

AM - ¿Les dieron sedantes para subir?

CM - No, se tenían ansiolíticos para el uso en caso de necesidad, pero no fueron necesarios. Ustedes vieron la capacidad de organización; la fuerza, el espíritu con que encararon todo esto es increíble y ellos estaban tranquilos. Usted vio el último, el jefe, cómo pasó el turno.

AM - Impresionante.

CM - Sí, impresionante. Esto fue un éxito también por el espíritu de ellos.

EC - ¿Cuánto hace que está instalada allí?

CM - Vivo acá desde abril de 2007, tres años y medio.

EC - ¿Qué significó para usted profesionalmente este desafío?

CM - Ha sido la tarea más asombrosa y la mejor experiencia que he tenido como profesional. Algo inédito y enriquecedor totalmente.

EC - Felicitaciones.

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Transcripción: María Lila Ltaif