Internacionales

Antes y después de la muerte de Néstor Kirchner

Contacto con Fernando Gutiérrez, colaborador de En Perspectiva en Buenos Aires.


(emitido a las 07.30 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Ayer, sobre las 10.15 horas de Uruguay, a los 60 años de edad falleció en El Calafate, provincia de Santa Cruz, el ex presidente argentino Néstor Kirchner.
 
(Audio Néstor Kirchner)
 
"Por eso nosotros, que nos tuvimos que hacer cargo de esa Argentina en el año 2001... No les bastó con quebrarla en la década del 80, nos tocó vivir la noche neoliberal de los 90...".
 
(Fin del audio)
 

Así hablaba Néstor Kirchner en uno de los últimos actos públicos masivos en los que participó. Fue a mediados del mes pasado, cuando se presentó en una reunión de la Juventud Peronista que se llevó a cabo en el estadio Luna Park.
 
Y no fue una comparecencia cualquiera, estamos hablando del martes 14 de setiembre, dos días después de haber sido dado de alta tras la angioplastia por la que pasó debido a sus problemas cardíacos.
 
Cuentan las crónicas que estaba pálido, que sus movimientos eran más lentos que de costumbre y que siguió en voz baja la Marcha Peronista que el público entonó al finalizar el acto.
 
En su momento, destaca hoy el diario El País, los analistas resaltaron que, para que alguien saliera tan rápido del hospital y fuera a un acto de masas pocas horas después, debía haber una imperiosa necesidad política que se lo estuviera exigiendo.
 
Fernando Gutiérrez, ¿cómo amanecen en Buenos Aires?
 
FERNANDO GUTIÉRREZ:
Argentina sigue sin salir de la conmoción que provocó la noticia de la muerte de Néstor Kirchner. Y como estabas comentando recién, a pesar de los antecedentes –de que Kirchner, que había sido operado dos veces de afecciones arteriales y que era rebelde ante las recomendaciones médicas de hacer reposo y bajar el nivel de actividad– no dejó de ser una sorpresa. Después de todo era un hombre de 60 años a quien se lo veía bien de aspecto. Quizá por esa personalidad vehemente y pasional que siempre mostró a lo largo de su carrera política nunca permitió que se lo viera disminuido desde lo físico, pero se sabía que hacía cosas que estaban más allá de lo que los médicos le indicaban.
 
Por ejemplo, pocas semanas después de la última internación y de ese acto al que estabas haciendo referencia, Kirchner acompañó a su esposa, la presidenta Cristina Fernández, a la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York. Fue un viaje muy largo donde tuvo una agenda intensa, se reunió con Bill Clinton por ejemplo. Era un hombre al que era imposible mantenerlo quieto. Y por eso lo de ayer fue tan sorpresivo.
 
Era un día especial para Argentina, que ayer casi no tuvo actividad por la realización del censo nacional. Y por supuesto fue el tema que inmediatamente dominó la jornada, pasó a ser el tema único en las trasmisiones de la televisión, fue el comentario en todos los foros de internet y en todos los ámbitos de la Argentina.
 
EC – ¿Qué es lo que se conoce a esta hora, qué es lo más nuevo? Ya está definido, por ejemplo, cómo será el velatorio, ¿no?
 
FG – Sí, en la madrugada llegó el cuerpo de Kirchner desde Santa Cruz, donde murió. También arribó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con familiares y colaboradores. Por un decreto va a haber duelo nacional hasta el día viernes. Se lo va a velar en la Casa Rosada y luego va a ser trasladado, otra vez, hasta la provincia de Santa Cruz, donde va a ser enterrado junto a sus familiares.
 
Anoche hubo una marcha de homenaje hacia la plaza de Mayo, donde muchas personas pasaron la noche en una vigilia acampando hasta este momento. Y hoy va a haber otro acto de homenaje, donde el público va a tener acceso al velorio en la casa de Gobierno.
 
Llegaron mensajes de condolencias de todo el mundo incluyendo al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Y fueron especialmente calurosos los mensajes de los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela, y Juan Manuel Santos, de Colombia, habida cuenta de que, como secretario general de la Unasur, Kirchner había contribuido al acercamiento entre esos dos países.
 
Además de Uruguay, muchos países de América del Sur también decretaron un duelo nacional. Y para las próximas horas se espera la llegada de varios presidentes, incluyendo naturalmente a José Mujica.
 
Ayer la jornada estuvo dominada por las expresiones de condolencia desde todo el arco político argentino. Por un día se dejaron de lado las expresiones altisonantes, los agravios personales que suelen caracterizar a la política argentina y abundaron los mensajes de acompañamiento espiritual y de aliento hacia la presidenta Cristina Fernández.
 
EC – Muy temprano comenzó el análisis político porque este fallecimiento del esposo de la presidenta de la República es una noticia que tiene un impacto indudable en el escenario político argentino, en la continuación de este mismo Gobierno y en lo que viene porque las elecciones están muy próximas, ¿no?
 
FG – Así es. Pasado el shock inicial fue inevitable que empezara la especulación política, al principio con un poco de timidez por la sensibilidad del momento pero a estas horas ya abiertamente se está hablando sobre qué va a pasar en el plano político argentino.
 
Las dudas más grandes están puestas en Cristina en cómo la va a afectar desde lo anímico y desde lo político. Es que el impacto de la noticia y el tono con el que todo el mundo la abordó hacen pensar que no murió un ex presidente sino casi un presidente en ejercicio. Así fue como realmente lo tomó el periodismo y la opinión pública argentina.
 
Desde que Eduardo Duhalde popularizó aquella expresión de doble comando para definir ese estilo en el que ellos compartían el poder y se dividían las funciones toda la sociedad argentina tomó como algo natural el hecho de que no gobernaba una persona sino un matrimonio.
 
Es a Néstor Kirchner a quien se le atribuye la autoría de las grandes decisiones presidenciales durante la gestión de Cristina, desde la polémica suba de retenciones a la soja que llevó al país a aquel largo conflicto con los productores agropecuarios, hasta medidas elogiadas como la política de asistencia social a los niños de padres desempleados; la restatización del sistema jubilatorio; la embestida contra los medios de comunicación que son críticos con el Gobierno. Todas estas eran medidas que tenían el inconfundible sello de Néstor Kirchner.
 
Él concebía la política como un ejercicio de confrontación permanente y eso lo llevó a pelear sucesivamente con distintos sectores de la sociedad argentina: primero con los bancos, después con las empresas privatizadas, luego con los productores agropecuarios, con los industriales, con la iglesia católica, con el poder judicial, con los multimedios. Era su estilo, lo llevaba a una permanente política de alianzas coyunturales para gestionar estas peleas.
 
Eso lo llevaba a veces a depender quizá en demasía de sus aliados circunstanciales como le ocurría por ejemplo con la central sindical CGT, lo cual le generó no pocos dolores de cabeza por el estilo violento de la cúpula sindical.
 
Lo llevaba a aglutinar a sus adversarios, e incluso dicen los analistas, a crear liderazgos inesperados como ocurrió con el vicepresidente Julio Cobos y con el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, hoy ambos precandidatos a presidente y que fueron casi ungidos luego de tener sendas peleas con Kirchner.
 
La situación es que esta red de alianzas y esas rivalidades hoy son heredadas por Cristina Fernández y la duda si ella va a optar por atenuar ese estilo confrontativo que tenía Néstor aprovechando quizá la ola de simpatía que genera su viudez y aprovechando la tregua política que seguramente le va a brindar la oposición; o si por el contrario ella va a preferir profundizar la línea confrontativa de Néstor.
 
Si la segunda fuera la situación quizá la llevaría a un escenario un poco más complicado porque va a perder algo de apoyo político. Hay que tener en cuenta que en el peronismo hay varios dirigentes con ambiciones presidenciales y si había un factor que los inhibía de lanzarse a esos proyectos personales era precisamente Néstor Kirchner que imponía su autoridad.
 
Hoy, sin su presencia, todo puede hacer prever una lucha intestina por el liderazgo del peronismo, especialmente lo que hoy emerge con más claridad es la ambición del jefe de la CGT, Hugo Moyano, que apenas disimulaba sus aspiraciones electorales. También el gobernador bonaerense Daniel Scioli que es visto como uno de los pocos dirigentes capaces de evitar una fractura entre el peronismo oficialista y el peronismo disidente.
 
Ayer, a pocas horas de conocida la noticia de la muerte de Kirchner, ya hubo un rápido movimiento de Moyano que convocó a una marcha de homenaje, prometió apoyo a Cristina, pero lo importante es que se mostró no sólo como jefe de la central sindical sino como un líder del peronismo.
 
Cristina tiene el desafío de gobernar sola. El entorno económico argentino es bastante favorable, hay una serie de condiciones externas muy propicias para la Argentina, básicamente por el alto precio de los productos agrícolas, por las bajas tasas de interés, por la gran demanda de Brasil que le da a la industria exportadora argentina la posibilidad de trabajar con niveles de producción récord.
 
Los desafíos son de índole política, pasan por si se va a seguir convalidando la acumulación del poder sindical que confronta todo el tiempo con las empresas, por ejemplo, para tener acceso a libros contables y ejercer esa especie de cogestión que tanto preocupa a las agremiaciones empresariales.
 
Los problemas políticos pasan por seguir convalidando una política económica que exacerba la demanda interna y de esa forma está agudizando la inflación que hoy ya está en 25%. También pasa por si se continúa, o no, el aislamiento del mercado internacional de crédito incluyendo la ruptura de relaciones de Argentina con el Fondo Monetario Internacional que está amenazando con sanciones.
 
EC –Tú te has detenido en el análisis político en el Partido Justicialista, qué pasa mientras tanto con la oposición, cómo repercute esto en esa oposición desperdigada.
 
FG – Seguramente es otro de los planos donde va a haber cambios importantes. La oposición en Argentina está muy lejos de poder ser considerado como algo homogéneo. De hecho es muy difícil la unidad incluso hasta dentro de los partidos, no hablemos ya de las alianzas interpardiarias, no han logrado todavía ponerse de acuerdo dentro de la Unión Cívica Radical y hay permanentes confrontaciones entre el grupo de Elisa Carrió con otros grupos del peronismo disidente y de la izquierda.
 
La verdad es que si algo aglutinaba y mantenía cohesionada a esa oposición era la común aversión al estilo de Néstor Kirchner y el deseo de conformar algún tipo de coalición electoral que pudiera poner freno a una nueva llegada de Néstor Kirchner al poder. Ahora, con la desaparición de Kirchner ya está ese elemento aglutinante.
 
Por otra parte, esto obliga a un cambio de estilo de la oposición porque no es lo mismo pelear contra un Gobierno al que todo el tiempo se lo acusa de corrupto contra un líder político al que todo el tiempo se lo acusa de avanzar contra las instituciones que luchar contra una mujer ahora en estado de resiente viudez teniendo que asumir sola la conducción de la nación y al mismo tiempo elaborar esa situación de duelo personal...
 
EC - ...Sí, entre otras cosas, la oposición va a depender del estilo de conducción que asuma la presidenta Cristina Fernández.
 
FG – Exactamente. ¿Y cuál va a ser la columna sobre la que se va a apoyar Cristina? La especulación es un poco prematuro quizá pero en este momento la especulación es que si ella eligiera inclinarse y tener como respaldo político al ala sindical, al grupo de Moyano, al grupo que estaba en este momento casi como único sostén político de Néstor Kirchner, ahí la situación va a seguir pareciéndose a la que hubo hasta ahora: complicada para la gobernabilidad de Cristina y casi inevitable una ruptura dentro del peronismo.
 
En cambio si ella eligiera moderar un poco el estilo y apelar a la unidad partidaria no es del todo descartable que el peronismo pudiese tratar de buscar fórmulas de reunificación. Algunos analistas hacen alusión de que el peronismo ya se venía deskirchnerizando si se permite el término en los últimos tiempos porque había algunos evidentes gestos de rebeldía de parte de los dirigentes de la segunda línea del peronismo en contra de Kirchner.
 
Sin ir más lejos hace pocas horas Hugo Moyano había convocado en su condición de jefe del peronismo de la provincia de Buenos Aires a una reunión a la cual faltaron casi todos los intendentes del conurbano de Buenos Aires y ese es un mensaje político muy fuerte. Prácticamente no hay candidato a presidente que pueda considerarse con chances de ganar si no tiene apoyo ahí en el conurbano bonaerense donde se concentra la mayor parte de la población argentina y donde tradicionalmente el peronismo ha tenido uno de sus bastiones electorales.