Internacionales

G8 con escasos acuerdos

Informe de Mauricio Rabuffetti.

(Emitido a las 08.25)

EMILIANO COTELO:
Una nueva cumbre del Grupo de los Ocho países más industrializados del mundo o, si ustedes prefieren, para los íntimos, el G8, terminó ayer en Sea Island, un exclusivo balneario de la costa atlántica estadounidense. Esta reunión, que anualmente permite a los líderes de los países más poderosos del mundo hacer un repaso de la situación económica y política mundial, terminó con tono optimista, aunque sin acuerdos en los temas principales que los mandatarios debatieron a lo largo de tres días. Nuevamente afloraron las divisiones -cuándo no- en lo que tiene que ver con el futuro de Irak.

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Cerramos entonces la semana informativa internacional con un repaso de lo principal de esta Cumbre, en diálogo con Mauricio Rabuffetti. El miércoles terminábamos nuestro contacto diciendo que George Bush llegaba a esta reunión del G8 con un éxito diplomático bajo el brazo, la aprobación de una resolución sobre Irak en la ONU propuesta por Estados Unidos y Gran Bretaña. Sin embargo, las diferencias se hicieron notar una vez más, y fuerte mente, en la cumbre del G8.

MAURICIO RABUFFETTI:
Sí. Como habíamos adelantado el miércoles, era bastante previsible que Irak fuera uno de los temas centrales de esta cita que terminó ayer. No sólo Irak sino toda la región de Medio Oriente. Vamos a repasar en detalle cada una de las áreas de política internacional en las que se detuvieron estos ocho presidentes o jefes de Estado reunidos en Estados Unidos.

Evidentemente, lo más saliente de esta cumbre es la falta de acuerdo -para ser exactos no falta de acuerdo sino diferencias de visión- en lo que tiene que ver con el papel que debería jugar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), esa entidad que prevé ayuda recíproca de uno y otro lado del Atlántico en caso de ataque, en el futuro militar de Irak.

EC - ¿Cuál era exactamente la discusión en este punto?

MR - Básicamente Estados Unidos, con el apoyo británico, quiere una mayor participación de los países de la OTAN en Irak, con mayor involucramiento a nivel militar. Todos entendíamos que esto era un pedido de más tropas en Irak, incluidas tropas francesas, por ejemplo...

EC - O sea tropas de un país que se opuso desde el inicio a la guerra en Irak.

MR - Ahí está. Francia hizo saber, como otros países, que sigue firme en su posición en materia militar en Irak, que no enviaría tropas en el marco de un despliegue de la OTAN y de hecho que se opone rotundamente a ello. Pero finalmente, después de esta clara diferencia de puntos de vista, el presidente Bush zanjó este diferendo -más que nada verbal- diciendo que su objetivo es que las fuerzas de la OTAN colaboren al menos entrenando a los efectivos de seguridad iraquíes. A eso, en principio, incluso Francia estaría dispuesta, según consignaba ayer la información que llegaba de Estados Unidos. El argumento francés para la negativa a una participación de la OTAN en Irak es que sería una especie de desembarco occidental en pleno mundo árabe, lo cual, según dijo el propio presidente francés, Chirac, podría derivar en un enfrentamiento duro entre cristianos y musulmanes.

EC - Un temor que, por otra parte, es bastante lógico considerando las circunstancias actuales en Irak. Dejando de lado el tema Irak...

MR - De todos modos, sólo para redondear esta parte de la agenda tratada por el G8, tampoco hubo acuerdo en lo que tiene que ver con la deuda iraquí, otro de los temas importantes en discusión en esta reunión. Estados Unidos quiere que se le perdone a Irak casi toda su deuda, está planteando el 90 por ciento, mientras que varios miembros del G8 que son acreedores importantes del país árabe, como Japón, Rusia o Francia, pretenden porcentajes del orden del 50 por ciento. Es una discusión que va a seguir, por supuesto.

EC - Está bien este apunte, era otro de los temas importantes de esta reunión. Pero mi pregunta siguiente iba dirigida a otra propuesta que viene siendo discutida por los países del G8, que tiene que ver con todo Medio Oriente.

MR - Antes se llamaba la "Iniciativa para un Gran Medio Oriente", si mal no recuerdo. Ahora, si tú te acordás o tenés anotado por ahí el nombre que le pusieron, se agradece porque es casi imposible recordarlo...

EC - Se trata de la "Sociedad para el Progreso y un Futuro Común con la Amplia Región de Medio Oriente y África del Norte". Creo que alguna vez hemos mencionado esta propuesta, pero ¿podemos explicar brevemente en qué consiste y cuáles fueron los avances durante esta cumbre en este punto específico?

MR - Se trata de un proyecto impulsado por Estados Unidos y basado en la concepción del equipo de asesores de Bush de lo que debería ser el Medio Oriente. Dicho de otro modo, es una iniciativa que busca estabilizar Medio Oriente logrando que los países incorporen reformas que refuercen las libertades individuales y la democracia. El proceso que vamos a ver en Irak en los próximos meses, del cual hemos hablado tantas veces, responde a esta concepción. Ayer las agencias de noticias internacionales destacaban que la nueva versión, a diferencia de la anterior, incorpora el reconocimiento de la importancia de que se termine el conflicto entre israelíes y palestinos, y además no se presenta como una serie de imposiciones desde afuera, como la primera versión, sino que establece que los cambios deben hacerse en función de las particularidades de cada país. Este documento hace tiempo que está pronto, lo único que hizo esta cumbre del G8 fue darle un impulso más.

EC - Nos quedaron para el final dos resoluciones que son las que de algún modo van a tener un impacto mayor en nuestra región, en América Latina, como la prolongación por dos años de la famosa iniciativa para los países pobres que tienen deudas externas demasiado altas, y la reducción de los costos de los envíos de dinero de los emigrantes.

MR - Esa extensión de la Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados, que apunta a reducir las deudas exorbitantes de muchos países en los cuales la gente no tiene ni para comer, mucho menos los Estados para pagar deudas, es una buena noticia, sin duda, porque da un poco más de tiempo para que algunos países muy pobres que pretenden acogerse a este beneficio puedan adecuar sus economías.

EC - Hay que decir que la condonación de la deuda que propone esta alternativa exige como contrapartida reformas importantes, ajustes importantes.

MR - Sí, muchas veces exige sacrificios muy duros, es verdad. Para poner un ejemplo concreto, Nicaragua se benefició de este tipo de programas al costo de un ajuste fiscal muy riguroso y de reformas estructurales muy fuertes. Podrían sumarse otras naciones pobres latinoamericanas, como por ejemplo Bolivia.

EC - Pero vayamos al otro tema que te mencionaba, el de las remesas.

MR - En el tema de las remesas que envían los inmigrantes, que se viene discutiendo desde hace ya mucho tiempo, si finalmente se aprueban las medidas propuestas, que se formalizaron en esta reunión del G8, los efectos se van a sentir en lugares como Centroamérica, que tiene una población emigrada a Estados Unidos muy importante, tanto que esos envíos de dinero suelen ser la primera fuente de ingreso de divisas a estas economías, caso de El Salvador por ejemplo, o México que también recibe remesas importantes. En el caso de Uruguay, ninguna de estas resoluciones tiene una gran incidencia, ni para bien ni para mal.

EC - Quizá, marginalmente, el tema de los envíos de dinero.

MR - Tal vez.

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Edición: Jorge García Ramón