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Dilma Rousseff asumió como presidenta de Brasil

Dilma Rousseff asumió como presidenta de Brasil

Contacto con Mauricio Rabuffetti, colaborador de En Perspectiva.


(emitido a las 07.32 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Dilma Rousseff es la nueva presidenta de Brasil. Es la primera vez que ese país tiene a una mujer en el más alto cargo político y en reemplazo de un presidente que hizo historia. Luiz Inácio "Lula" da Silva transfirió el mando a su ahijada política y se despidió de ocho años de un Gobierno calificado unánimemente de exitoso.

(Audio Rousseff)

"Prometo manter e defender a Constituição, cumprir as leis, promover o bem geral do povo brasileiro, sustentar a unidade, a integridade e a independência do Brasil".

(Fin del audio)

Rousseff, una economista de 63 años con pasado guerrillero, heredó un país que pasa por una fase de fuerte crecimiento económico y que tiene una mayor proyección internacional que en épocas pasadas.

¿Cómo fue la ceremonia de asunción el sábado en Brasilia? ¿Qué desafíos económicos y políticos le esperan a Dilma Rousseff? ¿Cómo será la relación de su Gobierno con los vecinos y con las naciones más poderosas?

Vamos a conversarlo esta mañana con Mauricio Rabuffetti, jefe de redacción de la Agencia France-Presse (AFP) en Brasil, que estuvo en Brasilia cubriendo el traspaso de mando. Hay mucho para hablar sobre esta nueva era que se inicia en Brasil, pero primero te pediría una descripción general sobre lo que se vivió allí este fin de semana.

MAURICIO RABUFFETTI:
Lo primero que hay decir antes de cualquier análisis es que aquí había dos hechos muy importantes. Señalabas recién el inicio de una nueva era en el Gobierno brasileño. La era de Dilma Rousseff, una mujer que fue jefa de Gabinete y ministra de Energía durante el Gobierno de Lula pero que tiene una carrera limitada como dirigente política a diferencia de Lula. El segundo hecho, que a mi entender fue lo que más movilizó a los brasileños en las últimas semanas, es la salida del poder de Luiz Inácio "Lula" da Silva. Es un presidente que deja la casa de Gobierno con 87% de aprobación a su gestión, con un país en crecimiento y posicionado para seguir creciendo. Una figura histórica de la política brasileña que se despidió del poder, al que llegó luego de varios intentos fallidos. Entró con un fuerte rechazo de los mercados y se fue muy aplaudido por ellos. Y, sobre todo, se trata de una figura muy carismática que inevitablemente deja a Dilma Rousseff en una posición de debilidad comparativa que va a tener que luchar para equilibrar.

EC – Vimos algunas de las imágenes de la despedida de Lula y se vio a mucha gente llorando, incluida la nueva presidenta. Hubo muchos abrazos. Y a Rousseff se la vio siempre con él.

MR – Las últimas semanas de Lula en el poder fueron así. De discursos emocionados, de muchos balances. Brasil es un país que cambió mucho durante el Gobierno de Lula, que continuó políticas exitosas del Gobierno de Fernando Enrique Cardoso pero que le añadió varios programas sociales a su gestión que fueron la base de su apoyo en sectores de la población de bajos recursos. A pesar de las mejoras de los últimos años, estos sectores siguen siendo numéricamente fundamentales en Brasil. Rousseff despidió a Lula a la salida del Palacio de Planalto, la sede de Gobierno proyectada por el arquitecto Oscar Niemeyer, como toda la ciudad de Brasilia. Lula saludó a la gente que lo esperaba allí y voló a Sao Bernardo do Campo, la ciudad donde tiene un apartamento y donde forjó su liderazgo sindical en los años 80. Allí fue recibido con una fiesta –que también fue trasmitida en vivo– y dijo que deja la Presidencia pero no la política.

EC – ¿Hay alguna pista de lo que va a hacer Lula ahora? Te lo pregunto porque en los últimos años él ganó un peso y una influencia muy importante, como en la ONU o en el G20, por citar un par de casos.

MR – Hay muchas versiones. Algunas de ellas incluso ventiladas por allegados al propio Lula. La más concreta es que tiene pensado crear una fundación para apadrinar proyectos de desarrollo en África y en regiones pobres de América Latina que llevaría su nombre. Aprovecharía la experiencia de los programas de alimentación y acceso a la vivienda durante su Gobierno. Lo que él ha dicho hasta ahora es que va a promover una reforma política en Brasil. Algunos, como el presidente Evo Morales, lo han "candidateado" informalmente para ser secretario general de la ONU, lo cual Lula ha declinado. Y además, si se mira el perfil, a veces muy bajo, de los secretarios generales de las Naciones Unidas, no parece probable que alguien como Lula ocupe ese cargo.

EC – Era necesario hablar de Lula, Mauricio...

MR – ...Es que hay que hablar de Lula para entender la llegada al poder de Rousseff. Rousseff solo se explica por Lula. Fue la popularidad de Lula la que la puso en el poder. Ella es la presidenta de Brasil porque prometió continuidad. Continuidad de un Gobierno percibido como exitoso por los brasileños. No sólo eso: prometió consultar a Lula todo lo que sea necesario.

EC – Vayamos entonces al nuevo Gobierno, a esta era Rousseff que se inicia. A la nueva presidenta la conocemos muy poco en Uruguay. Sabemos poco de su visión de varios temas que son importantes para Uruguay como el Mercosur, el comercio exterior y sus prioridades en materia de relaciones internacionales. ¿Qué puedes comentar sobre esto?

MR – Hace algunos días un analista político brasileño me hacía notar muy atinadamente que Lula era un presidente que tenía pasión por la política exterior, porque entendía que buena parte del peso político de Brasil y también del bienestar económico de los brasileños se jugaba fronteras afuera. Rousseff no tiene la experiencia de Lula en ese plano y su agenda estará al principio volcada a resolver algunos temas internos que obstaculizan un avance económico aún mayor de Brasil. Por ejemplo, la pérdida de competitividad asociada a la valorización de la moneda. Por ejemplo una reforma tributaria, o la profundización de proyectos sociales en marcha, que deberá hacer necesariamente para mantener el apoyo de los más necesitados a su Gobierno, para mostrar que la continuidad que promete es una realidad.

EC – Y hacia los vecinos, hacia el Mercosur, ¿qué sabemos de su visión sobre este tratado?

MR – Alguna vez en contactos anteriores comentamos algo al respecto de este tema. Si bien el Mercosur realizó progresos en su cometido fundacional –que es el de crear una unión aduanera y mejorar las posibilidades de los socios a través de medidas que promuevan y faciliten el comercio en el bloque y del bloque con terceros países–, en los últimos años comenzó a jugar un papel de foro de debate político que seguramente va a conservar durante el Gobierno de Rousseff. Esto no quiere decir que el aspecto comercial quede de lado sino que lo político tiene preponderancia. Vean si no el llamado que hizo Brasil, que hizo Argentina y que hizo Uruguay también en la última cumbre del Mercosur a que se integren al grupo el resto de los países de la región. La dificultad de articular una unión aduanera en América del Sur sería enorme. Entonces ese llamado apunta a convertir el Mercosur en un mecanismo de integración política, por encima de lo comercial. Sin ninguna duda. Y por ese trillo va a seguir el Gobierno de Rousseff. Hacia adentro del bloque va a ser así. Y hacia afuera hay una clara tendencia, impulsada por Brasil, a buscar acuerdos comerciales con países extrazona, como el caso de Israel o Egipto; ayer incluso se comenzó a hablar de Corea del Sur. En ese plano, el interés por el enorme mercado brasileño primero, y por el Mercosur como grupo después, puede favorecer a Uruguay.

EC – Mencionaste que uno de los desafíos que tiene Rousseff es el "problema" de la apreciación del real. Es un asunto que a nosotros en Uruguay nos interesa. Nos hemos beneficiado de esa situación, estamos tapados de turistas brasileños y eso es un ejemplo de cómo eso tiene un impacto en Uruguay. ¿Qué se sabe sobre lo que puede llegar a hacer Rousseff en esta materia, ella que es economista y que ha dicho que tiene sus propias ideas en estos asuntos?

MR – Lo primero que hay que decir es que hubo una sustitución importante en el Banco Central que determina que la presidenta va a tener más influencia sobre este organismo, que en la presidencia de Meirelles fue muy autónomo. Lo que los analistas que consultamos esperan es que haya una influencia grande de la presidenta por un recorte de las tasas de interés de referencia, que en Brasil son muy altas. Lo que esta ocurriendo en Brasil es que hay una gran presión de sectores industriales, principalmente de los volcados a la exportación, para mejorar la situación en lo que tiene que ver con el real, porque están perdiendo competitividad. Los productos brasileños se encarecieron de forma importante y es un país muy volcado a la exportación. Entonces, lo que se espera es una acción del Banco Central y medidas de alivio fiscal o de otro tipo para ayudar al sector exportador. No ha habido ningún anuncio concreto por parte de la presidenta en este plano pero esperamos que se haga a corto plazo, porque en el final del año el real pego un empujón muy grande. Acá se esta cotizando a 1.66 por dólar, cuando hace unos días estaba a 1.74 o 1.75. Es una tendencia que de continuar, va a perjudicar y mucho a una economía que esta recibiendo un flujo enorme de inversiones extranjeras.

EC – ¿Cómo seguirá la actividad en el correr de la semana? ¿A ritmo fuerte como hasta ahora o afloja en el verano?

MR – Afloja un poco. Hoy es un día en el cual Rousseff tiene encuentros protocolares con algunos de sus ministros. Hay un par de temas importantes pero no urgentes. Ella heredó un equipo armado. Ya tiene ocho ministros –11 si se consideran los secretarios de los treinta y pico de ministerios que hay aquí del Gobierno anterior–, entonces viene con el país caminando. No hay una transición brusca entre dos corrientes políticas diferentes. Se espera que en enero la actividad baje un poco, y los primeros viajes comenzarán luego por Argentina, luego probablemente Uruguay y Paraguay, y después Estados Unidos y China, según anunciaron ayer.

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Documento: Discurso completo de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, luego de su juramento ante el Congreso (01/01/2011 - En portugués)