Judith Torrea: la voz de las víctimas del narcotráfico en México
Desde que se desató la guerra contra el narcotráfico en México, unas 7.500 personas han muerto en Ciudad Juárez. Diez mil niños han quedado huérfanos y se han cometido 400 feminicidios y hay casi 1.000 mujeres desaparecidas. A pesar de esta realidad, una voz ha contado lo que pasa en ese lugar de 1.300.000 personas. Se trata de Judith Torrea, una periodista nacida en España pero que desde hace 14 años narra desde el corazón de la ciudad los crímenes del narcotráfico. "Ciudad Juárez, en la sombra del narcotráfico" es el nombre de su blog. Entrevistada por En Perspectiva, Torrea dijo que Ciudad Juárez es "una ciudad completamente militarizada, con el ejército y la policía federal, y a pesar de todo esto, los periodistas llegamos antes a las escenas de los crímenes que las fuerzas de seguridad enviadas por el presidente Calderón". Sin embargo, su visión de la ciudad y su gente es positiva: "Esta ciudad es un paraíso del ser humano".
(emitido a las 08.57 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
"Aquí
no se vive, se sobrevive. No puedes salir a un parque o ir a un
restaurante de los pocos que quedan abiertos sin encontrarte con el
horror."
La frase pertenece a la periodista española
Judith Torrea y forma parte de un estremecedor relato que hizo sobre la
mexicana Ciudad Juárez. El año pasado Torrea obtuvo el Premio Ortega y
Gasset de Periodismo en internet por un blog en el que cuenta historias
sobre esa localidad mexicana donde la muerte está vinculada con el
narcotráfico y los asesinatos de mujeres son moneda corriente. La
dirección del blog es juarezenlasombra.blogspot.com.
Para
conocer un poco más esta situación tan tremenda y para saber quién es y
cómo vive quien es conocida en el mundo como la bloguera de Juárez, les
proponemos viajar a México para hablar con Judith Torrea.
***
JAE - ¿Cómo se dio tu llegada a Juárez? Aparece en el blog, por ejemplo, que "hace 14 años Ciudad Juárez se convirtió en la culpable de que me enamorara profundamente de México".
JUDITH TORREA:
Así fue. Yo trabajaba como periodista y presentadora de los informativos de la cadena europea Euro News.
Era muy joven y muy alta. Me llamaban la Petite, "la Pequeña". Mis
compañeros eran periodistas que han estado de corresponsales en varios
países, en varias guerras, y me decían: "tienes que descubrir el mundo".
Había una oportunidad de un sabático y yo no quería ir a Estados
Unidos; quería irme a América Latina. En concreto, muy cerca de Nuevo
México, donde nunca había estado. Me ofrecieron irme a Estados Unidos
pero yo no quería. Empezaron a decir ciudades y de casualidad dijeron
"Texas". De broma, yo dije que sí. Y me fui a Texas, que está en la
frontera con México. No me gustó nada. A los cinco días de estar allí ya
quería pisar México. Entonces, de casualidad pisé México y la primera
ciudad que pisé solamente por un fin de semana fue Juárez. Me fascinó.
JAE - Cruzaste el río Bravo y te encontraste con la ciudad. Eso fue hace 14 años.
JT
- Hace 14 años yo estaba viviendo en Austin, Texas y trabajaba en un
periódico, The Texas Observer. Me fui. Recuerdo que eran como 12 o 13
horas manejando, llegué hasta Ciudad Juárez y crucé ese puente que
separa la ahora ciudad más segura de Estados Unidos, que es El Paso,
Texas, de Ciudad Juárez, México, que ahora mismo es la ciudad más
peligrosa del mundo. Pero cuando yo crucé no era así.
JAE - En 14
años el panorama ha cambiado muchísimo. Los números marcan la explosión
de violencia con esas situaciones horrorosas y supongo que no te ha
faltado oportunidad para irte de allí. ¿Por qué vas renovando tu interés
en quedarte?
JT - Después de nueve años de cubrir las fronteras,
tanto la estadounidense como la mexicana, me fui durante tres años a
Nueva York. Fui periodista de espectáculos en Nueva York, en la
principal revista de espectáculos de Estados Unidos. Cuando iba a
fiestas en Nueva York y veía cómo se consumía la cocaína que causaba los
muertos en Ciudad Juárez, yo decía: "en Estados Unidos se consume en
paz esta droga que es la misma que en Ciudad Juárez causa tantos
muertos, la ciudad que yo amo" cada dos meses regresaba a mi querida
Juaritos. Esto era cuando el presidente [Felipe] Calderón empezó en 2008
la llamada guerra contra el narcotráfico. En Ciudad Juárez llevamos más
de 7.500 asesinatos impunes. Es una ciudad en guerra. Como soy una
periodista y nuestro deber es contar las historias, sobre todo las que
no se cuentan, sentí la necesidad de regresar a vivir a mi querida
Ciudad Juárez y contar lo que veía. Con esa visión, que puede ser una
visión diferente de una periodista europea que ha trabajado mucho en
Europa. También, de una periodista que trabaja en un mundo que parece
tan lejano de Ciudad Juárez, como puede ser Nueva York, el mundo del
espectáculo, pero que es cercano por esa vía que la une: la cocaína. La
cocaína que se consume es la misma cocaína que viene desde Colombia y
que cuando cruza la frontera de Ciudad Juárez a El Paso, Texas, se
convierte en un fantasma viajero y pacífico. Porque en Estados Unidos
esta droga no produce muertos. Podrá producir por su consumo, pero no
produce los asesinatos y la desestabilización de los gobiernos como
produce en los países de América Latina como Colombia y ahora mismo
México, en concreto Ciudad Juárez.
JAE - Me llama la atención que
en tu relato has mencionado el término "amor" varias veces, cuando se
trata de un contexto de mucho odio y una violencia extrema como no hay
en otras partes del mundo. Entonces, ¿por qué ese amor? ¿Dónde está tu
sueño? ¿El hecho de hacer reportajes a propósito de lo que se está
viviendo allí lleva a pensar que se puede revertir la situación en
función del conocimiento de los hechos? ¿Cómo te plantás como periodista
frente a tu trabajo y a la expectativa del efecto que puede generar la
información que tú producís?
JT - Para mí es una necesidad. Yo soy una periodista y mi pasión y mi
misión es intentar devolver la voz a quien se la arrebatan. Como
periodistas tenemos que contar las historias que se deben contar, y en
Ciudad Juárez me encontré de pronto con que los periodistas se
autocensuraban para vivir un día más. Hay muchísima presión, no
solamente de los cárteles de las drogas sino también de las autoridades
mexicanas, incluso de periodistas corruptos. La realidad que se percibía
en los medios y que yo veía era muchísimo más pequeña que la realidad
que yo veía cuando regresaba a Ciudad Juárez. El presidente Calderón
dice que la mayoría de las muertes son de personas relacionadas con el
narcotráfico, y yo te puedo decir que no es así. Aparte de activistas
han sido asesinados muchos estudiantes, universitarios, doctores,
abogados que no tenían nada que ver con el narcotráfico. Ahí te empiezas
a hacer muchas preguntas, te surgen muchos porqués. Cuando hablo del
amor por Ciudad Juárez no me doy cuenta de que repito esas palabras
tantas veces, hasta que tú me lo dices ahora mismo, hablo porque creo
que esta ciudad es un paraíso del ser humano, donde al ser humano se le
arrebata su dignidad. En esas circunstancias hay momentos mágicos en que
el ser humano sigue luchando, sigue sonriendo y sigue adelante.
Imagínate madres que llevan 15 años sin saber dónde están sus hijas, si
están vivas o muertas, madres que han perdido a sus dos únicos hijos en
esta llamada guerra contra el narcotráfico, y a pesar de eso siguen
adelante, siguen buscando justicia, siguen queriendo a México, que es un
país fascinante, un país increíble, un país con gente muy trabajadora.
Te voy a dar una comparación. Yo vengo de España, pero creo que en la
tierra que me vio nacer se ha perdido la alegría por vivir. Y en Ciudad
Juárez, a pesar de que es muy difícil cada día, de que hay entre seis y
15 asesinatos cada día y hay veces que hay más hasta 27, en estas
circunstancias tan difíciles el ser humano saca no solamente lo peor de
sí mismo y se convierte en sicario, en asesino, en torturador, sino que
también hay seres humanos que sacan lo mejor de sí mismos y dan esa
solidaridad que convierte el dolor en algo mágico.
JAE - ¿Se
pueden llegar a ver rostros de alegría? ¿Gente que en ese contexto tiene
el deseo de vivir y defender la vida a capa y espada?
JT - Claro que sí. Ha habido muchísima gente que ha huido. Hay más de 10.000 negocios cerrados, según la Cámara de Comercio de Ciudad Juárez. Más de 116.000 casas abandonadas, según datos del Ayuntamiento de Ciudad Juárez.
Es una ciudad fantasma, donde tú ves edificios incendiados por no pagar
cuotas de extorsión. A pesar de eso, hay mucha gente que ha huido, pero
hay otra mucha gente que se queda y que puede huir. Hay otra gente que
se queda porque no tiene opción o dinero para irse de esta ciudad. Pero
también hay muchos otros que se quedan porque piensan que pueden cambiar
esta ciudad. Y lo hacen con una dignidad increíble. Creo que Ciudad
Juárez ha aprendido a vivir en la muerte constante y a vivir más
sabiendo que la vida es un instante fantástico que se puede ir en
cualquier momento.
JAE - Cuéntanos cómo es un día común en tu vida. ¿A qué hora te levantas? ¿Hay rutinas?
JT
- Por seguridad intento no tener rutinas. Además soy una periodista
free lance, es decir, una periodista que no tiene un apoyo de un medio
de información. Así surgió mi blog, "Ciudad Juárez, en la sombra del
narcotráfico". Para vomitar todo lo que yo sentía sin necesidad de tener
un editor, porque cuando eres free lance a veces no encuentras vender
tus historias para sobrevivir económicamente un día más. Pero tú veías
esa realidad y sentías que debías contarla. Siendo una periodista free
lance tienes más peligros porque vas sola. Y además de ser una mujer muy
llamativa, porque soy muy alta, se nota que soy extranjera. Por la
mañana me levanto muy pronto, repaso la prensa y luego ya me distribuyo.
Tres días a la semana me dedico a cubrir la realidad, lo que me ayuda a
seguir el pulso de la ciudad. Cubrir asesinatos sobre todo. La ciudad
es muy extensa y hay veces que estás en el lugar del crimen 15 o 20
minutos porque ya se han producido otros asesinatos y tienes que ir a
otra parte de la ciudad. Los otros tres días de la semana intento
descansar un día a la semana me dedico a hacer más reportajes de
investigación para vender historias en televisión, en radio o en prensa,
o para un libro que estoy preparando y para el que algún día me pondré a
buscar un editor. Nunca sabes, hay veces que regresas al mismo lugar
del crimen, a la misma colonia, hasta dos veces al día porque se ha
producido otro asesinato. Y lo más duro - más que ver los cadáveres en
la calle, a veces decapitados, a veces son varios cadáveres en un mismo
lugar - es ver las miradas de los niños que se han quedado huérfanos, y
en esas miradas no solamente veo el presente; veo el futuro de esos más
de 10.000 niños huérfanos de la llamada guerra contra el narcotráfico
del presidente Calderón. No solamente huérfanos de sus padres, sino de
las autoridades mexicanas. Porque si no hacen nada, si no les dan un
futuro, esos niños se convertirán en los sicarios que cortan las
cabezas. En los sicarios del futuro.
***
JAE - Ciudad
Juárez es una ciudad mexicana situada en el norte del país, en el Estado
de Chihuahua, a orillas del Río Bravo. Al otro lado del río, en
territorio de Estados Unidos, se encuentra la ciudad de E Paso, en
Texas. La población de Ciudad Juárez es parecida a la de Montevideo:
1.300.000 habitantes, según datos de 2005. Es la mayor ciudad de
Chihuahua y la séptima zona metropolitana más grande de México. En este
lugar trabaja Judith Torrea, periodista española, que tiene un blog que
reúne historias de muerte, de violencia. Historias vinculadas al
narcotráfico.
***
JAE - Tú comentabas que 2010 fue el año
de mayor violencia. De hecho, el Gobierno mexicano ha dicho que los
homicidios vinculados al narcotráfico ascendieron el año pasado a
15.273, que es la cifra más alta. Pero en Ciudad Juárez se da otro
fenómeno más puntual que tiene que ver con la muerte de mujeres. Los
feminicidios. Entre el año 1993 y 2002 se han registrado más de 400 y es
un número que va creciendo con el tiempo. ¿Por qué se da este ataque a
las mujeres?
JT - Para responderte esto te voy a hablar un poquito más desde atrás.
Ciudad Juárez es una ciudad en el desierto. El 70% de las calles está
sin pavimentar. Es una ciudad que creció muchísimo en la década de los
'60, porque las empresas de capital extranjero, las maquiladoras, se
dieron cuenta de que estratégicamente esa zona era muy buena, entonces
buscaban mano de obra, sobre todo de mujer. Esas mujeres empezaron a
emigrar del sur del país. México, a pesar de ser un país supern rico,
vive un racismo y una desigualdad social muy fuertes desde la conquista
española. Esas personas empezaron a migrar desde el sur hacia el norte
del país, hacia Ciudad Juárez, a trabajar en estas fábricas. Estas
personas trabajaban por salarios míseros. Ahora mismo, el salario en una
fábrica maquiladora es de unos 500 pesos a la quincena (menos de 40
dólares), en una ciudad que vive al ritmo de Estados Unidos. Ciudad
Juárez es muy cara. Más que El Paso, Texas. Con ese dinero es imposible
vivir en Ciudad Juárez, pero ni los empresarios ni las autoridades
mexicanas se preocuparon por crear escuelas para los niños de esas
mujeres, ni tampoco por crear parques para esos niños, ni tampoco por
crear alumbrado público ni sistemas de drenaje, ni agua potable.
Solamente trabajaban. Esos niños, con esas madres trabajando tanto,
muchas de ellas madres solteras Ciudad Juárez es una ciudad de mujeres,
muchas inmigrantes, fueron carne de cañón para el cártel de Juárez.
Ciudad Juárez es el paso principal de las drogas que vienen de Colombia
hacia Estados Unidos. De la falta de oportunidades esos niños se
convirtieron en carne de cañón, en miembros del cártel de Juárez. Esas
mujeres que se levantaban a las cuatro de la mañana y que a veces
andaban una hora por esos lugares del desierto, sin luz... Hubiese pasado
lo mismo en España. Te hubiesen violado, te hubiesen matado, te hubiesen
hecho de todo. Andaban a esas horas y de repente empezaron a
desaparecer.
Esta zona es buenísima para todo: para trata de
mujeres, por la impunidad, y también por un tipo de personalidad que se
da en todas partes del mundo, con la diferencia de que aquí las
autoridades no hacen nada. Si eres pobre y mujer, tu vida no vale para
nada. Y esos hombres disfrutan teniendo orgías con mujeres. Las violan y
después las matan. A veces, incluso, hacen videos caseros. Eso
continuó. Ninguno de los detenidos por estos crímenes seriales, en estos
casi 18 años de impunidad, ha sido culpable realmente. Son chivos
expiatorios. Ahora mismo está Edgar Álvarez, que es completamente
inocente. Hay una corrupción muy fuerte de las autoridades mexicanas; se
cree que hay personas muy vinculadas con el narco cuando te digo el
narco digo también con los políticos mexicanos que están intentando que
no se solucione y no se sepa cuál es la raíz de este problema. La
impunidad es el mejor caldo de cultivo para hacer de todo.
Y las
circunstancias no están favoreciendo. Entre 1993 y 2010 vamos casi 1.000
mujeres que han sido desaparecidas. Pero en estos tres últimos años, en
la llamada guerra contra el narcotráfico, estos crímenes han quedado en
un segundo plano. Con la muerte diaria de hombres, niños, menores de
edad y adolescentes, pues el número es muchísimo menor, porque ese
peligro, que antes era para las mujeres pobres y bellas de Ciudad
Juárez, se ha democratizado hacia toda la sociedad con la llamada guerra
contra el narcotráfico. Estamos en una ciudad completamente
militarizada, con el ejército y la policía federal, y a pesar de todo
esto, los periodistas llegamos antes a las escenas de los crímenes que
las fuerzas de seguridad enviadas por el presidente Calderón.
JAE
- De todo lo que nos has contado queda claro que hay una multiplicidad
de factores. Que el narcotráfico es un componente pero no es el único.
No es el factor exclusivo en todo esto. Además queda claro que no hay
Estado; que si bien hay un número creciente de efectivos militares, el
Estado no ejerce su rol. El que debería cumplir, por ejemplo, con
relación a la justicia. ¿Cómo podría volver esa sociedad a la
normalidad?
JT - En México, no solamente en Ciudad Juárez, no
existe un Estado de Derecho. O en realidad existe un Estado de derecho
pero es fantasma. Está en el papel pero no se aplica. En Ciudad Juárez,
con esta situación socioeconómica que te he explicado, todos estos
problemas se agudizan, y lo que las autoridades quieren mostrar es que
el problema es el narcotráfico. Pero el narcotráfico ofrece el trabajo
que las autoridades no han sabido crear. Cuando Estados Unidos firmó el
tratado de libre comercio (el NAFTA) con México y Canadá, muchísimas
personas que cultivaban maíz empezaron a cultivar marihuana y a trabajar
con el narcotráfico. Y no te creas que por mucho dinero. Por un kilo de
marihuana no les pagan más de 150 pesos (menos de 15 dólares) pero era
la manera de darles de comer a los hijos antes que emigrar a Estados
Unidos. Es una forma de vida. El narcotráfico en México da el trabajo
que no dan las autoridades. Algunos se hacen ricos, pero la mayoría no.
Es una forma de vida. Yo creo que habría que pensar un concepto muy
sencillo, que viene desde la conquista española. Cuando los
conquistadores llegaron a México pensaban que los indígenas, por esto de
la religión, tenían el diablo y los mataban. Todo ese círculo se vive
ahora en México. Las personas que son pobres y tienen la piel morena
que son un porcentaje altísimo parece que no pueden tener salarios
dignos como sí pueden tener las personas blancas. No se piensa con
justicia. No se piensa: "Vamos a crear unas empresas de capital
nacional", no de capital extranjero, como ahora mismo es en México. Ni
"en esas empresas vamos a dar trabajo digno con un salario digno que
permita a las personas vivir bien; y además vamos a crear lo que hay que
crear: parques, escuelas... Un fututo para que esos niños tengan un
futuro y no encuentren el futuro en el narcotráfico".
JAE - Uno
podría suponer que en una sociedad democrática como es México es la
gente la que define su futuro o elige sus autoridades. ¿Qué ha pasado?
JT - ¿Tú crees que México es un país democrático cuando a los
periodistas nos asesinan? Es el país más difícil para ejercer la
profesión en el mundo, según algunas estadísticas, donde hay una presión
fortísima para que no se sepa lo que está pasando. Yo dudo de que este
país sea democrático. Si la situación de Ciudad Juárez se estuviese
produciendo en países que dicen que no son democráticos, como Venezuela o
Bolivia, habría una reacción internacional más fuerte, pero como está
pasando en Ciudad Juárez, no. "Es un país democrático, pues todo va
bien." Aquí la democracia no existe. Aquí, en Ciudad Juárez, no funciona
nada. El 97% de los crímenes, según datos del Ministerio Público, se
queda impune. Y ka Justicia busca chivos expiatorios. Y los periodistas
que nos arriesgamos a hacer nuestro trabajo estamos muy amenazados, y no
solamente por los cárteles de la droga. Las amenazas son más fuertes de
las autoridades mexicanas.
JAE - Son más fuertes, de las propias autoridades hay más amenazas a ustedes.
JT
- Muy fuerte. Si tú eres un periodista como yo, un periodista que no es
corrupto, un periodista que dice la verdad, que dice lo que está
pasando realmente, analizando diferentes puntos de vista, tienes
problemas muy fuertes. Lo que está pasando en México es algo super
peligroso y no sabemos qué va a pasar, porque la llamada guerra del
narcotráfico no ha sido más guerra contra el narcotráfico. Los expertos
en narcotráfico dicen que para hacer una guerra contra el narcotráfico
tienes que ir por el lavado de dinero que financia las organizaciones
criminales y que ha convertido a políticos y a empresarios en
millonarios. Y en esto no se ha ido ni un ápice en la guerra del
presidente Calderón.
JAE - Te iba a preguntar por el rol de la
comunidad internacional, porque da la impresión en realidad no es
impresión, tú tenés muchísimo contacto con medios internacionales,
queda claro que hay un canal de comunicación que se ha abierto a partir
de tu trabajo, con lo que tú ves y seguramente con un público amplio a
nivel internacional. En definitiva, ¿en qué termina todo eso? ¿Cómo ves
el papel de la comunidad internacional en función de lo que está pasando
allí?
JT - La comunidad internacional escucha lo que dice el
presidente Calderón, pero creo que cuando el presidente Calderón salga,
cuando el Partido Acción Nacional salga de la Presidencia,
se comenzará a saber lo que está pasando, lo que pasó en Ciudad Juárez.
Creo que la responsabilidad es de todos, porque, ¿los muertos los pone
México, los pone Colombia y no los pone Estados Unidos? ¿Dónde están los
cárteles de droga en Estados Unidos que hacen que llegue la droga a
todo el país en forma pacífica? El problema no es el consumo. Los
muertos no se producen por el consumo; claro que se producen muertos por
el consumo, pero se producen más por este negocio, que ahora mismo es
ilegal y que convierte a banqueros internacionales en millonarios. El
lavado de dinero es muy fuerte en América, hay mucho lavado de dinero
por ejemplo en un país que es muy estable políticamente como Panamá.
Entonces hay que hacerse preguntas, también el consumidor. A veces
cuando me invitan a conferencias en universidades, los estudiantes están
muy sorprendidos de lo que pasa en Ciudad Juárez. Pero ellos consumen
marihuana y cocaína. Entonces les digo: "pues tú tienes también una
responsabilidad, ¿te has preguntado? Eres vegetariano y no consumes
carne porque no te gusta que maten a los animales, pero están matando
personas ahora mismo por tu consumo". Entonces, la comunidad
internacional no está reaccionando de ninguna manera porque está
esperando a saber cuántos muertos hay hoy en Ciudad Juárez.
JAE - ¿Te has arrepentido de algo en este tiempo?
JT
- No, a lo único que tengo miedo en mi vida es a no hacer lo que debo
hacer. Creo que siempre he hecho lo que sentía que debía hacer en cada
momento determinado de mi vida. A veces me dicen: "¿No tienes miedo de
estar en Ciudad Juárez?". Y digo que no.
JAE - ¿Con quién vives? ¿Tu familia y tus amigos dónde están?
JT
- Toda mi familia está en España, y en Ciudad Juárez me gustaría vivir
sola, pero no lo hago por protección. Me cambio de lugar para vivir,
rento una habitación en diferentes lugares de la ciudad, me voy
cambiando. Mi vida personal no existe en esta ciudad. Tener una pareja,
casarme, tener hijos, no es posible. Pero yo siento que lo debo hacer, y
para proteger mi vida, para poder vivir un día más y contar las
historias uno toma sus pequeñas precauciones, pero sabes que si te
quieren matar te matarán.
JAE - ¿Hasta cuándo vas a estar allí? ¿O no tienes definido eso?
JT
- Yo nunca pienso mucho en el futuro. Desde que regresé a Ciudad Juárez
no pienso mucho en el futuro, porque veo que mis amigos han sido
asesinados y mis fuentes en estos 14 años ya no están, han sido
asesinadas o están amenazadas. No pienso mucho en el futuro. Lo único
que te digo es que mi vida vale más que una historia. Y el día que mi
instinto me diga que esto se acabó, que tengo que salir, que tengo que
irme, me saldré. Seguiré contando Ciudad Juárez de otra manera. Creo que
me dolerá mucho porque yo siempre pensé comprar mi casa aquí y no he
podido por seguridad. Siento un amor con mucho dolor por esta ciudad. Yo
nunca había sentido esto por ninguna ciudad ni por ningún país, ni por
mi propio país, España espero que no me quiten la nacionalidad, ni por
Estados Unidos, aunque tengo papeles estadounidenses. Pero en Ciudad
Juárez aprendí a vivir. Aquí la gente es fantástica. Aparte de todo el
horror que vosotros conocéis por los medios de información hay gente
maravillosa con la que uno aprende a vivir cada día y con la que se
llena tu corazón, tu mente y tus ganas de seguir y de contar lo que está
pasando quí en esta ciudad tan fantástica que poco a poco está
desapareciendo del mapa por una decisión política.
JAE - ¿Quieres agregar algo más?
JT
- Quisiera dar los buenos días al pueblo de Uruguay, que no tengo el
gusto de conocer, y deciros que no os olvidéis nunca de Ciudad Juárez y
que disfrutéis de esta vida por los que ya no pueden en Ciudad Juárez.
Son más de 7.500 personas en ataúdes, más de 10.000 niños huérfanos
desde que comenzó la llamada guerra del narcotráfico del presidente
Calderón con el ejército y la policía federal.
***
Transcripción: María Lila Ltaif