Oviedo ingresó a prisión
Desde Asunción, el periodista Alberto Grille narra el viaje en el avión que llevó al controvertido general desde Foz de Iguaçú y las primeras horas del político en Paraguay.
(Emitido a las 09.10)
EMILIANO COTELO:
El ex general golpista Lino César Oviedo, acusado de ordenar en 1999, el asesinato del vicepresidente paraguayo Luis María Argaña, llegó ayer a Asunción desde Brasil, donde se encontraba exiliado, y quedó detenido bajo protesta en una prisión militar.
El propio Oviedo había resuelto volver para ponerse a las órdenes de la Justicia. Y había decidido hacerlo en un avión fletado especialmente en el que iban a acompañarlo, como invitados, dirigentes políticos de varios países de la región, familiares, amigos y periodistas de esos países. Entre ellos Alberto Grille, director de la revista Caras y Caretas, con quien charlamos ayer antes de que el avión partiera. ¿Cómo fue la experiencia del viaje? Un viaje que claro, con las distancias del caso, tenía algo de aquello del regreso de Wilson a nuestro país.
ALBERTO GRILLE:
Sí, bastante, daba una impresión bastante similar.
EC - Aunque no estamos hablando de personajes parecidos...
AG - Para nada.
EC - ...porque Wilson era un dirigente democrático sin tachas, venía a un país gobernado por una dictadura militar que lo había declarado uno de sus enemigos públicos principales y lo había colocado en la categoría de requerido. En cambio, Oviedo es un ex militar que en su momento intentó un golpe de Estado y que vuelve a un país democrático. Más allá de eso tenía cierta espectacularidad la operación que había planificado; ¿cómo se vivió en el avión?
AG - Voy a hacer dos precisiones. Primero, él niega haber intentado el golpe de Estado; segundo, es un general muy particular -general retirado, en situación de reserva-, en el momento en que el oficial lo detiene le dice: "¿Me puede acompañar, mi general?". Me llamó mucho la atención, de un alto oficial de la policía.
El viaje fue muy tranquilo, con cierto show; toda la política tiene cierta gestualidad. Me llamó mucho la atención la presencia de muy fuertes empresarios brasileños en el viaje.
EC - ¿Amigos de Oviedo?
AG - Sí, amigos de Oviedo. Una presencia muy fuerte de gente que tiene muchísimo dinero: fazendeiros, algunos medio disfrazados de fazendeiros...
EC - Iban con él también legisladores de su propio partido, la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace); legisladores del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA); y dirigentes de la región.
AG - Además un abogado que aparentemente venía acompañándolo en representación de Lula.
EC - ¿De nuestro país qué políticos había?
AG - No, de nuestro país se había anunciado que llegarían Amorín Batlle y Millor antenoche, pero supongo que todavía están contando los votos.
EC - No llegaron, no participaron.
AG - No llegaron, no.
EC - ¿Cómo fue la salida de Foz de Iguaçú?
AG - La salida fue con bastante público paraguayo y supongo que brasileño con banderas paraguayas, cantando; bastante gente, unas mil personas.
EC - ¿Alguna anécdota especial del avión?
AG - En el avión fue invitado por los pilotos de TAM a entrar en la cabina, estuvo caminando, saludando a la gente. Al llegar antes de abrir el avión le hicieron con celulares reportajes para las radios paraguayas. Primero descendió la prensa para poder tomar fotografías, etcétera, y él quedó para el final. Entró la policía, una brigada de fuerzas operativas especiales armadas a guerra, se acercaron a él y le empezaron a leer una orden de detención que decía que estaba condenado a diez años de cárcel por la justicia militar paraguaya. Oviedo protestó diciendo que la justicia militar no podía tener ningún tipo de injerencia porque él estaba en retiro y que además no había intentado ningún golpe de Estado. Ahí hubo un forcejeo, una abogada de derechos humanos llamada Raquel Talavera intervino, una fiscal la increpó, luego unos parlamentarios -creo que el presidente del bloque parlamentario del partido de Oviedo- dijeron que tenía que salir por la manga como todo el mundo, ahí un policía le pegó un piñazo en la barriga, pero se terminó. Empezaron a gritar los parlamentarios, un parlamentario le había dicho "maricón" al oficial, y Oviedo fue trasladado medio "alto del piso", agarrado de los brazos, bajado por la escalera -es un hombre muy chiquito- e introducido en una ambulancia. Fue sacado por una puerta lateral.
EC - Se le hizo un chequeo médico antes de la detención formal.
AG - Exactamente, le hicieron un chequeo; yo hablé con el médico, me dijo que estaba bien, que tenía cifras un poco altas de presión pero lo medicaron, le indicaron un régimen dietético y de ahí fue llevado junto con su abogado y su escribano en una camioneta a una unidad militar que queda cerca del aeropuerto, de donde lo sacaron en un helicóptero. Estaban los hijos en la puerta del aeropuerto, pero no pudieron verlo.
EC - ¿Qué pasaba en materia de concentración de gente, de simpatizantes de Oviedo en las proximidades del aeropuerto?
AG - Se había anunciado que iba a haber mucha gente, la policía había protegido la zona como si fuera a venir una multitud, pero los parlamentarios me dijeron que no iba a ser mucha gente porque ellos no querían una convocatoria que pudiera provocar problemas. De todas maneras había unas 3.000 personas que se agrupaban a unos dos quilómetros del aeropuerto frente a un palacio de la Confederación Sudamericana de Deportes (enorme, una cosa absolutamente increíble, donde se reúnen Leoz y Figueredo, supongo)...
EC - Finalmente lo llevaron a una prisión militar.
AG - Lo llevaron a una prisión militar que se llama Viñas Cué -quiere decir que aquí había viñas antes, pero ya no hay-, donde fue internado en una celda; lo recibió con un fuerte abrazo José Segovia, un general paraguayo que hasta hace una semana estaba asilado en Uruguay pero hace tres o cuatro días se entregó aquí a la Justicia (está imputado de cargos de corrupción, etcétera; había sido ministro de Defensa del gobierno de Cubas). Lo recibió con un abrazo y permaneció en la celda.
La nota anecdótica fue que en la tarde de ayer fue relevado el jefe de la prisión militar de Viñas Cué por el ministro de Defensa porque dejó entrar mucha gente; no sé si fueron los parlamentarios, que fueron más tarde.
EC - En definitiva el operativo retorno de Oviedo, ¿se cumplió de acuerdo a las expectativas, surtió el efecto político que él esperaba?
AG - Sí, creo que sí. Hoy toda la prensa titula con esto, hay una gran conmoción en el país, y la verdad es que cuesta creer que vaya a estar diez años preso. Yo no me lo imagino porque no existe acá, por lo menos entre la gente con la que uno habla en la calle (de repente sí en los círculos políticos) la idea de que éste sea un asesino. La gente tiene bastante expectativa con Oviedo, los taximetristas, la gente con la que uno habla.
EC - ¿Cómo se lo ubica en el espectro político?
AG - Me parece que es un político populista. De todas maneras he hablado bastante con legisladores, sus legisladores tienen un fuerte acento de derecha pero él no me dio esa impresión, me pareció un hombre populista con ciertos rasgos tecnocráticos. Es un hombre que estudió en Alemania -tiene una hija abogada viviendo en Alemania-, que da clases de agronomía, de aerodinámica... no es un general como uno se imagina, medio cuadrado.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón