ONU advierte "crímenes de guerra" en Libia
El régimen libio de Muamar Kadhafi y las fuerzas de la oposición cometieron crímenes de guerra durante el conflicto que los opone, anunció este miércoles una comisión investigadora creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
La comisión determinó, en base a informaciones recogidas durante sus visitas, particularmente en Trípoli y Bengasi, que "fuerzas del Gobierno de Libia cometieron crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra".
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió en febrero pasado iniciar una investigación sobre presuntos crímenes contra la humanidad luego que el régimen del coronel Kadhafi ordenara al ejército y la fuerza aérea disparar contra civiles.
A su vez este miércoles se produjo una fuerte explosión en el estacionamiento exterior de uno de los mayores hoteles de Bengasi, bastión de los rebeldes al este de Libia.
Dos automóviles ubicados en el estacionamiento del hotel Tibesti, donde se alojan habitualmente diplomáticos, periodistas y responsables rebeldes, fueron destruidos por la explosión que provocó una gran nube de humo negro, pero que no dejó víctimas.
Poco después de la explosión, una gran confusión reinaba en el lugar, hasta donde llegaron unas 500 personas agitando banderas libias de la rebelión.
Desde que estallaron los combates, los opositores libios han ganado un creciente reconocimiento internacional como los legítimos representantes del pueblo libio. Si bien no han realizado grandes avances militares, las potencias han declarado su intención de continuar apoyándolos hasta que Kadhafi abandone el poder.
Recordemos que Libia fue el primer exportador per cápita de combatientes extranjeros a Irak, según documentos internos de Al-Qaeda hechos públicos por Estados Unidos.
A su vez, algunas voces escépticas señalan que las fuerzas rebeldes son una amalgama de milicias, algunas como la Brigada 17 de Febrero, que no responden a un mando único. Y además otra facción que preocupa a los militares occidentales es el Grupo Islámico de Lucha de Libia (GILL), una guerrilla surgida en los años 90, que luchó por establecer un Gobierno islamista en Libia y que ha sido asociada a Al-Qaeda, aunque ellos rechazan este vínculo.
Con estos actores, según los críticos, la Libia post- Kadhafi podría acabar sumida en una larga guerra al igual que Irak tras la caída de Sadam Hussein.
Otro que sigue esta línea de pensamiento es el ex embajador británico Richard Dalton, un buen conocedor de Libia, que cree que en ese nuevo período sería probable un escenario de desorden transitorio, alta criminalidad y ajustes de cuentas.
Dalton también agregó que aunque la mayoría de los libios se opuso a determinadas políticas de Estados Unidos en Medio Oriente, gran parte del pueblo libio comparte los valores occidentales y quiere que triunfe una revolución similar a la de sus vecinos, Túnez y Egipto.
Europa y Estados Unidos le ofrecieron a los líderes de Bengasi, por ejemplo, la apertura de oficinas diplomáticas en Washington y Londres.
Pero la duda sobre si Occidente está arriesgando demasiado al fortalecer a la oposición libia persiste, así como el miedo a que se repitan episodios del pasado en que sus aliados acabaron convirtiéndose en enemigos.
Por su parte embajadores de los 28 estados miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acordaron en Bruselas y por unanimidad extender su misión en Libia por tres meses, en una operación de protección al pueblo libio.
La intervención fue ordenada por Naciones Unidas y liderada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos hasta el 31 de marzo, cuando la OTAN tomó el control de las operaciones.
Los críticos a la misión militar en Libia consideran que se encuentra en un punto muerto, y que, aunque diseñada para proteger a los civiles, su objetivo se centra en deponer a Muamar Kadhafi.
Sin embargo las autoridades libias afirman que lejos de proteger a los civiles, los ataques aéreos de la OTAN han causado la muerte de cientos de ellos.