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Ollanta Humala gana la segunda vuelta de las elecciones nacionales en Perú

Contacto con el politólogo peruano Alberto Vergara.


(emitido a las 8.44 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En Perú el exmilitar nacionalista Ollanta Humala ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el domingo.

Cuando se lleva escrutado más del 93% de los votos, Humala obtiene el 51,58%. Su rival, Keiko Fujimori, que ayer finalmente reconoció su derrota, tiene 48,41%, de acuerdo al último informe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales.

El domingo de noche, al conocerse los primeros resultados oficiales, Humala se dirigió hacia la céntrica plaza 2 de Mayo de Lima, donde pronunció un discurso ante miles de personas que lo habían estado esperando.

"La gran transformación que hoy llega a Palacio de Gobierno es el producto de trabajo de millones de peruanos, hombres y mujeres, que han luchado por defender la democracia y sus valores y que hoy están aquí representados", dijo Humala.

(Audio Ollanta Humala)

"Y para este cambio es que estoy aquí, por eso me he metido en política. El resto son otras cosas, no me interesa; sólo me interesa cumplir lo que he ofrecido al pueblo peruano. Ese es el mandato del pueblo peruano para todos los que estamos aquí presentes".

(Fin del audio)

En los próximos minutos les proponemos acercarnos a Perú para un primer análisis de estos resultados. El diálogo será con el politólogo Alberto Vergara, docente del departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú y candidato a doctor en Ciencia Política por la Universidad de Montreal, Canadá.

Ya habíamos hablado contigo durante la campaña electoral y ahora te reencontramos en Lima con los números a la vista. El resultado fue ajustado: ¿se cumplió lo que habían estado manejando las encuestas previas?

ALBERTO VERGARA:
Sí. En la última semana indicaron una tendencia hacia el crecimiento de Ollanta y una ligera disminución en los votos para Keiko Fujimori. Por lo tanto, se cumplió más o menos lo que se esperaban las encuestas en los últimos días. No tanto un par de semanas o tres semanas antes, cuando todas o casi todas daban como ganadora a Fujimori, lo que ha levantado una serie de suspicacias...

EC – ... Según los análisis que hacen, ¿cuál fue la causa de ese vuelco hacia Ollanta Humala?

AV – Evidentemente, como en cualquier hecho social, hay un montón de causas. Pero creo que la primera cuestión es que no es que haya habido un gran cambio. Si la elección estaba tan peleada, con que unas cuantas décimas de puntos se movieran de un candidato hacia el otro la cosa cambiaba de color inmediatamente. La candidatura de Keiko Fujimori [tuvo] muchos problemas en los últimos 10 días de campaña. Sus voceros tuvieron errores groseros de desencuentro con lo que ella decía y, algunas veces, de afirmaciones terribles. La principal fue cuando un vocero suyo minimizó al público en la televisión y dijo que ya estaba bueno que a ellos los acusaron de haber violado crímenes derechos humanos cuando ellos en realidad habían matado menos, refiriéndose en comparación a los Gobiernos democráticos de los años 80 en el Perú. Lo que él quería decir era que "esos Gobiernos mataron más que nosotros", y entonces dijo esta frase absolutamente infeliz de "nosotros matamos menos". Eso ha sido devastador en términos de la opinión pública. Sobre todo estamos pensando en el impacto que tiene sobre los votantes que estaban indecisos y que eran suficientes para voltear la elección. Esa es una primera cuestión, declaraciones de ese tipo de lado de Keiko Fujimori que no tendieron a que la gente piense que efectivamente el fujimorismo era algo nuevo, independiente, del Gobierno del padre de los años 90, sino más bien tener la sensación de voceros que se vanaglorian, que justifican lo que sucedió en los 90.

Y, del lado de Ollanta Humala, creo que fue importante que recibió una serie de apoyos de personajes claramente vinculados al centro político o incluso a la centro derecha en algún sentido, que por argumentos democráticos o dignidad del país decían no se puede ir con Keiko Fujimori. En especial los Vargas Llosa; Mario Vargas Llosa y, muy particularmente, su hijo, que los últimos 10 días ha estado en la televisión permanentemente como un vocero de Ollanta Humala haciendo campaña. Creo que era el tipo de personaje público del establishment que le debía dar el apoyo y que de quienes estaban en el Perú no se lo estaba dando. El establishment peruano parecía bastante cerrado, sin ganas de jugarse mucho por ninguno de los dos, pero sobre todo por él. Entonces, el apoyo internacional del premio Nobel de literatura y de su hijo creo que fue bien importante para ganarse de nuevo a esos electores indecisos al centro.

EC – Ayer, cuando se confirmaron los resultados que le dan el triunfo a Ollanta Humala, hubo una caída estrepitosa en la bolsa de valores de Lima. Las operaciones fueron suspendidas durante dos horas en la mañana cuando habían dado ya una caída de 8,7%, pero cuando se reanudó la actividad la caída se profundizó, llegó a 12,5% y eso obligó a cerrar la sesión de manera anticipada. ¿Cómo hay que leer esta reacción de los mercados?

AV – Todos sabíamos que Humala no era el candidato favorito de los mercados pero otra cosa es ver en actos en qué consiste el escepticismo respecto de Humala. Algo interesante aquí es que desde el domingo de tarde, cuando se conocieron los resultados, hasta ayer, lo que va a ser el Gobierno y lo que va a ser la oposición ha actuado bastante responsablemente. Ni el Gobierno ha salido con un discurso triunfalista desbordado ni la oposición ha salido con un tono obstruccionista, de boicot importante.

Sin embargo, los mercados están reaccionando de otra manera, lo cual es una forma de presionar a Humala. Lo estaba viendo ahora en la mañana en televisión y desde ayer en la noche está en todos los programas de televisión y en los periódicos, y es que Humala nombre a su ministro de Economía para saber a qué debemos atenernos con él, qué es lo que se viene...

EC – ...Pese a los anuncios que en el pasado había hecho Ollanta Humala, durante esta campaña electoral fue muy enfático en aclarar que no pensaba realizar cambios sustanciales en el rumbo de la política económica. Por lo visto, eso ha sido suficiente. ¿Qué pasó?

AV – Todo el mundo lo lee como una promesa electoral para ganarse al "centro". Entonces, mientras no pase eso a actos concretos, nadie tiene mucha certeza de la convicción de Ollanta Humala respecto de estas cosas, lo cual tiene que ver con la historia nacional, en la cual muchos presidentes prometen una cosa y cuando llegan al poder hacen otra. Hay un escepticismo que es, de un lado, justificado, pero del otro también es una cuestión de que aquí lo que va a ser muy importante y el gran desafío es desde la oposición mediática y desde la oposición empresarial. La oposición que importa en un país sin partidos políticos que entienden que no ha ganado la derecha. Hay un momento en que van a tener que caer en la cuenta en que efectivamente ha ganado una opción que era la opción más a la izquierda, y les va a tocar aceptar eso...

EC – ...De todos modos, ha ganado el candidato volcado más a la izquierda de los dos que llegaron al balotaje, pero, es obvio, lo hizo con un margen relativamente pequeño. ¿Cómo va a incidir esto en la orientación de su Gobierno? Él ha hablado de un Gobierno de concertación, ectivamente se va a tener en cuenta a la oposición. ¿Qué es lo que cabe esperar en ese sentido?

AV – Creo que hay los dos planos. No sólo es el de la izquierda en la segunda vuelta; era el más a la izquierda en la primera vuelta también, cuando tenías a los cinco candidatos importantes. En el discurso de Ollanta Humala el domingo en la noche, dice: "La gran transformación que hemos prometido al Perú; voy a mantener las promesas que hemos hecho para el Perú". El problema es que ha hecho tantas promesas y de distinto signo que se encuentra en una encrucijada que va de no cambiarlo nada a cambiar mucho. Al electorado moderado le ha prometido que no va a haber cambios sustanciales, pero su plan de Gobierno en primera vuelta no dice eso. Son dos posiciones que responden a electorados distintos que han votado por él en la segunda vuelta. Ahí hay una tensión inherente que seguramente tendrá que encontrar una suerte de justo medio aristotélico entre estos dos vicios. Entre no cambiar nada y cambiarlo todo tendrá que encontrar algo al medio, que es una suerte de cuadratura del círculo que va a tener que construir. Ahí está el gran desafío en este momento. Tengo la impresión de que esta apertura que ha mostrado y hablar de un Gobierno de concertación nacional es correcta. Aunque no sea explícito evoca una referencia a Chile y un ejercicio de la izquierda y el centro, del socialismo y la democracia cristiana de tratar de construir una cosa similar en el Perú. Habrá que ver cómo pasamos de la retórica a los hechos en esto, pero me parece que es un camino...

EC – ...¿Qué problemas puede tener en cuanto a su gobernabilidad? ¿Cómo queda plantado en el Parlamento?

AV – En el Parlamento él tiene la primera minoría. Si él lograse tener a todo el grupo del presidente Alejandro Toledo, Perú posible, en ese momento tendría mayoría. Se plantearía un Gobierno con mayoría en la alianza con el partido de Toledo. El problema es que como en el Perú no hay partidos en estricto, esos congresistas una vez que llegan al Parlamento se independizan en muchos sentidos. No todos, pero hay una fragilidad para construir coaliciones en la medida en que los grupos no son cohesionados. Así que habrá que verlo. Pero en principio yo creo que podría garantizar una mayoría en el Parlamento. Tengo la impresión de que la oposición real, si es que algún tipo de oposición obstruccionista con algún tipo de deslealtad aparece, va a venir más de los medios de comunicación y del gran empresariado, que es donde está finalmente el poder mucho más que en el Congreso o en los partidos inexistentes.

EC – ¿Cuál puede ser la actitud de Keiko Fujimori desde la oposición?

AV – Ella tiene que jugar la carta opositora. Me imagino que ella va a tener un debate propio con Alan García, quien deja el poder y quien va a querer ser el líder de la oposición también. Pero a diferencia de Keiko Fujimori, no tiene una bancada parlamentaria importante, puesto que él ha terminado con cuatro congresistas de 130, mientras que el fujimorismo tiene la segunda minoría en el Parlamento con casi un cuarto. Por lo tanto, ahí va a haber una suerte de desafío entre un García mediático, oral, y ella que tiene un poder político más importante en términos institucionales.

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