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Christine Lagarde desplazó al mexicano Agustín Carstens y es la nueva directora gerente del FMI

Contacto con Rafael Mandressi, colaborador de En Perspectiva desde Paris.

 
(emitido a las 08.47 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Los países emergentes y, en particular, América Latina tendrán que esperar un poco más todavía para que un representante suyo dirija los destinos de una de las organizaciones financieras más importantes del mundo: ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) eligió a la ministra de Economía de Francia, Christine Lagarde, como su nueva directora gerente.
 
La señora Lagarde sustituye a otro francés, Dominique Strauss-Kahn, que renunció al cargo hace 45 días, cuando quedó bajo arresto domiciliario en Nueva York, en medio de un escándalo de presunto abuso sexual.
 
De este modo, al quedar por el camino la candidatura del mexicano Agustín Carstens, se mantiene la tradición según la cual Estados Unidos (EEUU) y Europa se reparten los principales cargos en el Banco Mundial y el FMI.   
 
"Me siento muy honrada y feliz por la designación", escribió Lagarde en su cuenta de Twitter pocos minutos después de que ayer se hiciera pública la resolución.
 
"Pienso que el Fondo es una institución notable, que dispone de un personal excepcional, que debe esforzarse para ser siempre más ágil, más comprometido, más legitimado ante la integralidad de sus 187 miembros. Esa será mi ambición", dijo Lagarde la semana pasada cuando se reunió con el Consejo de Administración del organismo para presentar su candidatura.
 
Pero, más allá de los planes que tiene para dirigir esta institución, que seguramente se conocerán con más detalle en los próximos días, ¿quién es Christine Lagarde?
 
Vamos a conversarlo en los próximos minutos con Rafael Mandressi, investigador en el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, colaborador de En Perspectiva desde Paris.
 
Empecemos hablando sobre quién es la flamante directora gerente del FMI. Se trata de una abogada de 55 años, campeona de nado sincronizado en su juventud. Tuvo una carrera impresionante en el sector privado: a los 43 años era una de las más jóvenes asociadas-gerentes que accedía a la presidencia del grupo Baker and McKenzie, uno de los bufetes de abogados más importantes del mundo, con 2.400 profesionales repartidos en 35 países.
 
En 2005, después de vivir varios años en EEUU, volvió a Francia para iniciar su carrera política casi al final del mandato presidencial de Jacques Chirac, que la designó ministra de Comercio.
 
Luego, con la llegada de Nicolas Sarkozy a la presidencia en 2007, Lagarde fue designada brevemente al frente del Ministerio de Agricultura, de donde pasaría al Ministerio de Economía y Finanzas, siendo la primera mujer al frente de esa cartera en un país del G7.
 
Estos son algunos apuntes que ayer recordaba la agencia France Presse. ¿Qué más podemos decir sobre sus características personales?
 
RAFAEL MANDRESSI:
Los elementos que describías recién permiten tener una primera imagen de una persona que tiene una sólida experiencia internacional. Habría que agregar a esos datos que hizo buena parte de sus estudios en EEUU. Es decir, que es en cierto modo es la tercera vez que va a residir en EEUU, es otro regreso. Es perfectamente bilingüe, habla un inglés perfecto lo cual le facilitó no solamente en el marco de su candidatura a la dirección del Fondo sino incluso durante todo este último período, estos últimos años en particular, desde que se desató la crisis financiera internacional, de tener un papel bastante destacado en términos no de relaciones internacionales en sentido estricto pero sí de toda la parte diplomática y de negociación referida a los asuntos económicos y contribuyó, de manera decisiva a que su nombre generara un consenso dentro de los países de la Unión Europea que en definitiva es tal vez como habría que considerar esta elección: más que como la de una francesa como la de la representante de la Unión Europea en cuanto a la candidatura del Fondo.
 
Y por otra parte, es una señora muy afable, con una imagen de solidez y de competencia no muy ducha por lo menos no en los primeros tiempos en términos de desempeño político. Tuvo algunos problemas en ese sentido al inicio. Después las cosas se fueron acomodando en la medida en que se estableció una distribución implícita de tareas, es decir el campo de la política económica en el espacio doméstico francés quedó fundamentalmente a cargo de las decisiones presidenciales y de la ministra como una ejecutante y la señora Lagarde funcionó como una suerte de ministro de Economía hacia el exterior, reeditando un perfil que ya había sido el suyo en su primera función ministerial, cuando en el 2005 regresa para ingresar en la actividad política como ministra de Comercio Exterior. Es decir que es una suerte de constante la de un perfil volcado más bien hacia los asuntos internacionales.
 
EC – ¿Qué lugar ocupa Christine Lagarde en el escenario político francés? ¿Cómo se la define políticamente?
 
RM – Políticamente pertenece a la mayoría presidencial, es decir al partido de Nicolas Sarkozy de la derecha conservadora francesa, que es una formación que admite una variedad de perfiles bastante grandes. En ese marco Christine Lagarde representa en términos fundamentalmente económicos - pero también más allá - el ala liberal de ese partido. Por lo tanto puede perfectamente presumirse que en esa materia (por lo menos su enfoque a partir del momento en que asuma efectivamente sus funciones en el FMI) no va a ser idéntico al que puso en práctica su antecesor el también exministro francés de Economía, Dominique Strauss-Khan, pero socialista él. En la medida en que ha podido pesar de manera determinante en la definición de la política económica en el contexto francés, sus orientaciones han sido predominantemente liberales. Pero por supuesto no se ha impuesto esa línea de manera absoluta en la medida en que dentro del propio partido presidencial coexisten visiones diversas en la materia. Pero su perfil fundamentalmente es ese.
 
EC – ¿Es una mujer que tenía aspiraciones políticas más arriba?. Quiero decir, ¿llegaba a manejarse eventualmente una posible candidatura presidencial suya?
 
RM – No, nunca se manejó esa posibilidad y de todos modos por el momento en su propio partido eso está totalmente está bloqueado en la medida que el candidato va a ser el presidente saliente. Para más adelante ya hay unos cuantos postulantes y de todos modos no da la impresión, por lo menos jamás se mencionó su nombre en ese rubro, de que ella misma tenga ambiciones personales en esa dirección. Creo que lo que acaba de conquistar es probablemente una de las metas que personalmente podía haber acariciado sí durante largo tiempo. Es decir un alto cargo internacional relacionado con los dos o tres elementos en los cuales tiene una reconocida competencia: las relaciones internacionales, los asuntos económicos-financieros y la diplomacia en esas áreas.
 
EC – ¿Qué reacciones se han producido en Francia con el nombramiento de Christine Lagarde como nueva directora gerente del FMI? Francia conserva ese puesto pese a la polémica en torno a Strauss-Kahn.
 
RM – Sí, lo cual puede parecer sorprendente. Pero habría que recordar de todos modos que es una vieja tradición francesa la de proporcionar cuadros internacionales. De hecho en este mismo momento el presidente de la Organización Mundial de Comercio también es un francés, dentro de la Unión Europea sucede algo parecido. Y en cuanto a las reacciones no ha habido grandes oposiciones desde el momento en que se lanzó su candidatura excepto por un asunto que puede resultar delicado porque sobre ella pende un posible proceso judicial a raíz de una decisión que tomó siendo ministra de Economía, sospechosa de haber favorecido los intereses de un empresario privado en un proceso de arbitraje en un juicio contra el Estado y por lo tanto de haber perjudicado el interés del Estado en esta materia. Y hay una decisión pendiente que va a establecerse el 8 de julio, es decir dentro de pocos días, sobre la persecución de ese asunto. Es decir puede haber una decisión de iniciar un proceso lo cual sería bastante complicado de manejar aunque puede ser por supuesto muy largo el trámite; o puede también la Alta Corte de Justicia de la República - tribunal encargado de considerar los temas cuando se trata de ministros o de dirigentes gubernamentales - considerar que no hay motivo para iniciar un proceso y en ese caso todo vuelve a fojas cero y por lo tanto se liberaría a Christine Lagarde de esa espada de Damocles que inquieta a alguna gente aquí que es el único reparo fundamental que en su momento se manejó y que se sigue manejando en cuanto a la prudencia - o imprudencia más bien - de haber propuesto esta candidatura sabiendo que existe ese riesgo.