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Acusada de matar a su hija queda libre y genera enfado

Un jurado de Orlando declaró no culpable de homicidio en primer grado a una mujer del estado de Florida por la muerte de su hija de dos años, Caylee, en un caso que ha conmocionado a la opinión pública de Estados Unidos. La prensa y la opinión pública creen que se trata del fracaso más grande por un jurado desde el caso de OJ Simpson.

Casey Anthony, de 25 años, había sido acusada de asesinato, entre otros delitos, por la muerte de su hija Caylee Marie Anthony, cuya osamenta fue encontrada en 2008 en una zona boscosa a pocos metros de la casa de la mujer, tras seis meses de búsqueda.

El jurado halló no culpable a la acusada de otros dos cargos: homicidio sin premeditación agravado de un menor y abuso infantil agravado; mientras que la declaró culpable de varios cargos menores relacionados con suministrar falsa información a agentes policiales.

Los fiscales arguyeron en los argumentos finales del juicio que Anthony asesinó a su hija colocando cinta adhesiva en la boca de la niña, porque suponía un estorbo para la vida de fiestas que quería tener y para su relación amorosa.

Sin embargo, la defensa de la acusada aseguró que la menor se ahogó en la piscina de la familia.

La Fiscalía mencionó como una de las pruebas en el juicio el olor a cadáver que supuestamente emanaba del automóvil de Anthony, una prueba que la defensa trató en vano de excluir del proceso arguyendo que los análisis forenses realizados se basaron en experimentos nunca antes utilizados en un tribunal de Estrados Unidos.

La polémica encendió al público estadounidense cuando comenzó el juicio mediático por la muerte de la hija de Casey Anthony en junio de 2008. Lo primero que asombró al público fue que la mujer no se inmutó durante los días siguientes al asesinato de la menor, ni dejó de salir a bares y discotecas, mientras la Policía, alertada por los familiares, buscaba a la pequeña Caylee Marie Anthony.

Tanto sus padres, como su novio y varios amigos, explicaron como Anthony, en los días siguientes a la desaparición, parecía ignorar la desaparición de su hija. Los fiscales mostraron fotos al jurado de la joven madre de fiesta y bebiendo, junto a sus amigos, ajenos a la desgracia.

Las explicaciones iniciales de Casey generaron grandes dudas y sospechas, pues se contradijo. Primero explicó a la Policía que su hija se encontraba con una amiga que la cuidaba. Después cambió de versión y afirmó que Caylee Marie estaba pasando unos días con una niñera. Pero no se supo quién era la amiga ni tampoco la niñera.

Tras intensas búsquedas, y seis meses después de la desaparición de la niña, las autoridades hallaron los restos de la menor dentro de una bolsa plástica a pocos metros de la casa donde vivió en Orlando con su madre y abuelos.

Según los abogados de Anthony, su hija Caylee murió ahogada al caer accidentalmente en la piscina de la familia. Dicen que la madre se desesperó y el abuelo, un ex policía, decidió hacer parecer la muerte como un homicidio, cubriendo la boca de la niña con cinta adhesiva y arrojando el cuerpo en un bosque cercano a su casa.

El padre de la joven, George Anthony, ha negado esa versión. La Fiscalía, por su parte, insistía en que Anthony veía a su hija como un estorbo para poder llevar una vida amorosa y despreocupada.

Una de las pruebas presentada por los fiscales fue el olor a cadáver que se sentía supuestamente en el coche de la joven, pero la defensa alegó que los análisis forenses realizados para demostrarlo se basaron en experimentos nunca antes utilizados en un tribunal de Estados Unidos.

El juicio, que se extendió por 33 días, tuvo amplia cobertura mediática y consiguió conmover a la audiencia. Más de 600 periodistas de Estados Unidos fueron acreditados para seguirlo y hubo constantes retransmisiones en directo.

La pena por los cuatro cargos de proporcionar información falsa se conocerá el próximo jueves en una audiencia a cargo del juez Belvin Perry, pautada para las 8.30 am hora del este de EEUU.