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Atentados en Noruega: "Un golpe terrible e inesperado"

Atentados en Noruega: "Un golpe terrible e inesperado"

Contacto con Carlos Caballero, maestro uruguayo que reside en Noruega.


(emitido a las 8.49 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Como ocurre cada vez que se produce un atentado terrorista, la sociedad que ha sido víctima, aún conmovida, se vuelca masivamente a la calle, de forma pacífica, para manifestarse y para protestar. Ayer, los noruegos no fueron la excepción.

Más de 150.000 personas, según la Policía, se congregaron en varias ciudades para rendir homenaje a las 76 víctimas del doble atentado del viernes en el complejo gubernamental de Oslo y en un campamento de las juventudes socialdemócratas.

¿Cómo está viviendo la gente de Noruega estos hechos y sus coletazos? Vamos a conversarlo con el maestro Carlos Caballero. Carlos es uruguayo, tiene 65 años de edad, está casado y tiene cuatro hijos. Vive en Oslo desde el año 2002 aunque ya había residido en Noruega en una etapa anterior, entre 1977 y 1984.

¿Cómo te enteraste de lo que había ocurrido el viernes?

CARLOS CABALLERO:
Yo trabajo a unos 500 metros del lugar donde hicieron explotar la bomba, y me enteré que algo estaba sucediendo por el ruido. Como trabajo en una institución escolar y preescolar inmediatamente los padres empezaron a llamar, hubo mucha conmoción. Enseguida nos enteramos que había habido un atentado en el centro de Oslo, donde se concentra la mayor cantidad de ministerios del Gobierno noruego.

EC – Luego sabrían de la segunda parte de ese hecho terrorista.

CC – De la segunda parte me enteré ya llegado a mi casa, después de las 17.30. En una de las primeras conferencias de prensa que dio la Policía, un periodista tenía noticias de que algo estaba sucediendo en Utoya, la isla donde tienen campamentos de verano los jóvenes de la socialdemocracia. La Policía de Oslo todavía no podía dar ninguna información porque no estaba enterada y dijo que la Policía de esa provincia era la que podría tener elementos en ese momento.

EC – A propósito de cómo ha pegado esto en la sociedad noruega hemos tenido algunas noticias, algunos análisis, pero quiero llevar la pregunta al plano directamente personal. A ti y a tu familia ¿cómo les impactó esto?, ¿cómo reaccionaron cuando supieron lo que había pasado?

CC – Para nosotros esto fue un golpe terrible. Lo fue para todos los noruegos, para Noruega, que ha sido un país de acogida para miles de refugiados políticos y refugiados económicos, que siempre ha sido una sociedad muy solidaria con los sufridos del mundo. Para nosotros, que fuimos acogidos en este país, que le tocara este tipo de cosas fue tremendo, inesperado. Y para nuestros familiares también, para los que están acá y para los que no están. A los minutos de que sucediera el atentado mis hijos, que residen en Uruguay, llamaron preocupados por lo que estaba pasando, porque no se entendía que esto pudiera suceder en Noruega, una sociedad tan pacífica.

EC – Justamente, muchas notas de prensa han destacado que con estos hechos del viernes Noruega "perdió la inocencia". Se suponía que la sociedad noruega era pacífica, que era una sociedad donde estas cosas no podían ocurrir. ¿Qué ocurre ahora con aquella idealización?

CC – Algo parecido nos sucedió luego de la Segunda Guerra Mundial. El propio ministro dijo en una de sus primeras alocuciones que tenemos que dejar de ser inocentes y de pensar que todo va a ser color de rosas, que estas cosas pueden suceder.

Noruega no estaba desprevenida para ataques terroristas. Pero la prédica de la derecha hizo que en la sociedad calara [la idea de] que los peligros podían venir del exterior, del extranjero, de los musulmanes, de los islámicos. Y evidentemente, los servicios de inteligencia y de seguridad de Noruega no estaban enfocados a prever un ataque de este tipo por esa prédica permanente que ha hecho la derecha, aquí en Noruega y en otros países, donde la lucha que llevan contra los extranjeros es bastante aguda.

EC – Ahora se maneja la posibilidad de que el autor confeso de los hechos del viernes haya tenido colaboración, que no haya sido el único en ese emprendimiento, él mismo ha deslizado esa alternativa en sus declaraciones ante la Policía. ¿Cómo lo ven ustedes?

 
 Ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, Fernando Lorenzo; presidente de la Fundación Hjelpemiddelfondet , Marianne Irgens Hagen; secretario de la Fundación Hjelpemiddelfondet, Carlos Caballero, y embajador uruguayo en Suecia, Manuel Vieira.

CC – Aparentemente ha actuado solo en estos dos hechos, lo que no quiere decir que en el transcurso y la preparación hayan podido entrar otros colaboradores. Las relaciones que tenía esta persona con la ultraderecha de Inglaterra son muy grandes, o sea que posiblemente haya tenido algún tipo de colaboración en alguna etapa de la preparación y tal vez de los hechos. La Policía no descarta que pueda haber más de una persona pero por ahora es el único que está siendo interrogado y que fue apresado.

EC – Otro dato que ha circulado en las últimas horas es que la Policía lo había investigado recientemente, cuando adquirió algunos de los materiales que finalmente utilizó para las explosiones del viernes...

CC - ...No, no fue investigación realmente. Él entró en una lista de 65 personas que habían adquirido ese tipo de productos, pero como la adquisición no estaba tan perseguida no se le dio mayor importancia. Además, el gasto que había hecho esta persona para algunos productos químicos era muy inferior al que podía preverse que se usara en un artefacto explosivo de estas dimensiones.

EC – Y de ahora en adelante ¿qué cambia en la sociedad noruega? Lo digo a propósito de cómo se ha modificado esa convicción de que ustedes estaban viviendo en una sociedad absolutamente pacífica, donde estas cosas no ocurrían. Y, por otro lado, con respecto al debate que puede darse en torno a si fallaron o no los mecanismos de prevención.

CC – Las semanas y meses subsiguientes podrán decir bien qué es lo que va a cambiar en la sociedad. Por ahora, la sociedad noruega se está lamiendo su herida. Fue un dolor muy grande, fue una tragedia. Todavía está siendo una tragedia muy grande, porque aún no se dieron a conocer los nombres de las decenas y decenas de muertos que hubo. Debemos tener en cuenta que en Noruega hay una población pequeña, de cinco millones de habitantes, y la cantidad de muertos que hubo es enorme para ese tipo de población en un atentado de este tipo.

Quizás la imagen que puede dar una visión del dolor de este pueblo en este momento la dieron el propio rey y el primer ministro, al no haber podido controlar sus lágrimas en un oficio religioso de la catedral de Oslo, el domingo pasado. Eso dio la imagen del dolor de todo un pueblo, así como la movilización del día de ayer. Una persona llamó a través de las redes de internet para que la gente marchara con luces y flores, para ponerle color a la vida, y prácticamente se unió todo el pueblo en Oslo, que es una población de 500.000 habitantes. Había 200.000 personas, sumadas a las del resto de las ciudades de Noruega. Fue una cosa muy emocionante de ver... y el mar de flores, porque cada persona portaba una rosa u otra flor como recordatorio de los muertos y los dolientes.


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