(emitido a las 8.45 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
En una carrera contra el tiempo, parece que salió humo blanco en Estados Unidos (EEUU).

El presidente Barack Obama anunció que los líderes del Congreso y de la Casa Blanca llegaron a un acuerdo para elevar el techo de la deuda y evitar así que el país entre en suspensión de pagos.

(Audio Barack Obama)

"La primera fase del acuerdo va a rebajar alrededor de un millón de millones de dólares en gastos en los próximos diez años, en recortes que ambos partidos ya habían aceptado durante el proceso" de debate sobre la deuda, indicó Obama. "El resultado será el nivel más bajo de gasto doméstico anual desde la presidencia de [Dwight] Eisenhower" (presidente de EEUU entre 1953 y 1961), agregó.

¿Cómo se examina esto en EEUU? Vamos a recibir desde Washington a Silvia Pisani, corresponsal del diario La Nación, de Argentina, y colaboradora de En Perspectiva.

El plan acordado prevé este recorte, que incluso implica una reducción del gasto social –aunque algunos dicen que modesto– y no contempla un aumento de impuestos. ¿Qué otra cosa destacarías tú?

SILVIA PISANI:
Lo importante acá es empezar a desglosar quiénes ganaron y quiénes perdieron, y cómo queda el liderazgo político en esta potencia que es la que mayor influencia tiene en el mundo económico.

Aunque el acuerdo todavía no ha sido aprobado hoy nos espera un día muy intenso, y esperemos que no haya más sorpresas. Lo que habrá que empezar a ver durante el día de hoy es cómo se acomodan los tantos, cómo se acomodan los votos sobre todo en la Cámara de Representantes donde puede haber más resistencia...

JAE - ...Claro, lo que hizo Obama fue anunciar el acuerdo pero tiene que ser votado en ambas cámaras. ¿Tú decís que puede haber alguna sorpresa de último momento?

SP – Sí, por supuesto. Ahí es donde vamos a ver cómo quedan las fuerzas políticas y cómo queda sobre todo quien de alguna manera ha conseguido orientar el debate, que ha sido este movimiento conservador llamado Tea Party y que está reclamando la reducción de gastos en EEUU.

JAE – Y que de algún modo ha condicionado el aumento del gasto a que haya reducción del gasto, mantiene esa tónica.

SP – Podemos empezar a debatir qué tan bueno o qué tan malo es esto, pero lo cierto es que durante los últimos años –y hablo de muchos años– en EEUU el aumento del gasto se votaba automáticamente. Seguramente esto suena bastante mal, pero es lo que se hacía. Y quien impuso esta modificación fue el Tea Party ahora, hasta este momento esto no existía, se aumentaba el gasto casi como un trámite a libro cerrado. Y creo que esto es la demostración de fuerza que ha logrado este movimiento nuevo que todavía no termina de conocerse en este país. Hoy, en la Cámara de Representantes, el voto de este proyecto va a depender en buena medida de aproximadamente un centenar de legisladores del Tea Party que también van a tener que pronunciarse sobre esto. ¿Cuál es el compromiso que dicen que se ha alcanzado? Que no lo van a votar pero que tampoco lo van a obstruir, es decir que no van a negar quórum ni van a hacer ninguna maniobra para evitar la votación.

JAE - ¿Cómo queda Obama? Por ejemplo, en la nota que aparece hoy en La Nación tú comentaste que Obama ha sufrido un fuerte desgaste de su imagen de liderazgo.

SP – Yo creo que lo que ha pasado aquí es que la calificación triple AAA de EEUU en cuanto a su crédito se ha conservado, pero se ha reducido mucho su credibilidad política, y esto tiene que ver con la gestión de Obama. Obama no ha salido victorioso de esto, ha salido enormemente desgastado y dando una señal de lo que le cuesta a su Gobierno conseguir cosas esenciales como por ejemplo esto, impedir una cesación de pagos en el país.

JAE – Recordemos que los demócratas han insistido en que se aumenten los impuestos, cosa que aparentemente no va a ocurrir.

SP – No, no va a ocurrir. Por lo menos en la primera etapa no ocurre. Hay un compromiso de eventualmente considerarlo en el futuro, pero nadie sabe muy bien cuándo empieza ese futuro del que se habla. En esta primera etapa no cabe duda de que el propósito de Obama, que era reducir los gastos pero aumentar al mismo tiempo los impuestos, sobre todo a los más ricos, no se ha conseguido; salvo un minoritario acuerdo para que haya una exención impositiva sobre compañías petroleras, pero es algo mucho menor de lo que el presidente pretendía.

JAE – Sí, y por otra parte en este acuerdo aparentemente se forma un comité bipartidista para seguir reduciendo el déficit, pero además hay un compromiso de no seguir tratando el tema del techo de la deuda hasta después de las próximas elecciones.

SP – Esto es lo más importante que consiguió Obama. Una de las cosas –diría que casi la única que claramente pudo conservar el presidente demócrata– es esto, que el tema no se volviera a tratar hasta después de las elecciones. O sea, hasta noviembre del año que viene esto no se vuelve a considerar. Esto está clarísimo, esto sí lo ha conseguido.

¿Cuál es la esperanza? Obama quiere jugar a un segundo mandato, está totalmente decidido a eso. No tiene el camino muy fácil pero puestos a mirar sobre el muy largo plazo –que después de todo es un ejercicio interesante– si Obama llega a esa segunda presidencia en enero de 2013 tal vez veamos un Obama como el que no hemos visto hasta ahora. Obama negociando tiene un estilo que evidentemente es muy dialoguista y esto a veces no gusta mucho en este país donde están acostumbrados a otro tipo de gestión. Pero, a lo mejor, a partir de 2013 ya se juega de otra manera. Esta es una idea nada más, una posibilidad. Hoy en día lo que está claro es esto: Obama ha aparecido desgastado después de esta gestión totalmente agotadora e inimaginable en una primera potencia.

JAE – Por último te pregunto algo que tú establecés en la nota de hoy en La Nación y que refiere a esta incapacidad de respuesta "inimaginable en una potencia mundial". Aquí hay básicamente tres actores importantes: demócratas, republicanos y el Tea Party, asociado a los republicanos. ¿Por qué llegas a esta afirmación, cómo estas viendo el rol de todo el sistema político en torno a este punto?

SP – Durante los últimos quince días, cuando el acuerdo no parecía alcanzarse, el mundo empezaba a preguntarse qué estaba pasando, pedía la certeza que EEUU suele reclamar a los actores internacionales. Y por primera vez en muchos años, EEUU era incapaz de dar esa señal de certeza, no por cuestiones exteriores sino por cuestiones propias. Su sistema político se estaba mostrando incapaz de proveer ese tipo de señales que Washington suele reclamar a las demás capitales. Esto fue lo paradójico o lo más costoso de todo este proceso, el retroceso de EEUU como un generador de reglas claras, gusten o no gusten. Durante estos 15 días, EEUU fue un faro emitiendo confusión.

JAE - ¿Cuánto pesó el proceso electoral de 2012?

SP – Todo esto fue un cálculo político, aquí hay evidentemente sectores radicales o muy de derecha que se han propuesto tumbar a Obama y lo están desgastando mucho.

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JAE – ¿Qué pasa con el techo de la deuda? Actualmente está en catorce trillones de dólares, ese es el tope, y se elevaría en dos trillones cien billones, lo que evitaría el default. De acuerdo al nivel de gasto y al déficit que está arrastrando el Estado de EEUU, este tope alcanzaría hasta 2013.