El movimiento que sigue moviendo estructuras
Contacto con Fernando Rosenblatt, colaborador de En Perspectiva desde Santiago, Chile.
(emitido a las 8.46 Hs.)
En Chile, el conflicto entre estudiantes universitarios y liceales y el Gobierno sigue su curso.
Las imágenes con los violentos enfrentamientos entre manifestantes y Carabineros nos siguen impactando. Y a todo esto, parece que el conflicto que lleva ya casi tres meses no da señales de terminarse pronto.
En los próximos minutos, les proponemos retomar el contacto con Fernando Rosenblatt, candidato a doctor en Ciencia Política en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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EC: Fernando, ya hemos conversado contigo respecto de las protestas de los estudiantes en Chile. En una primera oportunidad te detuviste a dar una explicación sobre la paradoja que representaba que las protestas se dieran en un "país exitoso".
Hace algunos días, volvimos a conversar y nos detuvimos en aquello que reclaman los estudiantes y analizamos cómo iba creciendo la tensión. ¿Qué podemos agregar en esa ocasión?
FR: Efectivamente, hasta el momento analizamos los elementos que tú señalabas. Una cuestión sobre la que no hemos entrado en detalle tiene que ver la violencia que se ha registrado. También quisiera volver a analizar el movimiento de protesta.
EC: Es cierto, en el último contacto repasábamos que los estudiantes se reunieron pese a que la marcha no estaba autorizada. Carabineros intervino y se registraron hechos de violencia. Sin embargo, no nos detuvimos en interpretar o explicar este elemento en particular.
FR: Quisiera remarcar que la explicación o interpretación que voy a desarrollar es totalmente preliminar porque, como insistí en varias ocasiones, estamos ante un evento en desarrollo y muy complejo.
Creo que el tipo de policía a la que se enfrentan los manifestantes incide en el resultado final. Carabineros de Chile tiene una estructura de carácter militar, se podría decir que es una policía militar. Este elemento, creo yo, es importante de subrayar porque diferencia al funcionamiento de la policía en Uruguay. Basta comparar las leyes orgánicas de ambas fuerzas y saltan a la vista las diferencias.
Creo que las idas y vueltas en torno a la autorización de protestar claramente también han incidido en el resultado de la protesta.
EC: También querías volver a un análisis sobre el movimiento estudiantil.
FR: Efectivamente. En el caso chileno, la Confech (*) representa a diversas universidades, que además tienen su organización a nivel de facultades. Hay un elemento organizativo que nos permite ver la complejidad del movimiento.
Por otro lado, tenemos que sumar a los secundarios, un movimiento más fragmentado que el de los universitarios. Esto, claramente, agrega aún más complejidad y heterogeneidad al movimiento estudiantil.
EC: En nuestro primer contacto sobre el tema ponías el acento en comprender el por qué de las protestas en un país que parecía caminar bien. Si te parece, repasemos y profundicemos este punto.
FR: Sí, quedaron muchas cosas por decir sobre esto. En esa ocasión hice referencia a la falta de representatividad de los canales formales y tradicionales de representación política: los partidos. Juan Pablo Luna y David Altman han señalado que los partidos políticos chilenos son estables pero están alejados, desenraizados de la sociedad.
¿Por qué perdieron esa representatividad? Creo yo que, en parte, está asociado a la pérdida de diferencias sustantivas entre la Concertación y los partidos de centro-derecha. Hay diferencias, claro, pero hasta el momento NO del tipo que vimos en Uruguay en relación, por ejemplo, a la reforma de la salud, al IRPF.
Cabe decir que la Concertación (en especial Ricardo Lagos en una entrevista) planteó que más avances no fueron posibles por el "veto" de la derecha en el Congreso. (**)
Más allá de esto, lo cierto es que para la ciudadanía ambos "son lo mismo"; claro que con varias salvedades. Todo esto, en un contexto de desigualdad profunda.
Lo cierto es que la ciudadanía está alejada. Aproximadamente el 70% de los jóvenes entre 18 y 25 años no está registrado para votar. La gran mayoría de los que salen a protestar, entonces, no votan. No les interesa. Y a los partidos tampoco les interesa apuntar hacia ellos porque tienen que hacer un doble esfuerzo: convocarlos a registrarse y convocarlos a votar al partido X. Es decir, la mayoría de quienes protestan no tienen vínculos, conexiones, por más mínima que sean, con la política formal y tradicional.
También empieza a surgir un consenso respecto de la necesidad de modificar la institucionalidad política vigente. Lo ha dicho Lagos y ciertos sectores del Gobierno están dispuestos a modificar, por ejemplo, el sistema electoral binominal, responsable del "empate" y que explica, en parte, la falta de competitividad.
EC: Ahora, en estos días, ¿qué ha sucedido? ¿hubo avances en el conflicto?
FR: En los últimos días no sucedió mucho. Estuvimos en una tensa calma que solo un fin de semana largo puede dar. Pero, antes del viernes y durante el fin de semana pasaron cosas que vale la pena repasar.
Primero, me voy a contradecir.
EC: ¿Por qué?
FR: Ayer salió una nota que señalaba que en el mes de julio las cifras de inscripción en el registro electoral aumentaron 40%, siendo que este no es un año electoral. Hay una campaña en las redes para inscribirse y es un elemento interesante a tener en cuenta. La movilización, que va por canales no formales, también generó esto, parece contradictorio. Hay que ver si se sostiene.
Los jóvenes pueden estar apuntando a dar una señal al sistema político, mostrándose dispuestos a incidir en la política "formal". Además, los estudiantes han planteado la necesidad de llamar a plebiscito para dirimir este conflicto. Quizás la posibilidad de convocar a un plebiscito esté movilizando a los estudiantes en este sentido pero no conocemos los detalles de quiénes se han inscripto.
EC: ¿Qué podemos decir sobre la posibilidad de convocar a plebiscito?
FR: David Altman es el especialista en el tema. Lo he escuchado hablar sobre lo que viene sucediendo. Lo que él plantea es que Chile está más que preparado para resolver cuestiones de este tipo a través de un plebiscito y para hacer un "buen" uso de la democracia directa. En cualquier caso, en Chile hay mucha inexperiencia y el Gobierno no se muestra muy afín a aceptar esta salida.
EC: ¿Qué otros hechos podemos destacar de estos días?
Hay una acusación formal contra Carabineros por el uso de la fuerza y la represión durante las marchas. Además, hay acusaciones contra carabineros infiltrados en las marchas que habrían incitado a la violencia desde la marcha.
En segundo lugar, hay mucho temor en el Gobierno de que todo esto no se termine antes de setiembre. El 11 de setiembre se recuerda el golpe de Estado en Chile. Ese día, por lo general, hay varios puntos de la ciudad donde se registran enfrentamientos de manifestantes con Carabineros. El temor es que ambas cosas se junten además, obviamente, del desgaste que genera en el gobierno este conflicto.
El domingo, Pablo Zalaquett, alcalde de Santiago, dijo que podría ser necesario que las Fuerzas Armadas se hicieran cargo de resguardar la seguridad. Esto, creo yo, no ayuda a calmar los ánimos.
Tercero, el Gobierno había decidido trasladar las negociaciones al Congreso. El presidente de la Cámara, Patricio Melero (UDI), y el presidente del Senado, Guido Girardi (PPD, Concertación), hicieron un llamado a abrir una mesa de diálogo bien amplia. El movimiento universitario rechazó la propuesta. Hay una fuerte desconfianza en el Congreso, en las instituciones, como decíamos antes. Pero los secundarios, para mi sorpresa, aceptaron el llamado al diálogo en el Congreso.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, propuso prohibir que en las manifestaciones haya "encapuchados", lo que ha sido criticado por la oposición. Nuevamente, las posiciones se alejan y se tensan.
Finalmente, el debate sobre la gratuidad de la educación y el fin del lucro en las universidades privadas se transformó, hace ya tiempo, en el punto neurálgico del debate Gobierno-estudiantes. Además, acá se observan las diferencias ideológicas más profundas.
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(*) La Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) agrupa a los estudiantes de las universidades del Consejo de Rectores (tradicionales) organizados en federaciones democráticamente electas. Es la única organización estudiantil de carácter nacional y tiene más de diez años de historia.
(**) (Por mucho tiempo tuvo mayoría en el Senado)