Internacionales

Los "ocupas de Wall Street" y el surgimiento de un movimiento antipolítico, con espíritu libertario y anarquista

Contacto con el politólogo Juan Rial, colaborador de En Perspectiva desde Nueva York.


(emitido a las 8.47 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En Estados Unidos este fin de semana fueron detenidos más de 700 manifestantes del movimiento Ocupa Wall Street, en concentraciones y protestas que se desarrollaron en Nueva York y Boston, reclamando contra el sistema financiero y discrepando con decisiones de la administración de Barack Obama.

La mayoría de los arrestos tuvo lugar en Nueva York, donde los activistas cortaron durante dos horas el puente de Brooklyn, en medio de una actividad de protesta que ya lleva dos semanas y que se centra en el rechazo a la corrupción y a la codicia del sistema financiero, así como a los recortes en el presupuesto del Gobierno Federal.

El grueso de los detenidos fue liberado ayer, aunque varios de ellos van a comparecer ante las autoridades judiciales en un plazo máximo de 30 días, para responder a cargos por alteración del orden público y obstaculización del tráfico.

Pese a la acción de la Policía, los manifestantes subrayaron su intención de permanecer en el sur de Manhattan durante varios meses.

¿Qué reclaman estos "indignados" estadounidenses? ¿Qué perspectivas tiene esta corriente? Vamos a conversarlo con el politólogo uruguayo, Juan Rial, residente en Nueva York.

Contanos a propósito de este movimiento Ocupa Wall Street, ¿desde cuándo existe?, ¿qué es?

JUAN RIAL:
Recomiendo a la audiencia que entre en la página de internet occupywallst.org. Esta página es la que en este momento sintetiza de qué se trata este movimiento que en la prensa grande de Wall Street, en los diarios de Murdoch y demás, solo ha aparecido por los arrestos que se produjeron, primero cuando hubo una manifestación cerca de la Alcaldía y ahora con lo del puente de Brooklyn.

El movimiento en realidad no tiene mucha relación con el movimiento europeo de "indignados" y especialmente nada que ver con Madrid. Ellos mismos dicen que su inspiración está en el movimiento de la Primavera Árabe, que terminó con el derrocamiento de Hosni Mubarak en Egipto.

Este movimiento es parte de los procesos de convocatoria de masas a través de los medios de comunicación modernos, fundamentalmente de redes sociales de internet.

Esto comenzó aproximadamente en febrero de 2010 con un grupo que decía "somos el 99% de los estadounidenses", dando a entender que solo había un 1% de privilegiados que se apoderaban de todos los recursos del país y que ellos, el 99%, tenían derecho a una protesta.

Este movimiento siguió adelante con otros grupos. Hay un grupo que se llama Anonymous, que en febrero justamente habló de la influencia de la plaza Tahrir de Egipto. Ya hubo intentos de lanzar este activismo y transferirlo a la calle en mayo con lo que se llamó la "Rebelión del Empire State". Después, el 14 de junio, Día de la Bandera, se convocó a un "día de furia" que no tuvo mucho éxito.

El movimiento se relanzó en setiembre, hace unos 15 días, a través de la concentración que se hizo en el sur de Manhattan, en el parque Libertad. El parque Libertad es una manzana abierta donde hay una plaza; aparentemente es una plaza pública sin embargo no lo es, tiene un dueño privado, el señor Zuccotti, que lo transformó en un parque público. Por eso ahora el nombre que tiene es Zuccotti Park. Está a unas tres cuadras de Wall Street.

EC – ¿Y es un movimiento de protesta no violento? ¿De qué forma se expresa?

JR – Se expresa en la concentración de su gente para realizar distintos tipos de actividades, de acuerdo a lo que cada uno cree que es conveniente para protestar. Dicen claramente que no tienen líderes y su único eslogan es "somos el 99%". La mayoría de la gente es joven y trata de tener un ambiente festivo, si ustedes entran a la página que les cité van a ver que aparecen fotografías con globos por ejemplo. También hay un video institucional de aproximadamente unos diez minutos, con un número de teléfono y una casilla de correo de una empresa privada que permite recibir donaciones. O sea, es un movimiento cuya idea –al igual que lo que ocurrió en los movimientos de plazas en Egipto, lo que ocurrió inicialmente en Siria antes de transformarse en un movimiento más violento, o lo que ocurrió en España en la Puerta del Sol– intenta quedarse por un largo tiempo y protestar. Y ha tomado relevancia pública por lo que han sido sus confrontaciones con la Policía.

EC – Contanos a propósito de cómo ubicarlos políticamente o ideológicamente. He leído algunos comentarios que lo ubican como la antítesis del Tea Party, por ejemplo. Aunque con algunos puntos en común en sus reclamos.

JR – Lo que tienen en común es que son movimientos antipolíticos tradicionales, están en contra de las formas tradicionales de hacer política. Pero esta gente no intenta llegar al poder político por vías tradicionales incidiendo en algún partido [como el Tea Party en el Partido Republicano], también son totalmente anti partidos. Son lo más cercano a lo que serían movimientos libertarios, más o menos anarquistas, y cada uno de los integrantes tiene un interés propio. Por ejemplo, el otro día veía en la televisión a un señor que le preguntaban por qué estaba ahí y contestaba: "Yo protesto porque en uno de nuestros billetes aparece la figura del presidente Andrew Jackson, que fue uno de los responsables del aniquilamiento progresivo de nuestros nativos originarios, los indios". Y así, cada cual tiene una idea propia de por qué debe protestar.

¿Qué es lo que quieren en conjunto? Nada más que eso: decir que son la mayoría y que están en contra de un grupo de privilegiados.

EC – ¿Pero cuál es ese grupo de privilegiados? ¿Incluyen por ejemplo al Gobierno y los gobernantes, incluyen a un sector de la sociedad, incluyen a las instituciones financieras? ¿Cuáles serían los objetivos?

JR – Al Gobierno lo consideran algo así como una entidad sin capacidad real para atender las demandas e intereses de la ciudadanía. Creen que lo que está ocurriendo es que hay un grupo muy pequeño de privilegiados – fundamentalmente los que manejan instituciones financieras– que son quienes secuestran todo el poder en Estados Unidos y en el mundo. Por eso le pusieron al movimiento "ocupa Wall Street", ellos dicen que es el símbolo del poder del mundo de hoy, de ese 1%.

EC – ¿Hay en el movimiento votantes desencantados de Barack Obama?

JR – Debe haber, seguramente. Aunque hay mucha gente joven que realmente no se sabe si tenía edad como para haberlo votado en su momento. Pero como sabemos, el gobierno de Obama en este momento está pasando por un período difícil en cuanto a popularidad. El gran eslogan de Obama de "sí, podemos cambiar Washington" se ha transformado "sí, nos hemos dado cuenta de que Washington no es tan fácil, no lo podemos cambiar". Entonces, un buen número de gente dice "no actuemos en las formas políticas tradicionales, actuemos en otras formas diferentes". La idea además es no actuar solo en Nueva York, en Wall Street, si no extenderse a otras ciudades. Justamente en Boston lo están haciendo en este momento, cuando hay un conflicto contra uno de los bancos, y también han intentado hacer concentraciones en Chicago.

EC – ¿Qué es lo que cabe esperar? ¿Qué relevancia tiene este movimiento? Han logrado llamar la atención en el trabajo de las agencias internacionales de noticias, de las cadenas de televisión, pero ¿cuánto pueden pesar dentro de Estados Unidos?

JR – Poco. Evidentemente el punto es que todos estos movimientos no actúan para un fin inmediato. No es el caso de Egipto, donde la idea era muy clara: derribar el gobierno de Mubarak. Acá es mucho más difuso, esta idea de ir contra un sistema financiero es prácticamente una prédica constante. Y esa es la idea, estar en el candelero todos los días. Esto los obliga no solo a estar en internet en el área virtual si no a salir al activismo callejero. Ahora, el activismo callejero tiene como contrapartida la posibilidad de chocar con la fuerza policial. Justamente, los manifestantes señalan que el sábado en el puente Brooklyn la Policía les tendió una trampa al dejarlos ir hacia el área vehicular del puente y con ello poder acusarlos de interrumpir el tráfico y de provocar desórdenes y, de ese modo, arrestarlos.

Pero, salvo esta actividad, el futuro es seguir constantemente agitando el tema, nada más. Algo similar a lo que ha ocurrido en España con el movimiento de "indignados", que tampoco tiene ninguna posibilidad de futuro. No se puede articular como movimiento político porque su fundamento es, justamente, no ser un movimiento que intente obtener el poder.

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