(Emitido a las 08.29)

EMILIANO COTELO:
El líder palestino Yasser Arafat enfrenta desde el fin de semana pasado una fuerte crisis interna en los territorios autónomos que amenaza con convertirse en un levantamiento popular. Varios grupos palestinos denuncian actos de corrupción en la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la ONU pide reformas al gobierno de Arafat, que algunos cambios anunció en los últimos días, pero los enfrentamientos continúan. Y todo esto cuando Israel parece decidido a abandonar unilateralmente la franja de Gaza.

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Vamos a examinar este tema con Mauricio Rabuffetti. Antes que nada te pido un breve resumen de la situación actual en función de la información que hemos recibido desde el fin de semana pasado, para tratar de entender cómo se gestó esta crisis.

MAURICIO RABUFFETTI:
El sábado se produjo en la franja de Gaza una serie de secuestros por parte de algunos grupos palestinos, incluso algunos de ellos, como las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, bastante cercanos al movimiento Fatah, de Yasser Arafat. Secuestros que incluyeron al menos a dos responsables de seguridad en los territorios autónomos y que fueron cometidos, según sus autores, para denunciar a corruptos que integran el gobierno de la ANP.

EC - Es decir que se produjo una especie de denuncia, esta vez desde adentro, que afecta al gobierno de Arafat.

MR - Sí, eso fue efectivamente lo que pasó; enseguida vamos a tratar de establecer por qué. Pero sigo con los hechos del fin de semana primero para terminar de redondear el panorama.

Conocidos estos secuestros, se produjeron dos hechos clave. Uno, el primer ministro palestino, Ahmed Qureia o Abu Alá, presentó su renuncia a Arafat, que la rechazó y -segundo hecho clave- le prometió cumplir con una de las demandas más importantes, que es la reorganización de los servicios de seguridad palestinos. (Les pido a los oyentes que guarden esto por un minuto en mente porque es un elemento clave para entender las consecuencias de esta crisis.) Estos servicios de seguridad estaban hasta el fin de semana divididos en varias ramas, nueve en total, y a raíz de esta crisis y del compromiso de Arafat con Qureia se concentraron en tres, que son la policía común, un servicio general de seguridad para todos los territorios y la inteligencia.

EC - Arafat nombró al frente del servicio de seguridad general a un primo suyo.

MR - Exactamente, Musa Arafat. Eso fue el mismo sábado, cuando destituyó al jefe de esa rama de la seguridad palestina, justamente debido a los secuestros. Pero en la noche del sábado las protestas por el nombramiento de su primo -a quien algunos grupos consideran un símbolo de la corrupción en la ANP, que ya había sido jefe de inteligencia en Gaza- se volvieron muy fuertes, violentas incluso, llegando a generar un ataque de integrantes de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa contra la sede de las fuerzas de seguridad que brevemente comandó Musa Arafat en Yan Yunés, al sur de la franja de Gaza. Digo brevemente porque fue destituido de su cargo rápidamente y el puesto fue ocupado de nuevo por quien lo ostentaba antes y había sido destituido por Arafat.

EC - Sin embargo, a pesar de que Arafat cumplió con esta demanda del primer ministro, la renuncia de Qureia sigue sobre la mesa y mientras la ANP habla de un gobierno normal algunos de sus allegados hablan de un gobierno transitorio.

MR - Por eso les pedía hace un ratito que guardaran en mente esa demanda del primer ministro. Primero que nada vayamos un poco hacia atrás en el tiempo. El año pasado dábamos cuenta En Perspectiva de la renuncia de Abú Mazen, el primer primer ministro palestino -valga la redundancia-; la razón: quiso tener el control de algunas de las ramas de la seguridad palestina, algo que además Israel exigía como condición para aceptar como interlocutor válido a Abu Mazen, quien era bien visto por el gobierno de Ariel Sharon. Pero la seguridad siguió centralizada en Arafat y finalmente, después de un fuerte desgaste, Abu Mazen dejó el gobierno.

EC - Asumió entonces Qureia.

MR - Qureia también tiene la pretensión de que la seguridad en los territorios palestinos pase a su control. Esto por muchas razones, entre otras para facilitar la posibilidad de sentarse a negociar algo con Israel, que ya no reconoce desde hace mucho tiempo a Arafat como un interlocutor aceptable. Al mismo tiempo, la semana pasada se produjo un fuerte llamado por parte de las autoridades de las Naciones Unidas, que volvió a reiterar ayer el secretario general de esa organización, Kofi Annan, de que Arafat haga profundas reformas en el gobierno que dirige en los territorios palestinos. Una de ellas seguramente tiene que ver, como se imaginarán los oyentes, con el manejo de la seguridad.

EC - Es enorme el número de aristas que tiene este tema y es difícil prever cuáles van a ser las derivaciones. Me vienen muchas cosas a la cabeza. Recuerdo, por ejemplo, que hace algunos días hablando contigo nos preguntábamos qué pasaría justamente con la seguridad en los territorios palestinos si finalmente se efectúa una retirada unilateral por parte de Israel, como promueve el gobierno de Sharon.

MR - Decíamos que hubo una oferta egipcia de colaborar en este aspecto, oferta que fue en principio rechazada por la ANP. Ahora surge claramente que si esa situación se produce va a haber problemas serios porque empiezan a notarse cuestionamientos, no a la figura de Arafat -vamos a entendernos, el liderazgo de Arafat no es cuestionado por estos grupos-, sino a algunas figuras puntuales del gobierno palestino. Arafat además está sitiado en su cuartel general de Ramala desde hace dos años por decisión de Israel.

EC - Pensando en ese hecho que tú mencionas se plantea la pregunta de cómo podría controlar Arafat la franja de Gaza desde su cuartel de Cisjordania una vez que se retire el ejército israelí.

MR - Tampoco hay que perder de vista que en este contexto de posible retirada unilateral por parte de Israel los distintos grupos palestinos, extremistas o no, tienen la posibilidad de convertir lo que por el momento es más un protagonismo bélico, si se quiere, en un protagonismo político. Estas demostraciones de fuerza que vemos desde el fin de semana también van en ese sentido. Es decir, no creo que pueda pensarse simplemente en un intento de denunciar actos de corrupción o funcionarios corruptos, también hay una búsqueda de rédito político de cara a una situación que podría acontecer, como una retirada israelí. Y se plantea, claro está, si Israel va a flexibilizar o no el cerco que tiene sobre Arafat una vez que se retire de Gaza, si es que lo hace.

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EC - No quiero terminar el espacio de hoy sin tocar otro tema que manejamos hace poco y que sigue teniendo derivaciones: el famoso muro de Cisjordania.

MR - Sí. Ayer hubo un pronunciamiento importante por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Nos vamos del caos en los territorios palestinos, pero tocamos un tema que también es de suma importancia para el gobierno palestino y para la población palestina. La Asamblea General de la ONU respaldó el pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que declaró "ilegal" el muro que Israel construye del lado este de su territorio, contra Cisjordania, y pidió que sea desmantelado. Era previsible esta postura en la Asamblea General.

EC - Uruguay se abstuvo de votar.

MR - Sí, efectivamente. La votación fue de 150 votos a favor de la resolución, seis en contra y diez abstenciones, entre ellas la de Uruguay. Es una resolución que tiene un valor más moral que real, que oficia en cierto modo de condena a la decisión israelí de construir este muro, obviamente una resolución que respalda el fallo de la Corte de La Haya que el gobierno de Sharon ya dijo que no va a cumplir porque considera que el muro le ha permitido a Israel disminuir en un alto porcentaje los atentados suicidas perpetrados por personas que ingresaban a territorio israelí desde Cisjordania.

EC - La pregunta es: ¿y ahora qué?

MR - Los palestinos podrían presentar el caso al Consejo de Seguridad, que es el órgano ejecutivo de la ONU y el único que puede adoptar resoluciones de carácter obligatorio, algo que en este caso no va a ocurrir, no va a haber una resolución vinculante en este sentido por parte del Consejo de Seguridad porque casi seguramente estaría de por medio el veto de Estados Unidos a cualquier tipo de condena a esta decisión del gobierno de Sharon.

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Edición: Jorge García Ramón