Una compañía galesa fue la encargada de esta creación, que demando la utilización de 50 toneladas de residuos plásticos, que terminaron transformados en un puente de cerca de 27 metros de largo capaz de soportar el paso de vehículos pesados.

El material del puente es en gran medida una combinación de polietileno de alta densidad y polipropileno, obtenido de fuentes como botellas de plástico y residuos de la industria automotriz.

La empresa espera en el futuro usar la misma tecnología para crear planchas de material que puedan sustituir, por ejemplo, a la madera compensada en la industria de la construcción, especialmente en revestimientos exteriores ya que, a diferencia de la madera, el nuevo material no se degrada con la humedad.