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El Gobierno argentino toma medidas para frenar la suba del dólar y evitar la fuga de capitales

Contacto con Fernando Gutiérrez, corresponsal de En Perspectiva en Buenos Aires.


(emitido a las 8.48 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
"Prevén una jornada de tensión por las restricciones al dólar", dice La Nación.

Clarín consigna: "Para expertos, las nuevas medidas que impulsa el Gobierno argentino no ataca causas y puede enfriar la economía".

Página 12 titula: "El verde para los de blanco: desde hoy solo se le venderá dólares a los que demuestren el origen de sus ingresos".

Perfil adopta un título mucho más aséptico y dice: "Cómo será la nueva operatoria para comprar dólares en bancos y casas de cambio".

Lo cierto es que el Gobierno argentino implementará desde hoy una nueva medida para evitar la fuga de capitales y frenar presiones alcistas sobre el precio del dólar. Y esto implica un cambio: la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) deberá aprobar en segundos cada una de las operaciones, a través de un sistema informático que verificará si el monto de divisas adquirido se corresponde con los ingresos y bienes reportados por el comprador.

El ministro argentino de Economía, Amado Boudou, dijo: "No se modifican los límites de compra vigentes de dólares. No tiene nada que ver con un control o restricciones, solo son medidas vinculadas a favorecer la transparencia contra el lavado de dinero".

Vamos a conocer las repercusiones que puede generar esta medida en Argentina y, eventualmente, los impactos aquí en Uruguay. Para eso conversamos con nuestro corresponsal en Buenos Aires, Fernando Gutiérrez.

FERNANDO GUTIÉRREZ:
Parece mentira que hace apenas una semana estábamos comentando el aluvión de votos con el que los argentinos ratificaron su confianza en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y da la sensación de que hubiesen pasado varios meses en vez de una semana. Hoy, todos aquellos comentarios sobre el resultado electoral parecen viejos. Una semana después, casi nadie habla de las elecciones y todo el mundo está con la atención puesta en las urgencias económicas.

Ya las semanas previas a la elección se venía notando un fenómeno de intensa fuga de capitales, porque de un nivel promedio de 1.000 millones por mes –que ya es bastante alto pero dentro de todo era manejable para el Banco Central– se había pasado a una demanda de dólares superior a 3.000 millones de dólares por mes.

En ese momento había una postura sostenida por los funcionarios del Gobierno tendiendo a minimizar un poco el problema. Decían que la compra de dólares era un fenómeno típico de los momentos de elecciones y que había que verlo apenas como una forma de ahorro, que no había que preocuparse tanto porque en poco tiempo esos mismos dólares que los argentinos estaban comprando iban a volver al circuito comercial.

Otra postura era la de los economistas independientes, generalmente críticos del Gobierno, que decían que las elecciones en realidad tenían poco que ver y que la demanda de dólares obedecía a una cuestión más de fondo de la economía, más estructural, y que básicamente –como ocurrió tantas veces en la historia argentina– lo que estaba pasando es que la gente percibía que había atraso cambiario, que la cotización del dólar era ideal. Y señalaban que, como tarde o temprano debería haber una corrección, entonces compraban barato sabiendo que el día de mañana estaría más caro.

JAE – Además, lo que está ocurriendo ahora, por lo menos en esta última semana, es que el dólar en el mundo bajó en forma importante y Argentina va claramente a contracorriente.

FG – Exacto. Con lo cual hasta ahora la realidad le está dando la razón a estos últimos que decían que el problema ya no tenía tanto que ver con una cuestión pasajera de las elecciones sino con un tema más de fondo de la economía argentina. Básicamente, la gente percibe que la cotización de hoy es irreal, que no se puede sostener, y que en algún momento va a tener que sobrevenir alguna corrección en forma de devaluación. Los economistas dicen que no hay más que mirar la cuenta corriente de la balanza de pagos de Argentina, esa que marca la diferencia entre los dólares que entran y salen de la economía, que durante muchos años estuvo positiva y ahora está en rojo.

La reacción de las autoridades fue salir a controlar el mercado. Al principio se intentó frenar la demanda con medidas de control consistentes en poner inspectores en la calle para controlar a los llamados "coleros". Esto tiene que ver con las organizaciones que lucran con el mercado paralelo, que funciona de una manera bastante simple. Son organizaciones que contratan por poco dinero a personas de muy bajos recursos pero con documentos en regla. Entonces se les da pesos para que compren 2.500 dólares en la casa de cambio, que es el límite permitido por día. Después viene la gente de esta organización, le pide los dólares a esa persona que los compró y lleva esos dólares al mercado informal donde los que no quieren que sus datos queden registrados compran los dólares. Entre el precio del mercado oficial y el precio del mercado paralelo hay una ganancia que varía todos los días pero que hasta ahora podía llegar a ser de un 10%. Los economistas habían advertido que este tipo de controles por lo general suele tener los efectos opuestos a los buscados. Es decir, cuando el Banco Central empieza a hacer estos controles no solamente no se atenúa la demanda sino que se la exacerba, porque la gente interpreta inmediatamente estas políticas como la inminencia de que va a haber alguna medida drástica. Y además, lejos de debilitarse, el mercado negro se fortalece porque a mayor restricción mayor es la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.

JAE – ¿Pero entonces qué ha pasado? Da la impresión de que los controles que se habían anunciado no tuvieron efecto y que ahora se va a una medida mucho más ambiciosa.

FG – Exacto. La última medida, conocida en la noche del viernes, implica una restricción mucho más drástica. Porque no solamente se exige presentar la documentación y firmar una declaración jurada en la que uno declara que los pesos con los que compra dólares son producto de su ahorro –eso es lo que ocurría hasta el momento– sino que ahora cada argentino que quiera comprar dólares va a tener que esperar a que el cajero del banco consulte con la AFIP, que el organismo recaudador decida –con un criterio que todavía no está muy claro cuál va a ser– y diga si la persona puede hacerse de los dólares o no.

Cuando uno quiera comprar dólares, le van a preguntar para qué los quiere. Si uno dice que es para algún fin específico, como un viaje al exterior, para hacer una importación o comprar algo que está nominado en dólares, y tiene forma de comprobarlo, la venta de dólares se realiza. Pero hay que demostrar eso y todavía no está muy claro cuál va a ser el criterio. Por ejemplo, si yo quiero ir a pasar mis vacaciones a Uruguay tengo que demostrar que voy a Uruguay. Si voy a viajar en Buquebus o en avión puedo mostrar el pasaje. Ahora, supongamos que yo quiero cruzar en auto y me quedo en la casa de mi mamá, que está en Montevideo y por lo tanto no voy a hacer una reserva hotelera, no sé si me van a creer si yo digo que voy a pasarme dos semanas en Uruguay...

JAE - ...Ahora, tomando en cuenta que toda la Argentina va a tener que hacer eso es difícil pensar que esto vaya a ser ágil.

FG – Los banqueros son extremadamente escépticos, y los más optimistas esperan que haya dos o tres días de problemas operativos y que quizás luego la cosa se normalice. Pero la experiencia histórica demuestra que este tipo de controles siempre ha sido muy complicado en Argentina.

JAE – De hecho, el home banking y la banca telefónica para operaciones de cambio están suspendidas en estos días. Es un área que todavía no ha dado tiempo para implementar alguna medida acorde a esta resolución.

FG – Exactamente. Todavía no es un canal mayoritario pero tiene una creciente importancia. Sigue habiendo situaciones medio en gris que seguramente los próximos días van a ser objeto de nuevas resoluciones del Banco Central. Como por ejemplo los que tienen una deuda en dólares con la tarjeta de crédito, que hasta ahora estaban habilitados para cancelar esas deudas en dólares debitando desde una cuenta en pesos. Uno marcaba que quería saldar su deuda en dólares, el banco le debitaba de la cuenta en pesos y hacía una compra-venta automática de dólares para cancelarlo. No está claro si eso se puede seguir haciendo o no. La cuestión es que estamos hablando de los casos supuestamente más favorecidos, los de argentinos que pueden declarar que van a comprar los dólares con un fin específico...

JAE - ...¿Qué va a pasar con el mercado paralelo? Tú recién decías que actualmente hay 10% de diferencia en las condiciones actuales, pero en este escenario actual, ¿no es esperable que haya un dólar para el mercado negro a mucho más alto valor?

FG – Sí, absolutamente. Hay economistas que están hablando de que estos controles van a implicar en los hechos una situación de vuelta a los años 80, consistente en el desdoblamiento del mercado cambiario en varias cotizaciones. Que haya una especie de dólar oficial para negocios inmobiliarios, turismo y comercio exterior, y otro más alto para aquellos que quieren dólares para atesorar.

A comienzos de año, el exministro Domingo Cavallo había adelantado que en el momento en que los argentinos empezaran a demandar dólares en forma masiva iba a ocurrir un mercado cambiario de estilo de los 80. Incluso pronosticó que se iba a dar una situación parecida a la de Venezuela. Y cuando él dijo eso, la verdad es que a todo el mundo le pareció una exageración, porque en Venezuela la brecha entre el dólar oficial y el paralelo en aquel momento era de 100%, el dólar paralelo costaba el doble. Acá en Argentina todavía se está un poco lejos de esa situación, pero hay quienes manifiestan que no sería algo de extrañar que se pasara del nivel de 7, 8% de diferencia, que tiene hoy el dólar paralelo respecto del dólar oficial, a un nivel más cercano al 15 o 20%.

Los próximos días se pronostican agitados y con mucha gente nerviosa. Este hecho de que estén suspendidas las operaciones con dólares en cajeros automáticos, en la banca on line, que haya lugar a situaciones discrecionales donde nadie sabe exactamente cuál va a ser el criterio con el cual la AFIP diga si una persona puede o no comprar dólares y el hecho de que haya mucha gente que directamente va a evitar tomarse esa molestia de ver si la AFIP lo autoriza o no, sin duda que va a implicar un salto inmediato en el mercado paralelo. Les recuerdo que el hecho de que la AFIP le diga a alguien que no está autorizado trae consecuencias. Porque no estar autorizado significa que para la AFIP los dólares que el argentino quiere comprar no se condice con su situación patrimonial ni con su situación de ingresos, y esto inmediatamente implica que se le abre una investigación. Uno puede consultar primero en la página de la AFIP sin hacer el pedido oficial de dólares. Pero quien tenga la mínima duda de que puede llegar a tener alguna inconsistencia o de que la AFIP le puede decir que no, directamente no se va a tomar la molestia de ir al cajero del banco y va a tratar de comprar en lo que se denomina aquí como las "cuevas", que son esos lugares donde venden el dólar informal.

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