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Cuba comenzó a aplicar política de reinserción social "para que la gente no se pudra en prisión"

Contacto con Fernando Ravsberg, colaborador de En Perspectiva en La Habana.


(emitido a las 8.39 Hs.)

EMILIANO COTELO:
La semana pasada todas las agencias de noticias decían que en Cuba se esperaba que el gobierno de Raúl Castro anunciara una flexibilización en el régimen de salidas e ingresos del país.

El viernes era el día marcado. Sin embargo, al hablar ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, Castro sólo dijo que esos cambios se irán implementando de forma paulatina.

En cambio, y sin aviso previo, dio a conocer una decisión muy importante: el Consejo de Estado de Cuba había indultado a más de 2.900 presos que se encuentran cumpliendo distintas penas, algunos de ellos condenados por delitos contra la seguridad del Estado.

(Audio Raúl Castro)

"Entre estos se encuentran mujeres, enfermos, personas con más de 60 años de edad y también jóvenes que han elevado su nivel cultural y las posibilidades de reinserción social. No se incluyen en este beneficio, salvo contadas excepciones, los sancionados por delitos de espionaje, terrorismo, asesinato, homicidio, tráfico de drogas, pederastia con violencia, violación y corrupción de menores y robo con fuerza en vivienda habitada. No obstante, serán puestos en libertad algunos condenados por delitos contra la seguridad del Estado, que han extinguido en prisión una parte importante de la pena, con buena conducta".

(Fin del audio)

El diálogo es a partir de este momento con el periodista uruguayo Fernando Ravsberg, colaborador de En Perspectiva en La Habana.

Detengámonos en esta noticia y en su alcance: 2.900 presos han sido indultados en las fechas de Navidad, a pedido de las iglesias de Cuba, ¿es así?

FERNANDO RAVSBERG:
Exactamente. El presidente Raúl Castro anunció en su discurso en la Asamblea Nacional, en el Parlamento, que iban a ser indultados a pedido de sus familiares, por supuesto, pero también de las iglesias de Cuba, tanto las protestantes como la católica. Su discurso fue muy religioso en ese aspecto, porque además dijo que era por el 400 aniversario de la aparición de la virgen de la Caridad del Cobre y en saludo a la visita del Papa.

Pero lo más importante tal vez es que anunció a los cubanos que todos los años habría indultos, incluso mayores que este, con más número de presos que volverían a reintegrarse a la sociedad.

EC – ¿Y por qué esto último?, ¿por qué una política de este tipo con liberaciones anuales?

FR – Porque realmente tienen una política de reinserción. Yo entrevisté ayer a varios presos liberados y por ejemplo uno se graduó de profesor de historia en la prisión, el otro se hizo electricista, otro se hizo cocinero. O sea, son gente que ya tiene las condiciones para reintegrarse socialmente, más allá de que todavía a alguno de ellos le quedaba por cumplir veinte de años de prisión. Incluso uno de los que yo entrevisté ayer, Lázaro Crespo, entró a prisión siendo un niño, con 17 años. Hoy tiene 36 años, realmente no es la misma persona la que está saliendo de la prisión que la que entró.

EC – Claro, por eso te preguntaba qué indica, como cambio en los criterios con los que se maneja el gobierno, esta decisión de realizar liberaciones anuales.

FR – Creo que es un cambio en el sentido de tener una política de reinserción social, de que la gente no se pudra en prisión. El objetivo es ese, que la Justicia revise caso a caso y que las personas que ya no son un peligro social puedan salir a las calles.

EC – ¿Quiénes son estos 2.900 que se libera al final de este año 2011? ¿Qué tipo de presos, más allá de la descripción que recién escuchábamos hacer al presidente Raúl Castro?

FR – En su mayoría son presos comunes. Se dice que hay algunos presos políticos. Sobre todo presos violentos, porque el otro grupo, el de presos políticos de conciencia, ya había sido liberado el pasado año. La mayoría de estos son presos por delitos comunes, fundamentalmente robos y ese tipo de cosas.

EC – ¿Pero en Cuba no pasa que a veces un delito político es tipificado por la Justicia como un delito común?

FR – No, en realidad no. Aquí los delitos políticos los tipifican como delitos contra la seguridad del Estado, es como generalmente se condena a los opositores de todo tipo. Eso abarca desde opositores pacíficos hasta gente violenta, gente que pone bombas en hoteles y cosas por el estilo. Pero normalmente no se tipifica como delito común, porque además para los delitos políticos, los delitos contra la seguridad del Estado, las condenas son mucho más duras que para los delitos comunes. En este caso, repito, la mayoría son delincuentes que han robado autos, casas, cosas por el estilo.

EC - Otra vez, entonces, la Iglesia Católica juega un papel importante. ¿Cómo sigue ese vínculo entre la Iglesia Católica y el gobierno de Raúl Castro?

FR – Yo creo que sigue muy bien, ambos se necesitan. La Iglesia Católica en Cuba es mínima, tiene muy poca influencia social, y toda esta relación con el Gobierno le da un protagonismo que no tiene por masa. Aquí el grueso de la población es santera, lo que en Brasil se conoce como macumbero. Entonces le da un protagonismo interno a la iglesia que no tiene por sí misma.

Y al Gobierno cubano le da un aliado muy importante, tanto nacional como internacionalmente. El apoyo de la Iglesia Católica es constante, por ejemplo, en contra del embargo de los Estados Unidos. Y también el apoyo interno de la iglesia, que rompió todos los lazos con los sectores opositores o disidentes que tenía tiempo atrás, como Oswaldo Payá o la revista Vitral, que era una revista opositora financiada por la iglesia.

Hay una política de acercamiento entre ambos, la visita del Papa el próximo año también lo demuestra. Pero la Iglesia Católica no tiene una presencia social tampoco como para jugar el papel de opositor al Gobierno ni nada por el estilo

EC – La Iglesia Católica gestionó hace unos meses otra tanda de liberaciones, pero en ese caso específicamente de presos políticos. Me pregunto entonces cuántos de estos últimos quedan todavía en las cárceles cubanas.

FR – Hay muchas dudas, incluso los disidentes no saben decir con claridad eso. Las Damas de Blanco hablan de 80, y Elizardo Sánchez, de la Comisión de Derechos Humanos, habla de 50.

El problema es quién es preso político para ellos. Por ejemplo Berta Soler, la vocero de las Damas de Blanco, me decía que el que se roba una lancha para emigrar es un preso político, porque le está robando al Gobierno. Ese es un concepto. Elizardo Sánchez plantea otro sector de presos políticos, los que realizan actividades políticas contra el Gobierno. Pero en esa lista de 50 personas hay quienes tienen crímenes en su haber, que han colocado bombas en hoteles, con heridos y muertos, que han participado en operaciones desde la costa ametrallando barcos e instalaciones. Dentro de esos 50 hay un grupo de opositores muy violentos.

Pero después de la liberación que se coordinó con la Iglesia Católica y con el Gobierno español prácticamente no hay ningún preso opositor pacífico que esté tras las rejas.

EC – De este discurso de Raúl Castro se esperaba otra cosa, se esperaba cambios en las políticas migratorias, en la ley de migración. ¿Qué pasó con eso? ¿Era simplemente un anuncio errado el que había circulado antes?

FR – El tema de que iba a aprobarse la ley migratoria se había extendido por la prensa extranjera fundamentalmente. Y la población cubana también esperaba un anuncio. Las otras dos cosas importantes, que son la apertura de compra y venta de viviendas y la apertura de compra y venta de automóviles, ya se habían anunciado en el año; la que quedaba era la de migración. Sin embargo, el presidente fue muy breve al referirse a eso. Dijo que no era tan sencillo, que la aplicación se haría estudiando cada paso, porque Estados Unidos tenía una política agresiva hacia Cuba en ese terreno y Cuba debía protegerse. Se refería, por ejemplo, a que Estados Unidos tiene políticas para llevarse los médicos de Cuba. Los médicos cubanos que se van de Cuba y trabajan en terceros países tienen un sistema de visas prioritario para abandonar las misiones que están cumpliendo en el extranjero.

Hay mucho debate por ejemplo sobre qué hacer con los profesionales. En el tema de la ley migratoria Cuba no tiene cómo evitar que los profesionales cubanos se vayan. Los salarios de los profesionales aquí son bajos, muy bajos, y tienen posibilidades de ganar más dinero en otros lugares. Entonces, la apertura total de las fronteras implicaría que Cuba se desangrara profesionalmente. Incluso algunos profesionales como los médicos son vitales para la economía cubana en este momento. Tal vez el año que viene no lo sean, pero en este momento el trabajo de los médicos cubanos en Venezuela es lo que financia todo el petróleo que consume Cuba.

EC – Lo último nos lleva justamente al terreno económico. En cuanto a las reformas económicas, que se vienen procesando de manera lenta, ¿qué es lo más nuevo? ¿Cuáles son las perspectivas?

FR – La perspectiva inmediata ahora es legalizar lo que se ha ido haciendo. La Asamblea del partido va a legislar y a aprobar conceptos, incluso cambios en la Constitución. Por ejemplo, ahora se autorizó la pequeña empresa privada pero la Constitución de la República dice que está prohibida la explotación del hombre por el hombre. Por tanto, hay que cambiar ese artículo porque las leyes que se van aprobando hoy están violando la Constitución. Es un poco asentar legalmente todos los pasos que se van dando.

Y también hay otras cosas al margen de eso que van a influir de una manera determinante. Por ejemplo, en enero, al mismo tiempo que se esté produciendo la Asamblea del Partido Comunista, Repsol, la empresa española petrolera, va a estar perforando el primer pozo en aguas profundas donde, según los propios Estados Unidos, se espera que haya reservas enormes de petróleo y sobre todo de gas. Si a la primera perforación se encuentra, la situación económica de Cuba va a cambiar en ese mismo momento, no va a haber que esperar a que salga el primer barril de petróleo.

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EC – A propósito de este paquete de liberaciones que se produjo en Cuba en el fin de semana, la reacción en el Gobierno de Estados Unidos fue de "decepción", ya que en la lista no se encuentra Alan Gross, el estadounidense preso por haber contrabandeado equipos de comunicación, pagado justamente por el Gobierno de Washington. Él no se beneficiará de ningún indulto. La única opción –dicen en el Gobierno de Cuba- es canjearlo por cinco agentes detenidos en Norteamérica.