De acuerdo con un comunicado del Centro de Información para los Derechos Humanos y la Democracia (CHRD), el incidente se produjo el pasado viernes, 30 de diciembre, en Hexi, después de que las autoridades declararan ilegal para el culto la mezquita y enviaran a 1.000 efectivos de las fuerzas de seguridad para su demolición.

Los musulmanes de la localidad opusieron resistencia al derribo, lo que desencadenó los enfrentamientos, e incluso algunos testigos afirmaron que dos personas pudieron haber muerto en ellos, aunque este extremo no fue confirmado por CHRD o las autoridades.

Tras el enfrentamiento, la mezquita fue demolida, señaló la ONG, que recolecta casos de protestas y abusos en toda la geografía china y es dirigida por Frank Lu, participante en las protestas de 1989 en la Plaza de Tiananmen.

Ningxia está habitada principalmente por chinos de la etnia hui, que llegó a China a través de la Ruta de la Seda (que pasaba históricamente por esa región) y que está ya muy integrada con la mayoría étnica han en cuanto a cultura y lengua, pero conserva su religión musulmana.

Otras etnias musulmanas, como los uigures, también han protagonizado enfrentamientos con las autoridades en los últimos años por motivos religiosos, por ejemplo por la prohibición por las autoridades comunistas en algunas localidades de que las mujeres lleven velo.

El régimen comunista chino obliga a todas las religiones en el país a someterse directamente a sus, y así por ejemplo los principales líderes religiosos del budismo, el catolicismo o el islam en China pertenecen a esta formación que gobierna el país desde 1949.

Fuente: EFE