Internacionales

Uruguay y el Mercosur: la disyuntiva entre el modelo regional y el mundial

Contacto con Mauricio Rabuffetti, colaborador de En Perspectiva.


(emitido a las 8.45 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En los últimos años, Uruguay se ha visto enfrentado a varios problemas con sus socios en el Mercosur. Nuestro país ha debido enfrentar licencias no automáticas de importación desde Argentina, demoras en la aprobación de proyectos en las comisiones administradoras del Río Uruguay o del Río de la Plata, investigaciones por dumping del lado brasileño, por nombrar solo algunos de los problemas más recientes.

Entonces aumentan las voces que se preguntan para qué el Mercosur y para qué formar parte de este bloque que parece no funcionar de la manera aceitada como debería, en cuestiones que hacen a sus principios fundacionales como el comercio, por ejemplo.

Precisamente, por estos días el sello Taurus publicó un libro de un joven investigador de la Universidad Católica titulado: "Entre el barrio y el mundo: Mercosur o el modelo chileno. Dos alternativas para Uruguay". Su autor es Nicolás Albertoni, licenciado en Negocios Internacionales e Integración, que formula planteos polémicos sobre la estrategia de inserción internacional del Uruguay.

En los próximos minutos vamos a detenernos en este libro con la idea de analizar la inserción de Uruguay en el mundo a través de la región y de sus vecinos.

Para eso estamos en contacto con Mauricio Rabuffetti, colaborador de En Perspectiva, comentarista de asuntos internacionales, que hace unos días nos proponía abordar este tema.

¿Por qué tomar este tema tan espinoso, tan polémico, a partir del libro de Nicolás Albertoni?

MAURICIO RABUFFETTI:
Primero que nada, hay que destacar la oportunidad entre el barrio y el mundo. Este es un libro pertinente y oportuno que contiene planteos formulados desde una perspectiva muy personal y muy elogiosa de todo mecanismo de apertura comercial, de defensa de los acuerdos de libre comercio con la cual seguramente muchos lectores disentirán.

Además es un texto que sigue una metodología muy académica, que le da un perfil que no es para quien busca una lectura para distenderse, sino por el contrario para quien busca reflexionar y cuestionarse.

Pero la argumentación del trabajo y la solidez de la investigación hacen a este libro muy interesante para quien está interesado en reflexionar sobre si Uruguay está realmente desarrollando una estrategia país para pararse ante el mundo o si, por el contrario, como dice Albertoni, Uruguay está siguiendo un proyecto del Mercosur que se orienta en función de los intereses políticos de Argentina y Brasil.

Además es un trabajo de pensamiento político de alguien muy joven, lo cual me parece muy premonitorio de una discusión que está comenzando a darse en Uruguay, motivada en gran medida por esas trabas de Argentina que tú mencionabas.

EC – Vamos a contarle a los oyentes que teníamos previsto este espacio hace varios días, y que justamente viene a coincidir ahora con las declaraciones del presidente Mujica ayer, tanto en el diario El Observador como en su audición de M24, en las que reconoce que el proteccionismo de Argentina obliga a Uruguay a buscar por otro lado; por ejemplo, por el lado del comercio con Chile y con Perú. "Hay que ir tejiendo", dijo Mujica a propósito del viaje con el presidente chileno Sebastián Piñera a la Antártida y sus próximos viajes, que serán a Perú y a Brasil.

MR – Precisamente Mujica se va a reunir con el presidente de uno de los países más abiertos al comercio en el mundo, que es Chile. Y el libro de Albertoni basa su análisis en una comparación de modelo chileno aperturista en el plano comercial, con búsqueda de acuerdos de libre comercio para dinamizar intercambios como modelo de generación de empleo. El libro trata el caso uruguayo no como un modelo opuesto, de cierre, ni mucho menos, sino como el de un país que lejos de ser propositivo e intentar abrir puertas por sí mismo se mantiene tal vez demasiado pasivo y en espera de que lo hagan los dos socios mayores del Mercosur.

El reconocimiento que hace el presidente Mujica de que las medidas proteccionistas argentinas van a perjudicar, como señalaba ayer, entre otras, la nota de El Observador, y la consecuencia de este reconocimiento que hace el presidente, que es salir a golpear otras puertas, va precisamente en el sentido de lo que propone este ensayo de Albertoni: una actitud más proactiva y no tan dependiente de los dos países con los cuales tenemos fronteras.

EC – De hecho, en su libro, Albertoni es bastante severo cuando describe y analiza la postura de Uruguay en esta materia.

MR – La comparación que hace, por decirlo de alguna manera, es bastante cruel, pero a mi juicio es muy realista. Él dice que tanto Uruguay como Chile se encuentran encerrados entre dos grandes cordilleras, y cito: "La andina, en el caso chileno, y en el caso uruguayo la cordillera de Brasil por un lado y la cordillera argentina por otro. Los dos están encerrados", dice Albertoni, "y la gran diferencia está en cómo enfrentan su realidad geopolítica imposible de cambiar". Ahí hace una observación, que es la que yo digo que es bastante cruel pero al mismo tiempo ajustada a la realidad, Chile está encerrado y los chilenos dicen como estamos encerrados debimos salir a buscar socios por el mundo, mientras que Uruguay dice nuestra posición geográfica no nos deja otra alternativa que seguir a Brasil y Argentina.

EC – Incluso Albertoni va más allá en esta crítica, porque dice que Uruguay está "sicológicamente atado al Mercosur". Es una aseveración muy dura, ¿no?

MR – Sí. Pero vamos a contextualizar ese término. Lo que este libro busca establecer es el mensaje de que Uruguay no se ha dado tiempo para reflexionar si ahora que el Mercosur tiene algún tiempo de existencia el camino de integración que tomó apostándole todo a ese Mercosur es realmente el más conveniente.

Albertoni insiste mucho en que Chile tiene una estrategia-país a nivel comercial desde hace más de dos décadas, y ningún gobierno, sin importar su orientación ideológica, la modificó. Hace algunas semanas tuve oportunidad, junto a otros periodistas, de conversar de manera informal en Hawai con el presidente Sebastián Piñera, apenas minutos después de que Chile firmara un acuerdo de libre comercio con Vietnam. Y Piñera nos decía a los periodistas que estábamos con él muy orgulloso somos el país con mayor número de tratados de libre comercio del mundo. La verdad que ese país es México y le sigue Chile, pero lo cierto es que Chile adoptó una política de fuerte apertura comercial, pero, sobre todo, y a eso apunta más que nada el libro de Albertoni, adoptó una política de fuerte independencia en materia de negociación comercial, algo que nosotros, por estar inmersos en este proceso del Mercosur que se ha transformado desde su fundación en 1991, por supuesto no podemos hacer.

EC – Vamos a profundizar un poco más en este punto específico. ¿El planteo del autor del libro sería ir lisa y llanamente hacia el modelo chileno de apertura comercial? Eso implicaría dejar el Mercosur, por lo menos en la forma como Uruguay lo integra hasta ahora.

MR – Él toca esa alternativa, pero su punto no es que Uruguay deba ir sí o sí hacia ese camino de alejarse del Mercosur. Su conclusión principal, o por lo menos la que a mí me resultó más relevante en la lectura del libro, es que Uruguay tiene que darse la posibilidad de pensarse como país y no solo como país en medio de dos potencias. Muchos dirán pero esa siempre fue nuestra realidad histórica. Siempre vivimos para bien y para mal entre dos países más grandes. Lo que me parece provocador en el libro es que llama a pensar si eso es lo los uruguayos queremos realmente para Uruguay. Y el comercio, que tanto impacto tiene en la vida de tantas personas en cualquier país, me parece, es una oportunidad excelente para iniciar esa reflexión.

EC – Para ir terminando, después de todas estas disquisiciones que hiciste, ¿cuál es entonces el planteo específico del libro en cuanto a los caminos que Uruguay podría o debería tomar en materia de posicionamiento comercial?

MR – Albertoni hace varias reflexiones en ese sentido al final del texto. Es una parte en la cual como lector me hubiera gustado que se extendiera un poco más de lo que lo hizo. El libro, por cierto, viene prologado por el expresidente Julio María Sanguinetti y por el expresidente chileno Eduardo Frei. Sanguinetti opina que el camino de Uruguay no está en saltearse a sus vecinos, que el camino no es irse del Mercosur porque hay un tercio largo de nuestro comercio en esta región. En ese sentido, Albertoni hace un planteo que no es nuevo, pero en el contexto actual cobra mayor relevancia. Ese planteo es que si Uruguay quiere jugarse todas sus fichas al Mercosur, entonces que busque profundizarlo activamente, que se vuelva protagonista con una diplomacia comercial activa dentro del bloque y por el bloque. La postura de él es que si eso no camina, entonces que Uruguay apunte a un Mercosur más flexible, que no funcione como lo que es ahora, una suerte de corset que impide salir a negociar acuerdos de libre comercio con libertad. Claro, me vas a decir que Uruguay decidió no ir por la vía de los tratados de libre comercio individualmente...

EC – ...Adivinaste bien, así que quedó ya planteada la pregunta.

MR – Es que en algunos años esa posibilidad que ya se planteó con el TLC con Estados Unidos hace cinco o seis años, y que terminó en un TIFA, que no es en definitiva ni chicha ni limonada, pero que fue lo mejor que se consiguió de repente, esa posibilidad surge nuevamente. Fíjense el caso de Colombia, que conozco muy bien porque cubrí todo el proceso de lobby de negociaciones y fracasos en el Congreso de Estados Unidos para alcanzar un TLC que recién en 2011, siete años después de lanzadas las negociaciones por Colombia, dio su fruto. En todo ese proceso Colombia no solo ganó un mercado; ganó una experiencia de autodefinición como país en un terreno muy sensible, que es el comercial. Colombia tomó la decisión de abrirse independientemente al mundo. Esa es una estrategia país seguida a rajatabla luego de una discusión, de una definición nacional, algo como lo que propone este libro, que en definitiva llama a modificar esa forma de vernos que tenemos a veces los uruguayos de pequeño país, apretado entre dos gigantes, sin otra alternativa que la de seguir la corriente.

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