Adriana Doll (pasajera del Costa Concordia): "Es todo como un cuento, cierro los ojos y veo flashes de lo que sucedió"
"Yo estaba acomodando la ropa, buscando los agujeritos en la valija, cuando se sintió un ruido estruendoso, horrible, y un sacudón en el navío". Así relató a En Perspectiva Adriana Doll Luz, la uruguaya que viajaba en el crucero Costa Concordia, el momento en que el buque chocó contra las rocas que rodean la isla italiana de Giglio. A partir de ese momento, se desató la catástrofe. "Por la escalera había gente que corría, gente que perdió un zapato y lo dejaba y seguía corriendo descalza. No nos permitieron volver atrás a buscar a la familia", recordó. En tanto, el periodista Mario Lubetkin, colaborador de En Perspectiva en Roma, aportó más datos. "Parece claro que el accidente fue por causas humanas, por la decisión del comandante de acercarse demasiado a la costa, a 500 metros, hasta golpear con una piedra que actuó como una especie de abrelatas, abrió el barco más de 70 metros, lo que determinó que girara hacia uno de sus lados", señaló. "Uno de los hechos caóticos es que no se sabe todavía cuántas personas hay desaparecidas, aparentemente no serían 14, como se decía, sino 29", indicó.
(emitido a las 7.36 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
"Algunas personas respetaban la regla de priorizar a los niños y los ancianos, pero no todas. Gracias a Dios que casi todo salió bien. Pero viví escenas traumáticas que sólo había visto en la película Titanic. No había tiempo para hacer casi nada más que tratar de salvarse".
Estas palabras pertenecen a Adirana Doll, una uruguaya de 55 años que el domingo llegó a Porto Alegre donde reside desde hace cuarenta años, luego que el crucero en el que viajaba por el Mar Mediterráneo naufragara frente a las costas de la isla de Giglio, en Italia.
Ustedes conocen bien el caso... La noticia ocupó un gran espacio en la agenda internacional esta semana: en la noche del viernes pasado, el buque "Costa Concordia", un crucero en el que viajaban más de cuatro mil personas se acercó a menos de 150 metros de la costa, una distancia no autorizada por la compañía naviera propietaria del barco.
Por circunstancias que aún se investigan, el barco encalló y comenzó rápidamente a hundirse.
Como consecuencia, al menos seis personas han fallecido, más de una decena se encuentran heridas y otras cincuenta están desparecidas.
Hay implicancias, avances de la investigación por el lado de la justicia, efectos directos, historias generales y particulares muy dramáticas.
El caso de Adriana Doll, es algo conmovedor. Ella es uruguaya, funcionaria del consulado de nuestro
país en Porto Alegre, Brasil, y fue parte de esa tragedia, junto a varios
familiares.
Adriana, hoy es un martes muy especial, supongo yo.
ADRIANA DOLL LUZ:
El martes pasado estaba navegando. No te voy a especificar en qué ciudad, pero estaba ya en el crucero.
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Nunca habrías imaginado que podía pasar lo que pasó.
ADL - No.
JAE - ¿Con quién viajabas?
ADL - Este fue un viaje planificado y patrocinado por mi suegra. Es la segunda vez que mi suegra reúne la familia, hijos, hijas, nueras, yernos y nietos y nos lleva a un viaje en crucero. El primero fue a lo largo de la costa norte de Brasil, y este año fue ese viajecito en el Mediterráneo.
JAE - ¿Eran en total 11?
ADL - Éramos 11 personas.
JAE - Tú sos la única uruguaya, el resto de la familia es brasileña.
ADL - Mi hija es uruguaya por opción, nació en Brasil pero tiene doble nacionalidad. Somos las dos uruguayas del grupo.
JAE - ¿Cuánto tiempo más le quedaba al viaje?
ADL - El viaje estaba terminando, porque habíamos embarcado el sábado anterior en Savona, y el Costa Concordia hace el recorrido en sentido antihorario en el Mediterráneo. Lo tomamos en Savona, hicimos Marsella, Barcelona, fuimos bajando, bajando, y empezamos a subir, el viernes hicimos Civitavecchia, de donde salimos a las 19 horas, y estábamos haciendo las valijas a las 21.30, cuando sucedió el accidente.
JAE - ¿Cómo fue el momento del impacto para ti? Estabas haciendo las valijas, preparándote para salir con tu familia del crucero.
ADL - Exacto. Mi hija llegó a cerrar su valija, yo estaba acomodando la ropa, buscando los agujeritos en la valija, acomodando, cuando se sintió un ruido estruendoso, horrible, y un sacudón en el navío.
JAE - ¿De qué lado estaba tu camarote? ¿Del lado que quedó bajo el agua o del lado que quedó arriba?
ADL - Del lado que quedó para arriba, que inicialmente fue el lado para el cual se inclinó. Es algo que hasta ahora no entiendo. Cuando chocó con la roca, se inclinó para el lado nuestro; el lado que tú ves ahora que está para arriba fue el que primero estuvo para abajo.
JAE - Y se dio vuelta, cambió el sentido de la inclinación.
ADL - Exacto. La inclinación al principio fue para el lado nuestro. Tanto es así que en el primer sacudón me caí sobre la cama y empecé a caer sobre la puerta, en sentido contrario. Ahí faltó luz, al rato volvió, el navío se estabilizó de nuevo, tomó su horizonte de nuevo, y ahí se empezó a inclinar para el otro lado.
JAE - ¿Cuánto tiempo pasó desde el choque hasta que se inclinó para el otro lado?
ADL - No te voy a mentir, no sé, porque todo se confunde, es todo como un cuento que alguien me contó, cierro los ojos y veo flashes de lo que sucedió. De repente no pasaron muchos minutos, en cinco minutos se dio todo, pero fue algo muy raro. Después de una semana dentro de un navío tú estás acostumbrado a que se balancee, te estás bañando y te estás equilibrando, pero es algo muy suave.
JAE - Además la ventana de tu camarote daba hacia mar adentro, no veías la costa.
ADL - No.
JAE - Y era de noche también.
ADL - No se tendría que haber visto tampoco. A esa hora jamás nunca tendríamos que haber visto costa ninguna, a esa hora teníamos que estar en alta mar, ya hacía más de dos horas que habíamos salido de Civitavecchia. Con más de dos horas de navegación tendríamos que estar muy en alta mar, subiendo por el Mediterráneo.
JAE - Fue un caos todo, ¿no? ¿Cómo fue la reacción de la tripulación después del choque?
ADL - La reacción de la tripulación fue muy diferente. En el corredor nuestro por ejemplo, mi hija dice: "Mamá, ¿qué pasó?". Estaba descalza en ese momento, estábamos armando las valijas y ella se había descalzado. Y dijo: "Yo me voy a poner los championes y ver qué es lo que sucede". Podría haber salido descalza porque es todo con alfombras, pero por suerte atinó a calzarse, porque de ahí en adelante fue todo salir corriendo. Y cuando llegamos a la parte de la cabina, el camarero de nuestro sector decía "Deck 4, deck 4, deck 4", y cuando tú entrás al navío, que te marcan una reunión en la que te orientan, te dicen que en caso de emergencia te dirijas siempre al deck 4.
JAE - Eso te daba acceso a los botes salvavidas.
ADL - Exacto.
JAE - Y la reacción del resto, de todos, porque el caos parece natural en esta instancia... ¿Qué fue lo que pasó?
Adriana Luz (a la derecha) junto a su familia. |
ADL - Ya con mis cuñados fue diferente. Ellos estaban en otro corredor, en el mismo piso del navío, del octavo. "¿Qué pasa?", "Nada, nada, nada. Vuelvan a sus cabinas que está todo bien". No sé si la tripulación estaba mal orientada o es que el ser humano cada uno reacciona de un modo.
JAE - ¿Llegaste escuchar al capitán decir que se trataba solamente de un problema técnico?
ADL - Sí, sí, sí. Ahí empezamos a escuchar. Porque faltó luz más de una vez y volvió, ahí empezamos a escuchar en los altoparlantes, no sé si era el capitán o quién, pero decía que no nos asustásemos, que era un desperfecto en el generador del navío y que el personal técnico ya lo estaba solucionando, que mantuviésemos la calma. Eso se decía en los altoparlantes, pero por otro lado a mí me mandaban para el deck 4 y a mis cuñados les decían que mantuviesen la calma y volviesen a la cabina, que no pasaba nada.
JAE - ¿Accedieron rápidamente a los chalecos salvavidas?
ADL - Cada uno lo tiene en su cuarto, cuando abrís el ropero los ves acomodaditos en la parte de arriba, ya lo tenés al alcance de la mano. Y fuera de eso, hay en el navío, de tiempo en tiempo hay un compartimiento con vidrio con chalecos adentro. A mí me agarró en el cuarto, me fue fácil echar mano a mi chaleco, pero a mis cuñados los agarró a unos en el shopping del navío. Por los corredores había lugares donde acceder a los chalecos. Dicen que hubo falta de chalecos, yo entiendo que debe de haber sido gente que no estaba en su cabina.
JAE - ¿Cómo dejaron el barco, cómo salieron?
ADL - En los botes salvavidas.
JAE - ¿Te mantuviste siempre con tu hija, estuvo siempre a tu lado?
ADL - Sí, gracias a Dios estábamos juntas.
JAE - ¿Toda la familia pudo permanecer junta?
ADL - No, nos encontramos en la isla. Hasta que nos encontramos en la isla fue un momento de ansiedad impresionante, porque no sabíamos dónde estaban los otros ni si habían logrado salir o no. Incluso, como el navío después se empezó a inclinar sobre el lado donde estaban los botes salvavidas nuestros, en un momento la ansiedad, el miedo de no lograr soltar los botes a tiempo, porque el navío se caía arriba de donde estaba el bote, de ese lado que tú ves ahora sumergido en la televisión, por ese lado salíamos.
JAE - Llegaron a salir cuando el barco estaba en la otra posición.
ADL - Inclinado.
JAE - No pudieron permanecer juntos todos. ¿Cuánto demoraron en llegar a la isla? ¿Tenés idea?
ADL - No demoró mucho, porque estábamos muy próximos a la isla y los botes salvavidas tienen motor. Eso sí, el llegar a la isla, subir a ese muelle... viste que hay un faro que entra al mar en la isla, nosotras subimos a la isla por la punta de ese faro. Ahí ya había mucha gente que había llegado antes, pero había mucha gente que venía llegando. Y no sabíamos dónde estaba el resto de la familia. Entonces subimos a la parte más alta que encontramos en el momento, que fue el muelle, diciendo: "Somos dos, tú mirás para el lado izquierdo y yo miro para el lado derecho", y empecemos a buscar las caras conocidas. Fue un rato muy feo, porque no los encontrábamos.
JAE - Supongo que al resto de la familia le debe haber pasado lo mismo con ustedes.
ADL - Exacto, incluso mi cuñado y la novia cuando vieron que no era un simple fallo de rutina, un salvamento de rutina, cuando vieron que la cosa se ponía fea, fueron hasta el corredor nuestro a buscarnos, porque sabían que nosotras habíamos ido a cerrar las valijas, y golpeaban y golpeaban la puerta, y lógicamente no nos encontraron porque nosotras ya habíamos salido. Nosotras quisimos ir hasta el corredor donde estaban ellos, pero no nos lo permitieron, porque en el corredor nuestro la actitud de los camareros fue "deck 4", nos empujaron al deck 4. Por la escalera había gente que corría, gente que perdió un zapato y lo dejaba y seguía corriendo descalza. No nos permitieron volver atrás a buscar a la familia, ellos pudieron escaparse de su corredor porque en ese corredor decían que estaba todo calmo, que mantuvieran la calma que no pasaba nada.
JAE - ¿Cuáles son los pasos siguientes ahora? ¿Prevén hacer algún reclamo? ¿Cómo se presentan ante estos hechos?
ADL - Calculo que la Costa va a tener que resarcirnos. Yo dejé teléfono, computador, llaves de mi casa, las llaves del auto, todo quedó en la cabina. Ayer al llegar a Porto Alegre lo primero que hice fue intentar entrar a mi casa, contacté a una amiga que tenía llave de casa para poder entrar, y después pasé el resto del día tratando de hacer copia de esas llaves. Nos quedamos con la ropa en el cuerpo. No sé, ahora es empezar de nuevo y agradecer mucho que estamos todos vivos.
JAE - Tú has dicho que es nacer de nuevo, es un nuevo aniversario.
ADL - Es verdad, yo cumplí ahora el 29 de diciembre y vuelvo a cumplir el 13 de enero.
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JAE: ¿Cómo se ve este fenómeno en la misma Italia?
Siguen apareciendo testimonios. El crucero se acercó a la isla de Giglio para hacer una "reverencia" [maniobra náutica], un regalo a su jefe de camareros, oriundo de allí, y también a un excomandante de la empresa naviera, según aseguraron algunos medios de prensa en Italia. "Ven a ver, Antonello, estamos sobre tu Giglio", le dijo el comandante al jefe de camareros, que pensó que era una broma de Schettino, ya que tenía que haber descansado la semana anterior, pero no pudo y aún seguía trabajando en el barco.
Luego de que el crucero chocó contra la piedra, el comandante informó por altoparlantes que las luces se habían apagado por problemas técnicos que se solucionarían en breve, y tras eso abandonó el barco. "El camarero informa Corriere della Sera dijo a los habitantes de Giglio, cuando lo socorrieron en el agua: Nunca habría imaginado que desembarcaría en mi casa. Antonello ya no quiere hablar con nadie, puesto que lo atormenta la culpa por una tragedia de la que se ha convertido en protagonista sin quererlo."
¿Qué está pasando en Italia ahora?
Mario Lubetkin, colaborador de En Perspectiva desde Roma, está del otro lado.
¿Cuáles son las últimas novedades a propósito de esto?
MARIO LUBETKIN:
El cuadro sigue siendo muy confuso. No te escuché antes, algunas cosas ya las habrás señalado. Tenemos al comandante del barco preso, pero no está claro cuáles son las acusaciones que se le van a hacer. Aparentemente hubo un amotinamiento apenas después del accidente, parece claro que el accidente fue por causas humanas, por la decisión del comandante de acercarse demasiado a la costa, a 500 metros, hasta golpear con una piedra que actuó como una especie de abrelatas, abrió el barco más de 70 metros, lo que determinó que girara hacia uno de sus lados.
Uno de los hechos caóticos es que no se sabe todavía cuántas personas hay desaparecidas, aparentemente no serían 14, como se decía, sino 29, ya que lo que estaba en juego era un movimiento de más de 4.000 personas sin planificación y aparentemente, como todo indica, sin un comandante, un jefe que manejara el proceso de salvataje de los pasajeros, que habían iniciado el viaje muy pocas horas antes en Civitavecchia.
JAE - El capitán abandonó el barco, ese es el otro elemento.
ML - También ahí hay versiones contradictorias, si estaba borracho, si no estaba borracho. Todavía no está claro, la Justicia está investigando, pero el hecho es que hubo errores humanos, el barco se acercó a 500 metros de la costa de la isla y golpeó contra el conjunto de piedras que lo abrió como si fuera una lata de sardinas. Ahora se plantean algunos temas sumamente difíciles, más allá de terminar de saber si será posible rescatar vivas o muertas a las personas desaparecidas, 25 pasajeros y cuatro tripulantes. Ayer se suspendió la búsqueda en esa verdadera ciudad que es este barco de 290 metros, con un peso de 112.000 toneladas, etcétera, ya que el barco se movió, cambió el clima, hubo unas lloviznas, todo eso determinó problemas en la búsqueda. Y además porque el tiempo va en contra, están buscando para ver si todavía hay gente que se pueda salvar.
Por otra parte, no está dicho que los 29 desaparecidos sean pasajeros o tripulantes que estaban en el barco, ya que hubo un verdadero caos cuando cada uno por la suya o en los barcos de salvataje se acercó a la costa y los ciudadanos de la costa, los 700 habitantes de la isla de Giglio, abrieron sus puertas, iglesias, hoteles, bares, para que la gente viviera allí, y por diferentes mecanismos, incluso parte no controlados, muchos salieron hacia sus ciudades, hacia sus países. Tú tuviste recién el testimonio de lo que pasó con una ciudadana uruguaya que vive en Brasil.
En cuanto a los problemas que hay planteados para adelante, en primer lugar, qué hacer con las 2.380 toneladas de carburante, ya que el barco apenas había salido y por lo tanto estaba el tanque lleno.
JAE - Justamente, te iba a preguntar por la amenaza ambiental.
ML - Hasta ahora no está claro. No se detecta en el momento ningún efecto inmediato sobre la isla, ayer aparecieron algunas manchas de aceite, pero aparentemente no correspondían al barco. El ministro de Medio Ambiente anunció que va a declarar estado de emergencia por el peligro de contaminación. Técnicamente se señala que para vaciar los tanques se necesitan al menos dos semanas, por lo tanto es un proceso extraordinariamente complejo y con muy pocos antecedentes.
Aparte hay otro problema, el tema de la seguridad, ya que dentro de este barco, de esta verdadera ciudad que era este barco, había joyerías, bancos, etcétera. Esto determinó que la prefectura de la ciudad de Grosseto, la ciudad que está frente a la isla de Giglia, montara un sistema de seguridad particular para que los ladrones no se tiren al mar en el formato Titanic para robar las sumas de dinero y joyas que se encuentran en este momento hundidas con el barco, que está caído sobre un costado a una profundidad de 37 metros.
Por otro lado, está la gran discusión de cuáles son los efectos de pérdidas inmediatas, que para la empresa, la famosa Costa Crociere, esto va a traer. El primer cálculo es que la pérdida inmediata sería superior a los 100 millones de euros, pero esto sería solamente el punto de partida para la discusión de qué y cómo les van a pagar a las víctimas, no solamente a los muertos, sino a los pobres turistas que sufrieron lo que sufrieron. Y además está la discusión de cómo puede afectar a la industria de los transatlánticos de que tantos testimonios hay en Uruguay, en Montevideo, en Punta del Este, adonde están llegando en este período un hecho como el que ha acontecido, que no solamente ha impactado en Italia sino a nivel internacional, como lo demuestran las tapas de numerosos diarios de todo el mundo.
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Transcripción: María Lila Ltaif