(emitido a las 8.46 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
En Washington, el presidente Barack Obama realizó ayer el último discurso de su mandato sobre el estado de la Unión, en el que prometió reconstruir el sistema productivo del país e hizo hincapié en la justicia económica.

Durante una hora y ante ambas cámaras del Congreso, el mandatario insistió en que los valores del país -las oportunidades y las reglas iguales para todos- se encuentran en peligro y es necesario tomar medidas urgentes para impedirlo.

Para analizar los aspectos más importantes de esa presentación, está con nosotros Juan Rial, politólogo uruguayo residente en Nueva York.

Con este discurso de algún modo el presidente Obama se fue despidiendo y empezó a encarar el proceso de reelección que tendrá lugar en el mes de noviembre, ¿cómo has visto tú esta campaña hasta ahora?

JUAN RIAL:
Justamente, un analista del New York Times decía hoy que en lugar de hablar del estado de la Unión habría que hablar del estado de la campaña. Entre otras cosas, el discurso de Obama de ayer no fue distribuido por la oficina del Congreso o por la Casa Blanca, como se hace normalmente, sino por su organización electoral para la reelección. O sea, se trató de un discurso de campaña. Y como tal, voy a citar a un antiguo gobernador de Nueva York, el señor Mario Cuomo –su hijo es el actual gobernador–, quien hace un tiempo dijo que normalmente los presidentes en campaña hacen poesías y cuando gobiernan tienen que caer en la prosa. Ayer, Obama volvió a la poesía.

JAE – ¿Es habitual que cuando un presidente quiere ser reelecto haga un giro como este en el último discurso?

JR – Sí, depende cuál sea la situación, si el presidente ya ve cómodamente que va a ser reelecto o si se ve amenazado en la posibilidad de lograrlo. En este caso, Obama sabe que sus logros de gobierno han sido vistos por la opinión pública de una forma un tanto decaída –no es fácil lidiar con la máquina de Washington, no es fácil lidiar con las burocracias, no es fácil con una situación económica difícil– por eso recurrió nuevamente a un discurso que diríamos de un tono populista.

Cualquier uruguayo que lea el discurso va ver que hay temas que no le van a ser ajenos, habló bastante de educación y habló bastante de empleo. El empleo en Uruguay ahora no es una preocupación sustancial pero sí su calidad, y la educación sí lo es. Y lo que dijo sobre educación sería tan válido aquí como allá. Hubo otros temas que son mucho más estadounidenses, como el tema de la energía en el cual también insistió y mucho.

Y en general habló de algo que también para un uruguayo es muy común: las diferencias entre ricos y los que no son ricos. Se refirió muy fuertemente al tema de los impuestos, que acá es uno de los puntos sustanciales en cualquier campaña...

JAE - ...Sí, hay una propuesta para que aquellos que ganen más de un millón de dólares al año paguen al menos el 30% de sus ingresos en impuestos.

JR – Claro, era un forma indirecta de dirigirse al señor Mitt Romney, que es uno de los posibles contendores republicanos. En su última declaración de impuestos, la del 2010, Romney declaró que tenía ingresos de 21 millones de dólares. Y por eso pagaba el 13%, o sea 2 millones de dólares. En cambio, el propio Obama, cuyos ingresos provienen fundamentalmente de su salario como presidente y de sus royalties por libros, tiene un ingreso de un millón de dólares y paga el 26%. Este es un tema clave que se va a seguir agitando durante la campaña. Y recordamos lo que decían quienes acampaban en Zuccoti Park hace poco acá en Nueva York, que eran "el 99%" y que se oponían al 1%.

JAE – Ya que mencionaste a Mitt Romney, que es uno de los precandidatos que está disputando la nominación republicana contra Newt Gringrich, el otro que hasta ahora aparece como posible candidato a competir con Obama en noviembre, ¿cómo estás viendo ese tema? ¿Son estos dos los nombres que tienen más fuerza para llegar a las elecciones presidenciales?

JR - ...Por ahora sí, el otro posible tercero sería el senador Rick Santorum pero me parece difícil que llegue. De todos modos, la próxima confrontación se dará en Florida en unos pocos días.

Y esto ha ocurrido otra vez con un desgaste enorme. Desde el 11 de mayo del año pasado, ha habido un total de 18 debates entre los que eran posibles candidatos republicanos. Se ha hablado demasiado y es difícil que puedan decir nuevas cosas. Por eso Romney, que se suponía que venía cómodamente en primera posición, ahora se ve afectado por Gringrich, que además era uno de los que tenía menos fondos para campaña y que ahora acaba de conseguir un donante privado que le dio 5 millones de dólares para pelear fuertemente en Florida.

JAE – Pero el Partido Republicano en general, más allá del candidato, ¿está bien parado para competir con Obama?

JR – Hay que tener en cuenta una cosa: si bien pueden darse al mismo tiempo la elección de presidente y la elección de diputados, acá los intereses divergen. Puede darse el caso de que le vaya mejor al partido en la elección de representantes para el Congreso que en la presidencia. En este momento, al tener una posición muy fuertemente conservadora, el Partido Republicano tiene problemas para arrastrar al resto del centro del electorado.

Y hay que recordar otra cosa: acá las elecciones se hacen con un electorado que no está obligado a votar, normalmente sólo un 40-50% de aquellos mayores de 18 años que están habilitados para hacerlo concurre a las urnas. Y el resultado final también va a depender, precisamente, de cuántos concurran a las urnas.

JAE – ¿Qué dices tú a esta altura de la campaña, cuando faltan casi diez meses para las mismas? ¿Se puede aventurar un resultado?

JR – Si las cosas siguen así, Obama tendría posibilidades de ser reelecto. Ahora, de ese modo tendría que encarar una fase final de otros cuatro años de gobierno sin apoyos parlamentarios totales, tendría que estar constantemente negociando. Pero esto es hablar antes de que las cosas ocurran.

Ayer el discurso de Obama se refirió casi exclusivamente al ámbito doméstico. Comenzó haciendo referencias a Irak, pero la referencia era que se iba a retirar el personal militar destinado a ese país. Luego indicó que Osama Bin Laden había dejado de ser una amenaza, lo cual también apuntaba internamente.

Y cuando culminó su discurso, lo cual hizo como comandante en jefe, a pesar de hacer referencias a la Primavera Árabe, a Irán, a la situación global en Afganistán y demás, lo hizo teniendo en cuenta no al público del exterior sino al público latinoamericano. Fue prácticamente lo único que nombró, apenas algún otro desliz de referencias al exterior pero para referirse a lo que ocurre en Estados Unidos.


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