(emitido a las 8.46 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Europa comenzó esta semana con una buena noticia.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reunieron el lunes en Bruselas y llegaron a algunos acuerdos básicos con los que esperan salir de la crisis que atraviesa el continente.

En particular, 25 de los 27 estados miembro firmaron un pacto para reforzar la disciplina fiscal en el bloque. Concretamente, el acuerdo impulsado por Alemania –que no fue apoyado por República Checa y Gran Bretaña– establece un límite del déficit anual del 0,5% del PBI en condiciones normales, obviamente en este momento la enorme mayoría incumple esa meta.

Por otra parte, el Tribunal de Justicia de la UE se encargará de vigilar el cumplimiento por los países de este "tratado de estabilidad". Los infractores podrán tener que pagar una multa de hasta el 0,1% de su PIB.

Pero, independientemente de las soluciones económicas que se están ensayando, que algunos dicen esto en realidad no cambia nada, la pregunta es: ¿cómo queda el equilibrio de fuerzas en Europa con este acuerdo? ¿En qué situación queda Grecia, la economía que está hoy con mayores problemas? ¿Y cómo pesa esto de que Gran Bretaña y República Checa ya no acompañan este acuerdo?

Vamos a conversar a partir de este momento con el politólogo Francisco Panizza, profesor en el London School of Economics and Political Science de Inglaterra.

¿Cuál es la sensación que te queda a partir de esta cumbre del lunes?

FRANCISCO PANIZZA:
Retomando lo que tú decías sobre el equilibrio de fuerzas en la UE, durante toda esta gestión de la crisis aquí se hablaba de "Merkozy" como líderes de la UE, en referencia a Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Creo que ahora habría que hablar casi simplemente de Merkel, porque sin duda esto ha sido la reafirmación del poder de Alemania para imponer las condiciones que considera necesarias en la UE. Y eventualmente poner el dinero, que va a ser la solución a la crisis.

JAE – ¿Y por qué marcas esto de que Alemania asume todavía un liderazgo más preponderante de lo que tenía antes?

FP – En primer lugar, por la razón del artillero, porque Alemania es el único país que tiene los medios económicos para salir de esa crisis. Segundo, porque ha impuesto un modelo económico que es simplemente una réplica del modelo alemán, en cuyo corazón está la autoridad y el equilibrio fiscal. Esto es una cosa que ha sido muy discutida en Europa y sobre todo en situaciones de crisis, un debate que se ha dado en todas las crisis del mundo: ¿cómo se sale de la crisis? ¿Se sale a partir de la austeridad o se sale a partir del gasto? Y ahora lo que tenemos es la imposición extraordinaria de un modelo de control fiscal que no se da en ningún lugar del mundo. Es absolutamente extraordinario, va a ser de un avance de lo que llaman la "judicialización" de la política. Va a ser un tribunal judicial el que va a tener el poder de marcar los límites del gasto público. Esto es un precedente, no se da en ningún país del mundo y ahora se va a dar en la UE.

JAE – De todas maneras, el economista Nouriel Roubini por ejemplo vaticina que la UE va a dejar de existir en tres a cinco años. Hay una visión fatalista con respecto al ahora, porque en definitiva esto que se anunció no es para ya, es una señal clara de hacia dónde se quiere ir, pero el tema es que hay que pasar esta tormenta. ¿Qué dices tú?

FP – Muchos economistas y algunos políticos hablan de la quiebra de la UE. Es difícil prever el futuro, pero me parece que estos economistas –que muchas veces no entienden mucho de la política y les da un poco de asco– lo que están subestimando enormemente es que todavía existe una enorme voluntad política en los países de la UE de mantener a Europa unida. Voluntad política de, por supuesto, Alemania y Francia, pero aun de los países que están pagando los costos más altos de esta crisis. Entonces me parece que no es una cuestión de hacer un análisis económico. Claro que la UE tiene debilidades económicas estructurales enormes, diferencias enormes entre las economías, pero me parece que por encima de ello todavía existe una fortísima voluntad política de tener una Europa unidad.

JAE - Y en este escenario, ¿cómo se sitúa Gran Bretaña?

FP – Gran Bretaña, por no haber firmado este tratado, es justamente el que no está dentro de ese consenso de que hay que mantener la unión desde todo punto de vista. Creo que con esto Gran Bretaña se mantiene en los márgenes de Europa y hacia un camino en el cual, si las cosas salen como lo quieren Alemania y Francia, vamos a una UE de 25 países –más alguno que todavía se puede unir– y una especie de zona de libre comercio en la cual va a estar Gran Bretaña. Va a haber dos Europa diferentes: una de los países miembros del euro, y otra de Gran Bretaña y algunos otros países que no son parte de ese consenso.

JAE – Sí, ahora se sumó República Checa, ¿esto es algo relativamente insignificante?, ¿cómo lo ves?

FP – El Gobierno checo es una especie de oveja negra, es un Gobierno que no despierta demasiada confianza o simpatía en la UE, ha sido acusado de actitudes antidemocráticas. La República Checa no es un jugador de primera línea; Gran Bretaña por supuesto lo es, es la tercera economía de Europa. Entonces me parece que el hecho de que la República Checa no haya firmado le agrega muy poco al aislamiento que tiene Gran Bretaña actualmente.

JAE – En suma, después de esta cumbre del lunes, ¿cuál es tu balance?

FP – Yo creo que el balance es básicamente positivo. No tanto porque esta cumbre vaya a solucionar los problemas económicos inmediatos –que se llaman Grecia y que un poquito más adelante se llamarán Portugal y tal vez Italia. No fue hecho para eso, se ubica más a largo plazo. Es positivo por una cosa que tal vez es más importante aún: el que se haya firmado esto le da a Merkel el capital político y la legitimidad para ir a su parlamento, para ir a su ciudadanía y justificar el financiamiento –que es imprescindible– de los fondos de rescate para las economías más débiles de Europa. Me parece que ese es el triunfo que ha logrado Merkel, el que tal vez le permita –y eso es lo que espera la mayoría de los analistas– que ahora sí Alemania ponga el dinero necesario para salir de la crisis más inmediata.


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