Internacionales

Brasil privatiza aeropuertos para mejorar su infraestructura de cara al Mundial

Contacto con Manuel Martínez, corresponsal de En Perspectiva en Brasilia.


(emitido a las 9.20 Hs.)

ALEJANDRO ACLE:
El Gobierno brasileño privatizó ayer tres de los principales aeropuertos del país, con el objetivo de acelerar las inversiones que necesita para atender la creciente demanda aérea y ofrecer la infraestructura requerida de cara al Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Estamos hablando concretamente de los aeropuertos de Guarulhos (Sao Paulo), Brasilia y Campinas

Para conocer más sobre esta noticia, vamos a hablar con Manuel Martínez, corresponsal de En Perspectiva en Brasilia.

¿Podemos agregar algunos detalles? ¿Quienes fueron los grupos ganadores? ¿De cuánto fue el monto de la operación?

MANUEL MARTÍNEZ:
El valor total fue de 14.200 millones de dólares, un valor casi tres veces y medio más grande de lo que se esperaba. Y de ese total el 80% será financiado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES). Se ha comentado mucho sobre la calidad de la gente que ha ganado esta subasta, porque pesos pesados que actúan en Europa no lograron conquistar esta oferta, mientras que sí lo hicieron algunos grupos que no tienen ninguna historia en administrar aeropuertos grandes.

AA – Podemos agregar que fueron en total once consorcios que pugnaron en la subasta, que presentaron 22 propuestas. ¿Qué pasó concretamente con el aeropuerto de Guarulhos, por ejemplo, que es el de mayor movimiento en el país?

MM - Sí, tiene 30 millones de pasajeros al año. Allí venció la operadora ACSA que trabaja hace casi diez años con nueve unidades en Sudáfrica, entre ellas el aeropuerto de Johannesburgo y el de Ciudad del Cabo, que juntos reciben 35 millones de pasajeros al año. Aunque el aeropuerto de Johannesburgo haya sido muy felicitado por la belleza con que fue remodelado por ACSA, el país no se ha destacado por la excelencia de sus servicios en la Copa del Mundo 2010. Se comenta –hay informes oficiales– de muchos aviones ejecutivos que quedaron en el patio sin ninguna protección, de distintos vuelos comerciales que tuvieron que ser desviados, y hasta hubo aviones que llegaron de Europa y tuvieron que retornar en pleno vuelo porque no había manera de recibirlos en ese aeropuerto por fallas en la administración aeroportuaria. Entonces hay un temor de que ACSA pueda no tener un buen desempeño también en Guarulhos.

El grupo argentino Corporación América, que se adjudicó el aeropuerto de Natal, capital de Río Grande do Norte, se unió con Engelics, una consultora brasileña. Fue la oferta más agresiva en la subasta, lo que le permitió por ejemplo conquistar a la concesión de Brasilia, que fue una oferta 675% superior al pedido de precio mínimo. Con 40 aeropuertos en Sudamérica y en Armenia, de los cuales 33 son en Argentina, esta empresa también tiene una historia complicada en su país. Había ganado la subasta de privatización en los años 90 pagando precios elevados, pero no logró honrar sus contratos. Tuvo que renegociar algunos valores con el Gobierno argentino y re estatizar lo que había logrado conquistar en la subasta para pasarle parte de su participación y devolvérsela al Estado, evitando así algunos compromisos que tenía en su momento.

EMILIANO COTELO:
¿Qué más a propósito de las distintas terminales? ¿Qué pasa con la terminal de Viracopos en Caminas, Sao Paulo?

MM – Viracopos es sobre todo una terminal de cargas y apenas de parada para trasbordo de aviones. Pero Viracopos –y eso lo he visto yo, no hace falta que comentemos lo que ha salido en la prensa brasileña– es un aeropuerto que no tiene una terminal muy preparada para recibir a los pasajeros. Lo que preocupa mucho es que está a una distancia cercana de Sao Paulo –40 o 50 minutos en bus– pero la terminal que se pretende sirva para vuelos internacionales todavía no está preparada, parece una terminal de buses.

Se espera que estos grupos que han ganado estas subastas inviertan 16.000 millones de dólares como mínimo para recuperar los aeropuertos antes de la copa de 2014.

EC – Claro, porque una de las principales exigencias es que la concesionaria de cada aeropuerto concluya las obras para la Copa del Mundo 2014.

MM – Sí, distintos especialistas discuten sobre eso, incluso hasta en el propio Gobierno se reclama que ya no hay más tiempo para que se preparen los aeropuertos como deberían.  Ayer, por ejemplo, la Policía Federal detuvo a una banda de criminales en Guarulhos que no solo abría las maletas sino que se las llevaba enteras, por pura falta de fiscalización; ¡y conste que hay cámaras! O sea que hay un problema muy serio, no solo de infraestructura sino de seguridad. También está el tema de los taxis, todavía hay muchos "taxis piratas", donde los choferes no son profesionales sino ladrones disfrazados.

Entonces hay mucha problemática todavía. Brasil tiene que hacer mucha cosa para prepararse bien para la copa 2014, y eso sin hablar de toda la estructura que el país necesita en este mundo de negocios nuevo que ha entrado.

AA – Por otro lado, los concesionarios se comprometieron a realizar inversiones que ascienden a unos 9.300 millones de dólares en los próximos años para, por ejemplo, construir nuevas terminales, ¿hay algún dato más sobre eso?

MM – Lo que se agregó es lo que comentaba hace un rato, esos 9.000 no serían suficientes pues tenemos un mínimo exigido por el Gobierno de 6.000 o 7.000 millones de dólares para agregar a esa estructura porque realmente está deficitaria. El propio Gobierno avisó antes de que se iniciara el proceso de la subasta que los 9.000 millones no serían suficientes sino que se necesitarían 16.000 millones en total.

AA – ¿Cómo están las otras áreas, aparte de los aeropuertos? Porque por ejemplo, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se refirió a las demoras que está experimentando Brasil en la organización del mundial y habló de problemas en la construcción de los estadios o en las carreteras. ¿Las autoridades de Brasil ven con preocupación esas demoras o dicen que está todo bajo control?

MM – Se ve con mucha preocupación. Estamos con huelgas en aeropuertos en Sao Paulo, en Belo Horizonte. En Bahía, por ejemplo, además de la huelga de policías hay huelga de los trabajadores que construyen los estadios. Además, si hoy fuese a empezar la copa, el sistema hotelero de Brasil no soportaría el número mínimo de huéspedes que la FIFA ha proyectado llegue al país. El propio traslado estaría comprometido e incluso podría colapsar, porque no habría buses suficientes. El tren que va a conectar el aeropuerto con el sector de hoteles de Brasilia ni siquiera empezó, porque hay un montón de sentencias judiciales que impiden esa obra.

Hay mucha preocupación, no hay un clima de expectativa positiva por lo que pueda pasar en la copa. Eso sin hablar de los Juegos Olímpicos de Río en 2016.

Es una situación en la que todavía le falta mucho a Brasil, las obras están atrasadas y todavía no hay proyectos definidos para una serie de áreas, como por ejemplo la hotelera.


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