Entrevistas

Laura Dupuy (ONU): "Para las autoridades sirias, ceder es hacerse responsables de las violaciones cometidas"

Laura Dupuy (ONU): "Para las autoridades sirias, ceder es hacerse responsables de las violaciones cometidas"

La semana pasada, el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que condena al gobierno de Bashar Al-Assad, al tiempo que le exige que permita ingresar al país a organizaciones humanitarias para ayudar a las poblaciones afectadas. A casi un año del comienzo de la revuelta, la situación empeora de manera alarmante. Han muerto más de 7.500 personas y miles intentan refugiarse en los países vecinos para escapar de la violencia cotidiana. En este contexto, una uruguaya tiene un papel muy relevante: se trata de la embajadora Laura Dupuy, quien desde el año pasado es la presidenta del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En conversación con En Perspectiva, Dupuy explicó que "la resolución que se ha aprobado es un llamado urgente, pero en ningún caso se está deseando intervenir y disponer cuál es el régimen político y socioeconómico futuro que se va a dar el pueblo sirio". En este sentido, dijo que resoluciones como la de la semana pasada "no tienen el valor coercitivo que sí tiene una decisión del Consejo de Seguridad", sino que "su mensaje es político". La embajadora uruguaya expresó que, "al parecer, las autoridades sirias ya están en un momento en que ceder implica hacerse responsables directamente de estas violaciones que han cometido, de estos crímenes internacionales", pero que intentarán "acceder a generar ese diálogo que es necesario entre todas las partes para buscar esa salida pacífica a que todos aspiramos".


(emitido a las 8.31 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En Siria, a casi un año del comienzo de la revuelta, la situación, lejos de estabilizarse, empeora de manera alarmante. Más de 7.500 personas han muerto; miles y miles intentan refugiarse en los países vecinos para escapar de la violencia cotidiana; hay ciudades bombardeadas, población civil atacada de manera sistemática, desapariciones, incontables ejecuciones de niños y ancianos.  

La semana pasada, el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas aprobó –con la oposición de Cuba, Rusia y China– una declaración que condena las acciones emprendidas por el gobierno de Bashar Al-Assad contra la gente de su país, al tiempo que exige que las autoridades habiliten el ingreso de organizaciones humanitarias a las ciudades más afectadas.

Durante el debate previo a la resolución, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, aseguró que hoy lo más urgente es detener las muertes que se están produciendo en Siria.

(Audio Navi Pillay.)

"Those committing atrocities in Syria have to understand that the international community will not stand by and watch this carnage and that their decisions and the actions they take today ultimately will not go unpunished."

("Aquellos que están cometiendo estas atrocidades en Siria tienen que entender que la comunidad internacional no se va sentar a esperar y ver esta carnicería, y que sus decisiones y las acciones que se lleven a cabo hoy no quedarán impunes".)

(Fin.)

EC - Les proponemos averiguar qué puede hacer –y de hecho, qué está haciendo– la comunidad internacional para enfrentar la crisis que se vive en Siria.

Para eso vamos a consultar a otra mujer: una uruguaya que está jugando un papel de primera línea en este asunto. Me refiero a la embajadora Laura Dupuy, que desde el año pasado preside el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La hemos ubicado en Ginebra, Suiza, donde tiene su sede ese organismo.

Recuerdo que charlamos cuando usted asumió la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En esa oportunidad le preguntamos por algunos de los temas que iba a encarar desde esa responsabilidad. ¿Imaginaba que Siria iba a ser uno, y que iba a tener la trascendencia que tiene?

LAURA DUPUY:
Sí. Siria es un país multicultural y con muchísimas etnias, religiones y demás, con lo cual siempre potencialmente ha tenido sus riesgos. Y en marzo del año pasado Siria ya era un problema, o sea que cuando me correspondió asumir esta presidencia el 20 de junio ya era un tema que nos interesaba. De hecho durante el 2011 el Consejo de Derechos Humanos celebró tres sesiones especiales sobre Siria, la última el 2 de diciembre. Y ahora hubo un debate urgente al inicio de esta sesión la semana pasada, el martes 28 de febrero, aprovechando la presencia de más de 86 ministros, primeros ministros o viceministros de distintos países.

Esta sesión del Consejo ha sido la que más atención política ha concitado, ha traído todos estos dignatarios, todos han querido pasar ese mensaje, todos han incluido en su mensaje algo sobre Siria en sus discursos normales, aparte del debate urgente que se celebró. Uno dirá ¿qué se puede hacer por Siria? Por lo pronto está claro en el mensaje de la comunidad internacional, el mensaje de políticos de alto nivel, lo que todos esperamos de las autoridades sirias. También se les recuerda a las autoridades sirias que lo que vienen haciendo no va a quedar impune, como lo expresó la Alta Comisionada.

EC - La declaración que se aprobó el jueves fue rechazada por Cuba, China y Rusia. Durante el debate, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Abelardo Moreno, cuestionó el texto, poniendo en entredicho la llamada "responsabilidad de proteger". Señaló: "No se busca la protección de civiles inocentes. Se intenta imponerla con el fin de justificar intervenciones militares y guerras de rapiña contra países en desarrollo a favor de intereses espurios y, lo que es más grave, (se busca justificar) los ‘cambios de régimen’ en desmedro del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas".

¿Qué responde usted a ese tipo de argumentos?

LD - Esos son temores que se hicieron más normales, si se quiere –aunque son pocos los países que se refieren a esto–, luego del caso de Libia el año pasado. Porque si bien también era claro que Gadafi hizo un llamado al exterminio de sus opositores y era claro que incumplía con la responsabilidad de proteger que tiene cada Estado respecto de su población, luego la autorización que se dio en el Consejo de Seguridad para el sentir de varios países se excedió en lo que se esperaba. Si bien tuvo un objetivo loable, que era frenar la violencia sobre la población civil, se la vio como que fue utilizada por algunos, con objetivos espurios por parte de quienes la apoyaron. Ese es el argumento que socava aún más el concepto de responsabilidad de proteger a nivel internacional, que es un concepto que se delimitó especialmente en el año 2005 en Naciones Unidas, pero que todavía es difícil de operacionalizar, de llevar al terreno.

Toda vez que un Estado no cumple con su responsabilidad de proteger a su propia población contra crímenes internacionales como genocidios, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra, limpieza étnica, ¿cómo puede actuar la comunidad internacional? Lo lógico es que actúe el Consejo de Seguridad. Ahora está el caso de Siria, y dada esa experiencia previa en Libia, contó con el veto de la Federación Rusa y de China, que han estado queriendo darles margen a las autoridades sirias para llevar a cabo su diálogo. Sin embargo, la comunidad internacional sigue viendo, sin poder actuar de otra manera, más que llamando la atención, cómo se siguen dando masacres en barrios, entre poblaciones civiles, en algunas ciudades, en particular en Homs.

Fueron pocas las delegaciones que se manifestaron en el sentido como lo hizo Cuba. Como usted mencionó, fueron tres delegaciones, y otras tres se abstuvieron, entre ellas Ecuador y la India, pero el mensaje de la comunidad internacional de todos modos no es de aceptación de estas muertes. Ninguno de estos países, ni Cuba, ni Rusia, ni China, han consentido que lo que se está dando sea lo correcto, no lo han afirmado. Al contrario. Y sí han hecho hincapié en que se abran corredores humanitarios. También hacen hincapié en que se respete la soberanía, independencia, unidad e integridad territorial de la República Árabe Siria, y los principios de la Carta de las Naciones Unidas, lo cual también consta muy claramente en la resolución aprobada por el Consejo.

EC - Pero por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dice: "No estamos defendiendo el régimen de Bachar Al-Assad, sino la justicia, el derecho soberano del pueblo sirio a elegir aquel gobierno que le satisfaga, de acuerdo a los principios básicos del Estatuto de la ONU y del derecho internacional".

¿Cómo examina usted este tipo de argumentos? El implícito es que de esta forma, con lo que hace el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se está interviniendo en Siria.

LD - No; al menos no es así como lo entiendo, y así lo he expresado, que la resolución que se ha aprobado es un llamado urgente, pero en ningún caso se está deseando intervenir y disponer cuál es el régimen político y socioeconómico futuro que se va a dar el pueblo sirio. Son dos cosas totalmente separadas. También es totalmente separado lo que hace el Consejo de Derechos Humanos de lo que hace el Consejo de Seguridad, porque las competencias son diferentes. Obviamente que tiene que tener en cuenta cada uno lo que está haciendo el otro órgano, pero son dos cuestiones separadas.

Lo del derecho del pueblo sirio a disponer, por cierto que está en la Carta de las Naciones Unidas y es así, el problema es que hasta ahora no se ha logrado celebrar un diálogo nacional con las garantías del caso, que es a lo que se aspira. Todos los llamados de los países han sido a facilitar ese diálogo, pero evidentemente la oposición no ha querido participar en ese diálogo, porque ve que no están dadas las garantías cuando se siguen realizando estas masacres, inclusive contra niños, como mencionábamos.

EC - El texto de la declaración que aprobó el Consejo de Derechos Humanos el jueves le reclama al gobierno sirio que ponga fin de forma inmediata a las violaciones de los derechos humanos y a los ataques contra los civiles, y que permita la entrada sin obstáculos de agencias humanitarias y de Naciones Unidas para evaluar las necesidades en las áreas más afectadas, principalmente en la ciudad de Homs.

¿Qué ha ocurrido en términos prácticos después del jueves?

LD - En lo que es de nuestro conocimiento, ahora el único acceso, pero no total, por cierto, es al Comité Internacional de la Cruz Roja, que es un actor netamente humanitario, neutral e independiente que se ha dado la comunidad internacional por medio de los convenios de Ginebra de 1949, pero no ha podido acceder al barrio más afectado, más atacado.

EC - Tanto la Cruz Roja como la Media Luna Roja han denunciado que no pueden entrar al barrio Baba Amro.

LD - Exacto, lamentablemente ese es el tema, aún no han podido acceder allí. La Media Luna Roja siria ha tenido y debe seguir teniendo un rol importante para asistir a todas esas víctimas, independientemente del bando al que pertenezcan, porque es una labor humanitaria, pero todavía no ha logrado acceder plenamente. El gobierno sirio había empezado a trabajar con el Comité Internacional de la Cruz Roja para dar algún acceso a lugares de privación de libertad, pero en este caso más puntual todavía no se ven los resultados.

EC - ¿Qué poder de coacción tiene esta resolución sobre Siria? ¿Cómo hace el Consejo de Derechos Humanos para obligar al gobierno a que cumpla con ese mandato?

LD - Hay que tener presente cuál es el valor de las resoluciones. No tienen el valor coercitivo que sí tiene una decisión del Consejo de Seguridad, que es la única decisión que es obligatoria ante cualquier parte. Además uno sabe que después el Consejo de Seguridad podría implementar una medida coercitiva de uso de la fuerza en el marco de la Carta de las Naciones Unidas. Pero no el Consejo de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, su mensaje es político. Obviamente que el gobierno de la República Árabe Siria se siente más aislado, se le dice muy claramente también que los responsables de las violaciones de los derechos van a tener que rendir cuentas, y en particular los responsables de aquellas violaciones que puedan equipararse a crímenes de lesa humanidad, con lo cual es un mensaje más claro sobre el futuro de estas autoridades que no están queriendo escuchar en este momento.

EC - A eso iba, quería consultarla sobre ese otro punto de la declaración. Porque por un lado se le está reclamando al gobierno de Bashar Al-Assad el ingreso de organizaciones humanitarias y de la propia Naciones Unidas para asistir a la población civil, hay una pulseada con el régimen por ese ingreso que no termina de producirse en las condiciones que se requieren, pero al mismo tiempo se le está anunciando que va a haber acciones judiciales, que va a haber castigo, que se va a promover el castigo para quienes han protagonizado estas violaciones a los derechos humanos. Si se formula esta amenaza tan contundentemente, ¿se puede esperar que haya buena disposición del régimen de Bashar Al-Assad?

LD - Es un círculo vicioso, si se quiere. Hemos presenciado distintas salidas o procesos en otros países, y evidentemente el actual gobierno sirio ha optado por continuar esa represión contra la oposición en vez de abrirse y oír. Hemos visto el caso de Egipto con Mubarak, el caso de Gadafi, que tampoco se abrió y hubo una intervención por medio del Consejo de Seguridad de la ONU, quizás en nombre de esta responsabilidad de proteger, y tenemos el caso de Yemen, donde también tras un momento de problemas internos se buscó una salida política al presidente Saleh, de hecho se está en ese proceso de transición y de estabilidad institucional, etcétera, y se verá qué corresponde en términos de responsabilidades. Esa era otra posibilidad que tenían abierta, como cualquier otro país, las autoridades sirias, pero al parecer ya están en un momento en que ceder implica pasar a hacerse responsables directamente de estas violaciones que han cometido, de estos crímenes internacionales.

EC - ¿Cómo se resuelve ese brete?

LD - Políticamente tenemos ahora un nuevo enviado especial tanto de Naciones Unidas como de la Liga de Estados Árabes, Kofi Annan, que veremos si puede acceder a generar ese diálogo que es necesario entre todas las partes para buscar esa salida pacífica a que todos aspiramos. En la parte de responsabilidades individuales ante crímenes internacionales cada uno deberá ver, se pueden buscar salidas políticas, de hecho Túnez creo que se la ofrecido a Bashar Al-Assad, para intentar facilitar una salida, pero como hemos visto, el régimen sirio no considera un cambio de régimen, una salida de Bashar Al-Assad, al menos no en este momento. Por eso no ha aceptado la iniciativa de la Liga de Estados Árabes que le brindaba una posibilidad de abrir camino a una transición. Buscan dar elementos, visos de apoyo de la ciudadanía realizando referendos y demás, pero las matanzas y demás acciones quedan muy claras para la comunidad internacional y no son garantía para ese diálogo político por ahora.

EC - ¿Puede pensarse en una reconstrucción de Siria si se mantiene en el poder el mismo gobierno?

LD - No, no nos parece, al menos a la altura que está la crisis. Se ha ido armando, pasamos de manifestaciones pacíficas al inicio el año pasado de solo 200 personas a manifestaciones multitudinarias y ahora también armadas, porque evidentemente esa gente busca defenderse. Es difícil que con Assad a la cabeza pueda darse ese diálogo, habría que buscar una salida política, si se puede, de repente como ocurrió con el régimen en Yemen, para poder avanzar en la salida pacífica.

EC - Por último, una pregunta a propósito de Uruguay y su posicionamiento en este tema. La semana pasada cuando Búsqueda consignaba los debates que se estaban dando en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre la situación en Siria, cuando lo que se había conocido era el discurso del canciller Luis Almagro, que de algún modo anticipaba un voto favorable de nuestro país a una declaración como la que finalmente salió, la nota resaltaba que Uruguay y varios países occidentales encabezaron una ofensiva contra el gobierno de Siria por crímenes contra la humanidad, una posición que en asuntos vinculados a los derechos humanos vuelve a mostrar al gobierno de José Mujica alejado de las posiciones de los países pertenecientes al eje bolivariano, alejado también de China y de Rusia.

¿Qué dice usted de esta forma en que se planta Uruguay? ¿Cuánto influye el hecho de que usted, una embajadora uruguaya, esté presidiendo el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas?

LD - Creo que el caso de Siria es demasiado claro como para poder votar en otro sentido, respetando obviamente las decisiones de los demás países. Son tan claros el accionar del gobierno y la responsabilidad que tiene al atacar a su propia población que es imposible quedarse callado. Lo que uno sí puede hacer, cualquier país puede hacer, es explicitar luego en una explicación de voto que espera que la resolución no dé paso a una intervención militar que cause más víctimas que las que ya se están causando, uno puede acotar todo lo que guste, pero tiene que ser claro el mensaje de condena de lo que está pasando.

Sí hay una distinción entre nuestro país, y no creo que se deba solo al hecho de que Uruguay esté ejerciendo esta presidencia en el Consejo. Hay países –incluyendo los que integran el ALBA, pero en particular quienes son miembros del Consejo de Derechos Humanos actualmente, que son Cuba y Ecuador, de ese grupo, por eso vemos allí sus votos– que no favorecen ninguna resolución sobre situaciones país, independientemente de la situación en el terreno. Entienden que el Consejo no tiene esa potestad, aunque está claramente establecida en lo que se denomina el paquete de construcción institucional del Consejo en su mandato. En cambio nuestro país evalúa caso a caso y se manifiesta según el texto que tenga enfrente, si el texto le merece apoyo, le parece equilibrado, aunque siempre pueda ser perfectible, le da su voto a favor.

EC - El próximo desafío en esta agenda es la situación en Irán, ¿no?

LD - Tenemos varios. Tenemos Libia, con nuevas autoridades saliendo, con una comisión de investigación que presentó su informe recién, que se verá este viernes. Y tendremos también Irán, para renovar el mandato del relator especial creado el año pasado a quien no le brindara cooperación y no le permitiera acceso al país la República Islámica de Irán. Y tendremos varios más, [...], que viene tomando medidas de mayor apertura, de mayor democratización, y República Democrática Popular de Corea, sin ir más lejos. Después hay otros que no aparecen en agenda puntualmente pero que también se consideran en los discursos varios de ministros o delegaciones, como es la salida del conflicto armado de 2009 para acá de Sri Lanka y todo el tema de responsabilidades por violaciones.

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Transcripción: María Lila Ltaif

Foto: EFE (archivo)