Entrevistas

La liberación de los últimos rehenes militares por parte de las FARC

Ayer la guerrilla colombiana de las FARC dejó en libertad a sus últimos rehenes militares, diez efectivos del ejército y de la policía que estuvieron hasta 14 años secuestrados. Según palabras del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, la liberación implica "un paso muy importante" pero no determina el final del conflicto. Para conocer más acerca de este hecho y entender cuáles son sus implicancias, En Perspectiva conversó este lunes con el colaborador del programa, Mauricio Rabuffetti.


(emitido a las 7.44 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Ayer la guerrilla colombiana de las FARC dejó en libertad a sus últimos rehenes militares. Se trata de efectivos del ejército y de la policía que estuvieron hasta 14 años secuestrados.

Fueron diez los efectivos de las Fuerzas de Seguridad colombiana liberados este lunes, en un operativo coordinado por la Cruz Roja, facilitado por la organización Colombianos y Colombianas por la Paz y en el que participaron helicópteros brasileños.

Algunos de los secuestrados estaban en poder de la guerrilla desde 1998. Más viejos, desgastados por una vida dura en la selva, pero visiblemente emocionados, aterrizaron ayer a las 5.42 de la tarde –hora de Colombia– en el aeropuerto de Villavicencio en el departamento de Meta, luego de llegar en canoa al punto que se había determinado para su entrega en plena selva.

Es un momento histórico para Colombia. Un momento ansiado pero que, según palabras del presidente Juan Manuel Santos, no termina con el conflicto.

¿Qué deja esta liberación? ¿Por qué se produce en este momento? ¿Hasta dónde marca una evolución hacia una salida al conflicto interno en Colombia? Vamos a conversarlo en los próximos minutos con Mauricio Rabuffetti.

MAURICIO RABUFFETTI:
Hoy amanecemos con un tema apasionante como este conflicto en Colombia, que, recordemos, es el último conflicto armado militar real que queda en América Latina. Está, por supuesto, la cuestión del narcotráfico y también algunas células remanentes de Sendero Luminoso, y alguna otra guerrilla por ahí. Pero este tema realmente es trascendente para todos los latinoamericanos.

EC – Empezaste mencionando un punto que iba a preguntarte más adelante pero ya que lo abordaste te propongo que vayamos ahora por allí, escuchando lo que decía el presidente Juan Manuel Santos luego de que los rehenes fueran efectivamente liberados.

(Audio del presidente Juan Manuel Santos)

"Esta liberación y sobre todo el compromiso por parte de las FARC de no volver a secuestrar, es un gesto que valoramos y lo valoramos en toda su dimensión. Sin duda es un paso en la dirección correcta, un paso muy importante. Pero como lo dijimos cuando se hizo el anuncio inicial que espero además que cumplan, que cumplan con ese compromiso, no es suficiente".

(Fin del audio)

¿Hasta qué punto se vislumbra con esta liberación la posibilidad de una salida a este, el último conflicto armado en América Latina?

MR – Primero digamos que ese compromiso inicial al que se refería el presidente Santos es el abandono de las FARC de la práctica del secuestro extorsivo que han desarrollado durante décadas. Pero este es un tema que hay que mirarlo tan fríamente como lo que es: un gesto político y no un gesto humanitario. La guerrilla de las FARC liberó a diez militares y policías que en algunos casos, como tú decías, llevaban 14 años privados de libertad, viviendo en condiciones muy duras como las que conocimos con lujo de detalles hace algunos años cuando era rescatado aquel grupo de rehenes entre los que se encontraba la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt...

EC – Eso fue en el año 2008.

MR – Eso fue el 2 de julio del año 2008. Entonces, 14 años tuvieron a esta gente secuestrada y hay muchos otros civiles secuestrados todavía. Tantos que el número no logra determinarse con claridad. En el caso de los civiles se trata en general de secuestro con fines extorsivos, en el caso de los militares el objetivo era la extorsión política, y en su momento fue el desgaste de la moral de las tropas oficiales. Pero el escenario cambió y las FARC se ven obligadas ahora a tomar esta determinación porque en primer lugar no tienen ya apoyo en el grueso del pueblo colombiano, si alguna vez lo tuvieron. Y en segundo lugar, militarmente ya no tienen la fuerza que tuvieron alguna vez. Necesitan abrir espacios para negociar.

EC – Es que simplemente con el seguimiento de las noticias queda claro que la frecuencia de golpes duros a las FARC por parte del ejército colombiano va en un claro aumento, ¿no?

MR – Sí, en pocos años las FARC no solo perdieron a su jefe histórico, Manuel Marulanda, que murió de causas naturales, sino que además el ejército les dio golpes muy duros. Por recordar uno de ellos, la muerte en un ataque en territorio ecuatoriano de Raúl Reyes, que era el jefe militar de la guerrilla. Ese ataque, además, le costó las relaciones con Ecuador al presidente Álvaro Uribe cuando el hoy presidente, Juan Manuel Santos, a quien escuchábamos recién, era ministro de Defensa. Eso fue el 1º de marzo del año 2008.

Entonces yo decía que esto es un gesto político y no humanitario. Las FARC han asesinado a varios rehenes que intentaron huir. Muchos de los rehenes han muerto en intentos de rescate; otros se murieron de enfermedades en la selva, sin conocer a sus hijos, sin despedirse de sus familiares enfermos. Algunos se dice que enloquecieron y fueron asesinados. Entonces la palabra "humanitario" no cabe en lo que ocurrió ayer. Esta liberación de diez policías y militares es un claro intento de las FARC por crear un escenario propicio para volver a entablar negociaciones con el gobierno colombiano porque obviamente este tipo de acciones genera presión de la opinión pública hacia cualquier gobierno.

EC – Sin embargo, el presidente Santos parece intransigente.

MR – Es que la política de Santos –así como también lo fue la política de Uribe– es la intransigencia en el caso de las FARC. Pero es una intransigencia que tiene fundamentos estratégicos y antecedentes. El principal es el hecho de que la última gran negociación de paz con este grupo, que se dio hace algunos años durante el gobierno de Andrés Pastrana, a fines de los años 90, terminó con un enorme área desmilitarizada que las FARC aprovecharon básicamente para reorganizarse.

EC – Tú entrevistaste varias veces al presidente Santos cuando era ministro de Defensa y también entrevistaste al ex presidente Álvaro Uribe...

MR - Sí, es correcto.

EC – Menciono esto porque uno siguió al otro y la política hacia las FARC, lo mencionabas recién, sigue siendo la misma. ¿Puede pensarse en que haya alguna modificación a partir de este gesto de ayer, a partir de estas liberaciones?

MR – En lo más mínimo. Es obvio que la liberación de esta pobre gente es un hecho alentador, un hecho por demás positivo. Eso lo han recalcado todos los actores en este conflicto, incluido el presidente Santos. Pero Colombia no va a olvidar a las decenas de rehenes que todavía están retenidos, ni a los secuestrados por las FARC que murieron. Ayer el diario El Tiempo publicaba un artículo en internet titulado "In memorian", en el que contaba algunas de las historias de personas muertas a manos de las FARC. Yo recomiendo a los que estén interesados en entender este tema que ingresen al sitio del diario El Tiempo y lo vean, porque explica mucho más de lo que podamos decir nosotros en este espacio.

Para terminar con tu pregunta, el punto es que el gobierno de Santos considera que no tiene que negociar por ahora con un grupo que ha dado muestras de no respetar sus compromisos en el pasado, un grupo que está objetivamente debilitado y que además, y muy importante, continúa con las acciones armadas.

EC – "En el momento en que el gobierno considere que hay garantías y condiciones (para la paz), el país lo sabrá", eso dijo ayer el presidente de Colombia después de esta liberación. ¿Qué respondieron las FARC?  

MR – Según miembros de ONGs que participaron en el operativo de ayer, las FARC leyeron un texto en el que pidieron explícitamente un diálogo. Dijeron que esperan que el próximo contacto con la sociedad civil sea en el marco de un diálogo de paz.

Pero, como decíamos, todavía hay decenas de secuestrados. Hay muchas víctimas de la guerrilla que quieren obtener justicia y no se vislumbra el cómo si no hay un proceso de paz. También hay muchas personas que, por falta de oportunidades económicas en un país muy desigual, ven aún hoy en los grupos armados como las FARC una opción de vida y de sustento económico. Entonces claramente la paz no está a la vuelta de la esquina.

La cuestión ahora es saber si las FARC están dispuestas a hacer más gestos políticos que contribuyan a convencer al gobierno de su vocación de negociar, o si, por el contrario, la opción que va a prevalecer de parte y parte será, como hasta ahora, la vía de la confrontación armada.

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