(emitido a las 9.23 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Corea del Norte tiene listos casi todos los detalles para lanzar al espacio un satélite que será puesto en órbita gracias a un cohete de largo alcance. Este proyecto ha desatado una fuerte tensión que va más allá de la península de Corea.

El régimen norcoreano que desde hace pocos meses es comandado por el joven y desconocido Kim-Jong un, quien asumió el poder tras la muerte de su padre, Kim-Jong il, ha resuelto efectuar un nuevo intento de lanzar al espacio un satélite que, aseguran, persigue objetivos científicos. Sin embargo, la decisión ha provocado una serie de reacciones en cadena encabezadas por Estados Unidos que ya suspendió su ayuda humanitaria a Corea del Norte.

¿Por qué vamos a detenernos en este tema esta mañana? Porque me parece importante tener una primera aproximación a una situación que, aunque muy distante, tiene el potencial de evolucionar hacia una coyuntura verdaderamente grave en esa región del mundo.

Para este primer acercamiento a esta cuestión vamos a conversar con Mauricio Rabuffetti.

Vale la pena que en primer lugar comentemos la situación que generó esta tensión creciente en la península de Corea y que es el lanzamiento de este satélite. ¿Cuáles son los detalles más relevantes para entender este problema?

MAURICIO RABUFFETTI:
Te diría que más que el lanzamiento de un satélite, el problema se genera por el vehículo que traslada a ese satélite y que es un cohete de largo alcance.

EC – Según información de la agencia EFE, se trata de un cohete Eunha-3, o Vía láctea 3 en coreano, que se desensamblará en partes a lo largo de su recorrido luego de poner en órbita a un satélite cuyo nombre es para nosotros muy difícil, si no imposible de pronunciar (Kwangmyongsong-3).

MR – El punto principal para entender estas tensiones que tú mencionabas al comienzo es este cohete que transporta al satélite y que fue, fueron ambos, exhibidos a la prensa en un gesto bastante raro de este país, que es uno de los más cerrados del mundo. El punto central, decía, es que existe preocupación de que el lanzamiento de un satélite de alguna manera oculte una prueba de cohetes de largo alcance que podría amenazar a naciones mucho más allá de Corea del Sur. Según la interpretación que hacen Estados Unidos y Corea del Sur a la cabeza, el régimen norcoreano se había comprometido a no efectuar este tipo de pruebas que para que pudieran avanzar las tratativas sobre su programa nuclear. Recordemos que Corea del Norte es una potencia nuclear. Estas tratativas solo por desarrollarse le valían una cantidad importante de ayuda alimentaria de Estados Unidos a un país extremadamente pobre y con problemas muy serios de desnutrición infantil.

EC – Sí. Vamos a enfatizar un punto que tú mencionabas. Se trata de uno de los regímenes más cerrados del mundo y en realidad se conoce muy poco acerca de la situación que se vive dentro de Corea del Norte.

MR – Sí. Pero se conoce lo suficiente como para saber que es un país desesperadamente necesitado de alimentos porque no logran producirlos en los volúmenes que requieren. Leía hace algunos días un análisis realmente brillante del Instituto Elcano de España sobre Corea del Norte en el que recordaba que la FAO evaluó en 200 gramos por día la distribución de alimentos por habitante que hizo el sistema público, eso en promedio en el año 2011 en Corea del Norte. Eso es, obviamente, mucho menos de las necesidades básicas de cualquier ser humano.

¿Pero por qué es relevante este punto de la distribución de alimentos? Porque, como decíamos hace unos minutos, el solo hecho de prometer que entraría en negociaciones le valía al régimen de Pyongyang una ayuda alimentaria de miles de toneladas de granos de parte de Estados Unidos.

EC – Pero Estados Unidos suspendió esa ayuda.

MR – Ese fue el primer anuncio que hizo el Pentágono al conocerse que Corea del Norte tenía previsto este lanzamiento para mediados de abril. Estados Unidos de hecho suspendió un acuerdo que se había firmado a fines de febrero con Corea del Norte por el cual este país se comprometía a cooperar con la comunidad internacional en relación a su programa nuclear. Para decirlo en pocas palabras, Corea del Norte se comprometía a observar el cumplimiento de la resolución 1718 de Naciones Unidas del año 2006, por la cual debía abandonar sus actividades nucleares y no realizar –dice esta resolución- "ensayos nucleares o lanzamientos de misiles balísticos".

EC – Ahora, ¿qué es lo que está en juego? ¿Cómo se explica esta tensión tan brutal que se ha generado con Japón y Corea del Sur que han puesto sus sistemas de misiles en alerta, con amenazas incluso de derribar el cohete y el satélite? ¿Existe algún factor que determine esta vez mayor preocupación que en el pasado? Te lo pregunto porque Corea del Norte ha hecho otros ensayos de misiles, de cohetes, incluso nucleares, hace un tiempo.

MR – Corea del Norte hizo dos ensayos nucleares, uno en 2006 y el otro en 2009. El de 2006 fue precisamente el que dio origen a esta resolución de Naciones Unidas que citábamos hace un momento. Aquí existe una doble preocupación. Por un lado, la habitual de que un país realice un ensayo de armamento o de aparatos que potencialmente podrían transportar armamento como parece ser el potencial de este cohete que llevaría al satélite. Sobre todo tratándose de un país que tiene armas nucleares, que tiene la bomba atómica, y que ha amenazado a Corea del Sur. De hecho ha invadido Corea del Sur y se dio origen a la guerra de Corea entre 1950 y 1953. En Corea del Sur existe una gran preocupación por la capacidad que Corea del Norte pueda tener de agredirlos. Existen de hecho túneles hechos por los coreanos del norte en territorio del sur que están abiertos para los visitantes y que tuve oportunidad de ver en algún viaje por allí. Entonces eso por un lado.

Por otro lado, existía un acuerdo con el nuevo líder norcoreano, Kim-Yong-un, que asumió luego de la muerte de su padre en diciembre, y se abría una puerta al diálogo en ese grupo formado por las dos Coreas, bajo la égida de Estados Unidos –aliado de Corea del Sur-, Japón, aliado de Corea del Sur también, y Rusia y China, que alguna vez fueron el soporte de Corea del Norte durante la Guerra Fría y hoy participan de esta instancia que promueve un diálogo con Pyongyang.

EC – Esa posibilidad de que hubiera negociaciones se fue al demonio desde el momento en que Estados Unidos y Corea del Sur consideran que Corea del Norte no está respetando los acuerdos que había firmado.

MR – No sé si se puede decir que se terminó, que se volatilizó esa posibilidad. Por lo menos lo que es cierto es que se pospone porque ese acuerdo que había queda eliminado, salió de la mesa de discusión.

Ahora, no hay que olvidar –lo destacan muchos especialistas en este tema de las dos Coreas- que esto también puede ser un movimiento del nuevo líder norcoreano para consolidar su llegada al poder tanto hacia adentro, hacia sus tropas, hacia su gente, como para mostrarse hacia afuera. Sí es cierto que cualquier diálogo ahora va a quedar para después. Y además habrá que esperar a ver qué pasa concretamente con este lanzamiento. No sólo si se produce, sino también si el cohete va a ser derribado en caso de que se desvíe, como han amenazado tanto Corea del Sur como Japón.

Es una situación verdaderamente que tiene potencial de convertirse en algo explosivo, que involucra a las dos Coreas, que estuvieron enfrentadas por el hundimiento de una fragata surcoreana en el 2010, un hundimiento por el que se acusa a Corea del Norte. Son dos países que están separados por una zona desmilitarizada muy tenue en su frontera. Pero también involucra a otros países de la región como Japón que ven a Corea del Norte, con todo su poderío militar, como una amenaza y está también en alerta.

EC – Algunos datos más para cerrar este contacto: el cohete que lleva el satélite tiene 91 toneladas de peso, mide 30 metros de largo y sería lanzado entre el 12 y el 16 de abril, en momentos en que Corea celebra el centenario del natalicio de Kim Il-Sung, fundador de esta especie de dinastía que gobierna el país que fue producto de la Guerra Fría.

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