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Perspectivas de cara a la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia

Contacto con Rafael Mandressi, corresponsal de En Perspectiva en Francia.


(emitido a las 8.35 Hs.)

ALEJANDRO ACLE:
Este domingo en Francia los electores van a empezar a decidir quién será su futuro presidente.

Nicolas Sarkozy, el actual primer mandatario, busca quedarse en la Presidencia en una situación difícil: crisis en Europa, desempleo en alza y promesas de austeridad y disciplina fiscal han afectado su imagen. Sarkozy está segundo en las encuestas detrás de François Hollande, un político socialista de 67 años que tiene la particularidad de haber sido pareja durante décadas de Ségolène Royal, quien perdió las elecciones pasadas en el año 2007 contra, justamente, Sarkozy. Hollande es favorito en los sondeos y podría convertirse en el primer presidente de Francia que proviene del Partido Socialista desde la era de François Mitterrand.

De cómo se viven estos días previos a la votación del domingo, del ambiente que hay en Francia, de los candidatos, sus propuestas, sus perfiles, y también de qué se puede esperar si gana uno u otro vamos a conversar con nuestro corresponsal en Francia, Rafael Mandressi.

Estamos a solo dos días de las elecciones. Podríamos empezar presentado a los candidatos, contamos un poquito de los más importantes, los que están marcando puntos en las encuestas, ¿quiénes son?

RAFAEL MANDRESSI:
Estamos a dos días de la primera vuelta, a la que concurren 10 candidatos, entre los cuales hay básicamente cinco que marcan y cinco que, según las encuestas, están entre 1 y 2%, es decir que teóricamente están totalmente descartados. Los otros cinco son: los dos que están cabeza a cabeza en esta primera vuelta, el presidente Sarkozy y el candidato socialista, François Hollande; y otros tres que corresponden respectivamente a la extrema derecha, Marine Le Pen, hija del viejo candidato de extrema derecha de las últimas tres o cuatro décadas Jean-Marie Le Pen; el candidato de la izquierda –una pequeña coalición conformada por el Partido Comunista y otros grupos que se sitúan a la izquierda del Partido Socialista–, que es Jean-Luc Mélenchon; y un candidato centrista que convoca una sensibilidad entre la centroizquierda, la centroderecha y una cierta filiación democristiana, que se llama François Peyrou. Los últimos tres, según las encuestas, tienen entre 10 y 17% de las intenciones de voto, bastante atrás de los dos favoritos, el presidente saliente y el candidato socialista, que están parejos según las encuestas. No todas dan lo mismo, algunas dan primero al presidente Sarkozy, otras dan primero a François Hollande, pero están dentro del margen de error, de manera que puede decirse que están cabeza a cabeza entre 27 y 30%.

AA - Enseguida vamos a las propuestas de cada uno, a las posibles alianzas para una eventual segunda vuelta, pero en cuanto a la campaña en general, ¿es una campaña enfocada más bien en la publicidad y el eslogan o ha habido debate de ideas, con contenido?

RM - Ha sido una campaña un poco chata en términos generales, aunque ha habido debates de ideas y de propuestas, de maneras muy distintas según los candidatos. La publicidad electoral en Francia está prohibida, la campaña electoral no contiene publicidad, lo único que existe son espacios en la vía pública para afiches, para publicidad gráfica, y son relativamente reducidos.

AA - En los medios masivos –televisión, radio–, nada.

RM - No, nada, ni en prensa ni en radio ni en televisión se puede hacer publicidad electoral. Lo que sí hay, naturalmente, es información electoral abundantísima, prácticamente es el único tema, a medida que se ha ido acercando la fecha de las elecciones. Ha sido una campaña bastante violenta, con acusaciones e incrustes bastante duros de parte de todos los candidatos, y por otro lado discusiones sobre propuestas puntuales. La característica en ese sentido es un programa completo de 60 medidas presentado por el candidato socialista hace ya tres meses y una serie de propuestas de Sarkozy que no constituyen un programa articulado, sino que las fue lanzando a medida que la campaña iba avanzando, de manera un poco caótica también.

El hecho de que Sarkozy pueda ser el primer presidente de la historia de la Quinta República Francesa que no llegue primero en la primera vuelta, que no llegue con ventaja sobre todos sus competidores en la primera vuelta, da cuenta de la situación complicada en la que está y el tipo de campaña que ha desarrollado para intentar salir de esa situación. Una campaña muy agresiva, tratando de adelantar medidas más o menos espectaculares, pero que no han terminado prendiendo, y un conjunto que termina siendo relativamente caótico en cuanto a la campaña. Eso a su vez ha arrastrado a la campaña en general, junto con una característica agresiva y violenta de parte casi todos los candidatos, con alguna excepción. En términos generales ha sido una campaña muy dura.

AA - Comentábamos al principio que uno de los cambios que pueden producirse con estos comicios es que por primera vez desde el gobierno de Mitterrand un socialista, en este caso François Hollande, llegue al poder. ¿Cuáles te parece que pueden ser las razones que expliquen un cambio de este tipo en el electorado, que de un político de derecha como Sarkozy se pase a uno de izquierda?

RM - Por un lado hay una situación que es la que más o menos se ha dado en los países europeos que han tenido elecciones en los últimos tiempos: ni un solo gobierno ha salido indemne de la crisis, a todos los ha barrido, en España, en Grecia, en Italia, y podría seguir. Allí hay un elemento importante. Pero no es el único, y creo que ni siquiera en el caso de Francia es el más importante. No hay que olvidar que desde la segunda elección de François Mitterrand, en el año 88, no ha habido ninguna victoria presidencial de la izquierda. Por lo tanto, del año 95 a la fecha han sido presidentes de derecha, en algún caso con una cohabitación con gobiernos de mayoría socialista, pero en términos generales ha sido un largo período de gobiernos conservadores.

Y también está la alternancia de manera no mecánica pero más o menos previsible en los movimientos de opinión. A eso hay que agregarle que la figura de Sarkozy ha generado a lo largo estos años una acumulación de rechazos. Las grandes posibilidades que tiene François Hollande de convertirse en el próximo presidente de Francia son consecuencia de lo que en la segunda vuelta del 6 de mayo se perfila como un plebiscito a favor o en contra de Sarkozy. Las proyecciones de segunda vuelta dan diferencias muy, muy grandes entre uno y otro.

AA - Destaquemos que este cambio en la popularidad de Sarkozy no solo se ve reflejado en el electorado, sino también en algunos excolaboradores. Hay varios exministros que le retiraron el apoyo, e incluso el expresidente conservador Jacques Chirac ha manifestado que podría votar a Hollande. La figura de Sarkozy parece estar cayendo a pique en los últimos días.

RM - Sí, el apoyo de Jacques Chirac a Hollande es algo que se sospechaba o se sabía directamente desde hace ya mucho tiempo. Corresponde a viejos odios dentro de la derecha francesa; habría que integrar las rivalidades internas de cada uno de los bloques, en este caso de la derecha. Lo demás que ha habido son algunos exministros de Sarkozy, ministros como se les llamó en su momento "de apertura", personalidades con simpatías a veces de izquierda o al menos de la sociedad civil, que han anunciado en los últimos días que van a apoyar a François Hollande.

En términos electorales esto no pesa absolutamente nada, es una cuestión simbólica. Y además siempre conviene anunciar que uno va a apoyar al que va a ganar porque después puede haber algún tipo de consecuencias favorables para uno si lo hace, se sospecha que puede haber una cierta dosis de oportunismo. En todo caso, desde el punto de vista del resultado de la elección esos alineamientos o realineamientos no tienen consecuencias, pero están marcando un clima de "fin de reinado", en la medida en que claramente todos los indicios y todos los elementos dan que el próximo presidente de Francia va a ser François Hollande, algo que ya se podía prever hace mucho tiempo. Personalmente creo haberlo dicho al aire tanto en En Perspectiva como en Suena Tremendo, yo me animé a pronosticar hace meses ya que el próximo presidente sería François Hollande. Y no es porque yo sea un gran pronosticador, el pronóstico no era muy difícil.

AA - ¿Cuáles son las perspectivas para una segunda vuelta electoral? Porque ahí el panorama según las encuestas ya es más marcado, el apoyo a Hollande en ese caso parecería que va a ser mucho mayor.

RM - Sí, si los resultados de las encuestas para la primera vuelta han estado mostrando evoluciones, no demasiadas, pero las ha habido. Las proyecciones para la segunda vuelta entre Sarkozy y Hollande –porque está prácticamente claro que son ellos los que van– prácticamente no dejan ninguna duda. Esas proyecciones están clavados en los mismos rangos, en los mismos números desde hace meses, desde hace por lo menos un año, y dan diferencias abrumadoras, de entre 10 y 17 puntos a favor de François Hollande. Allí lo que hay es una serie no de alianzas de partidos, sino de corrimientos de los electorados que marcan una reserva de votos superior para François Hollande en la segunda vuelta que para Sarkozy. Incluso un 40% de votantes de la extrema derecha prefiere votar al candidato socialista en lugar de votar al presidente.

AA - Ese es un dato curioso.

RM - Y por supuesto, la izquierda no socialista, aun a regañadientes, porque considera que el candidato socialista es un candidato muy tibio –una socialdemocracia, un centroizquierda prácticamente– de todos modos, entre él y la continuidad de lo existente, va a ir hacia Hollande. Todo puede pasar, naturalmente, pero lo más probable es que, sea cual sea el orden de llegada en la primera vuelta, cuál de los dos llegue primero, va a ser por algunos puntos, no muchos, y en la segunda vuelta haya una ventaja a priori muy considerable para el candidato socialista.

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Transcripción: María Lila Ltaif