A partir de noviembre de este año, algunos franceses podrán jubilarse a los 60 años
Contacto con Rafael Mandressi, colaborador de En Perspectiva en París.
(emitido a las 8.35 Hs.)
EMILIANO COTELO:
A partir del 1º de noviembre de este año algunos franceses podrán jubilarse a los 60 años y no tendrán que esperar a los 62.
Hace cinco meses que el presidente de Francia, François Hollande, se comprometió a dar marcha atrás con la reforma del sistema de pensiones que impulsó su predecesor Nicolas Sarkozy.
Aquella promesa de campaña, muy discutida en un momento de recorte del gasto en toda Europa, fue cumplida ahora por el flamante presidente. Ayer, fue aprobado por decreto un decreto por el cual los trabajadores franceses que hayan comenzado sus aportes a los 18 o 19 años y hayan cotizado durante 41 años, o aquellos que hayan realizado trabajos en condiciones penosas, difíciles, podrán acceder a la jubilación a los 60. Hasta ahora, esa edad estaba ubicada en los 62.
Es un tema muy polémico, ya había generado un fuerte controversia en 2010, durante el gobierno Sarkozy, que dio una durísima batalla para modificar hacia arriba la edad de retiro, y vuelve a ser polémico ahora ya que el decreto de Hollande se conoce a escasas horas de las elecciones legislativas que tendrán lugar el domingo y que son cruciales para el Gobierno.
Vamos a conversarlo con nuestro colaborador en París, Rafael Mandressi.
En primer lugar, brevemente, ¿qué es lo que cambia y quiénes son los beneficiarios de esta modificación?
RAFAEL MANDRESSI:
Se trata de contemplar el caso de lo que se llaman "carreras largas", es decir de personas que empezaron a trabajar a los 18 o a las 19 años y que completaron los 41 años de cotización o 41 años y medio. Allí hay una serie de detalles técnicos. Van a poder, a partir de la promulgación de este decreto, jubilarse a los 60 años de edad y no a los 62 como estaba en vigor desde la reforma de 2010, como edad mínima.
Hay un elemento adicional que me parece que es importante subrayar y es que los 62 es la edad mínima pero para jubilarse con una pensión completa, es decir, con una pensión que no tenga recortes en función de las cotizaciones. La edad de jubilación en realidad en los hechos son 67 años.
Esto beneficia a entre 100 y 120.000 personas. Los números que ha dado el Gobierno hoy mismo son 110.000 personas. Y el decreto contempla otras situaciones dentro de ese grupo para compensar tanto a las mujeres que hayan tenido alguna interrupción de carrera por maternidad, como a desempleados contándoles por una u otra de esas causas dos trimestres que se suman, aunque no los hayan trabajado efectivamente y no hayan cotizado, que se suman para completar sus 41 años o 41 años y medio.
En total en el conjunto da entonces unas 110.000 personas que pasarían, a partir de que este decreto entre en vigencia, a poder jubilarse a los 60 años, cambiando sólo uno de los aspectos de la reforma que fue aprobada en 2010.
EC Vayamos justamente al origen de este debate, Francia tiene un sistema de seguridad social que es bien conocido en el mundo por las ventajas que ofrece si se lo compara con otros países, y Sarkozy de alguna manera había atentado contra ese estado de bienestar, según decían los críticos. Entonces, ¿cuánto puede influir ahora en este anuncio o más bien en el momento en el que Hollande hace este anuncio el hecho de que estamos a tres días de elecciones legislativas en Francia?
RM Puede influir, por supuesto que las acusaciones de la derecha son que es una medida electoralista. Yo creo que puede influir menos por el contenido en sí porque esto era conocido, era un promesa de campaña. Es decir, creo que los plazos en los cuales esto se está produciendo tiene más que ver con una suerte de gesto de demostración de que el Gobierno está dispuesto a cumplir lo que prometió durante la campaña y recoger los beneficios electorales que eso pueda traer, que por lo que el contenido mismo del decreto introduce como modificaciones. De todos modos, es evidente que estamos, como decías muy bien, a pocos días de la primera vuelta de las elecciones parlamentarias y esto se inscribe en un contexto de campaña electoral naturalmente.
EC ¿Qué se juega el gobierno en estas elecciones legislativas, qué resultados se esperan según las encuestas?
RM Lo que se juega el Gobierno es tener o no la mayoría parlamentaria. Hay fundamentalmente tres configuraciones posibles: una es que el Partido Socialista por sí solo obtenga la mayoría absoluta y eso le deja las manos enteramente libres, tanto al presidente como al primer ministro que está en funciones.
La otra posibilidad es que gane la derecha, en ese caso lo que se produce, como ya se ha producido en el pasado, es una cohabitación, es decir, el presidente sigue siendo el mismo pero el Gobierno cambia de signo y lo que se genera es en definitiva una suerte de Poder Ejecutivo bicéfalo. Incluso no solamente, porque son dos individuos y además dos orientaciones políticas diferentes.
La tercera posibilidad, que es la más probable, según las encuestas, es que la izquierda en su conjunto sea mayoritaria pero que el Partido Socialista por sí solo no tenga esa mayoría absoluta y por lo tanto haya una coalición en particular con los verdes. Eso ya está acordado, pero tal vez con algún otro partido de izquierda, en particular el frente de izquierda que contiene entre sus componentes, entre otros y muy especialmente, el Partido Comunista.
EC La actual oposición criticó a Hollande por tomar esta medida por decreto, sin pasar por el parlamento, ¿cómo se examina ese punto?
RM Sí, el problema es que no se puede pasar por el Parlamento hasta que no haya elecciones legislativas, es decir hasta que no se instale el nuevo Parlamento. El sistema francés introduce esa situación un poco extraña de un período de un mes y pico en el que estamos todavía en el que hay un presidente y un Gobierno designado por el presidente pero todavía no hay un parlamento en funciones. De modo que si el Gobierno quería introducir esta medida en este período no tenía otra alternativa que hacerlo por decreto.
El anuncio de esta modificación, de todas maneras, es sólo un aspecto de una nueva reforma de las jubilaciones de mucho mayor amplitud que está en carpeta del Gobierno y que esa sí será discutida en el Parlamento. Esto a lo que apunta es a dar una respuesta inmediata, que entre en vigencia inmediatamente, sobre uno de los puntos que expresamente había planteado François Hollande como una de las primeras medidas para corregir lo que toda la izquierda en su momento consideró como una de las principales injusticias de la reforma que se aprobó hace un par de años.
EC Para terminar, esta resolución del Gobierno del presidente François Hollande es coherente de alguna manera con esa premisa que él viene planteando que va por el lado de que no sólo de recortes vive el hombre, él ganó en parte por su promesa de combatir la austeridad fiscal como única receta contra la crisis. Entonces te pregunto: ¿cuánto le cuesta este decreto en términos de relacionamiento con sus socios europeos? Porque mientras todos bajan el gasto ahora parece que Francia lo aumenta.
RM Sí, allí hay dos cosas. En primer lugar, los socios europeos públicamente no se han manifestado, sí hubo una recomendación de la Comisión Europea y esa recomendación iba en el sentido opuesto a lo que el gobierno se propone hacer con este decreto, es decir recomendaba no modificar la situación de las pensiones en Francia. No creo que haya públicamente ninguna expresión de ningún otro gobierno de la Unión Europea. La Comisión sí puede tomar posición públicamente porque no está implicada en relacionamientos diplomáticos que pueden volverse delicados en ese caso.
De todos modos, el costo de la medida es menor de lo que se había pensado, lo que el propio gobierno recientemente instalado había en su momento estimado. Ese costo menor es lo que por ejemplo permitió tener un margen de maniobra para incluir los casos de las mujeres y de los desocupados a los que hacía referencia al comienzo. Eso no estaba previsto inicialmente. Y se incluyó porque lo que se había pensado de unos 3.000 millones de euros en definitiva con los datos más concretos a la vista se redujo a prácticamente la mitad, tal vez incluso menos.
Y eso en el fondo en términos del costo no es en la cantidad de dinero que el asunto se juega sino en los símbolos, tanto de quienes lo promueven del gobierno como de quienes lo critican. Por ejemplo si el primer paso hacia una suerte de locura del gasto que anuncian que se va a desencadenar si los socialistas ganan las elecciones parlamentarias, e inversamente el gobierno dice esto es una de las demostraciones de que la justicia no necesariamente sale tan cara como la derecha pretende.
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