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La Eurozona pone a disposición 100.000 millones de euros para el rescate a la banca española

Contacto con Mario Lubetkin, colaborador de En Perspectiva desde Roma


(emitido a las 8.36 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Después de semanas de presiones para que España recurriera a sus socios europeos a efectos de proteger su sector bancario, después de múltiples desmentidos por parte del Gobierno español sobre la necesidad de un rescate, finalmente se confirmó que 100.000 millones de euros estarán disponibles para contener la crisis española.

(Audio de Mariano Rajoy.)

"Ganada la credibilidad entre nuestros socios y las instituciones europeas y mundiales, han sido posibles los resultados de la reunión que ayer celebró el Eurogrupo. Dicho de otra manera, si no hubiéramos hecho en estos cinco meses lo que hemos hecho, lo que se hubiera planteado ayer era la intervención del reino de España. Y como llevamos cinco meses haciendo nuestros deberes, lo que se planteó ayer, lo que se acordó, fue una apertura de una línea de crédito para nuestro sistema financiero. Una línea de crédito europea con el objetivo de recuperar la solvencia de las entidades financieras españolas que lo requieran y con el objetivo de conseguir el crédito".

(Fin del audio.)

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, definía así, como una "línea de crédito" destinada específicamente al sector bancario, lo que unánimemente la prensa mundial califica como un rescate a España.

La ayuda fue acordada después de una reunión telefónica entre ministros de Finanzas de la zona euro el sábado. En esa conversación también participó la directora gerente del FMI (Fondo Monetario Internacional), Christine Lagarde. Precisamente, el FMI había cifrado en 40.000 millones de euros las necesidades de capital de la banca española.

Los fondos, que finalmente, repito, son de 100.000 millones de euros disponibles para la banca, provendrán de mecanismos europeos como el fondo de estabilización financiera o el mecanismo europeo de estabilidad, y estarán canalizados a través de un fondo público español para reestructuración del sector bancario.

Estamos con Mario Lubetkin, nuestro colaborador en Roma.

¿Cómo se ve esta noticia desde afuera de España, cómo se la ve desde una óptica europea?

MARIO LUBETKIN:
El problema es que hay demasiados ingredientes en juego Tú usaste una expresión, que esto se daba que era "después" de horas tensas. Yo digo que la tensión todavía se sigue manteniendo, en primer lugar porque después del acuerdo del sábado, cómo tú bien recordabas, de ese aporte de 100.000 millones para los bancos españoles, aún no están claras las características del acuerdo y el nivel de intervención de la troika –que estaría conformada por el FMI, el Banco Central Europeo y la Unión Europea– en el manejo de la gestión del sistema financiero español. Esta puede ser una de las condiciones que pongan para dar los 100.000 millones. Eso recién se va a saber el día 21, cuando se haga la reunión del llamado Ecofin (Consejo de Asuntos Económicos y Financieros), es decir, la reunión de los ministros de finanzas, para definir exactamente los parámetros del acuerdo.

EC – Hay muchas preguntas en esa materia. Lo que está claro es que la deuda pública española ahora sube de manera significativa. España, que, según se decía,  no era un país con problemas de endeudamientos, puede ahora cambiar de categoría.

ML – Por supuesto. Te pongo algunos números, porque el proceso se está desarrollando con mucha rapidez y uno se olvida de lo que pasó ayer porque está pensando en lo que va a pasar hoy y mañana. Hasta ahora Europa hizo operaciones de salvataje de tres países: Grecia, Irlanda y Portugal. En el caso de Grecia hicieron dos operaciones de salvataje, una de 110.000 millones y otra de 109.000 millones, pero era para un Estado quebrado. El salvataje de Irlanda le costó a Europa 85.000 millones, o sea menos del préstamo que se le va a dar a España, que en realidad no es un préstamo, es un mecanismo mucho más complejo. Por último, el costo del salvataje de Portugal en su contexto le costó a Europa 78.000 millones. Eso significa que España sube la categoría, pasa a la categoría dos en relación a los países para los cuales Europa, a través de ese fondo de estabilidad, está aportando para el salvataje.

La pregunta que se hace inmediatamente después de esto es qué es lo que va a pasar a partir de ahora con esta señal, que es, según decían los comisarios de la Unión Europea, una señal muy fuerte de Europa para decirle a los mercados que está dispuesta a poner todos los fondos que sean necesarios para generar una serenidad en la relación entre el desarrollo económico y su relación con los mercados.

EC – Sí, la pregunta podría plantearse en estos términos: ¿será España el último de la lista?

ML – Hay demasiados puntos en los próximos días como para poder hacer esa conclusión. Siempre se decía que después de España venía Italia, y aquí hay mucha preocupación de qué es lo que puede pasar. Los argumentos que se usan en este país es que, a diferencia de Grecia, Irlanda, Portugal y ahora España, en la cual se disparó la deuda, sobre todo la deuda pública, Italia –gracias a las tremendas medidas de austeridad que aplicó el gobierno Monti– se ha mantenido estable en los números de la relación entre la deuda pública y el PBI, que oscila en el 107%.

Pero miremos algunas fechas que van a marcar el escenario europeo para entender cuánto valor puede tener la medida tremenda, tan fuerte, que se tomó el sábado en relación a España. En una semana hay elecciones en Grecia, en estas hay una contraposición entre que ganen las fuerzas políticas que firmaron el acuerdo de austeridad con Europa o que gane este frente de izquierda que está con el euro pero que está en contra del acuerdo firmado entre Grecia y la troika europea. Eso será dentro de una semana.

Dentro de una semana está el balotaje de las elecciones francesas, que en esta primera vuelta del día de ayer dio un triunfo al gobernante del Partido Socialista, pero que todavía no afirmó con claridad si va a tener la mayoría del Parlamento para poder aplicar los compromisos del presidente Hollande. Uno de estos era la rediscusión de los acuerdos de austeridad europeo, de los cuales Merkel y Sarkozy habían sido los promotores.

Y, sobre todo, el día 28 está la reunión de los jefes de Gobierno de Europa para decidir el escenario futuro europeo a partir de la discusión que se está planteando entre sólo medidas de austeridad o medidas de relanzamiento e inversión.

Por lo tanto, te respondo de la siguiente forma: creo que lo de España es solamente un paso y hay demasiados puntos en las próximas dos semanas que pueden damnificar completamente, o no, este aporte de 100.000 millones a España.

EC – Me llamó la atención la semana pasada escuchar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reclamando medidas que fueran más allá de la austeridad en Europa.

ML – El problema de fondo es el siguiente: el escenario que está aconteciendo en Europa es de efectos globales devastadores y el presidente Obama sabe perfectamente que si se derrumba Europa, si se derrumba el euro el efecto, también puede resultar devastador para la economía norteamericana. Y eso puede determinar su derrota en la campaña electoral de este año, ya que finalmente los códigos de lectura del sistema político son en relación a los escenarios económicos.

Eso lo tiene sustancialmente preocupado a Obama y su staff, que continuamente dan señales a Europa diciendo "ustedes tienen que relanzarse porque el camino de la austeridad no lleva a ningún lado". Y hay una novedad en este sentido. Uno de los elementos de discusión en Europa es la creación o no de los eurobonos como mecanismo de financiación y el aporte financiero para relanzar e invertir en el desarrollo económico europeo. Hay varios elementos vinculados con eso, los alemanes que se oponen duramente, el triunfo de Hollande, la posición de Monti, que iba en dirección contraria y es parte de la polémica.

Otro de los elementos que se buscaban como camino posible para la financiación del relanzamiento era la llamada "tobin tax", la tasa tobin, que era aplicar un pequeño impuesto a todo el sistema financiero, al menos en el marco de los países europeos, que determinaría dos cosas: fondos frescos y control de un incontrolado sistema financiero global. Hubo una reunión entre Angela Merkel, la presidente del Gobierno alemán, y David Cameron, el primer ministro británico, que está completamente opuesto a la tasa tobin. En esa reunión acordaron, por lo que está surgiendo en información que he recibido esta mañana, que el Gobierno alemán no quiere discutir el tema por lo menos hasta las elecciones del otoño del 2013 en Alemania. Naturalmente la conectan al escenario político interno de Alemania, que se relaciona con políticas europeas y finalmente políticas económicas mundiales.

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