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Aumenta la presión política internacional sobre Paraguay en medio de la crisis política por la que atraviesa el país

Contacto con Nilda Rivarola, historiadora política y socióloga de Paraguay.


(emitido a las 9.19 Hs.)

ALEJANDRO ACLE:
La crisis política en Paraguay ha ocupado buena parte de nuestra agenda y la va a seguir ocupando, porque después de que el viernes pasado el Parlamento de Paraguay decidiera la destitución del presidente Fernando Lugo, la presión política internacional aumenta sobre ese país.

Ecuador, Venezuela y Argentina, ya retiraron o anunciaron el retiro de sus embajadores en Asunción; mientras que Uruguay, Brasil, Chile, Colombia y Perú, llamaron en consulta a sus jefes diplomáticos en ese país.

Ayer se conoció además que el Mercosur suspendió a Paraguay para la próxima cumbre del bloque y los jefes de Estado del Mercosur analizar tomar más medidas contra el Gobierno del nuevo presidente, Federico Franco.

Por su parte, el ex presidente Fernando Lugo, después de aceptar el viernes de tardecita su destitución, el sábado en declaraciones a la prensa endureció su discurso y calificó la destitución como un golpe de Estado parlamentario.

(Audio Fernando Lugo)

"Aquí hubo un golpe de Estado parlamentario en el que los argumentos para el juicio político no tienen ningún valor y fueron rebatidos ampliamente por los defensores. Y creo que en ese sentido los medios de comunicación no han abundado en la explicación específica de los argumentos que se rebatieron. Como se suele decir, los argumentos no se tuvieron en cuenta, los argumentos de la defensa, y no hubo el espacio y el tiempo suficiente, como en derecho cualquier ciudadano tiene que tener el tiempo suficiente para defenderse".

(Fin del audio)

Por otro lado, hoy anunciábamos también más temprano que el ex jefe de gabinete de Lugo, Miguel López Perito, llamó a la ciudadanía a desobedecer, a desconocer lo decidido en el Parlamento y a resistir hasta que Lugo y su equipo vuelvan al poder porque, según dijo, "la Constitución nacional ampara a los ciudadanos ante los que quieren apropiarse del poder".

Para conocer como se está viviendo esta situación allí mismo en Paraguay es que en los próximos minutos el diálogo va a ser con Nilda Rivarola, una historiadora política y socióloga de Paraguay.

¿Cómo es el ambiente hoy? Ya han pasado más de 48 horas desde la asunción de Federico Franco como presidente. A nivel de ciudadanía, ¿qué tipo de resistencia se percibe? Te lo pregunto porque, según las crónicas, después de que Lugo aceptó su destitución no hubo grandes manifestaciones en las calles, aunque ayer algunos cientos de personas se congregaron allí frente a los estudios de TV Pública en apoyo a Lugo. ¿Por qué no ha habido una resistencia mayor, por ejemplo?

NILDA RIVAROLA:
La sustitución de Lugo por decisión parlamentaria se dio en un momento de disminución intensa de la popularidad del presidente Lugo respecto a la ciudadanía. Sobre todo por una crisis que se generó o cuyo primer punto álgido fue una matanza entre policías y campesinos en un terreno en conflicto en el norte del país. Y una decisión muy errada que él tomó de nombrar a un ministro del Interior que había sido fundador de los grupos de acción anticomunistas y stronista joven, fiscal general del Estado. Ya había cometido algunos otros dislates en su relación con el movimiento campesino más clásico. Entonces de pronto los mismos grupos progresistas que lo apoyaban se encontraron con que tomaba medidas de acercamiento rápido hacia la derecha dura sin consulta con nadie. Y ese tipo de debilidad fue aprovechado por sectores conservadores mayoritarios del Congreso e hicieron el juicio político en dos días.

De cualquier manera, el juicio político tuvo al frente una manifestación de rechazo muy importante, unas 7 u 8.000 personas. Para Asunción, convocar eso es verdaderamente importante. Y con la aceptación de su destitución, eso se desarmó, prácticamente se desconvocó, en parte porque en esa matanza del Curuguaty de la semana anterior habían muerto ya campesinos. La ciudadanía hace veinte años que no está acostumbrada a que la policía reaccione de esa manera, que haya muertos en una manifestación por una protesta.

La pelota saltó ahora a lo que es el campo internacional, a lo que es Mercosur, a lo que es región, y eso dio nuevas esperanzas a la gente misma del Gobierno destituido, pero también a parte de la ciudadanía. Esperanza en buena parte e incertidumbre por otra, porque Paraguay creo que después de la guerra de la Triple Alianza no había conocido nunca acciones de bloqueo. En general ni la clase política ni la ciudadanía en general entiende lo que son sanciones económicas.

Estamos en eso, con un presidente que creo que esta mañana empezaba a nombrar el gabinete y sectores tanto empresariales, agroexportadores, industriales, que habían apoyado firmemente el juicio político, incluso desconvocaron acciones de protesta grandes que tenían para esta semana, y están pendientes de qué pasa con sus intereses después de ese acto.

Hubo manifestaciones desde hace dos días frente a un medio público, a la TV Pública, y estamos como expectantes a lo que suceda allá afuera de nuestras fronteras.

AA – Eso desde el lado de Lugo. Como usted bien decía, la propia actitud de Lugo en un inicio puede haber ayudado a que la población no se manifestara con tanta fuerza si bien esto cambió un poco en las últimas horas. Desde el lado del nuevo presidente, Federico Franco, ¿con qué legitimidad cuenta para gobernar, qué tanto apoyo tiene tanto en el sistema político como a nivel de población?

NR – Él tuvo desde el comienzo el apoyo fuerte de la Iglesia, de la Conferencia Episcopal, de los obispos, de la jerarquía de la Iglesia Católica paraguaya. Él pertenece a un movimiento religioso de los industriales, sobre todo agro exportadores, los industriales no tienen mucho peso ni productivo ni político en Paraguay, pero sí los agro exportadores ganaderos, la Asociación Rural del Paraguay, y la UGP (Unión de Gremios de la Producción), que es la asociación de productores y exportadores de cereales (soja, maíz, etcétera). Tiene el apoyo del Parlamento ahora, eso quiere decir que ese Parlamento es ya imprevisible, no sabemos lo que va a ser en los próximos meses, porque ya estamos en campaña electoral para las elecciones de abril del año que viene.

El resto de la gente está expectante, los partidos en este momento están en rivalidad muy alta por ocupar los cargos que se variaron a nivel ministerial. El Estado paraguayo tiene funcionarios públicos pero tiene también un número muy alto de contratados, personas que ocupan cargos durante algún tiempo y están bien pagados. Es difícil que fuera de su propio partido, que también está muy dividido, tenga apoyo ciudadano o social fuerte.

AA – Para ir redondeando esta charla, ¿cómo se ven desde Paraguay estas decisiones del Mercosur, como por ejemplo la de prohibirle participar en la próxima cumbre, y de la región en general con los llamados a cancilleres, o el propio retiro del embajador de Argentina, ¿qué tanta importancia se le da a estos movimientos?

NR – En la clase política ninguna, en lo que es el Parlamento y el Congreso jamás se trató Mercosur en tema de debate en el Parlamento paraguayo. A nivel de mentalidad y de percepción el Paraguay sigue siendo un país muy aislado, muy concentrado en sí mismo, sin una visión clara de lo que es su rol en la región o en el mundo.

En el momento en que vinieron los cancilleres a tratar de hacer gestiones de mediación en el conflicto, gente del actual Gobierno les dijo "lo mejor que ustedes pueden hacer es irse de acá, no nos molesten". Esa actitud así como de "nosotros podemos solos, no se metan en asuntos internos".

Y ahora que están empezando –sobre todo lo de Mercosur, ahora en la cumbre en Mendoza– la actitud es que no nos importa la reacción de la región porque ya tenemos algún apoyo internacional, de Vaticano, Alemania o Canadá. Hay mucha ceguera en lo que es reacción de la región ante lo que sucede, porque fuimos siempre un país muy encerrado. Ya surgió de vuelta el discurso de la Triple Alianza por parte de la derecha conservadora, del "vamos a defender nuestra soberanía", ese tipo de cosas así que suponen mucha ceguera en términos de política internacional.

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