Internacionales

Estados Unidos sigue adelante con la guerra contra el terrorismo con el uso de los "drones", un tipo de avión espía.

Contacto con Juan Rial, politólogo uruguayo radicado en Nueva York.


(emitido a las 8.38 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Aunque se habla menos, la guerra contra el terrorismo que lleva adelante Estados Unidos (EEUU) continúa adelante con nuevas formas.

El viernes pasado 16 personas, presuntamente insurgentes, murieron en el oeste de Pakistán como consecuencia de un ataque aéreo con misiles. Fue la tercera operación de este tipo en una semana en esa zona limítrofe con Afganistán, donde la presencia de integrantes de facciones terroristas es muy notoria. Ya han muerto más de un centenar de personas en más de 30 acciones que se han desarrollado en lo que va del año.

¿Qué tienen en común todos estos ataques? Que se ejecutan desde aviones espía no tripulados, operados por un nuevo tipo de pilotos que trabajan frente a un monitor, en territorio norteamericano, a más de 10.000 kilómetros de distancia del lugar de los hechos.

Se trata de los "Drones", unos aviones que desde hace años llevan a cabo tareas de reconocimiento, observación y de ataque a milicianos insurgentes, sobre todo en Afganistán, pero también en otros países como Pakistán, Somalia y Yemen.

Vamos a analizar esta nueva forma de hacer la guerra con el politólogo uruguayo Juan Rial, que vive en Nueva York.

¿Desde cuándo se utilizan los "Drones"?

JUAN RIAL:
Estos aviones se utilizan con bastante asiduidad a partir de la primera guerra del Golfo en 1991, pero hay antecedentes. Israel ya los utilizó en la última de las tres grandes guerras, la de 1973, y EEUU había invertido bastante dinero a partir de fines de los años 50 en unidades aéreas no piloteadas que trataban de sustituir aviones piloteados. Hay que recordar que uno de los episodios más fuertes de la guerra fría en los años 60 fue el derribo de un avión espía piloteado sobre la Unión Soviética que motivó la suspensión de una de las grandes cumbres entre Nikita Kruschev y Kennedy. A partir de ahí se hicieron grandes esfuerzos para tratar de tener un avión sin piloto, de ese modo evitando las posibilidades que involucraban su derribo y el de la persona que lo piloteaba.

EC – ¿Qué tipo de autorización tienen para operar de la forma que lo hacen, incluyendo los ataques con misiles?

JR – Desde la guerra de Vietnam el uso de este tipo de aparatos ya estaba controlado por los escalones más altos, y en la práctica implica que no sólo hay una decisión de tipo militar, sino una de carácter política. Muchas veces esto involucra que el personal más alto del poder ejecutivo, incluso el propio presidente, tenga la última palabra, en otros casos lo tiene sus agencias ejecutoras, de ahí que no sea solo una autorización puramente militar sino que también actúen organizaciones de espionaje como la CIA.

EC – El jueves pasado, después de uno de estos ataques, el ministerio de exteriores de Pakistán presentó una queja formal a un representante diplomático de EEUU y le trasmitió enfáticamente que "esas operaciones son inaceptables", según el comunicado. ¿Qué tienen para decir los organismos internacionales sobre la utilización de este tipo de aparatos? Porque estamos hablando de un arma que un país usa para realizar ataques sobre territorio de otro país.

JR – Es uno de los vacíos legales más fuertes que hay. Los organismos internacionales no tienen nada para decir. No está cubierto por ningún tipo de convención o acuerdo. Y como no hay actuación de personas humanas, sino de aparatos, si este aparato es derribado sobre otro país no hay un involucramiento de personas que complicase mucho más la actividad diplomática, entonces todo suele quedar en el ámbito de las notas de protesta.

EC – Desde que asumió Barack Obama en 2009 aumentó la frecuencia de estas operaciones como parte de su estrategia para encontrar una salida a la guerra en Afganistán, en la que Pakistán es un elemento clave. ¿Qué tipo de aval ha tenido del Congreso que debe aprobar las guerras en las que se involucra EEUU?

JR – Como de costumbre, ninguno. Todo este tipo de operaciones se hace exclusivamente por decisiones del poder ejecutivo. Y no sólo lo hace EEUU, lo suelen hacer también otros países que apelan a la utilización de este tipo de aparatos. El gran cambio que ha tenido la utilización de Drones es que no involucra a pilotos directamente. En este caso, el piloto es una persona sentada frente a un monitor relativamente o cerca del área de acción, o aún más lejos, en algunos casos dentro de EEUU, porque hay que tener en cuenta que el Drones no opera solo, sino a través de un software que tiene que utilizar como intermediarios antenas, satélites. La rama legislativa no se entera prácticamente de esto.

EC – ¿No ha habido polémica por ello? Yo recuerdo haber leído algunos artículos en la prensa de EEUU llamando la atención sobre este fenómeno y sobre la ajenidad del parlamento.

JR – La polémica que puede darse es a nivel de medios de comunicación. En la actualidad los medios de prensa escritos inciden sólo en algunas elites bien pensantes, pero la masa de la población prácticamente no se entera de estas operaciones. Hay que tener en cuenta que atrás de esto hay intereses de dinero muy relevantes. Hay empresas que les interesa participar de todo este juego porque cada equipo sale una buena cantidad de dinero.

EC – Mencionabas que hay otros países además de EEUU que cuentan con esta tecnología, podríamos mencionar a Brasil. Pero, ¿esos países también llegan a utilizar los aviones no tripulados para realizar ataques?

JR – Hasta ahora los únicos casos que tenemos registrados de ataques son los de EEUU. Los restantes países utilizan estos aparatos para fines de información, reconocimiento, e inteligencia. Sin embargo, se sabe que Israel también tiene aparatos de este tipo para ataque, los ha llegado a utilizar y alguno de ellos ya los ha vendido al exterior, aunque en su versión de inteligencia. Sin embargo, me atrevería a decir que este tipo de aparatos va a empezar a predominar en las fuerzas áreas del mundo.

EC – Veía en una nota que publicó El País de Madrid lo siguiente: "La fuerza área de EEUU cuenta con más de 1.300 pilotos de Drones repartidos en trece bases en EEUU. La mayoría de las misiones son en Afganistán, el Pentágono calcula que para 2015 la fuerza aérea deberá contar con 2.000 pilotos dedicados a este tipo de actividad. El ejército entrena ya más pilotos para aviones tripulados que para aviones tradicionales, concretamente 350 el año pasado". A partir de estos números surge una pregunta, ¿el futuro de la aviación militar es el de un avión volando con su piloto a miles de kilómetros de distancia controlándolo a través de una pantalla desde una oficina?

JR – Por el momento va a haber una mezcla de la aviación tradicional tripulada con esto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la importancia que tiene lo no tripulado cada vez crece más no sólo por los Drones. Hay otro tipo de vehículos, una especie de dirigibles, un vehículo multi inteligente que puede tener hasta cien metros de largo y estar suspendido a 5.000 o 6.000 metros de altura para vigilar un área. Justamente se acaban de hacer las primeras pruebas y se supone que en Afganistán eran distribuidos 18 de estos aparatos para vigilar todo el país. Con esto, más los Drones que ya conocemos, más los aviones tradicionales, tendríamos un nuevo tipo de fuerza aérea que tiene una característica global: es carísima y sólo está a disposición de países avanzados que tengan el dinero. Para países pequeños es imposible

EC – ¿Eso de carísimo no se puede relativizar? Porque como contrapartida estamos hablando de que con esta tecnología no es necesario invadir, no hay que realizar grandes desplazamientos de tropas, los soldados norteamericanos no corren peligro y entonces también desaparecen otros gastos del presupuesto de defensa que pueden venir por la atención a las víctimas, las compensaciones a los muertos, etcétera. ¿Cómo dan las cuentas en este cambio tecnológico?

JR – Desde principios del siglo XX hubo unos señores que hablaban de la teoría del poder aéreo. Un italiano decía que bombardeando se evitarían invasiones. Y hubo señores durante la segunda guerra mundial, como el comandante del escuadrón de bombarderos británico, que enviaron las operaciones de mil aviones sobre Hamburgo, Berlín y demás. Se hizo, pero logró evitar que se tuviera que invadir. Hasta ahora el único ejemplo fuerte de bombardeo que logró una rendición de un país sin invadirlo fue en Japón, pero fue a costo de usar el arma atómica, que a partir de ahí llevó al empate estratégico, la imposibilidad de usarla entre cada uno. O sea, piloteado o no, si se quiere un resultado final en una confrontación bélica todavía se sigue necesitando la ocupación, y esto es un costo que no se puede eludir. Sin embargo no hay duda que los efectos que tiene el utilizar este tipo de máquinas contra individuos o contra grupos pequeños es muy grande, y eso puede compensar costos e indicar la importancia que tiene difundirlos en los medios de comunicación para presentar una victoria que sin embargo se puede presentar elusiva.

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