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Barack Obama aseguró que se hará justicia por la muerte de Chris Stevens, el embajador de EEUU en Libia

Contacto con Susana Mangana, doctora en Estudios Árabes e Islámicos y colaboradora de En Perspectiva.


(emitido a las 9.09 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El presidente de Estados Unidos (EEUU), Barack Obama, aseguró que se hará justicia por la muerte del embajador de ese país en Libia, Chris Stevens, ocurrida durante un ataque al consulado en Bengasi.

(Audio Barack Obama)

"Los EEUU condenan en los términos más fuertes este ataque furioso y shockeante, estamos trabajando con el gobierno de Libia para darle seguridad a nuestros diplomáticos, también le ordené a mi administración que incremente nuestra seguridad en las sedes diplomáticas alrededor del mundo y pierdan cuidado que vamos a trabajar con el gobierno de Libia para enviar a la justicia a los asesinos que agredieron a nuestra gente".

Así hablaba el presidente Obama en la Casa Blanca, a raíz de este atentado contra el consulado de Estados Unidos en el barrio residencial de Al Fuihat, en Bengasi, que al parecer fue en protesta por un video realizado aparentemente en EEUU, y que es considerado una ofensa contra el Islam por la forma en que trata al profeta Mahoma.

Algunos medios norteamericanos, por ejemplo la cadena CNN, señalan que el atentado fue planeado con antelación, y que quienes lo protagonizaron en realidad esgrimieron como maniobra de distracción las protestas contra el video que caricaturiza al Islam.

Estamos hablando de un episodio muy serio en la política internacional de estas últimas horas, por el impacto que puede tener en las relaciones entre Medio Oriente y occidente. Además no es un hecho aislado, viene precedido de una agresión parecida, aunque con consecuencias menores, contra la embajada de EEUU en Egipto. Ha sido seguido de nuevos hechos de violencia. Centenares de manifestantes irrumpieron en la embajada de EEUU en Yemen en esta jornada, también argumentando que protestaban contra el video producido en Norteamérica. Se han constatado hechos similares en la embajada de EEUU en el Cairo.

Vale la pena examinar lo que está pasando, para eso recurrimos a nuestra especialista, Susana Mangana, integrante de las tertulias de En Perspectiva.

¿Por dónde empezamos? ¿Qué puede implicar esto en lo que veníamos hablando  desde hace un año y medio de la primavera árabe?

SUSANA MANGANA:
La primavera árabe se ha encallado en el capítulo de Siria y en Yemen, donde no se logró concretar la revolución. Creo que tenemos que inscribir este capítulo del asalto al consulado en Bengasi y a las embajadas de EEUU en el Cairo, en Yemen, y no podemos descartar otros ataques, porque tenemos una masa crítica de jóvenes descarriados, que tienen una cultura de protesta que no existía antes de la revolución. Y además entienden que la policía hoy es vacilante, porque el pueblo no quiere que se le reprima.

Además de esto tenemos elementos como este video, una película con escasa o nula factura técnica, con actores que nadie conoce, que evidentemente fue hecha con un afán de peyorizar la imagen del profeta y ridiculizar la fe del Islam, sabiendo qué reacción iban a provocar con la misma. Si fue un ataque premeditado o no, no lo podremos saber. Lo que sí es evidente es que hay un clamor popular, donde una turba enfurecida ataca un consulado, una embajada, una delegación diplomática de EEUU en uno de estos países. Eso se conoce rápidamente a través de la televisión, del Facebook, de las redes sociales, así como ocurrió con las revueltas. Y ahí tenemos las secuelas y réplicas en otros países.

No hay que olvidar que el 65% de la población de estos países tiene menos de 21 años, con lo que esto implica en cuanto a ánimos enardecidos, además muchos de ellos no trabajan, no encuentran una salida laboral y no tienen como antaño la posibilidad de migrar hacia Europa, porque Europa está en crisis.

EC – La secretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton se mostraba perpleja, decía "¿cómo pudo ocurrir esto en un país, Libia, que ayudamos a liberar, en una ciudad, Bengasi, que ayudamos a salvar de la destrucción?". ¿Por qué los hechos más graves ocurren en Libia, al punto de que termina muriendo el embajador de EEUU?

SM – Curiosamente el mismo embajador que se sirvió de nexo entre los manifestantes, los que llamamos rebeldes en la prensa occidental, y el gobierno de Gadafi. Yo me quedaría perpleja de por qué todavía EEUU no comprende la cuestión de fondo. Ellos abonaron, al igual que buena parte de occidente, la tesis de Samuel Huntington de choque de civilizaciones, y han basado su política exterior durante los últimos once años en una guerra global contra el terrorismo, entendiendo que el enemigo de EEUU es el Islam.
A esto hay que sumarle la falta de reacción de los líderes religiosos que tienen prédica entre los jóvenes. Aquellos que podrían aquietar las aguas, bajar los decibeles, están callados porque también les sirve este choque de civilizaciones, pues evidentemente tenemos una marea humana que es fácilmente manipulable. Estoy segura que muchos de los que atacaron estas delegaciones diplomáticas de EEUU ni siquiera vieron las dos horas que dura el video de la vida de Mahoma y que ridiculiza a los musulmanes.

Me llama la atención que EEUU todavía se sorprenda. Una cosa es tener una alianza coyuntural con el Consejo Nacional de Transición Libio, y otra cosa es que el pueblo musulmán, los 1.300 millones de musulmanes, entiendan que no hay un enfrentamiento con EEUU, que todavía sigue.

EC – Los primeros incidentes fueron en la embajada de EEUU en el Cairo, y quienes están protagonizando buena parte de estas protestas son los hermanos musulmanes. Triunfadores de la elección presidencial.

SM – Hermanos musulmanes y también los Salafistas. Mohamed Mursi, el primer presidente elegido democráticamente en aquel país desde la vuelta a la independencia, ha sido un presidente del que nadie daba mucho crédito a su capacidad de dirigir al país, sobre todo se temía que no sabría enfrentarse a la cúpula militar, y sin embargo lo ha hecho. En este momento en que Egipto necesita volver a convertirse en el timón de los países árabes, porque Turquía no logra despegar, es muy triste que ocurran estos hechos, porque una vez más enfrenta a Mursi ante la necesidad de mantener una buena relación con EEUU y la comunidad internacional, pero también de responder a lo que le exigen sus votantes, muchos de ellos de extracción Salafista, los más ortodoxos en la práctica del Islam que entienden que su presidente está siendo complaciente con EEUU, con occidente, con Europa.

Egipto es un país que ha llevado a cabo una revolución, con un presidente que en muy poco tiempo ha dado gestos muy importantes viajando a Teherán, diciendo claramente ante la delegación siria en la cumbre de países no alineados que el gobierno de Bachar al Asad en Siria reprime brutalmente a su pueblo. También ha tenido gestos como obligar a pasar a retiro al mariscal Husein Tantaui, el jefe del Consejo Supremo de Fuerzas Armadas de la Junta Militar que lideró el proceso de transición en Egipto, ahora se ve enfrentado contra la espada y la pared, y eso es lo triste. Este tipo de reacciones eran previsibles, se busca una vez más provocar a la calle musulmana. La barbarie perpetrada es reprobable, sin lugar a dudas, los musulmanes de a pie no saben diferenciar entre el video producido por un mal intencionado estadounidense y entre el gobierno de EEUU. Ahí es donde tenemos que reaccionar mejor, no ponernos a la misma altura de ellos.

EC – ¿Qué cabe esperar? La secuela ha continuado y el escenario que se agregó es Yemen.

SM – Lo que cabe esperar por ahora es una ola de agitación, de movimientos, de protesta, jóvenes que están desempleados o no tienen una ocupación clara, sin un futuro estable. Hay gobiernos muy frágiles y hay otros que están despuntando todavía, como el de Mursi. Pero si hablamos del caso de Yemen, hablamos de un país totalmente subdesarrollado, ni siquiera en vías de desarrollo. En este momento urge escuchar las declaraciones de líderes musulmanes, de esos Ulema, de esos Ayatollah en Irán, que calmen los ánimos, que hagan ver a la población que no se puede atacar propiedad privada de otros países, ya sea delegaciones, empresa, sedes, ONGs.  De lo contrario, esta espiral de violencia va a obligar al presidente Obama, que se candidatea a su reelección, a endurecer el tono de su discurso. Ya hemos visto que este capítulo sangriento de Bengasi en Libia ha entrado de lleno en la campaña electoral, con un Romney molesto con Obama porque pidió perdón por difundir ese video desde EEUU.

Lo que podemos prever es violencia y más protestas, quizás en Pakistán o en algunos otros países muy populosos del mundo musulmán, donde el nivel de educación no es alto. A mí me gustaría ver que todos tienen un ápice de cordura, y ayudan también al presidente Mursi a seguir piloteando esa transición hacia una posible democracia, que no va a ser la que esperamos en occidente, pero que es la que necesita hoy Egipto tras salir de esa larga dictadura de cuarenta años.

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