Datos conocidos esta semana demostraron una situación demoledora: 420.150 personas abandonaron España en los primeros nueve meses de 2012.

Según publica el portal Expansión, entre ellos, 54.912 nacidos en el país, que se marchan fuera de fronteras ante un desempleo del 25% de la población activa, que afecta además al 50% de los jóvenes.

Para España, estas cifras revelan dos realidades inquietantes.

Por un lado el 87% de los emigrados son extranjeros, lo que indica que el país ya no es la "tierra prometida" de años atrás, cuando entre 2003 y 2008, tres millones de latinoamericanos, africanos y europeos del este llegaron atraídos por la sombra de la "burbuja inmobiliaria".

Por otra parte, los datos oficiales indican que en este año se fueron de su país un 22% más de españoles que en 2011.

En total desde el comienzo de la crisis en 2008, unas dos millones de personas se fueron de España, de las cuales 215.000 eran nacionales.

A diferencia del anterior proceso emigratorio, de mediados del siglo XX, el perfil de emigrantes españoles es dominado por jóvenes en la treintena y con estudios superiores: ingenieros, médicos, periodistas, abogados y emprendedores.

La elección de destinos también cambió: Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, Alemania, Ecuador y Chile encabezan la lista.

Algunos de estos países directamente realizan solicitudes específicamente dirigidas.

Alemania ofertó meses atrás 22.000 plazas de licenciados y 400 de ingenieros españoles.

Arabia Saudita pidió 100.000 enfermeras de ese origen, Austria 1.500 camareros y hoteleros, y Gran Bretaña 1.500 médicos.