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En las elecciones municipales que se celebraron este domingo en Chile se confirmó una dura derrota política para el presidente Sebastián Piñera

Contacto con Fernando Rosenblatt, colaborador de En Perspectiva.


(emitido a las 8.42 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En Chile, cuando falta poco más de un año para las elecciones presidenciales, este domingo los ciudadanos acudieron a las urnas para designar autoridades municipales.

Estas elecciones marcaron una derrota política fuerte para el presidente Sebastián Piñera, que cedió espacio ante la centroizquierda. Pero sobre todo llamaron la atención por otro dato que dejó preocupados a todos los partidos. Era la primera convocatoria desde que se introdujo el voto voluntario y por inscripción automática, lo que aumentó el padrón en más de cinco millones de votantes. Sin embargo, la abstención se acercó al 60%. Un aspecto que el propio Piñera comentó en la noche del domingo.

(Audio PIÑERA)

Hemos escuchado con mucha atención el mensaje que significa la disminución en la participación de nuestros ciudadanos, en nuestro proceso democrático. Como gobierno vamos a hacer todos los esfuerzos y lo mismo deben hacer los Partidos Políticos, los parlamentarios y los candidatos para llegar en mejor forma, con mayor cercanía, de manera más directa a los ciudadanos de forma tal de aumentar la participación de nuestros ciudadanos en nuestras democracias, durante las próximas elecciones.


ALEJANDRO ACLE:
Esta mañana vamos a trasladarnos a Chile para analizar los resultados de estas elecciones. El diálogo es con Fernando Rosenblatt, candidato a Doctor en Ciencia Política en la Pontificia Universidad Católica de Chile, académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile.

¿Qué debemos destacar de las elecciones municipales en Chile?

FERNANDO ROSENBLATT:
Lo primero que debemos resaltar es la baja participación. La participación fue menor al 40% de los habilitados. Además, podemos destacar algunos resultados específicos.

AA - Comencemos por analizar las razones de la baja participación.

FR - Esta abstención tan elevada tiene un primer y claro responsable: el voto voluntario. Como señalaban al presentar la nota, esta era la primera elección en donde se ponía en práctica la reforma que combina inscripción automática y voto voluntario. Inscripción automática significa que todo mayor de 18 años está habilitado para votar. Lo segundo supone que participar o no de la elección es opcional.

AA - ¿Por qué este esquema es el primer responsable de la baja participación?

FR - La Ciencia Política tiene décadas de acumulación de investigación empírica que demuestra que el voto voluntario, en circunstancias "normales", genera niveles de participación menores a esquemas como el de Uruguay, de voto obligatorio. Esto parece bastante obvio. En Chile esperaban que al generar inscripción automática y voto voluntario la participación aumentara, al menos levemente. Esto no sólo no fue así, sino que votó menos gente que en la última elección municipal de 2008. En esta ocasión sufragaron poco más de 5 millones. En el 2008 lo hicieron casi 7 millones.

Lo que es menos obvio son los efectos del voto voluntario. El voto voluntario genera un sesgo de clase. Es decir: votan los más ricos, y los más pobres participan menos. Sin embargo, en esta ocasión (si bien aun no hemos estudiado con detenimiento los datos) sabemos que este efecto fue moderado. Simplemente porque la participación fue baja en todos los estratos sociales.

AA - ¿Podemos dar algunos ejemplos?

FR - Hablemos de Providencia. Esta es una comuna de altos ingresos y con habitantes que en promedio tienen altos niveles educativos. Esto nos haría esperar que hubiera una participación más alta que el promedio. Además, era una elección "interesante". Estaba en peligro la relección de Cristián Labbé, alcalde por 16 años, un ex coronel cercano a Pinochet y militante de la UDI (Unión Demócrata Independiente). Competía contra Josefa Errázuriz, una militante social y candidata independiente. Las encuestas señalaban que iba a ser una elección reñida. Por lo tanto, tenemos otro componente que hacía, al menos a priori, que fuera una elección interesante y que podría haber estimulado la participación. Sin embargo, la participación fue del entorno del 40%. Incluso, en términos brutos, participó menos gente que en 2008 (cuando Labbé fue relecto con el 64%).

En comunas más pobres el escenario fue similar, sin importar si la elección era a priori competitiva o no.

AA - ¿Qué conclusiones extraes de todo este escenario?

FR - Que la reforma fue una pésima decisión. Los defensores del voto voluntario han repetido hasta el cansancio que esta reforma entrega mayor libertad a los ciudadanos porque ellos deciden si participar o no.

Pero lo cierto es que la política es la arena donde se juega nuestra forma de ser como sociedad. Los ciudadanos son más libres cuando se expresan sobre lo que afectará su propia vida y la de sus conciudadanos. Son más libres cuando expresan su parecer a través del voto. Claro, es un método imperfecto pero el mejor conocido.

Los ciudadanos son más libres cuando viven en una democracia más legítima. ¿Cuál es la primera fuente de legitimidad? La que entrega el verdadero soberano, el pueblo, al expresarse a partir del voto.

Además, es un error asumir que todos aquellos que no votaron dejaron de hacerlo por no sentirse representados por las opciones disponibles. En el grupo de los que se abstuvieron hay infinitas razones, muy difíciles de conocer. En cambio, el voto anulado y en blanco tiene un significado más profundo y un poco más inequívoco.

AA - ¿Cómo ves este escenario de cara al futuro?

FR - Creo que la cosa se agrava más cuando insertamos esta reforma en un contexto en Chile donde hay un creciente y preocupante divorcio entre los partidos y la sociedad. El domingo la apatía se institucionalizó en baja participación.  
El incentivo perverso que genera el voto voluntario (entre tantos otros) es que los partidos pueden apostar por una baja movilización, por la apatía. Ahora, cuidado con reproducir la baja movilización; en tiempos de vacas flacas no habrá reservas.

AA - Más allá de este preocupante escenario, lo cierto es que hubo resultados electorales y algunos de ellos destacables.

FR - Efectivamente, en términos de resultados, fue una dura derrota para la Alianza, para la coalición de Gobierno. La oposición (que engloba a la Concertación, PC y otros grupos menores) triunfó en Concejales y Alcaldes. Además, obtuvo victorias en comunas emblemáticas. Una de ellas ya la nombramos, el triunfo de Josefa Errázuriz en Providencia, un hecho muy simbólico y significativo.

Además, la ex vocera del gobierno de Bachelet, Carolina Tohá del PPD, ganó en la comuna de Santiago. Esta es la comuna más importante del país y se la denominaba la "madre de todas las batallas". En la comuna de Ñuñoa, triunfó la socialista Maya Fernández, nieta de Salvador Allende. Finalmente, podemos decir que la oposición aumentó su presencia en las comunas que son capitales regionales. Fue una gran victoria para la oposición y una dura derrota para el Gobierno.

AA - Me llama la atención que hables de Oposición. Estamos acostumbrados a escuchar el término "Concertación" para la centro-izquierda. ¿Qué sucede con la Concertación?

FR - Tras la derrota y la llegada de Piñera al poder la Concertación ha vivido una profunda crisis que, a decir verdad, estaba latente hace ya algún tiempo. En estos momentos la Concertación cuenta con un muy bajo respaldo en las encuestas (aunque también la coalición de Gobierno, en general los partidos están por el piso).

De alguna forma está buscando una nueva identidad. Algunos quieren superar la Concertación y habilitar un nuevo espacio que incluya, por ejemplo, al Partido Comunista. Otros tienen más reticencia a avanzar en este sentido.

Lo cierto es que la Concertación fue dividida en la lista a Concejales, presentando dos pactos. En el caso de los alcaldes, en los lugares donde la oposición fue unida, donde logró coordinar acciones, el modelo se mostró exitoso. Esto marca un poco el camino y también el desafío. Es decir coordinar acciones entre la oposición para que Bachelet se postule como candidata única de la oposición (o "casi" única, por el caso de Marco Enríquez Ominami) y quizás también que vaya unida en diputados y senadores.

AA - ¿Crees que ese escenario es viable?

FR - Es muy pronto para saberlo y hay muchos desafíos. Por un lado, es difícil manejar las aspiraciones al interior de cada partido. Si tenemos que compartir el espacio con más gente se reducen mis chances de acceder a una candidatura. Además, hay visiones bien distintas. La DC empuja hacia el centro y el Partido Comunista y otros sectores quieren llevar a esta Concertación "ampliada" más hacia la izquierda.

Este éxito en las municipales sin duda ha dado un impulso tanto a la oposición como a los partidos que tradicionalmente integraron la Concertación. Entre ellos, a la Democracia Cristiana que votó muy bien (repito, en un contexto de bajísima participación). También está la incógnita sobre el futuro político de Bachelet.

AA - Por lo que sabemos hay mucha inquietud sobre su posible re postulación a la presidencia.

FR - Efectivamente, tiene ansiosos a todos. A la derecha porque sería la confirmación que tendrá enfrente a una contendora muy fuerte. A la Concertación, por lo mismo pero en sentido contrario: tienen la candidata ideal que marca muy bien (y bien lejos de cualquier posible rival de la centro-derecha) y no quieren desperdiciar este importante activo.

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