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Estados Unidos no logró acuerdo para evitar el abismo fiscal y las consecuencias se harán sentir en el futuro cercano

Contacto con el politólogo uruguayo Juan Rial, desde Nueva York


(emitido a las 8.43 Hs.)

ALEJANDRO ACLE:
En las últimas semanas Estados Unidos se encontraba al borde del abismo. Y el viernes, dio un paso adelante.

Hablo del abismo fiscal, por supuesto. Este viernes el presidente Barack Obama se reunió con los líderes de los dos principales partidos en el Congreso intentando una solución de último momento. Sin embargo, no hubo acuerdo y finalmente Obama firmó una orden que autoriza la puesta en marcha de recortes presupuestales que rondan los 85 mil millones de dólares en el año y que según la Casa Blanca podrían implicar la pérdida de unos 750 mil puestos de trabajo. Horas después Obama instó a los republicanos a revertir la situación antes de que entren en vigor todas las medidas.

"Cuanto más tiempo estén estos recortes en vigor, mayor será el daño", advirtió Obama en su tradicional mensaje radiofónico de los sábados. "Sigo creyendo que podemos reemplazar estos recortes con un enfoque equilibrado", dijo. "Hay un grupo en el Congreso con sentido común y voy a seguir contactándoles para arreglar esto definitivamente", agregó.

Para conocer cómo se está viviendo en EEUU esta situación vamos a conversar con el politólogo uruguayo Juan Rial, a quien encontramos hoy en Nueva York.

Para empezar, si bien ya hemos hablado varias veces sobre el llamado abismo fiscal, ¿podrías ensayar una pequeña definición como para refrescarnos la memoria?

JUAN RIAL:
Todo esto es un problema que ya lleva 18 meses, desde julio del 2011, cuando el Congreso no autorizaba el incremento de la posibilidad de endeudamiento que podía tener el Gobierno estadounidense por medio de bonos u otro tipo de instrumentos financieros. Y llegó el momento en el cual al propio Obama, a los efectos de presionar al Partido Republicano, se le ocurrió que una alternativa sería manejar esta idea de reducir automáticamente ciertos gastos. Es una medida que ya en el pasado, en su momento en el Gobierno [de Ronald] Reagan se aplicó, no es nada demasiado novedoso.

El asunto es que esto se da en el medio de una confrontación, de una polarización muy fuerte entre los dos partidos y teniendo en cuenta además que dentro de dos años hay una nueva elección que especialmente importa, y mucho, para ver si los republicanos mantienen o no el control en la cámara baja, la de diputados.

AA – Ahora vamos al panorama político si te parece, pero para seguir con esto, ¿qué tipo de recortes son concretamente los que están previstos?

JR – En términos anglos hablamos de 85 billones, en español serían 85 mil millones. En la práctica, de esos 85 mil millones una buena parte se lo lleva el presupuesto de Defensa que tiene que ser recortado, aproximadamente una mitad de esos 85 mil millones. La otra parte va a otro tipo de programas y especialmente los que se notan más son los sociales, que puedan afectar a niños, o lo que se llama acá las Food Stump, las estampillas de comida, algo así como un programa de asistencia social que se da a la gente, o algunos programas de vivienda para sectores bajos.

En cuanto a lo que ha dicho de que afectaría a los 750 mil empleos, son empleos de civiles fundamentalmente, en defensa, y en realidad esto no se va a notar de inmediato, sino dentro de un mes. Porque en realidad lo que ocurre es que esta gente en lugar de tener un trabajo full time pasa a tener un trabajo part time, solo una parte del tiempo, trabaja tres semanas de cada cuatro, y para eso se necesita primero enviar una notificación con 30 días de adelanto, que sale a partir de hoy, de que Obama firmara el secuestring el viernes. O sea que recién el 2 de abril tendríamos ese efecto. La gente lo va a sentir más según la zona geográfica del país, se va a sentir en Virginia, Maryland, Washington, en las zonas donde hay bases militares donde trabajan civiles y demás.

En otras zonas como acá, en New York, o en el oeste, los gastos en defensa no se van a sentir, sí en los aeropuertos, porque esto va a abarcar también al organismo de seguridad que hace los controles, con lo cual se estima que dentro de un mes va a empezar a haber demoras de por lo menos 90 minutos, o quizás hasta dos horas, en las salidas y arribos de cada uno de los aviones que llegan a los aeropuertos, y eso va a ser uno de los problemas serios.

Obviamente, cualquiera de los dos grupos, sea los republicanos o los demócratas, jugaron hasta el fin en una suerte de juego de shocking, este juego que supone que dos autos corren uno contra otro en la misma senda a ver quién es el que se desvía primero. En ese juego estamos.

AA – A eso quería pasar, al contexto político. ¿Por qué no se llegó a un acuerdo, cuáles son los argumentos de los republicanos?

JR – El Partido Republicano poco a poco está aceptando alguna de las medidas sociales que se están diseminando en todo el país. Por ejemplo, hay ya unos cuantos de los legisladores republicanos que a pesar de su posición conservadora aceptarían el matrimonio igualitario para quienes son parejas homosexuales, cambios en la ley de inmigración, cambios en esos aspectos. Pero hay un punto muy duro que ellos consideran que es lo que les ha permitido mantener a su electorado, que es no permitir que siga habiendo un gran gobierno que gasta una enormidad de dinero día a día, y que se mantenga también un nivel de impuestos suficientemente bajo. Pero sí estarían dispuestos a incrementar impuestos que tengan que pagar grandes empresas o eventualmente, si es necesario, una nueva legislación para quebrar a los grandes bancos con sus grandes negocios.

A su vez, Obama y su partido están en el otro juego, en decir "¿Ven?, son los republicanos que no nos dejan gobernar, que no dejan atender a los problemas sociales sustanciales y son ellos los que van a provocar mayor desempleo, probablemente una baja del producto bruto interno y afectar a los sectores populares". Cada uno de los dos está en este juego de ver a dónde llegan. La próxima fecha será justamente a fines de marzo cuando tenga que aprobarse nuevamente el presupuesto federal.

AA – Allí caduca una medida presupuestal temporal que firmó Obama en setiembre y que disponía 524 mil millones de dólares para financiar actividades del Gobierno en los próximos seis meses.

JR – Por eso es que ahora, en tanto el Congreso se fue de vacaciones, todo el mundo está mirando expectante a ver cuáles son las primeras reacciones de la sociedad, si las hay, y mirando además a lo que va a ocurrir en el 2014, en noviembre, cuando se renueva la Cámara de Representantes.

AA – Yendo a esta fecha que tú destacabas, después del 24 de marzo, ¿qué pasa? Por ejemplo, se especula con la posibilidad de lo que llaman un cierre parcial del Gobierno, ¿qué significa eso exactamente?

JR – Lo que ya ocurrió en tiempos del gobierno de [Bill] Clinton: si no se aprueba el presupuesto hay una cantidad de líneas presupuestales que no pueden seguir adelante y hay ciertas actividades del Gobierno que no se llevan a cabo. Esto implica una disrupción muy fuerte de la actividad del día a día y en eso lo que los republicanos intentan decir es: "Si realmente cerramos una buena parte del gobierno a la gente no la afecta, así que esto es lo que se debe hacer". Y a su vez los demócratas dicen exactamente lo contrario.

Es un juego polarizante que en la práctica hace que estemos de crisis en crisis sucesivamente.

AA – Por último, ¿cómo está la relación entre el Partido Demócrata del presidente Obama y los republicanos? En su alocución del fin de semana Obama por ejemplo no dudó en señalar a los republicanos en el Congreso como responsables de que no se llegue a un acuerdo.

JR – Eso lo dice Obama porque no tiene más remedio, es parte de su retórica, pero en realidad el problema es la división interna del Partido Republicano. Gran parte de la dirigencia antigua del partido, para empezar el señor John Boehner, el speaker, el presidente de la Cámara de Representantes, estaría dispuesto a llegar a un arreglo. Pero hay toda una generación de diputados jóvenes, nuevos, los que llegaron por la vía del Tea Party, que están en una posición muchísimo más radical. Esta gente es la que no quiere ningún arreglo, y por ahora seguimos en esta situación. Hay que tener en cuenta que mientras el Partido Demócrata controla el Senado, la Cámara de Representantes no. No sería raro predecir que vamos a seguir en constantes arreglos provisorios hasta por lo menos la elección del 2014, a ver si los demócratas logran tomar el control de la cámara baja, o si no, si lo mantienen los republicanos, ahí estaríamos en un nuevo juego de ver qué es lo que hacen los demócratas para superar esta situación.

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