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¿Qué dejó la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al Cercano Oriente?

Contacto con Ana Jerozolimski, corresponsal de En Perspectiva en Jerusalem.


(emitido a las 8:49 Hs.)

EMILIANO COTELO:
La semana pasada el presidente Barack Obama hizo un paréntesis en su atención a los problemas internos de Estados Unidos, dejó en pausa sus negociaciones siempre difíciles con el Congreso, y viajó. Viajó a Cercano Oriente, lo hizo por cuatro días, a lidiar con los desafíos de esa otra zona del mundo.

Estuvo en Israel, estuvo en Cisjordania y estuvo en Jordania. De fondo se encontraban tanto el tema nuclear iraní como la situación difícil en Siria y el proceso de paz entre israelíes y palestinos, que se encuentra estancado.

¿A qué fue? ¿Qué expectativas despertaba la visita? ¿Qué logró? Vamos a conversarlo con nuestra corresponsal, Ana Jerozolimski.

Antes de entrar en detalles, ¿algún comentario en general a propósito de este viaje, de la situación de Estados Unidos en la región?

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ANA JEROZOLIMSKI:
Sí, sin olvidar por cierto que hay numerosos intereses estratégicos y políticos de Estados Unidos en Oriente Medio creo que un punto interesante de mencionar es que desde el punto de vista del abastecimiento de energía, concretamente de petróleo, esta zona es mucho menos cardinal para Estados Unidos de lo que era años atrás. Según los expertos de la materia dentro de muy poco Estados Unidos será independiente, podrá autoabastecerse en términos de energía. Creo que ahora, si mal no recuerdo la cifra, importa desde el Golfo Pérsico únicamente el 10% el petróleo que usa, algo similar a eso, o sea que el tema del petróleo ya no es una consideración clave como era hace muchos años.

EC – Estados Unidos a través de su presidente no había tenido presencia física en la región en los últimos años, ¿no? En el primer mandato de Obama esto no había existido.

AJ – No, había estado –recordemos aquel famoso y dramático discurso del presidente poco después de resultar electo a su primer período presidencial– en la Universidad del Cairo, en un declarado intento de acercarse al mundo árabe, al mundo musulmán. Donde no había estado era en Israel, a pesar de que estuvo en la zona, por lo cual uno de los análisis que se hacía aquí en Israel respecto a su visita era que trataba de corregir el error. Que si se quiere mantener lo que se declara en definitiva como una alianza inquebrantable, un intento de mediar entre las partes, de acercar israelíes y palestinos, evidentemente la presencia directa de él que ya había estado en otros países de la zona era clave también que se la vea en Israel.

Destacó apenas arribó que muy poco después de resultar electo y asumir como presidente en su segundo período, en su primer viaje al extranjero la primer parada es Israel. Evidentemente acá recordaban que en un viaje anterior a la zona aquí no había llegado.

EC – Ha habido en el pasado, tensiones entre el presidente, Barack Obama, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ¿cuál es la situación ahora en el vínculo entre ambos?

AJ – La realidad es que oficialmente ninguno de los dos confirmó el tema, aunque eran situaciones que a gritos... era evidente que de ambas partes se conocían y salían todas esas fuentes diplomáticas y políticas que hablan en forma anónima. Oficialmente ni Obama ni Netanyahu lo reconocían.

EC – El telón de fondo de ese cortocircuito que existía entre ambos era Irán y cómo enfrentar el problema del desarrollo nuclear iraní.

AJ – Yo creo que también hay un tema al parecer de piel, o de química, quizás de biología, de enfoque de mundo, pero sin dudas el tema concreto de irán sí llevó a discrepancias. Yo me atrevería a decir que quizás la diferencia principal no es en cuanto a la percepción de un Irán gobernado por los ayatolás como un peligro si tiene poderío nuclear, sino en cuanto a la agenda, al cronograma, cuánto tiempo puede pasar hasta que se convierta en un peligro concreto. Obama habló siempre en términos de un Irán gobernado por los ayatolás con poderío nuclear como algo muy peligroso. Pero antes de venir aquí, en una entrevista que concedió a Canal 2 de la televisión israelí, por primera vez entró en detalles en cuanto a los tiempos, y dijo que según los expertos norteamericanos desde el momento en el que Irán eventualmente decida construir la bomba, dado que ya tiene toda la técnica, la tecnología y el uranio enriquecido para ello, precisaría un año. Los expertos israelíes, algunos con los cuales yo he hablado personalmente, dicen que el tiempo es otro, de entre tres y seis meses.

EC – ¿Y entonces a qué fue Obama a Israel, qué buscaba, qué tipo de compromiso, qué tipo de acuerdo procuraba con el Gobierno en este caso?

AJ – Yo creo que hay una combinación de varios factores. Hay expertos que dicen que vino a garantizar que Israel no actúe contra las instalaciones nucleares de Irán por su cuenta, que dé tiempo a los recursos diplomáticos. Oficialmente Israel dice sí, que tiene interés en la diplomacia en funciones, y el primer ministro Netanyahu declaró que cuanto más creíble sea la opción militar más probable es que no se tenga que llegar a ella. Eso es un elemento que no se puede descartar aunque supongo evidentemente que hay cosas que no fueron declaradas abiertamente que fueron sí tratadas al máximo nivel entre Obama y Netanyahu.

Otro tema es el intento de destrancar el estancado proceso de paz entre israelíes y palestinos, aunque me atrevo a decir que ninguna de las partes se hace demasiadas ilusiones de que haya un cambio dramático en los próximos días.

Y está sí esa corrección del error. En Israel dicen: "Obama entendió que cometió un error al respecto y decidió enfocar las relaciones con Israel o personalmente con Netanyahu de otra forma", tratando de acercar más lo que une a las dos partes, los intereses comunes, los valores comunes, para que pueda haber un rol más constructivo en promover los temas que son claves en la región.

EC – ¿Cuál había sido ese error al que aludes?

AJ – Yo di el ejemplo de haber venido a Egipto y no haber venido a Israel. Es cuestión de análisis de cómo cada enfoque puede resultar más o menos productivo. Aquí se consideró, por ejemplo, que fue un error concreto en cuanto a las negociaciones de paz cuando Obama pronunció aquel discurso tan dramático e importante en la Universidad del Cairo al hablar del tema de los asentamientos. No se olviden que hace mucho es un tema polémico entre Israel y Estados Unidos y las diferentes administraciones norteamericanas, inclusive muy favorables a Israel, siempre criticaron el tema de los asentamientos, considerando que no es algo que aporta al proceso de paz en sus distintas etapas. Pero cuando él habló en aquel discurso de los asentamientos él planteó casi como condición la detención de toda construcción de los asentamientos para poder volver a negociar, algo que los propios palestinos nunca habían hecho: El tema de los asentamientos era un tema clave en la agenda de negociaciones pero no una condición para volver a negociar. Y los israelíes dicen que Obama por la forma en que habló en aquel discurso hizo que los palestinos se tengan que subir a un árbol muy alto; si Obama exige eso ellos no pueden ser menos, y desde entonces de hecho no se volvió a negociar.

Ahora en Ramala Obama si bien tuvo muchos pronunciamientos claves e importantes de apoyo a la causa palestina –no solo pronunciamiento a favor de un Estado palestino sino varios matices emocionales, muy importantes– dijo claramente "si se pretende resolver todo de antemano antes de negociar entonces, ¿para qué negociar?". O sea, le dijo al presidente Mahmoud Abbas "hay que sentarse a negociar y después tratar todos los temas".

EC – ¿Y qué es lo que cabe esperar ahora entonces en las negociaciones entre Israel y palestina?, ¿cambia algo?

AJ – En este tipo de citas yo creo que quizás una característica principal es que él dio mensajes duros y positivos a cada uno de las partes, no dijo a israelíes solo lo que quieren oír y a palestinos solo lo que quieren oír. En Ramala dijo mensajes duros para los palestinos y en Jerusalén duros también para los israelíes. Una visita así creo que crea una inquietud de que si uno realmente quiere avanzar, como cada una de las partes dice que quiere, esta visita es el marco del cual se pueden aferrar para salir adelante. Si bien oficialmente el presidente Abbas dijo que no se desdice de su condición respecto a los asentamientos que recién mencionaba, ayer se informó que al parecer acepta sentarse a hablar con Israel sobre cómo volver a negociar, es un poco negociar sobre las negociaciones. Pero al menos que se sienten a hablar eso es un paso adelante.

EC – Por último, el capítulo Siria, la guerra civil que ya ha cobrado más de 70.000 víctimas en Siria, ¿de qué manera estuvo presente en la agenda?

AJ – Estuvo presente sin duda, lo mencionó Obama ya apenas llegó en Jerusalén, lo mencionó también en Ramala, por supuesto lo mencionó en Jordania. La situación allí preocupa no solo porque el régimen sirio tiene un arsenal de armas químicas del cual ya al parecer hizo uso en los últimos días en su guerra contra los rebeldes –este tema se está investigando concienzudamente– sino también porque se habla de que el peligro inmediato es que fundamentalistas islámicos, y está presente Al Qaeda en Siria, tomen control. Esa es una opción, pero otra opción no menos peligrosa es que por la estructura de la sociedad siria el Estado sirio quede desmembrado y haya realmente una explosión incontrolable de mini-estados por diferentes regiones del país, cada uno con sus peligros, con su inestabilidad. Eso también es una opción que no solo no deja feliz a Estados Unidos, más que nada y por supuesto a los sirios, que son los que más sufren al respecto, sino también a los vecinos inmediatos de Siria, Israel y Cisjordania.

EC – Gracias por acompañarnos con estos apuntes de análisis en una jornada que para la colectividad judía ya es la pascua. ¿Cómo lo están pasando?

AJ – Si, es una semana especial porque para la población judía sefardí, para el mundo judío todo, porque empieza la Pascua judía, que empezó anoche, tiene una dimensión religiosa. También son las vacaciones, los niños sin escuela, el país que se llena de paseantes por todos lados, y al mismo tiempo es Semana Santa. Este Domingo de Ramos en el Santo Sepulcro en Jerusalén numerosos peregrinos llegaron de todas partes del mundo, también palestinos cristianos de Cisjordania, celebrando esa fecha tan especial. Y todos en espera por supuesto del Jueves Santo y el Viernes Santo, así que es una semana muy hermosa para fieles de diferentes religiones y el tiempo por ahora acompaña para los que quieren pasear y no solo rezar, así que es una semana poco común.

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