Aunque en las últimas horas perdió algo de fuerza, todavía tiene vientos de 250 kilómetros por hora. Por estas horas se espera que pase por Cuba, donde se montó un impresionante operativo de prevención y que después se vaya para el golfo de México o hacia el sur de la Florida. Aunque el ojo se desvió un poco, el huracán es más grande que toda la isla. Hay casi dos millones de evacuados y desde ayer está cerrado el tránsito marítimo y ferroviario.

Las radios y canales de televisión, que en aquel país operan bajo control del Estado, tienen una programación especial encabeza por el presidente Fidel Castro. Hay mesas redondas con meteorólogos y especialistas, que hacen un seguimiento de la trayectoria del huracán. Allí le dan instrucciones a la gente sobre como protegerse y les piden por favor que obedezcan.

Ayer Fidel Castro decía que ya resistieron otro huracán hace pocas semanas y que ahora debían "agradecerle a Iván porque marca una vez más la resistencia del pueblo cubano, a todo".

Castro respondió con dureza a la oferta de ayuda que hizo Estados Unidos. El gobierno de Bush le ofreció ayuda económica a Cuba por si la necesitan para los daños que deje, a lo que Castro contestó que hará lo mismo que con el huracán anterior, mantendrá el bloqueo económico y no aceptará ni un dólar de Estados Unidos.

La parte vieja de La Habana, es patrimonio de la humanidad y se tiene miedo que los edificios no resistan los vientos. Los barrios de la periferia de La Habana, donde hay mucha pobreza, no tienen presupuestos para tapiar las casitas y están prácticamente resignados.