Internacionales

Nicolás Maduro ganó las elecciones en Venezuela por menos del 2%; Henrique Capriles reclama la revisión de los votos

Contacto con Omar Lugo, colaborador de En Perspectiva en Caracas.


(emitido a las 7.41 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"Después de horas de angustia esperando los resultados de una elección que muchos sentían por primera vez ganada, los opositores venezolanos se secaron hoy rápido las lágrimas después de la ajustada derrota de Henrique Capriles y pusieron su esperanza en lo que ahora reclaman: la revisión de los votos."

"En el comando de campaña opositor, una carpa instalada para la ocasión en una plaza al sureste de Caracas, los rumores sobre una eventual victoria de Capriles iban y venían a lo largo de la noche con un sentimiento de euforia contenida al creer que, por primera vez en 14 años, podían ganarle al chavismo. Al escuchar los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) que dieron al presidente encargado Nicolás Maduro un 50,66% de los votos frente a 49,07% de Capriles, algunos no pudieron evitar las lágrimas de rabia, una cierta resignación, pero también de ese sabor agridulce de haberse quedado tan cerca", dice un informe de la agencia Efe.

"’Yo, realmente, siento que la injusticia es la ley. Simplemente es una injusticia más que se suma y me parecía extraño ganar. Hemos estado muy cerca, pero nunca he visto una victoria, sólo en 2007, no la conozco desde que tengo uso de razón’, decía con ojos llorosos Simoneta Espavieri, una estudiante de 22 años."

"Pero fue al escuchar la propuesta del rector del CNE Vicente Díaz, ligado a la oposición, de solicitar la auditoría del 100% de las papeletas ante la ajustadísima votación que cambiaron todas las caras en el comando."

"Con aplausos y gritos de ‘¡Sí se puede!’, los opositores vieron una luz en esa vía, más aún cuando el propio candidato Capriles dijo en una breve pero enfática declaración al país que no reconocería los resultados hasta tanto no se hubiera revisado cada uno de los votos."

Por su parte, el candidato triunfante, Nicolás Maduro, dijo en su alocución "Es la primera vez que el gigante no compite" en una alusión, claro, a Hugo Chávez y, añadió, "ahora su hijo demostrará de lo que es capaz para este país".

"Si gano por un voto, gané; si pierdo por un voto, entrego inmediatamente en respeto a esta Constitución, así he ganado por casi 300 mil votos. Es la decisión del pueblo", aseguró Maduro.

Estamos en comunicación con Omar Lugo, nuestro colaborador en Venezuela, director del diario El Mundo, de Caracas.

OMAR LUGO:
Gracias, Emiliano, buen día Uruguay.

EC – Te escucho bastante cansado, obviamente ha sido una madrugada muy ardua, ¿no?

OL – Sí, mucha tensión, alta tensión, la verdad, y hubo un momento en que la gente pensaba que podía pasar cualquier cosa. Lo curioso de toda esta historia es que el árbitro en algún momento dejó de ser el CNE para convertirse en árbitro la Fuerza Armada Nacional. Ambos comandos de campaña en las horas más tensas del conteo apelaron a los militares para pedirles que hicieran valer la fuerza del voto. Desde mi punto de vista como civil, como persona humanista, que cree en la necesidad de que las personas usen los términos, los recursos que le da la democracia, entre ellos el voto, me parece que es bastante delicado para un país pedir a los militares que sean los árbitros, y ustedes de eso saben bastante, allá en el sur.

Pero bueno, el punto es que la diferencia de votos fue de 234.935.

EC – ¿Ese es el número más reciente que ustedes manejan en Venezuela?

OL – Sí, esa es la diferencia que dan los resultados oficiales dados a cada uno de los candidatos presidenciales. Por eso es una cifra tan escueta que están pidiendo un reconteo, hasta el propio presidente electo Nicolás Maduro dijo que por el bien de los resultados y por el bien del proceso era recomendable hacer este reconteo.

EC – Estamos hablando de menos de 2% de los votos, ¿no?

OL – 1,57 puntos porcentuales, un punto y medio. Y el punto aquí es que por primera vez en 14 años un presidente va a ser civil, no va a provenir de las filas militares, en un país que tiene un sistema de Estado, de gobierno, no solamente del Poder Ejecutivo sino de toda la estructura del Estado, básicamente en manos de militares.

EC – Omar, veamos unas cuantas cosas a propósito de este resultado. Empecemos por ejemplo por la comparación con la elección nacional anterior, la del mes de octubre, en la que Chávez se impuso cómodamente sobre Capriles. ¿Cómo da el paralelismo entre una y otra?

OL – No hay paralelismo, de hecho en algún momento algunas informaciones difundidas off the record en el propio proceso electoral hablaban de una brecha de algo así como 10 puntos porcentuales, de varios cientos de miles de votos. Fue una diferencia enorme porque todas las encuestas de opinión, o de intención de voto incluso, divulgadas hasta el último momento daban una brecha enorme a favor del Gobierno. Eso creó una expectativa de que el candidato Nicolás Maduro iba a obtener algo así como 17 puntos porcentuales por encima de su competidor, Henrique Capriles.

EC – Pero recordanos cómo fue la diferencia en octubre.

OL – En octubre la diferencia fue, si mal no recuerdo, 46% contra 52% a favor de Chávez, es decir, unos ocho puntos porcentuales de diferencia entre los dos candidatos, una victoria indiscutible, en la cual el presidente Hugo Chávez se jugó el resto, como dicen en las cartas. Puso sobre la mesa todo lo que le quedaba de existencia en lo que fue interpretado como una campaña electoral épica, donde un hombre que si bien había dicho que estaba curado por completo del cáncer estuvo evidenciando señales de deterioro físico en cada aparición pública, que fueron además reducidas. Era un hombre que galvanizaba, lograba hacer que sus seguidores hicieran lo que él les pedía. En ese caso fue votar.

EC – Ahora entonces el margen se achica enormemente, queda un país prácticamente dividido en dos, ¿cuáles son las interpretaciones a propósito de este cambio?

OL – Las interpretaciones es que es un país que va a estar sumido en cierta inestabilidad política durante mucho tiempo, en estos próximos días todavía habrá un reconteo voto por voto. Como ustedes recordarán aquí el sistema electoral es automatizado, tú vas a una maquinita, pones tu huella dactilar, escoges una computadora y a partir de allí sale el resultado, pero queda una papeleta impresa, así como la que te dan en un cajero automático cuando retiras dinero. Esos papelitos son los que se van a contar uno por uno para certificar este resultado.

EC – Eso es lo que exige el candidato de la oposición Henrique Capriles, pero, por ejemplo, me queda esta pregunta, ¿cuánto tiempo lleva una tarea como esa y en qué medida choca o no con lo que es el panorama previsto? Tengo entendido que el presidente surgido de las elecciones de ayer debe asumir el próximo viernes.

OL – Así es, e inclusive el propio CNE tenía previsto proclamarlo como presidente hoy lunes, cuando hay un reconteo de los votos. Mi conclusión básicamente es que la inestabilidad se afianzará en Venezuela en los próximos días. Porque el propio candidato designado por el presidente Hugo Chávez con todo el poder del Estado, haciendo una campaña con total acceso a todos los recursos de todos los poderes, no logró administrar bien la herencia que le dejó el presidente Hugo Chávez, entonces eso le pone en una perspectiva diferente de cara a lo que puede ser el futuro inmediato del país. Es un triunfo hasta ahora indudable, con 50,66% de los votos, un punto y medio por encima del contendor, lo que pasa es que ni el propio chavismo, ni el propio Hugo Chávez, ni el propio Maduro, esperaba una victoria como esta, ellos decían que iban a sacar 10 millones de votos, las encuestas estaban dando una proporción mucho mayor, algo así como 40% a 60%, y nada de eso ocurrió. Encima tienes varias denuncias de supuesto ventajismo oficial en el uso de los recursos del Estado a favor de la candidatura oficial.

EC – En esa materia se entrecruzan las denuncias, ¿no? Porque la oposición habla de un aparato del Estado que estuvo a favor del candidato del chavismo y se multiplican los ejemplos de por dónde habría venido esa influencia espuria. Pero por otro lado Maduro lo decía ayer mismo, señaló que tuvo que enfrentar una guerra sucia que se inició en diciembre y que incluyó por ejemplo sabotaje al abastecimiento de los productos de primera necesidad.

OL – Sí, aunque del otro lado de la cancha hay quien dice que ese supuesto sabotaje no es más que una ineficiencia en la gestión económica del Estado, porque si el Gobierno es el que administra todas las divisas, todos los dólares, ¿cómo es que no hay suficientes dólares para la importación de productos básicos y esenciales en la dieta del venezolano?, desde trigo o arroz, hasta inclusive medicinas, ya saliendo de la dieta y hablando de necesidades. Es decir, Venezuela es un país que depende de las importaciones, donde 96 de cada 100 dólares provienen del petróleo, que lo administra el Estado, el Gobierno, el Banco Central.

Desde ese punto de vista los críticos de la gestión oficial señalan que cómo es que este Gobierno ha tenido que recurrir además a dos devaluaciones en lo que va del año y encima no hay disponibilidad de dólares. Hay empresas importadoras, inclusive del propio Gobierno, con retraso de hasta seis meses en la traída al país de recursos de materias primas, de productos necesarios para procesos industriales, y que no llegan. El propio Gobierno a través del Banco Central admite que el desabastecimiento está muy alto, por encima del 20% en algunos productos, y según cálculos privados en torno al 35% en productos puntuales. Esto presiona los precios, la inflación, que es una de las más altas de América y del mundo. Además tienes un pueblo con muchas expectativas creadas por el propio presidente Hugo Chávez, hoy difunto, donde se hablaba de un país que iba a tener una mayor justicia social. Es el país con la mayor tasa de homicidios de América y una de las más altas del mundo, más de 140 por cada 100 mil habitantes.

El propio Maduro en su discurso ha reconocido la necesidad de rectificar, de ser más eficientes, de tener un país donde las promesas sean satisfechas. Muchos críticos señalan que es necesario ser eficiente y rectificar porque hay una bomba de tiempo social y riesgos de un estallido como el que llevó al propio Hugo Chávez al poder. Lo dicen inclusive críticos desde el propio chavismo según los documentos que se filtraron y que publicamos la semana pasada en el diario El Mundo.

EC – Analicemos los dos escenarios próximos. Primero qué va a pasar en estos días hasta que se conozca el resultado oficial final, ¿cuánto tiempo puede demorar ese recuento de los votos?

OL – No hay un tiempo estipulado, se supone que serían algunos pocos días, hay que destacar que el país está dirimiendo estas diferencia de manera pacífica afortunadamente hasta ahora, salvo incidentes en algunos centros de votación, alguno que otro muerto, que en Venezuela no es mucha novedad que maten a la gente, este puede parecer un comentario cínico no lo es. El propio Gobierno admite que van 13.400 muertos en el primer trimestre del año, básicamente asesinatos por hechos de violencia.

EC – Pero tú decías que el clima es de paz entre las dos partes. Vayamos a eso, cómo se avizora el escenario político de ahora en más, supongamos que se confirma el triunfo de Nicolás Maduro, pero en la medida que la sociedad se ha mostrado tan dividida, tan cortada en dos en este resultado del día de ayer. ¿Qué tipo de vínculo, de contacto, de colaboración o no puede darse entre el chavismo y la oposición en el período de gobierno que ahora se inicia?

OL – Parece que no hay posibilidad de contacto. Yo en lo personal comparo esto con un pajonal seco en una tarde de verano, cualquier fósforo puede provocar un incendio. No hay posición, disponibilidad ni siquiera, no hay diálogo posible. Es lo que han dicho los líderes de estos dos pedazos en los cuales está Venezuela dividida, es un asunto de confrontación.

De hecho alguien comentaba ayer que si Venezuela de verdad, como dice Maduro y dice el Gobierno, tiene un 50% de burgueses y de ricos este sería un país con una calidad de vida superior a la de Suiza. Dicen que hay algo que no está bien contado en esta historia, porque hay una parte social muy insatisfecha en este país todavía y que el maniqueísmo, el determinismo de decir que solamente se trata de enemigos de la patria y de ricos y de pitiyanquis los que adversan el poder, es un reduccionismo de una realidad que va mucho más allá.

La negociación pasaría por el reconocimiento de liderazgos. Como vemos, el candidato opositor no ha reconocido el triunfo y el propio Nicolás Maduro está señalando que quiere ese reconteo para que se despejen todas las dudas. Muchos han recalcado que aunque sea un voto de diferencia eso expresa una mayoría, que en este caso sería casi el 51% de los votos, y que es suficiente para legitimar a un presidente de un modelo político que domina todos los demás estamentos del Estado; todas las fuerzas del Estado están en manos de este movimiento. Si hubiera ganado Capriles hubiera sido un presidente con muy poca representatividad, porque hubiera tenido solamente por un pelito, como decimos en Venezuela, el Poder Ejecutivo, mientras que el Legislativo, el Judicial, las Fuerzas Armadas, todo lo demás, está en manos del chavismo.

Aparentemente lo que se está gestando en Venezuela es un movimiento de respuesta a 14 años del gobierno del chavismo.

EC – Por último, ¿cómo fue la participación electoral? Estuvo en torno al 75%, ¿verdad?

OL – Si, casi 78%.

EC – 78%, ¿y eso qué significa?

OL – Muy alta considerando un pueblo agotado en el cual las elecciones son recurrentes y por cierto la mayoría de las elecciones, los procesos, han sido ganados por el chavismo. Un pueblo que viene además de unas elecciones en diciembre de gobernadores, y en octubre de presidente.

Fue más alta de lo que se esperaba, pero como no había cola durante la jornada era muy fácil votar, entre 15, 10 minutos por persona, se pensó que había una baja participación pero parece que se debió más bien al sistema automatizado que era muy fácil, muy rápido votar, y eso no permitió que se formaran colas.

Es decir, pese al cansancio de los venezolanos por el tema político la gente terminó yendo a los centros de votación, ese 78% de participación expresa más cómo el país está muy dividido en dos pedazos.

***