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Féretro de Thatcher llegó al crematorio tras el funeral

Féretro de Thatcher llegó al crematorio tras el funeral

El féretro con los restos de la exprmiera ministra británica Margaret Thatcher llegó al crematorio de Mortlake, al suroeste de Londres, tras el funeral solemne que se celebró en la catedral de San Pablo con la presencia de la reina Isabel II y más de 2.000 invitados.

Después de la ceremonia religiosa, el ataúd con el cuerpo de la "Dama de Hierro", fallecida el pasado día 8 a los 87 años, fue llevado en coche fúnebre al Hospital Real de Chelsea para ser trasladado después al crematorio, a cuyas puertas esperaban varias decenas de personas que aplaudieron su entrada en el edificio.

La llegada al crematorio dio por finalizados los actos que se oficiaron hoy en Londres para rendir tributo a la jefa del Gobierno británico desde 1979 a 1990, que se iniciaron esta mañana con una procesión desde la iglesia de Saint Clement, en la avenida del Strand, hasta la catedral de San Pablo.

A lo largo del recorrido se ubicaron miles de personas que aplaudieron en su mayor parte al paso del cortejo, mientras que algunos críticos con el legado político de Thatcher lanzaron abucheos.

El funeral de la "Dama de Hierro" fue una ocasión solemne en la que el Big Ben de Londres enmudeció durante varias horas, una medida histórica que no se tomaba desde la muerte de otro exprimer ministro británico, Winston Churchill, en 1965. En el servicio religioso, el obispo de Londres, Richard Chartres, pidió dejar de lado la controversia que ha rodead la vida política de la exmandataria para concentrarse en la persona, "sujeta al destino común del ser humano".

Los detractores de Thatcher salen a la calle al grito de "Maggie está muerta"
Los detractores de Thatcher salieron este miércoles a la calle en varios puntos del Reino Unido para mostrar el rechazo a su legado y celebrar con gritos de júbilo la muerte de una primera ministra que dividió al país.

"¡Maggie, Maggie, Maggie, muerta, muerta, muerta!", fue el cántico repetido por una generación de británicos que sufrió en propia carne el thatcherismo y la implantación del neoliberalismo en Gran Bretaña.
Cientos de personas se congregaron en Londres para "dar la espalda" al ataúd de Thatcher a su paso hacia la catedral de San Pablo, donde se ofició un funeral casi de Estado cuyo coste millonario ha indignado a parte de la población.

"Estamos aquí porque nos parece escandaloso gastar este dinero cuando al resto se nos impone la austeridad y para protestar por su legado, con la destrucción de comunidades enteras para favorecer al sector financiero", dijo a Efe Jeff Powell, profesor de economía de la Universidad de Londres, que acudió con su esposa y su bebé.

Entre abucheos y eslóganes como "Menudo despilfarro" y algunos entonando el tema de gospel "Oh Happy Day" (Qué día tan feliz), el féretro con los restos de la antigua líder "tory" llegó a su destino acompañado también por numerosos partidarios que se agolparon para rendirle tributo.

Las protestas y celebraciones abundaron en el norte de Inglaterra, donde más se sintieron en los años 80 los efectos de las políticas de Thatcher, con el cierre de fábricas y minas que sumió a poblaciones enteras en el desempleo.

El secretario general de la Asociación de mineros de Durham, David Hopper, animó al festejo y recordó que "toda una generación de sindicalistas bailará sobre la tumba" de la ex primera ministra, que restringió los derechos sindicales tras la huelga de un año por la clausura de los pozos.

"Me da igual que digan que es de mal gusto, es de peor gusto lo que ella hizo a nuestras comunidades", zanjó el exminero.

En Goldthorpe, otra antigua zona minera del noreste inglés, los habitantes colgaron con una soga una efigie de Thatcher, tildándola de "ladrona de leche" por su iniciativa de retirar la leche gratuita en las escuelas públicas.

En Liverpool, una de las ciudades donde la exlíder conservadora despierta más rencor por la destrucción de empleos en los muelles, el Ayuntamiento decidió no retransmitir el funeral en una pantalla gigante "para evitar posibles altercados", indicó un portavoz.

En la cuna de los Beatles se agotaron además los artículos de fiesta puestos a la venta para celebrar la muerte de la polémica política, que incluían globos negros y espantasuegras con su rostro y el lema: "Aún la odio".

En Escocia, donde apenas hay voto conservador, también se organizaron eventos de celebración y protesta, incluido un acto en Glasgow con diputados y activistas, mientras el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond, habitualmente crítico con el thatcherismo, asistía al funeral en Londres.

Los exmineros de Gales, donde domina una tradición de solemne respeto a los difuntos, marcaron sin actos públicos la defunción de la política conservadora, si bien algunos brindaron en privado, según el secretario general de su sindicato, Wayne Thomas.

La oposición a Thatcher fue manifiesta también en Irlanda del Norte, donde la población republicana recordó el trato dispensado a los presos del Ejército Republicano Irlandés (IRA) durante su mandato, cuando se produjo la muerte en huelga de hambre de diez reclusos, entre ellos Bobby Sands.

Un solo manifestante, John Morgan, se plantó con una pancarta frente a la antigua tienda de comestibles del padre de Margaret Thatcher en el pueblo inglés de Grantham -ahora una clínica quiropráctica- para denunciar "el ejercicio de propaganda política" hecho con el funeral por el Gobierno de David Cameron.

Morgan, del Partido Laborista local, criticó que "se gasten millones de libras en rehabilitar a la peor primera ministra que ha tenido este país", si bien no se opone a que Thatcher sea recordada con una estatua en el museo municipal, "pues es historia, igual que el thatcherismo".

Fuente y foto: EFE.