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Giorgio Napolitano inició su segundo período como presidente de la República de Italia en pleno escenario de crisis política

Contacto con Mario Lubetkin, colaborador de En Perspectiva en Italia.


(emitido a las 8.34 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En Italia, Giorgio Napolitano inició ayer un segundo período consecutivo como presidente de la República, algo inédito en la historia de ese país.

El jefe de Estado fue reelecto el sábado luego de seis votaciones en el Parlamento, ante la total falta de acuerdo en las negociaciones, tanto para formar nuevo gobierno como para designar al sustituto de Napolitano. El telón de fondo es el grave bloqueo político que vive el país a raíz del resultado de las elecciones parlamentarias de febrero pasado.

En su discurso de asunción, el veterano dirigente de 87 años, y que ahora deberá estar siete años más en el cargo, cuestionó frontalmente el comportamiento de todos los partidos y dejó sentadas advertencias muy severas. Napolitano instó al sistema político a ofrecer una señal de cohesión ante Italia y el mundo, para dar respuesta a los problemas económicos, políticos y sociales, y recuperar la confianza en el país.

"He llevado a cabo todos los esfuerzos posibles de persuasión, que fueron en vano por la insensibilidad de las fuerzas políticas, que, pese a todo, han acabado pidiéndome que asuma una ulterior carga de responsabilidad para sacar a las instituciones de este punto muerto fatal", decía Napolitano.

Y no le gustó nada que lo aplaudieran: "Tengo el deber de ser franco: si me encuentro de nuevo ante insensibilidades como aquellas contra las que he chocado en el pasado, no dudaré en exponer las consecuencias ante el país".

Para analizar esta situación, estamos en contacto con nuestro colaborador en Italia, Mario Lubetkin, a quien ubicamos hoy en Milán.

Contanos en primer lugar sobre lo que estamos comenzando a examinar. ¿Cómo es que se llega a esta situación de reelegir a Giorgio Napolitano como presidente de la República?

MARIO LUBETKIN:
Se llega a una situación muy compleja, porque en las elecciones tres grupos políticos quedaron casi empatados. Por pocos votos ganó el centroizquierdista Partido Democrático, poquitos votos atrás quedó el centroderechista Pueblo de la Libertad, y como partido político y no como coalición en el tercer lugar quedó el grupo que representa el cómico Beppe Grillo, que sacó menos del 25% de los votos, que era un fuerte voto de protesta. Para votar un gobierno que no se logró votar pero también para elegir el presidente se necesitaba una votación especial, porque el presidente se vota indirectamente en el Parlamento por un grupo de grandes electores que son la suma de los diputados y los senadores y los representantes de las regiones.

En las primeras votaciones no se llegó a un acuerdo. Quien proponía los candidatos era el centroizquierdista Partido Democrático, porque por una leve mayoría tenía muchos votos en el Parlamento. Se necesitaba una mayoría simple para elegir el presidente, eran poco más de 504, 506 votos, y los representantes de centroizquierda, sumados diputados y senadores, se acercaban a los 490.

El gran problema fue que el Partido Democrático, el partido de centroizquierda, no tuvo la capacidad ni su propia gente le respondió en las diferentes votaciones. Esto determinó que los diferentes candidatos que se presentaron fueran rechazados, en particular y emblemáticamente el que fuera presidente de la Comisión Europea, exprimer ministro y creador de la coalición centroizquierdista El Olivo, Romano Prodi. Fue rechazado porque ni los propios parlamentarios del Partido Democrático aprobaron su solución. Por lo tanto en un cierto punto quedó todo bloqueado y por esa razón todos los líderes de los principales partidos políticos en el Parlamento fueron a pedirle a Napolitano, un hombre de 87 años, que retomara los destinos del país para tratar de desbloquear la situación. Esto te demuestra la dramaticidad de la situación política.

EC - Sí, es dramático, es notable que Napolitano acepte el sacrificio y que se meta en este baile, pero hay muchas consecuencias más. Tú aludías a lo que pasó en las votaciones para intentar nombrar a otro jefe de Estado, aludías a las divisiones que se dieron en el propio Partido Democrático, a las desobediencias, y eso llevó a que Pier Luigi Bersani renuncie al liderazgo de ese partido. O sea que tenemos una crisis en la centroizquierda, además.

ML - Efectivamente, es una crisis muy profunda. Es verdad lo que tú dices sobre la capacidad del sistema político de encontrar solución, no solo para elegir un nuevo presidente –y no un señor de 87 años, por más prestigio que tenga–, sino también para formar el nuevo gobierno, que está bloqueado por una situación económica extraordinariamente grave, que no se ha modificado. Pero más allá de eso, si pasamos raya y vemos quién ganó y quién perdió, te diría categóricamente que quien perdió fue quien ganó por pocos votos las elecciones, el Partido Democrático, porque tiene un escenario de incapacidad, diría yo de implosión parcial.

El Partido Democrático hoy tiene la primera reunión interna para decidir qué van a ser de su propio futuro, que puede terminar con fuertes divisiones, el primer partido puede dividirse en varios sectores políticos. Hubo un resquebrajamiento de la coalición de centroizquierda, sobre todo con los grupos de izquierda que no acompañaron la división del Partido Democrático; el Partido Democrático fue el claro perdedor de todo este proceso.

Y también hubo un ganador, que fue Silvio Berlusconi. Porque Silvio Berlusconi se proponía dos objetivos, uno era que Napolitano fuera reelegido, porque todos los candidatos que fueron propuestos en este período podían afectar su futuro personal, y para él quien garantizaba su futuro –tiene muchos juicios en su contra y un escenario de inestabilidad importante– era el propio presidente Napolitano.

El segundo objetivo de Berlusconi era la formación de un gobierno llamémoslo del presidente o de coalición nacional entre las dos principales coaliciones, la coalición de centroderecha y la coalición de izquierda. Y en el discurso, que tú trasmitiste parcialmente ahora, Napolitano lo dijo claramente: se va a formar un gobierno de coalición, esas son las condiciones que impuso para aceptar la presidencia, o sea, un gobierno de coalición centroderecha-centroizquierda. Esa es la condición por la cual se aceptó nuevamente ser presidente de la República por un período que está claro que no va a ser de siete años, como correspondería, porque no va a llegar a los 95 años como presidente.

Eso también que va en sentido contrario de la posición del Partido Democrático, sobre todo del renunciante Bersani, quien señalaba que había que crear un gobierno de alternativa porque la votación de las elecciones de febrero marcaron una final precisa: 25% no votó en protesta, 25% votó a favor del cómico Grillo, por lo tanto fue un voto de protesta, y otra parte de votantes también exigían el cambio. De hecho, en la reunión que va a haber esta tarde el Partido Democrático va a cambiar completamente su posición y de plantear el gobierno de alternativa, creo, si no hay sorpresas, se va a sumar a este gobierno de coalición nacional entre los principales partidos políticos.

EC - Tú decías: pierde el partido democrático, gana Berlusconi... Es increíble esto, resulta indestructible Berlusconi, cuántas veces lo mataron y sin embargo allí continúa vivito y coleando y siendo decisivo en este cuadro tan caótico de la política italiana. Hablabas de esos dos partidos, de esos dos sectores, ¿qué pasa mientras tanto, qué papel está jugando el partido de Pepe Grillo, el Movimiento Cinco Estrellas, que llegó a convocar una marcha por Roma en este fin de semana, clamando contra un supuesto golpe de Estado?

ML - Después adecuó sus palabras, lo acomodó un poquito, hoy hizo una declaración para un medio alemán –porque él no declara para los medios italianos– y habló de una –usemos un término uruguayo– "avivada" del sistema político tradicional contra los intereses del cambio. De cualquier manera, hay dos elementos que hay que tomar en consideración. Primero, la marcha sobre Roma, que él llamó frente al hecho de que todo el sistema político tradicional se puso tras Napolitano evitando nuevos cambios, no fue tan grande como se imaginaba, él hablaba de millones, y efectivamente hubo una importante participación, pero no fue de dimensiones tan masivas y colosales como él había planteado.

El segundo elemento es que en el marco de esta situación tan compleja ayer hubo elecciones en una región importante del norte de Italia, fronteriza con Austria, en las que increíblemente ganó la candidata del Partido Democrático, y el candidato Grillo drásticamente redujo su votación a la mitad con relación a la que tuvo en el mes de febrero. Creo que no es un indicador preciso, porque las encuestas, hasta la elección del presidente Napolitano, determinaban que esa actitud dura del cómico Grillo contra el sistema político actual lo había llevado a pasar del 25 al 29%. Parecía que nuevos sectores del país estaban apoyando esa posición, que básicamente es: todo lo anterior es responsable de la situación en la que se encuentra Italia, hay que crear una nueva Italia. Es un mensaje que en este estado de tensión y tensión económica penetra mucho en la sociedad.

EC - Tú decías que probablemente quede por el camino la idea que se había manejado de un nuevo gobierno técnico, se irá más bien a un gobierno de coalición entre la centroizquierda y Pueblo de la Libertad, de Silvio Berlusconi. De todos modos vamos a esperar, porque esto está tan cambiante que no hay forma de dar nada por seguro. ¿Cómo se observan en Europa todas estas idas y venidas? Porque estamos hablando de lo que ocurre en la tercera economía del continente.

ML - La reelección de Napolitano generó serenidad en Europa. Si tú ves la famosa reacción del mercado, el mercado ha reaccionado muy bien a la reelección de Napolitano ayer. La elección fue el sábado, se esperaba la reacción de las bolsas el lunes, y fue absolutamente positiva desde ese punto de vista. Para Europa la referencia es Napolitano, para Estados Unidos la referencia es Napolitano, el mensaje que Obama le envía a Napolitano apenas elegido marca claramente que Estados Unidos toma como referencia a las fuerzas políticas italianas, pero toma sobre todo como referencia de estabilidad al presidente Napolitano. Él mismo señaló que esa fue una de las razones por las cuales aceptó.

O sea, por un lado una señal positiva de cierta estabilidad, el escenario económico reaccionó positivamente; ahora vamos a ver qué pasa en las próximas horas, porque Napolitano está acelerando todos los tiempos. La consulta con los partidos políticos, que en general es un proceso que tarda días y semanas, lo está haciendo solo hoy, está consultando a todos los partidos políticos hoy y probablemente ya mañana anuncie a quién designa como potencial presidente de gobierno para construir el nuevo gobierno que se debería presentar ya a las cámaras la próxima semana.

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Transcripción: María Lila Ltaif