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Enrico Letta se convirtió en el nuevo primer ministro de Italia y se prepara para afrontar una etapa de grandes desafíos

Contacto con Mario Lubetkin, colaborador de En Perspectiva en Roma.


(emitido a las 8.36 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Con la confirmación ayer de Enrico Letta como nuevo primer ministro después de más de dos meses de negociaciones, Italia inició una nueva etapa. El nuevo gobierno deberá encarar ahora el desafío complicado de reanimar una economía muy golpeada por la crisis europea.

Precisamente, apenas fue confirmado, Letta viajó a Berlín para entrevistarse con la canciller alemana, Angela Merkel. Luego tiene previsto viajar a París, donde se reunirá con François Hollande, y a Bruselas, para hablar con el presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso.

Con el desempleo más alto de los últimos 20 años y con la recesión más prolongada desde la segunda guerra mundial, Letta, un político perteneciente al centroizquierdista Partido Democrático, intentará que Europa cambie la apuesta y ponga el énfasis en el crecimiento, en vez de cargar tanto sobre la austeridad.

Para examinar esta nueva situación vamos a conversar con nuestro colaborador en Roma, Mario Lubetkin.

¿Se puede decir que se cerró la crisis política italiana que se había desencadenado con las elecciones de febrero?

MARIO LUBETKIN:
Se puede decir que se cerró la crisis iniciada en febrero, pero, como tú señalas, no se cerró la crisis. Está claro que se cerraron las etapas claves, que fueron las elecciones políticas, las elecciones del presidente y la elección del primer ministro, con tiempos extraordinariamente largos, pero ahora empieza a caer el realismo de la situación para entender si este gobierno va a ser capaz de sacar a Italia de la crisis más grave que está atravesando.

EC - Con este resultado, y después de lo trabajoso que fue todo, ¿hay ganadores?, ¿hay perdedores? ¿Qué análisis se puede hacer en ese sentido?

ML - Hay un proceso cambiante y lo tenemos que ver en cómo se sucedieron los acontecimientos. Primero había un gran ganador, un mes antes de las elecciones, que era el Partido Democrático, de centroizquierda. Pero el resultado electoral no fue lo que proyectaban el escenario político y las encuestas, ya que de hecho hubo un empate entre tres sectores, el Partido Democrático, que triunfó por pocos votos, seguido por el centroderechista Pueblo de la Libertad, de Silvio Berlusconi, y tercero el cómico Grillo, que representaba el voto de protesta. Eso bloqueó al sistema político en febrero y trabó el desarrollo de las dos negociaciones claves, que eran para el primer ministro y para el presidente de la República.

La segunda etapa fue cuando se elige al presidente de la República, visto que no había fórmula de llegar a un acuerdo para nombrar un nuevo primer ministro, allí hay un triunfador, que es el centroderechista Silvio Berlusconi, porque él se proponía como objetivo principal reelegir al actual presidente, Giorgio Napolitano, un excomunista que ha aplicado una política de gran realismo ante el escenario político, muy europeísta –esa era su tendencia–, y como segundo objetivo generar una gran coalición de centroderecha y centroizquierda, actitud de realismo político que las encuestas "premiaban" en ese período.

En la tercera fase, también aplicando ese realismo, un joven (joven en términos europeos, de 46 años) de larga carrera política, Enrico Letta, del partido centroizquierdista Partido Democrático –era el vicesecretario general de ese partido–, es nombrado por Giorgio Napolitano, el presidente de la República, para intentar formar un nuevo gobierno. El Partido Democrático, que hasta ese momento había jugado todas sus cartas a crear un gobierno de alternativa, o sea, con fuerzas de centroizquierda más parte de las fuerzas del cómico Grillo, fracasó completamente en sus intentos, lo que determinó que su líder, Pier Luigi Bersani, renunciara. Por lo tanto quedó un escenario particularmente raro y novedoso que determinó un viraje del Partido Democrático en función del realismo y el desbloqueo de la situación política, cambiando su posición de alternativa a una posición de crear una coalición de centroderecha. Esto ha determinado y podrá determinar un escenario muy complicado dentro de la centroizquierda, con una fuerte división interna.

El último capítulo es el nombramiento de este gobierno encabezado por este nuevo líder del centroizquierdista Partido Democrático, Letta. La gran novedad, en un proceso muy cambiante, es que el gabinete que nombra, que iba a estar básicamente formado por líderes de los grandes partidos –el exlíder del Partido Democrático Massimo da Lema, exprimer ministro, iba a ocupar la cartera de Relaciones Exteriores, incluso se habló de que el propio Berlusconi iba a ocupar la cartera de Economía–, finalmente es un equipo de gabinete muy novedoso, muy original, joven, con muchas mujeres, que nuevamente cambia el escenario político. Nadie preveía que se diera esta renovación radical en un proceso tan trabado como el que se había generado.

Esto abre nuevas expectativas respecto a la capacidad de una nueva generación, que tiene 50 años o menos, con esquemas diferentes, de afrontar este escenario dramático que vive Italia.

EC - ¿Qué perspectivas de estabilidad muestra el nuevo gobierno?

ML - En primer lugar, fue visto por la opinión pública positivamente por la señal que dio respecto a la renovación, que era uno de los temas que se plantearon para las elecciones del 25 de febrero: cambios, cambios, cambios. El problema es que junto con el cambio tiene que estar la solución a los problemas. Ahí caemos en el realismo político. Yo te daría dos elementos que marcan, en estos últimos dos días, que la situación es mucho más compleja que las señales que uno puede dar desde el punto de vista de la renovación y el cambio, solamente desde el punto de vista del marketing, digámoslo de esta manera.

El primer elemento es que ya el centroderechista Silvio Berlusconi está empezando a poner condiciones a esta nueva gran coalición (para usar un término específico), ya está amenazando con que si ciertas propuestas de él no pasan va a hacer caer el gobierno, cuando no han pasado ni 48 horas de que asumió.

EC - Por ejemplo, insiste mucho en lo que fue una de las banderas de su campaña electoral, la derogación del impuesto sobre la primera vivienda, un impuesto que se introdujo durante el gobierno de Mario Monti.

ML - Es un viejo impuesto que existe en Italia, en todo el mundo, en Uruguay, que él derogó durante su mandato y que Mario Monti volvió a poner, y en torno a lo cual se generó una gran polémica en Italia. Pero sobre todo, tú sabes que Silvio Berlusconi se mueve sobre las encuestas y sobre los estados de opinión, y las encuestas lo están dando muy bien posicionado con dos banderas: la necesidad de gobernar, la gobernabilidad, y él apareció como el abanderado de la gobernabilidad posible (centroderecha-centroizquierda), lo cual lo llevó, según las encuestas, a pasar, si hubiera elecciones hoy, del 30 al 35%, transformándose –siempre según las encuestas– en el principal partido político de Italia. Recordemos que hace apenas un año, cuando tuvo que renunciar dramáticamente a su cargo de primer ministro, sus votos se habían derrumbado y estaban en el 17%.

Y la segunda cuestión era este impuesto, él quiere tener la bandera ante la opinión pública de que está resolviendo temas fundamentales y de enorme sensibilidad. Por lo tanto, se está moviendo. Si se quiere sigue siendo el ganador de esta fase política y sigue moviéndose en sintonía con un estado de opinión pública, al menos de una franja importante de la opinión pública italiana.

Y con relación al realismo, por un lado es el posicionamiento de Berlusconi, y por otro lado es el escenario europeo.

EC - A eso iba, ¿cómo ves la relación de este nuevo gobierno con Europa?

ML - La gira que está haciendo el nuevo primer ministro marca nuevamente el realismo del escenario europeo, en el sentido de que la visita más emblemática fue la de ayer a la jefa del gobierno alemán, la Merkel, en la cual nuevamente se enfrentaron dos posiciones claves: Letta llegó diciendo "nosotros ratificamos que este gobierno va a seguir siendo europeísta", pero necesita medidas de relanzamiento, porque si no hay relanzamiento no va a haber solución a la crisis económica italiana y europea, y la Merkel volvió a ratificar la posición alemana: austeridad, control y tras eso relanzamiento. Son dos concepciones completamente enfrentadas y ayer se volvieron a enfrentar, y se sabe claramente el peso que tiene Alemania en el escenario europeo para marcar la línea de tendencia de por dónde se va a conducir Europa. Por lo tanto Letta ayer, también cayendo en el realismo, además de sus problemas en la coalición, se encontró con un escenario europeo en el cual el país líder de Europa sigue marcando el tema de los controles y la austeridad como una de sus banderas claves para después desarrollar el relanzamiento económico. Esto le va a generar enormes problemas al nuevo gobierno italiano para gestionar una situación económica dramática que, si se quiere, visto que hoy es Primero de Mayo, tiene como principal problema la falta de trabajo.

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Transcripción: María Lila Ltaif