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Las Google Glass, culpables de un divorcio multimillonario

Las Google Glass, culpables de un divorcio multimillonario

El magnate de Google y la persona que más apostó por las famosas Google Glass, Sergey Brin, de 40 años, ha sido infiel a su mujer y la ha cambiado por la responsable de marketing de las gafas de Google. Brin, que está al frente del proyecto de las Glass, dejó a su esposa Anne Wojcicki –con la que llevaba seis años casado– y estaría saliendo con Amanda Rosenberg, de 26 años.

Para darle más color la trama, la joven de las nueva Google Glass tuvo también una relación sentimental con otro directivo de la compañía, el brasileño Hugo Barra, responsable de Android.

La joven Amanda fue quien ideó la frase "Ok, glass", para que el dispositivo comenzara a funcionar. Al parecer, se le ocurrió de la manera más simple, cuando buscaba una "palabra caliente", y al departamento le gustó.

Sergey Brin lleva casado seis años con Anne Wojcicki, de 40 años, y ambos tienen dos hijos. El cofundador de Google se calcula tiene una fortuna estimada en unos 18.500 millones de euros.

Antes de casarse firmaron un acuerdo prematrimonial, por lo que, de haber divorcio, no se espera que sea un problema mayor para Google como empresa. La cuñada de Brin, Susan Wojcicki  fue la que alquiló el garaje en el 232 Santa Margarita en el que nació el buscador.

Sergey Brin y Anne Wojcicki están muy comprometidos en proyectos filantrópicos, a los que han destinado 223 millones. Y, en concreto, en un proyecto para dar con una solución médica al Párkinson. El cofundador de Google heredó de su madre una mutación genética que indica predisposición a la enfermedad. Hace cinco años se embarcó en una verdadera cruzada para acelerar la investigación en ese campo utilizando Internet como arma.

Su mujer está, de hecho, metida de lleno en ese reto, como copropietaria de la biotecnológica 23andMe, financiada por Google.

El nombre de ambos aparece también en el Breakthrough Prize, una especie de Nobel alternativo en el campo de las ciencias de la vida y que lanzaron a comienzos de año con Mark Zuckerberg, de Facebook. Pese a todos estos lazos, parece que las posibilidades de reconciliación son remotas.

El portavoz de Brin, que se dedica a los proyectos especiales al frente de Google X, insiste que ambos siguen siendo buenos socios. Y sobre el futuro de Barra, desde la compañía le desean lo mejor con la empresa china, que ven además como una socia clave para seguir reforzando el dominio de sus sistema operativo Android frente al iOS de Apple y al Windows de Microsoft. También dicen que lo echarán de menos. Por ahora, tendrán que buscarle reemplazo.