Luego de su discurso en la Asamblea General de la ONU, Mujica mantendrá reuniones con Rockefeller, Joe Biden y Ollanta Humala
Contacto con Gonzalo Sobral desde Nueva York, enviado especial de El Espectador en el viaje del presidente José Mujica a Estados Unidos.
(emitido a las 7.51 Hs.)
EMILIANO COTELO:
"La política, la eterna madre del acontecer humano, quedó engrillada a la economía y al mercado. De salto en salto la política no puede más que perpetuarse y, como tal, delegó el poder y se entretiene aturdida luchando por el gobierno. Desbocada marcha la historieta humana, comprando y vendiendo todo e innovando para poder negociar de algún modo lo que es innegociable. Hay marketing para todo: para los cementerios, el servicio fúnebre, las maternidades; marketing para padres, madres, abuelos y tíos, pasando por las secretarias, los autos y las vacaciones. Todo, todo es negocio. Las campañas de marketing caen deliberadamente sobre los niños y su psicología para influir sobre los mayores y tener hacia el futuro un territorio asegurado. Sobran pruebas de estas tecnologías bastante abominables que a veces conducen a las frustraciones y más.
El hombrecito promedio de nuestras grandes ciudades deambula entre las financieras y el tedio rutinario de las oficinas a veces atemperadas con aire acondicionado. Siempre sueña con las vacaciones y la libertad. Siempre sueña con concluir las cuentas, hasta que un día, el corazón se para y adiós."
Así hablaba el presidente José Mujica anoche ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en esa alocución que había despertado tanta expectativa y en la que uno de los ejes fue este asunto: su crítica al consumismo desenfrenado, al culto, al "dios del mercado". Un asunto sobre el cual Mujica ha hablado en distintas ocasiones acá dentro del país, en particular en sus audiciones radiales, pero que ahora llevó a su proyección internacional ante un auditorio obviamente mucho más amplio.
Estamos en contacto con Gonzalo Sobral, enviado especial de El Espectador en el viaje oficial del presidente.
GONZALO SOBRAL:
Sí, Emiliano, pensemos que básicamente cuando los presidentes o jefes de gobierno se presentan ante la ONU hablan de la situación de su país. Si alguien ayer por ejemplo prestó atención a los discursos de [la brasileña] Dilma Rousseff, [el iraní] Hassan Rouhani, [la argentina] Cristina Fernández, [el paraguayo] Horacio Cartes, de algunos de los mandatarios que ayer hablaron en la ONU, básicamente hablan de la situación del mundo y sobre todo de la de su país en función del mundo. Quizás el único presidente que tiene un discurso diferente, siempre, es el presidente de los Estados Unidos, el segundo en hablar, porque habla de cómo influye el mundo en su situación porque está interviniendo en distintos lugares; para el caso de ayer, Siria e Irán.
Pero no es normal que en la ONU se presente un presidente y que prácticamente no hable de su país. Recordar que lo que dice Mujica cuando arranca el discurso es: "Amigos, todos, soy del sur, vengo del sur", hace una rápida definición de Uruguay entre lo geográfico y lo histórico, después habla de lo que era Uruguay como vanguardia social a principios del siglo XX, nombra a Maracaná por allí y de un resurgimiento del país. A partir del momento en que dice: "no vivo para cobrar cuentas (...) me angustia el porvenir", el discurso pasa a hablar de América Latina, y por allí pasan algunas de las cosas que ya había avanzado, por lo menos en aquella charla informal en el avión, Cuba, Malvinas, el espionaje, la deuda social, la Amazonia, la paz en Colombia.
EC Sí, efectivamente esos temas que tienen que ver con la actualidad de América Latina estuvieron en su discurso, pero muy breves, así casi como los acabás de mencionar, fueron pequeños telegramas, no profundizó en ellos, y se dirigió hacia otros asuntos.
GS Claro, es que yo creo que se producen dos quiebres: hay uno que es cuando habla de la palabra "dios mercado", es hablar de huellas de carbono, de que si todos consumiéramos como un estadounidense promedio necesitaríamos tres planetas, de civilización versus sencillez, y demás. Y el otro quiebre se produce cuando habla de esta parte que acabamos de escuchar, de la política grillada a la economía, del marketing colocado en otras cosas, y a partir de eso empieza a hacer referencias al consumo, al cuidado del medio ambiente y demás. Es una mirada absolutamente diferente a lo que normalmente los presidentes hacen en la ONU y que llamó mucho la atención.
Te diría además, Emiliano, que había generado cierta expectativa no solamente de la prensa uruguaya sino la prensa argentina, que en gran número en cuanto se acercaba el momento en que el presidente Mujica iba a hablar se arrimaba a los balcones desde los cuales se podía presenciar. Creo que si alguien es un espectador atento se habrá dado cuenta de que el lugar donde se desarrolló esta Asamblea General de la ONU es diferente a los años anteriores porque ese espacio se está reformando, entonces hubo que mudarse al edificio del costado, con lo cual los tradicionales lugares que hay disponibles para la prensa se redujeron mucho. Lo que te permitían era pasar a escuchar al presidente de tu país y, si había lugar, a otro. La prensa argentina acreditada en cuanto llegó el momento de José Mujica pidió para poder escucharlo porque ellos también tenían una expectativa fuerte, sabían que se iba a hablar entre otras cosas del tema de Malvinas y querían estar allí siguiéndolo. De hecho la presidenta Cristina Fernández llegó minutos antes de que el presidente Mujica hablara; ella y Evo Morales fueron los dos mandatarios de la región que escucharon el discurso de Mujica, que fue el más largo de la jornada de ayer. También estuvo para escuchar el discurso de Mujica el contador Enrique Iglesias, el titular de la Secretaría General Iberoamericana.
EC ¿El más largo fue?, esa es una precisión interesante, iba a preguntártelo. Es notorio que se pasó largamente de los 15 minutos teóricos que tenía cada uno de los oradores para utilizar, pero no sé cómo estuvo en ese sentido en la comparación con otros.
GS El discurso de Mujica estuvo cercano a los 48 minutos y de allí para abajo habían estado el de Dilma Rousseff, el de Barack Obama y el de Cristina Fernández, que anduvieron en el entorno de los 30 minutos algunos de ellos. El de Mujica fue notoriamente más largo que el resto. En realidad si uno hacía el cronómetro o le preguntaba luego a la mesa de la ONU por los tiempos fueron pocos los presidentes que se ajustaron a esos 15 minutos o 16, 17 como máxima extensión que estaban previstos.
EC Mujica centró buena parte de su alocución a la crítica al consumismo, al "dios mercado", y a partir de esa idea también terminó cuestionando la forma como se conduce el mundo hoy. Citábamos recién una frase en la que señalaba que la política quedó limitada a la economía y "como tal delegó el poder y se entretiene aturdida luchando por el gobierno"; el poder, según Mujica, lo tienen quienes controlan el mercado, las grandes corporaciones, etcétera.
Habló también de las dificultades que tiene la humanidad para controlar la globalización, cuestionó incluso a los organismos internacionales, señaló que son demasiados, que muchas veces se limitan en realidad a organizar reuniones y debates que le dan mucho dinero a las agencias de viajes, a las aerolíneas y a los hoteles, pero cuyas conclusiones después no terminan teniendo efectividad. O sea, también en definitiva habló de lo que está pasando en el mundo y hasta de la propia ONU.
GS Sí, por ejemplo cuando habló de las repúblicas nacidas para afirmar que todos los hombres somos iguales, que nadie es más que nadie, que los gobiernos deberían estar representando el bien común y no lo están haciendo. Es decir, hubo muchas referencias a temas funcionales e institucionales de los gobiernos, obviamente, y a nivel siguiente de los gobiernos de los organismos que son supranacionales. Y además él hablaba sobre la parte final de que había que intentar entender que los indigentes son los indigentes del mundo, que no son solamente de determinadas sociedades o de ciertos países.
El final del discurso fue muy aplaudido. Te diría que del tramo de la tarde, en el cual había mucha menos platea en comparación con la mañana, fue de los más largamente aplaudidos por quienes estaban allí presenciándolos. Hay que recordar que en la Asamblea General hay disponibilidad de unos 700 u 800 lugares para que se acomoden las distintas delegaciones. En el momento en el que el presidente Mujica hablaba había poquito menos de la mitad de la sala ocupada, algunas delegaciones completas a las que todavía les faltaba pasar para poder terminar la jornada, que terminó cuatro o cinco oradores después, y algunos que habían llegado especialmente a escuchar al presidente Mujica o que habían quedado de alguna de las alocuciones anteriores.
EC Faltará ahora averiguar, supongo que la jornada de hoy te permitirá a ti en especial un panorama, qué ha pasado en materia de repercusiones, por ejemplo cómo ha tenido o no espacio en los medios de comunicación internacionales. Hay quienes decían que arrancó bien y después se extendió demasiado, le faltó concretar, tal vez hubiera sido bueno que incluyera algunas iniciativas concretas que dispararan nuevos debates. ¿Has escuchado algo al respecto?
GS Sí, básicamente por ejemplo la prensa argentina lo primero que decía era que se fue un poquito largo pero estuvo bueno. Después por ejemplo la prensa brasileña lo que comentó con los colegas que hablaba es que fueron muy interesantes las cosas de las que habló; ellos querían saber si la referencia al tema del espionaje cibernético había sido más específica, si había dicho algo respecto al discurso de Dilma, que había abierto la Asamblea General; eso no sucedió.
Si vos hoy de mañana mirás las principales cadenas estadounidenses de noticias están en el eje del discurso de Obama y del presidente iraní Rouhani como lo más importante que sucedió en la jornada de ayer. De hecho el presidente Mujica tiene hoy una agenda que combina algunas actividades de las cuales vamos a hablar ahora con entrevistas con cadenas de televisión, hispanas y estadounidenses, con lo cual supongo que a partir de eso a nivel de los medios de comunicación masivos de Estados Unidos habrá una amplificación del discurso del presidente Mujica.
EC Un oyente pregunta: "No sé si me distraje en algún momento, ¿pero puede ser que Mujica no haya mencionado el tema de la marihuana en su discurso?". Creo que no, no lo mencionó, ¿no?
GS Específicamente el tema de la marihuana no, pero sí el tema de las drogas. En el momento del discurso en el cual habla del poder del narcotráfico, del fraude, de la manera de enriquecerse a cualquier costo. Es sobre el principio del discurso cuando hace referencia a los distintos países de América Latina y a sus distintas situaciones. Después de que habla sobre la paz en Colombia hace una referencia al mundo del narcotráfico pero no específicamente al tema de la marihuana.
EC Para terminar, ¿cómo sigue hoy la actividad del presidente Mujica?
GS La actividad del presidente Mujica hoy comienza a las 9.30 con una reunión con David Rockefeller, el millonario estadounidense, el último sobreviviente de la tercera generación de la familia, que tiene 98 años. Mujica se entrevistó solamente con dos personas mayores que él durante esta visita a Estados Unidos, una fue George Soros, que tiene 82, y hoy con David Rockefeller, que tiene 98. Entre otras cosas es el presidente de la Fundación Rockefeller, presidente del Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller de la Universidad de Harvard, fundación y centro de estudios que además ha apoyado a muchísimos uruguayos en distintas artes y ciencias a lo largo de las últimas décadas. Allí va a estar el presidente Mujica a partir de las 9.30. Luego hay sobre el eje del mediodía una reunión con Joe Biden, el vicepresidente de Estados Unidos, en el hotel Waldorf Astoria. Más tarde, en la delegación uruguaya frente a la ONU, lo va a visitar el presidente peruano Ollanta Humala, y termina la jornada de hoy sobre las 19.00 de Nueva York reuniéndose en un gran salón de la universidad pública de la ciudad de Nueva York con distintos grupos de residentes uruguayos en el área de la ciudad de Nueva York.
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